LECTURAS 2021

 

Lectura del santo Evangelio según san Lucas 2, 41-52

    Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén por la fiesta de la Pascua.

    Cuando cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que se enteraran sus padres.

    Estos, creyendo que estaba en la caravana, anduvieron el camino de un día y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén buscándolo.

    Y sucedió que, a los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Todos los que le oían quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba.

    Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre:

    «Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Tu padre y yo te buscábamos angustiados».

Él les contestó:

    «¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en las cosas de mi Padre?».

    Pero ellos no comprendieron lo que les dijo.

    Él bajó con ellos y fue a Nazaret y estaba sujeto a ellos.

    Su madre conservaba todas esto en su corazón.

    Y Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura, y en gracia ante Dios y ante los hombres.

Para la Semana

Lunes 27

San Juan, apóstol y evangelista. Fiesta.

1Jn 1,1-4. Os anunciamos lo que hemos visto y oído.

Sal 96. Alegraos, justos, con el Señor.

Jn 20,1a.2-8. El otro discípulo corría más que Pedro y llegó primero al sepulcro.

Martes 28

Los santos inocentes, mártires. Fiesta.

1 Jn 1, 5-2, 2. La Sangre de Jesús nos limpia los pecados.

Sal 123. Hemos salvado la vida, como un pájaro de la trampa del cazador.

Mt 2, 13-18. Herodes mandó matar a todos los niños en Belén.

Miércoles 29

1Jn 2,3-11. Quien ama a su hermano permanece en la luz.

Sal 95,1-2a.2b-3.5b-6. Alégrese el cielo, goce la tierra.

Lc 2,22-35. Luz para alumbrar a las naciones.

Jueves 30

1 Jn 2, 12-17. El que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.

Sal 95. Alégrese el cielo, goce la tierra.

Lc 2, 36-40. Hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén.

Viernes 31

1Jn 2,18-21. Estáis ungidos por el Santo, y todos vosotros lo conocéis.

Sal 95,1-2.11-12.13-14. Alégrese el cielo, goce la tierra.

Jn 1,1-18. La Palabra se hizo carne.

Sábado 1

Santa María, Madre de Dios. Solemnidad.

Núm 6, 22-27. Invocarán mi nombre sobre los israelitas, y yo los bendeciré.

Sal 66. El Señor tenga piedad y nos bendiga.

Gál 4, 4-7. Envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer.

Lc 2, 16-21. Encontraron a María y a José, y al niño. A los ocho días, le pusieron por nombre

Jesús.

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  Celebrar cada Domingo de Adviento es una tradición católica para preparar el nacimiento de Jesús. El ritual se realiza en torno a la Corona de Adviento elaborada para que cada domingo previo al 25 de diciembre se ilumine el camino por la llegada de Dios. 
 
 

Lectura del santo Evangelio según san Lucas 1, 39-45

    En aquellos días, María se levanto y se puso en camino de prisa hacia la montaña, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.

    Aconteció que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y levantando la voz, exclamo:

    «¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? Pues, en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Bienaventurada la que ha creído, porque lo que le ha dicho el Señor se cumplirá».

Lunes 20

Is 7,10-14. Mirad: la Virgen está en cinta.

Sal 23. Va a entrar el Señor, Él es el Rey de la gloria.

Lc 1,26-38. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo.

Martes 21

Cant 2, 8-14. Llega mi amado, saltando sobre los montes.

o bien: Sof 3, 14-18a. El Señor será el rey de Israel, en medio de ti.

Sal 32. Aclamad, justos, al Señor, cantadle un cántico nuevo.

Lc 1, 39-45. ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?

Miércoles 22

1S 1,24-28. Ana da gracias por el nacimiento de Samuel.

1S 2,1.4-5.6-7.8abcd. Mi corazón se regocija por el Señor, mi Salvador.

Lc 1,46-56. El Poderoso ha hecho obras grandes por mí.

Jueves 23

Mal 3, 1-4. 23-24. Os enviaré al profeta Elías antes de que llegue el día del Señor.

Sal 24. Levantaos, alzad la cabeza: se acerca vuestra liberación.

Lc 1, 57-66. El nacimiento de Juan Bautista.

Viernes 24

2S 7,1-5.8b-12.14a.16. El reino de David durará por siempre en la presencia del Señor.

Sal 88. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.

Lc 1,67-79. Nos visitará el sol que nace de lo alto.

Sábado 25

Natividad del Señor. Solemnidad.

Is 52, 7-10. Verán los confines de la tierra la victoria de nuestro Dios.

Sal 97. Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios.

Heb 1, 1-6. Dios nos ha hablado por el Hijo.

Jn 1, 1-18. La Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros.

 

Lectura del santo Evangelio según san Lucas 3, 10-18

    En aquel tiempo, la gente preguntaba a Juan:

    «¿Entonces, qué debemos hacer?».

Él contestaba:

    «El que tenga dos túnicas, que comparta con el que no tiene; y el que tenga comida, haga lo mismo».

    Vinieron también a bautizarse unos publicanos y le preguntaron:

    «Maestro, ¿qué debemos hacer nosotros?».

Él les contestó:

    «No exijáis más de lo establecido».

Unos soldados igualmente le preguntaban:

    «Y nosotros ¿qué debemos hacer?».

Él les contestó:

    «No hagáis extorsión ni os aprovechéis de nadie con falsas denuncias, sino contentaos con la paga».

    Como el pueblo estaba expectante, y todos se preguntaban en su interior sobre Juan si no sería el Mesías, Juan les respondió dirigiéndose a todos:

    «Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo, a quien no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego; en su mano tiene el bieldo para aventar su parva, reunir su trigo en el granero y quemar la paja en una hoguera que no se apaga». Con estas y otras muchas exhortaciones, anunciaba al pueblo el Evangelio.

 

Lunes 13

Santa Lucía, virgen y mártir. Memoria.

Nm 24,2-7.15-17a. Avanza la constelación de Jacob.

Sal 24. Señor, instrúyeme en tus sendas.

Mt 21,23-27. El bautismo de Juan, ¿de dónde venía?

Martes 14

San Juan de la Cruz, presbítero y doctor de la Iglesia. Memoria.

So 3,1-2.9-13. Se promete la salvación mesiánica a todos los pobres.

Sal 33. Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha.

Mt 21,28-32. Vino Juan, y los pecadores le creyeron.

Miércoles 15

Is 45,6b-8.18.21b-26. Cielos, destilad el rocío.

Sal 84. Cielos, destilad el rocío: nubes, derramad al Justo.

Lc 7,19-33. Anunciad a Juan lo que habéis visto y oído.

Jueves 16

Is 54,1-10. Como a mujer abandonada te vuelve a llamar el Señor.

Sal 29. Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.

Lc 7,24-30. Juan es el mensajero que prepara el camino del Señor.

Viernes 17

Gén 49, 1-2. 8-10. No se apartará de Judá el cetro.

Sal 71. Que en sus días florezca la justicia, y la paz abunde eternamente.

Mt 1, 1-17. Genealogía de Jesucristo, hijo de David.

Sábado 18

Jer 23, 5-8. Daré a David un vástago legítimo.

Sal 71. En sus días florezca la justicia y la paz abunde eternamente.

Mt 1, 18-24. Jesús nacerá de María, desposada con José, hijo de David.


Lectura del santo Evangelio según san Lucas 3, 1-6

    En el año decimoquinto del imperio del emperador Tiberio, siendo Poncio Pilato gobernador de Judea, y Herodes tetrarca de Galilea, y su hermano Filipo tetrarca de Iturea y Traconítide, y Lisanio tetrarca de Abilene, bajo el sumo sacerdocio de Anás y Caifás, vino la palabra de Dios sobre Juan, hijo de Zacarías, en el desierto.

    Y recorrió toda la comarca del Jordán, predicando un bautismo de conversión para perdón de los pecados, como está escrito en el libro de los oráculos del profeta Isaías:

«Voz del que grita en el desierto:

Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos;

los valles serán rellenados,

los montes y colinas serán rebajados; lo torcido será enderezado,

lo escabroso será camino llano.

Y toda carne verá la salvación de Dios».


Lunes 6

Is 35,1-10. Dios viene en persona y os salvará.

Sal 84. Nuestro Dios viene y nos salvará.

Lc 5,17-26. Hoy hemos visto cosas admirables.

Martes 7

San Ambrosio, obispo y doctor de la Iglesia. Memoria.

Is 40,1-11. Dios consuela a su pueblo.

Sal 95. Nuestro Dios llega con poder.

Mt 18,12-14. Dios no quiere que se pierda ni uno de estos pequeños.

Miércoles 8

La Inmaculada Concepción de Santa María Virgen. Solemnidad.

Gén 3, 9-15. 20. Establezco hostilidades entre tu estirpe y la de la mujer.

Sal 97. Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas.

Ef 1, 3-6. 11-12. Nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo.

Lc 1, 26-38. Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.

Jueves 9

Is 41, 13-20. Yo soy tu libertador, el Santo de Israel.

Sal 144. El Señor es clemente y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad.

Mt 11, 11-15. No ha nacido uno más grande que Juan el Bautista.

Viernes 10

Is 48,17-19. Si hubieras atendido a mis mandatos.

Sal 1. El que te sigue, Señor, tendrá la luz de la vida.

Mt 11,16-19. No escuchan ni a Juan ni al Hijo del hombre.

Sábado 11

Santa Maravillas de Jesús, virgen. Fiesta.

Ca 8, 6-7. Es fuerte el amor como la muerte.

Sal 44. Llega el Esposo; salid a recibir a Cristo, el Señor.

Lc 10, 38-42. María ha escogido la parte mejor.


  

Lectura del santo Evangelio según san Lucas 21, 25-28. 34-36

    En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

    «Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, perplejas por el estruendo del mar y el oleaje, desfalleciendo los hombres por el miedo y la ansiedad ante lo que se le viene encima al mundo, pues las potencias del cielo serán sacudidas. Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y gloria.

    Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación.

    Tened cuidado de vosotros, no sea que se emboten vuestros corazones con juergas, borracheras y las inquietudes de la vida, y se os eche encima de repente aquel día; porque caerá como un lazo sobre todos los habitantes de la tierra. Estad, pues, despiertos en todo tiempo, pidiendo que podáis escapar de todo lo que está por suceder y manteneros en pie ante el Hijo del hombre».


Lunes 29

Is 2,1-5. El Señor reúne a todas las naciones en la paz eterna del reino de Dios.

o bien: Is 4,2-6. El vástago del Señor será ornamento para los supervivientes.

Sal 121. Vamos alegres a la casa del Señor.

Mt 8,5-11. Vendrán muchos de oriente y occidente al reino de los cielos.

Martes 30

San Andrés, apóstol. Fiesta.

Rom 10,9-18. La fe nace del mensaje, y el mensaje consiste en hablar de Cristo.

Sal 18. A toda la tierra alcanza su pregón.

Mt 4,18-22. Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.

Miércoles 1

Is 25, 6-10a. El Señor invita a su festín y enjuga las lágrimas de todos los rostros.

Sal 22. Habitaré en la casa del Señor por años sin término.

Mt 15, 29-37. Jesús cura a muchos y multiplica los panes.

Jueves 2

Is 26,1-6. Que entre un pueblo justo, que observa la lealtad.

Sal 117. Bendito el que viene en nombre del Señor.

Mt 7,21.24-27. El que cumple la voluntad del Padre entrará en el reino de los cielos.

Viernes 3

San Francisco Javier, presbítero. Memoria.

Is 29,17-24. Aquel día verán los ojos de los ciegos.

Sal 26. El Señor es mi luz y mi salvación.

Mt 9,27-31. Curación de dos ciegos que creen en Jesús.

Sábado 4

Is 30,19-21.23-26. Se apiadará a la voz de tu gemido.

Sal 146. Dichosos los que esperan en el Señor.

Mt 9,35-10,1.6-8. Al ver a las gentes, se compadecía de ellas.


Lectura del santo Evangelio según san Juan 18, 33b-37

En aquel tiempo, Pilato dijo a Jesús:

    «¿Eres tú el rey de los judíos?». Jesús le contestó:

    «¿Dices eso por tu cuenta o te lo han dicho otros de mí?». Pilato replicó:

    «¿Acaso soy yo judío? Tu gente y los sumos sacerdotes te han entregado a mí; ¿qué has hecho?».

Jesús le contestó:

    «Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mi guardia habría luchado para que no cayera en manos de los judíos. Pero mi reino no es de aquí». Pilato le dijo:

«Entonces, ¿tú eres rey?». Jesús le contestó:

    «Tú lo dices: soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo; para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz».


Lunes 22

Santa Cecilia, virgen y mártir. Memoria.

Dan 1, 1-6. 8-20. No encontró ninguno como Daniel, Ananías, Misael y Azarías.

Salmo: Dan 3, 52-56. ¡A ti gloria y alabanza por los siglos!

Lc 21, 1-4. Vio una viuda pobre que echaba dos monedillas.

Martes 23

Dan 2, 31-45. Dios suscitará un reino que nunca será destruido y acabará con todos los reinos.

Salmo: Dan 3, 57-61. ¡Ensalzadlo con himnos por los siglos!

Lc 21, 5-11. No quedará piedra sobre piedra.

Miércoles 24

Santos Andrés Dung-Lac, presbítero, y compañeros, mártires. Memoria.

Dan 5, 1-6. 13-14. 16-17. 23-28. Aparecieron unos dedos de mano humana escribiendo.

Salmo: Dan 3, 62-67. ¡Ensalzadlo con himnos por los siglos!

Lc 21, 12-19. Todos os odiarán a causa de mi nombre, pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá.

Jueves 25

Dn 6,12-28. Dios envió su ángel a cerrar las fauces de los leones.

Sal: Dn 3,68-74. Ensalzadlo con himnos por los siglos.

Lc 21,20-28. Jerusalén será pisoteada por los gentiles, hasta que a los gentiles les llegue su hora.

Viernes 26

Dan 7, 2-14. Vi venir una especie de hijo de hombres entre las nubes del cielo.

Salmo: Dan 3, 75-81. ¡Ensalzadlo con himnos por los siglos!

Lc 21, 29-33. Cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que está cerca el reino de Dios.

Sábado 27

Dan 7, 15-27. El reinado y el dominio serán entregados al pueblo de los santos del

Salmo: Dan 3, 82-87. ¡Ensalzadlo con himnos por los siglos!

Lc 21, 34-36. Estad despiertos, para que podáis escapar de todo lo que está por suceder.


Lectura del santo Evangelio según san Marcos 13, 24-32

    En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

    «En aquellos días, después de esa gran angustia, el sol se oscurecerá, la luna no dará su resplandor, las estrellas caerán del cielo, los astros se tambalearán.

    Entonces verán venir al Hijo del hombre sobre las nubes con gran poder y gloria; enviará a los ángeles y reunirá a sus elegidos de los cuatro vientos, desde el extremo de la tierra hasta el extremo el cielo.

    Aprended de esta parábola de la higuera: cuando las ramas se ponen tiernas y brotan las yemas, deducís que el verano está cerca; pues cuando veáis vosotros que esto sucede, sabed que él está cerca, a la puerta. En verdad os digo que no pasará esta generación sin que todo suceda. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. En cuanto al día y la hora, nadie lo conoce, ni los ángeles del cielo ni el Hijo, solo el Padre».


Lunes 15

1Mac 1, 10-15. 41-43. 54-57. 62-64. Una cólera terrible se abatió sobre Israel.

Sal 118. Dame vida, Señor, para que observe tus preceptos.

Lc 18, 35-43. «¿Qué quieres que haga por ti?» «Señor, que recobre la vista».

Martes 16

2Mac 6, 18-31. Legaré un noble ejemplo para que aprendan a arrostrar una muerte noble, por amor a nuestra ley.

Sal 3. El Señor me sostiene.

Lc 19, 1-10. El Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido.

Miércoles 17

Santa Isabel de Hungría, religiosa. Memoria.

2Mac 7, 1. 20-31. El Creador del universo os devolverá el aliento y la vida.

Sal 16. Al despertar me saciaré de tu semblante, Señor.

Lc 19, 11-28. ¿Por qué no pusiste mi dinero en el banco?

Jueves 18

1Mac 2, 15-29. Viviremos según la Alianza de nuestros padres.

Sal 49. Al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios.

Lc 19, 41-44. ¡Si reconocieras lo que conduce a la paz!

Viernes 19

1Mac 4, 36-37. 52-59. Celebraron la consagración, ofreciendo con alegría holocaustos.

Salmo: 1Cr 29, 10-12. Alabamos tu nombre glorioso, Señor.

Lc 19, 45-48. Habéis hecho de la casa de Dios una «cueva de bandidos».

Sábado 20

1Mac 6, 1-13. Por las desgracias que hice en Jerusalén, muero de tristeza.

Sal 9. Gozaré con tu salvación, Señor.

Lc 20, 27-40. No es Dios de muertos, sino de vivos.


Lectura del santo Evangelio según san Marcos 12, 38-44

En aquel tiempo, Jesús, instruyendo al gentío, les decía:

    «¡Cuidado con los escribas! Les encanta pasearse con amplio ropaje y que les hagan reverencias en la plaza, buscan los asientos de honor en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; y devoran los bienes de las viudas y aparentan hacer largas oraciones. Esos recibirán una condenación más rigurosa». Estando Jesús sentado enfrente del tesoro del templo, observaba a la gente que iba echando dinero: muchos ricos echaban mucho; se acercó una viuda pobre y echó dos monedillas, es decir, un cuadrante.

    Llamando a sus discípulos, les dijo:

    «En verdad os digo que esta viuda pobre ha echado en el arca de las ofrendas más que nadie. Porque los demás han echado de lo que les sobra, pero esta, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir».

 

Lunes 8

Sab 1, 1-7. La sabiduría es un espíritu amigo de los hombres: el espíritu del Señor llena la tierra.

Sal 138. Guíame, Señor, por el camino eterno.

Lc 17, 1-6. Si siete veces en un día vuelve a decirte: «Me arrepiento», lo perdonarás

Martes 9

Dedicación de la basílica de Letrán. Fiesta

Ez 47, 1-2. 8-9. 12. Vi agua que manaba del templo, y habrá vida allá donde llegue el

torrente.

O bien: 1Cor 3, 9c-11. 16-17. Sois templo de Dios.

Sal 45. Un río y sus canales alegran la ciudad de Dios, el Altísimo consagra su morada.

Jn 2, 13-22. Hablaba del templo de su cuerpo.

Miércoles 10

San León Magno, papa y doctor de la Iglesia. Memoria.

Sab 6, 1-11. Escuchad, reyes, para que aprendáis sabiduría.

Sal 81. Levántate, oh Dios, y juzga la tierra.

Lc 17, 11-19. ¿No ha habido quien volviera a dar gloria a Dios más que este extranjero?

Jueves 11

San Martín de Tours, obispo. Memoria.

Sab 7, 22-8, 1. Irradiación de la luz eterna es la sabiduría, y espejo límpido de la actividad de Dios.

Sal 118. Tu palabra, Señor, es eterna.

Lc 17, 20-25. El reino de Dios está en medio de vosotros.

Viernes 12

San Josafat, obispo y mártir. Memoria.

Sab 13, 1-9. Si han sido capaces de escudriñar el universo, ¿cómo no encontraron a su Señor?

Sal 18. El cielo proclama la gloria de Dios.

Lc 17, 26-37. El día que se revele el Hijo del hombre.

Sábado 13

Sab 18, 14-16.; 19, 6-9. Se vio el mar Rojo convertido en un camino practicable, y

retozaban como corderos.

Sal 104. Recordad las maravillas que hizo el Señor.

Lc 18, 1-8. Dios hará justicia a sus elegidos que claman ante Él.

 

Lectura del santo Evangelio según san Marcos 12, 28b-34

    En aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó:

«¿Qué mandamiento es el primero de todos?» Respondió Jesús:

    «El primero es: “Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser.” El segundo es este: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo.” No hay mandamiento mayor que éstos». El escriba replicó:

    «Muy bien, Maestro, sin duda tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios». Jesús, viendo que había respondido sensatamente, le dijo:

    «No estás lejos del reino de Dios».

    Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.

 

Lunes 1

Todos los santos. Solemnidad.

Ap 7, 2-4. 9-14. Vi una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de todas las naciones, razas, pueblos y lenguas.

Sal 23. Esta es la generación que busca tu rostro, Señor.

1Jn 3, 1-3. Veremos a Dios tal cual es.

Mt 5, 1-12a. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo.

Martes 2

Conmemoración de todos los fieles difuntos.

Job 19, 1. 23-27a. Yo sé que está vivo mi redentor.

Sal 24. A ti, Señor, levanto mi alma.

Flp 3, 20-21. Transformará nuestro cuerpo humilde, según su modelo glorioso.

Mc 15, 33-39; 16, 1-6. Jesús, dando un fuerte grito, expiró.

Miércoles 3

Rm 13,8-10. Amar es cumplir la ley entera.

Sal 111. Dichoso el que se apiada y presta.

Lc 14,25-33. El que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío.

Jueves 3

San Carlos Borromeo, obispo. Memoria.

Rm 14,7-12. En la vida y en la muerte somos del Señor.

Sal 26. Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida.

Lc 15,1-10. Habrá alegría en el cielo por un pecador que se convierta.

Viernes 4

Rom 15, 14-21. Ministro de Cristo Jesús, para con los gentiles, para que la ofrenda de los

gentiles sea agradable.

Sal 97. El Señor revela a las naciones su salvación.

Lc 16, 1-8. Los hijos de este mundo son más astutos con su propia gente que los hijos de la luz.

Sábado 5

Santos Pedro Poveda Castroverde e Inocencio de la Inmaculada Canoura Arnau, presbíteros, y compañeros, mártires. Memoria.

Rom 16, 3-9. 16. 22-27. Saludaos unos a otros con el beso santo.

Sal 144. Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi rey.

Lc 16, 9-15. Si no fuisteis fieles en la riqueza injusta, ¿quién os confiará la verdadera?


Lectura del santo Evangelio según san Marcos 10, 46-52

    En aquel tiempo, al salir Jesús de Jericó con sus discípulos y bastante gente, un mendigo ciego, Bartimeo (el hijo de Timeo), estaba sentado al borde del camino, pidiendo limosna. Al oír que era Jesús Nazareno, empezó a gritar:

    «Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí.»

Muchos lo increpaban para que se callara. Pero él gritaba más:

    «Hijo de David, ten compasión de mí».

Jesús se detuvo y dijo:

    «Llamadlo».

Llamaron al ciego, diciéndole:

    «Ánimo, levántate, que te llama».

Soltó el manto, dio un salto y se acercó a Jesús.

Jesús le dijo:

    «¿Qué quieres que te haga?».

El ciego le contestó:

    «”Rabbuni”, que recobre la vista».

Jesús le dijo:

    «Anda, tu fe te ha salvado».

Y al momento recobró la vista y lo seguía por el camino.


Lunes 25

Rom 8, 12-17. Habéis recibido un Espíritu de adopción, en el que clamamos: “¡Abbá, Padre!”

Sal 67. Nuestro Dios es un Dios que salva.

Lc 13, 10-17. A esta, que es hija de Abraham, ¿no era necesario soltarla de tal ligadura en día de sábado?

Martes 26

Rom 8, 18-25. La creación, expectante, está aguardando la manifestación de los hijos de Dios.

Sal 125. El Señor ha estado grande con nosotros.

Lc 13, 18-21. El grano creció y se hizo un árbol.

Miércoles 27

Rm 8, 26-30. A los que aman a Dios todo les sirve para el bien.

Sal 12. Yo confío, Señor, en tu misericordia.

Lc 13, 22-30. Vendrán de oriente y occidente y se sentarán a la mesa en el Reino de Dios.

Jueves 28

Santos Simón y Judas, apóstoles. Fiesta.

Ef 2, 19-22. Estáis edificados sobre el cimiento de los apóstoles.

Sal 18. A toda la tierra alcanza su pregón.

Lc 6, 12-19. Escogió de entre ellos a doce, a los que también nombró apóstoles.

Viernes 29

Rom 9, 1-5. Desearía ser un proscrito por el bien de mis hermanos.

Sal 147. Glorifica al Señor, Jerusalén.

Lc 14, 1-6. ¿A quién se le cae al pozo el asno o el buey y no lo saca en día de sábado?

Sábado 30

Rom 11, 1-2a. 11-12. 25-29. Si el rechazo de los judíos es reconciliación del mundo, ¿qué no será su reintegración sino volver desde la muerte a la vida?

Sal 93. El Señor no rechaza a su pueblo.

Lc 14, 1. 7-11. Todo el que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido.

 

Lectura del santo Evangelio según san Marcos 10, 35-45

    En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, y le dijeron:

    «Maestro, queremos que hagas lo que te vamos a pedir».

Les preguntó:

    «¿Qué queréis que haga por vosotros?».

Contestaron:

«Concédenos sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda».

Jesús replicó:

«No sabéis lo que pedís, ¿podéis beber el cáliz que yo he de beber, o bautizaros con el bautismo con que yo me voy a bautizar?».

Contestaron:

    «Podemos». Jesús les dijo:

    «El cáliz que yo voy a beber lo beberéis, y seréis bautizados con el bautismo con que yo me voy a bautizar, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo, sino que s para quienes está reservado».

    Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra Santiago y Juan.

    Jesús, llamándolos, les dijo:

    «Sabéis que los que son reconocidos como jefes de los pueblos los tiranizan, y que los grandes los oprimen.

    No será así entre vosotros: el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos. Porque el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y dar su vida en rescate por muchos».


Lunes 18

San Lucas, evangelista. Fiesta

2Tim 4, 10-17b. Lucas es el único que está conmigo.

Sal 144. Tus santos, Señor, proclaman la gloria de tu reinado.

Lc 10, 1-9. La mies es abundante y los obreros pocos.

Martes 19

Rom 5, 12. 15b. 17-19. 20b-21. Si por el delito de uno solo la muerte inauguró su reinado, con cuánta más razón reinarán en la vida.

Sal 39. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.

Lc 12, 35-38. Bienaventurados los criados a quienes el Señor, al llegar, los encuentre en vela.

Miércoles 20

Rom 6, 12-18. Ofreceos a Dios como quienes han vuelto a la vida desde la muerte.

Sal 123. Nuestro auxilio es el nombre del Señor.

Lc 12, 39-48. Al que mucho se le dio, mucho se le reclamará.

Jueves 21

Rom 6, 19-23. Ahora estáis liberados del pecado y hechos esclavos de Dios.

Sal 1. Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.

Lc 12, 49-53. No he venido a traer paz, sino división.

Viernes 22

Rom 7, 18-24. ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte?

Sal 118. Instrúyeme, Señor, en tus decretos.

Lc 12, 54-59. Sabéis interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, pues ¿cómo no sabéis interpretar el tiempo presente?

Sábado 23

Rm 8,1-11. El Espíritu del que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros.

Sal 23. Este es el grupo, que viene a tu presencia, Señor.

Lc 13,1-9. Si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera.


Lectura del santo Evangelio según san Marcos 10, 17-30

    En aquel tiempo, cuando salía Jesús al camino, se le acercó uno corriendo, se arrodilló y le preguntó:

    «Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?».

Jesús le contestó:

    «¿Por qué me llamas bueno? No hay nadie bueno más que Dios. Ya sabes los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no estafarás, honra a tu padre y a tu madre».

Él replicó:

    «Maestro, todo eso lo he cumplido desde mi juventud».

Jesús se quedó mirándolo, lo amó y le dijo:

    «Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dáselo a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, y luego ven sígueme».

    A estas palabras, él frunció el ceño y se marchó triste, porque era muy rico.

    Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos:

    «¡Qué difícil les será entrar en el reino de Dios a los que tienen riquezas!» Los discípulos quedaron sorprendidos de estas palabras. Peros Jesús añadió:

    «Hijos, ¡qué difícil les es entrar en el reino de Dios! Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios».

    Ellos se espantaron y comentaban:

    «Entonces, ¿quién puede salvarse?».

 
  Jesús se les quedó mirando. y les dijo:

    «Es imposible para los hombres, no para Dios. Dios lo puede todo».

Pedro se puso a decirle:

    «Ya ves que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido».

Jesús dijo:

    «En verdad os digo que no hay nadie que haya dejado casa, o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, que no reciba ahora, en este tiempo, cien veces más - casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones - y en la edad futura, vida eterna».


Lunes 11

Santa María Soledad Torres Acosta. Memoria.

Rom 1, 1-7. Por Cristo hemos recibido la gracia del apostolado, para suscitar la obediencia de la fe entre los gentiles.

Sal 97. El Señor da a conocer su salvación.

Lc 11, 29-32. A esta generación no se le dará más signo que el signo de Jonás.

Martes 12

Bienaventurada Virgen María del Pilar. Fiesta.

1Cron 15, 3-4. 15-16; 16, 1-2. Llevaron el Arca de Dios y la colocaron en el centro de la tienda que David le había preparado.

O bien: Hch 1, 12-14. Perseveraban unánimes en la oración, junto con María, la madre de Jesús.

Sal 26. El Señor me ha coronado, sobre la columna me ha exaltado.

Lc 11, 27-28. Bienaventurado el vientre que te llevó.

Miércoles 13

Rm 2, 1-11. Pagará a cada uno según sus obras, primero al judío, pero también al griego.

Sal 61. Tú, Señor, pagas a cada uno según sus obras.

Lc 11, 42-46. ¡Ay de vosotros, fariseos! ¡Ay de vosotros también, maestros de la Ley!

Jueves 14

Rom 3, 21-30. El hombre es justificado por la fe, sin obras de la Ley.

Sal 129. Del Señor viene la misericordia, la redención copiosa.

Lc 11, 47-54. Se le pedirá cuenta de la sangre de los profetas, desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías.

Viernes 15

Santa Teresa de Jesús, virgen y doctora de la Iglesia. Fiesta.

Si 15, 1-6. Lo llena de sabiduría e inteligencia.

Sal 88. Contaré tu fama a mis hermanos; en medio de la asamblea te alabaré.

Mt 11, 25-30. Soy manso y humilde de corazón.

Sábado 16

Rom 4, 13.16-18. Apoyado en la esperanza, creyo contra toda esperanza.

Sal 104. El Señor se acuerda de su alianza eternamente.

Lc 12, 8-12. El Espíritu Santo os enseñará en aquel momento lo que tenéis que decir.


Lectura del santo evangelio según san Marcos 10, 2-16

    En aquel tiempo, acercándose unos fariseos, preguntaban a Jesús para ponerlo a prueba:

    «¿Le es lícito al hombre repudiar a su mujer?».

    Él les replicó:

    «¿Qué os ha mandado Moisés?».

    Contestaron:

    «Moisés permitió escribir el acta de divorcio y repudiarla».

    Jesús les dijo:

    «Por la dureza de vuestro corazón dejó escrito Moisés este precepto. Pero al principio de la creación Dios los creó hombre y mujer. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne.

    De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Pues lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre».

    En casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre lo mismo.

    Él les dijo:

    «Si uno se repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. Y si ella repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio».

    Acercaban a Jesús niños para que los tocara, pero los discípulos los regañaban.

    Al verlo, Jesús se enfadó y les dijo:

    «Dejad que los niños se acerquen a mí: no se lo impidáis, pues de los que son como ellos es el reino de Dios.

    En verdad os digo que quien no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él».

    Y tomándolos en brazos los bendecía imponiéndoles las manos.

Lunes 4

San Francisco de Asís. Memoria.

Jon 1, 1-2, 1.11. Jonás se puso en marcha para huir lejos del Señor.

Salmo: Jon 2, 3-5. 8. Tú, Señor, me sacaste vivo de la fosa.

Lc 10, 25-37. ¿Quién es mi prójimo?

Martes 5

Témporas de acción de gracias y de petición. Feria mayor.

Dt 8, 7-18. Dios te da la fuerza para adquirir esa riqueza.

Salmo: 1Cr 29, 10-12. Tú eres Señor del universo.

2Co 5, 17-21. Os pedimos que os reconciliéis con Dios.

Mt 7, 7-11. Todo el que pide recibe.

Miércoles 6

De la XXVII semana del Tiempo Ordinario. Feria.

Jon 4, 1-11. Tú te compadeces del ricino, ¿y no me he de compadecer yo de Nínive, la gran ciudad?

Sal 85. Tú, Señor, eres lento a la cólera y rico en piedad.

Lc 11, 1-4. Señor, enséñanos a orar.

Jueves 7

Ml 3,13-20a. Mirad que llega el día, ardiente como un horno.

Sal 1. Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.

Lc 11,5-13. Pedid y se os dará.

Viernes 8

Jl 1, 13-15; 2, 1-2. El Día del Señor, día de oscuridad y negrura.

Sal 9. El Señor juzgará el orbe con justicia.

Lc 11, 15-26. Si yo echo los demonios con el dedo de Dios, es que el reino de Dios ha llegado a vosotros.

Sábado 9

Jl 4, 12-21. Echad la hoz, pues la mies está madura.

Sal 96. Alegraos, justos, con el Señor.

Lc 11, 27-28. Bienaventurado el vientre que te llevó. Mejor, bienaventurados los que escuchan la palabra de Dios.


 

Lectura del santo Evangelio según san Marcos 8, 27-35

    En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se dirigieron a las aldeas de Cesarea de Filipo; por el camino, preguntó a sus discípulos:

    «¿Quién dice la gente que soy yo?» Ellos le contestaron:

    «Unos, Juan Bautista; otros, Elías; y otros, uno de los profetas».

    Él les preguntó:

    «Y vosotros, ¿quién decís que soy?» Pedro le contestó:

    «Tú eres el Mesías».

    Y les conminó a que no hablaran a nadie acerca de esto.

    Y empezó a instruirlos:

    «El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser reprobado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar a los tres días».

    Se lo explicaba con toda claridad. Entonces Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo. Pero él se volvió y, mirando a los discípulos, increpó a Pedro:

    «¡Ponte detrás de mí, Satanás! ¡Tú piensas como los hombres, no como Dios!».

    Y llamando a la gente y a sus discípulos, y les dijo:

    «Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga. Porque, quien quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mí y por el Evangelio la salvará.

    Pues ¿de que le sirve a un hombre ganar el mundo entero y perder su alma».

Lunes 13

San Juan Crisóstomo, obispo y doctor de la Iglesia. Memoria.

1Tim 2, 1-8. Que se hagan oraciones por toda la humanidad a Dios, que quiere que todos los hombres se salven.

Sal 27. Bendito el Señor, que escuchó mi voz suplicante.

Lc 7. 1-10. Ni en Israel he encontrado tanta fe.

Martes 14

Exaltación de la santa cruz. Fiesta.

Num 21, 4b-9. Cuando una serpiente mordía a alguien, este miraba a la serpiente de bronce y salvaba la vida.

O bien: Flp 2, 6-11. Se humilló a sí mismo; por eso Dios lo exaltó sobre todo.

Sal 77. No olvidéis las acciones del Señor.

Jn 3, 13-17. Tiene que ser elevado el Hijo del hombre.

Miércoles 15

Bienaventurada Virgen María de los Dolores. Memoria.

1Tm 3,14-16. Grande es el misterio que veneramos.

Sal 110. Grandes son las obras del Señor.

Jn 19, 25-27. Mujer, ahí tienes a tu hijo. O bien: Lc 2, 33-35. A ti mismo una espada te

traspasará el alma.

Jueves 16

Santos Cornelio, papa, y Cipriano, obispo, mártires. Memoria.

1Tm 4,12-16. Cuídate tú y cuida la enseñanza; así te salvarás a ti y a los que te escuchan.

Sal 110. Grandes son las obras del Señor.

Lc 7,36-50. Sus muchos pecados están perdonados, porque tiene mucho amor.

Viernes 17

1Tim 6, 2c-12. Tú, en cambio, hombre de Dios, busca la justicia.

Sal 48. Bienaventurados los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.

Lc 8, 1-3. Las mujeres iban con ellos, y les servían con sus bienes.

Sábado 18

1Tim 6, 13-16. Guarda el mandamiento sin mancha hasta la manifestación del Señor.

Sal 99. Entrad en la presencia del Señor con vítores.

Lc 8, 4-15. Lo de la tierra buena son los que guardan la palabra y dan fruto con perseverancia.


 

Lectura del santo Evangelio según san Marcos 7, 31-37

    En aquel tiempo, dejando Jesús el territorio de Tiro, pasó por Sidón, camino del mar de Galilea, atravesando la Decápolis. Y le presentaron un sordo que, además, apenas podía hablar; y le piden que le imponga las manos.

    Él, apartándolo de la gente, a solas, le metió los dedos en los oídos y con la saliva le tocó la lengua.

    Y, mirando al cielo, suspiró y le dijo:

    «Effetá», (esto es: «ábrete»).

    Y al momento se le abrieron los oídos, se le soltó la traba de la lengua y hablaba correctamente.

    Él les mandó que no lo dijeran a nadie; pero, cuanto más se lo mandaba, con más insistencia lo proclamaban ellos.

    Y en el colmo del asombro decían:

    «Todo lo ha hecho bien; hace oír a los sordos y hablar a los mudos».

Lunes 6

Col 1, 24-2, 3. Nombrado servidor de la Iglesia para llevar a plenitud el misterio escondido desde siglos. 

Sal 61. De Dios viene mi salvación y mi gloria.

Lc 6, 6-11. Estaban al acecho para ver si curaba en sábado.

Martes 7

Col 2, 6-15. El Señor os vivificó con él, y nos perdonó todos los pecados.

Sal 144. El Señor es bueno con todos.

Lc 6, 12-19. Pasó la noche orando. Escogió a doce, a los que también nombró apóstoles.

Miércoles 8

Natividad de la Bienaventurada Virgen María. Fiesta.

Miq 5, 1-4a. Dé a luz la que debe dar a luz.

O bien: Rom 8, 28-30. A los que Dios había conocido de antemano los predestinó.

Sal 12. Desbordo de gozo con el Señor.

Mt 1, 1-16. 18-23. La criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo.

Jueves 9

Santa María de la Cabeza, esposa de san Isidro labrador. Memoria.

Col 3,12-17. Por encima de todo, el amor, que es el ceñidor de la unidad consumada.

Sal 150. Todo ser que alienta alabe al Señor.

Lc 6,27-38. Sed compasivos como vuestro Padre es compasivo.

Viernes 10

1Tim 1, 1-2. 12-14. Antes era un blasfemo, pero Dios tuvo compasión de mí.

Sal 15. Tú eres, Señor, el lote de mi heredad.

Lc 6,39-42: ¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego?

Sábado 11

1Tim 1, 15-17. Vino al mundo para salvar a los pecadores.

Sal 112. Bendito sea el nombre del Señor por siempre.

Lc 6, 43-49. ¿Por qué me llamáis “Señor, Señor”, y no hacéis lo que digo?


Lectura del santo Evangelio según san Marcos 7, 1-8. 14-15. 21-23

    En aquel tiempo, se reunieron junto a Jesús los fariseos y algunos escribas venidos de Jerusalén; y vieron que algunos discípulos comían con manos impuras, es decir, sin lavarse las manos. (Pues los fariseos, como los demás judíos, no comen sin lavarse antes las manos, restregando bien, aferrándose a la tradición de sus mayores, y al volver de la plaza, no comen sin lavarse antes, y se aferran a otras muchas tradiciones, de lavar vasos, jarras y ollas).

    Y los fariseos y los escribas le preguntaron:

    «¿Por qué no caminan tus discípulos según las tradiciones de los mayores y comen el pan con las manos impuras?».

    Él les contestó:

    «Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, como está escrito:

“Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. El culto que me dan está vacío, porque la doctrina que enseñan son preceptos humanos.” Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres».

    Llamó Jesús de nuevo a la gente y les dijo:

    «Escuchad y entended todos: nada que entre de fuera puede hacer al hombre impuro; lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre.

    Porque de dentro, del corazón del hombre, salen los pensamientos perversos, las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, malicias, fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad. Todas esas maldades salen de dentro y hacen al hombre impuro».


Lunes 30


1Tes 4, 13-18. Dios llevará con él, por medio de Jesús, a los que han muerto.

Sal 95. El Señor llega a regir la tierra.

Lc 4, 16-30. Me ha enviado a evangelizar a los pobres… ningún profeta es aceptado en su

pueblo.

Martes 31

1Tes 5, 1-6. 9-11. Murió por nosotros para que vivamos con él.

Sal 26. Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida.

Lc 4, 31-37. Sé quién eres: el Santo de Dios.

Miércoles 1

Col 1, 1-8. La verdad del Evangelio llegó hasta vosotros y se propagó por todo el mundo.

Sal 51. Confío en tu misericordia, Señor, por siempre.

Lc 4, 38-44. Es necesario que evangelice también a las otras ciudades, pues para esto

he sido enviado.

Jueves 2

Col 1,9-14. Nos ha sacado del dominio de las tinieblas, y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido.

Sal 97. El Señor da a conocer su victoria.

Lc 5,1-11. Dejándolo todo, lo siguieron.

Viernes 3

San Gregorio magno, papa y doctor de la Iglesia. Memoria.

Col 1,15-20. Todo fue creado por él y para él.

Sal 99. Entrad en la presencia del Señor con vítores.

Lc 5,33-39. Llegará el día en que se lleven al novio, y entonces ayunarán.

Sábado 4

Col 1, 21-23. Dios os ha reconciliado para ser admitidos a su presencia santos y sin mancha.

Sal 53. Dios es mi auxilio.

Lc 6, 1-5. ¿Por qué hacéis en sábado lo que no está permitido?

 

Lectura del santo Evangelio según san Juan 6,60-69

    En aquel tiempo, muchos de los discípulos de Jesús, dijeron:

    «Este modo de hablar es duro, ¿quién puede hacerle caso?» Sabiendo Jesús que sus discípulos lo criticaban, les dijo:

    «¿Esto os escandaliza?, ¿y si vierais al Hijo del hombre subir a donde estaba antes? El Espíritu es quien da vida; la carne no sirve de nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y vida. Y con todo, hay algunos de vosotros que no creen».

    Pues Jesús sabía desde el principio quiénes no creían y quién lo iba a entregar.

    Y dijo:

    «Por eso os he dicho que nadie puede venir a mí si el Padre no se lo concede».

    Desde entonces, muchos discípulos suyos se echaron atrás y no volvieron a ir con él.

    Entonces Jesús les dijo a los Doce:

    «¿También vosotros queréis marcharos?».

    Simón Pedro le contestó:

    «Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios».

 

Lunes 23

1Tes 1, 1-5. 8b-10. Os convertisteis a Dios, abandonando los ídolos, aguardando la vuelta

de su Hijo, a quien ha resucitado.

Sal 149. El Señor ama a su pueblo.

Mt 23, 13-22. ¡Ay de vosotros, guías ciegos!

Martes 24

San Bartolomé, apóstol. Fiesta.

Ap 21, 9b-14. Sobre los cimientos están los nombres de los doce apóstoles del Cordero.

Sal 144. Tus santos, Señor, proclaman la gloria de tu reinado.

Jn 1, 45-51. Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño.

Miércoles 25

1Tes 2, 9-13. Trabajando día y noche proclamamos entre vosotros el Evangelio.

Sal 138. Señor, tú me sondeas y me conoces.

Mt 23, 27-32. Sois hijos de los que asesinaron a los profetas.

Jueves 26

Santa Teresa de Jesús Jornet e Ibars, virgen. Memoria.

1Tes 3, 7-13. Que el Señor os colme de amor mutuo y de amor a todos.

Sal 89. Sácianos de tu misericordia, Señor, y estaremos alegres.

Mt 24, 42-51. Estad preparados.

Viernes 27

Santa Mónica. Memoria.

1Tes 4, 1-8. Esta es la voluntad de Dios: vuestra santificación.

Sal 96. Alegraos, justos, con el Señor.

Mt 25, 1-13. ¡Que llega el esposo, salid a su encuentro!

Sábado 28

San Agustín, obispo y doctor de la Iglesia. Memoria.

1Tes 4, 9-11. Dios mismo nos ha enseñado a amarnos los unos a los otros.

Sal 97. El Señor llega para regir los pueblos con rectitud.

Mt 25, 14-30. Como has sido fiel en lo poco, entra en el gozo de tu señor.


Lectura del santo Evangelio según san Lucas 1, 39-56

      En aquellos días, María se levantó y se puso en camino de prisa hacia la montaña, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.

    Aconteció que. en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel de Espíritu Santo y levantando la voz, exclamó:

    «¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre!

    ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? Pues, en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Bienaventurada la que ha creído, porque lo que le ha dicho el Señor se cumplirá».

    María dijo:

    «Proclama mi alma la grandeza del Señor, “se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humildad de su esclava”.

    Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes en mi: “su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación”.

    Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, “derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.

    Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia” - como lo había prometido a “nuestros padres” - en favor de Abrahán y su descendencia por siempre».

    María se quedó con Isabel unos tres meses y volvió a su casa.

Lunes 16

Jue 2, 11-19. El Señor suscitó jueces, pero tampoco les escucharon.

Sal 105. Acuérdate de mí, Señor, por amor a tu pueblo.

Mt 19, 16-22. Si quieres ser perfecto, vende tus bienes, así tendrás un tesoro en el cielo.

Martes 17

Jue 6, 11-24a. Gedeón, salva a Israel, yo te envío.

Sal 84. Dios anuncia la paz a su pueblo.

Mt 19, 23-30. Más fácil les es a un camello entrar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de los cielos.

Miércoles 18

Jue 9, 6-15. Pedisteis que os gobernara un rey, cuando vuestro rey era el Señor.

Sal 20. Señor, el rey se alegra por tu fuerza.

Mt 20, 1-16. ¿Vas a tener tú envidia porque yo soy bueno?

Jueves 19

Jue 11,29-39a. El primero que salga de mi casa a recibirme, será para el Señor, y lo ofreceré en holocausto.

Sal 39. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.

Mt 22, 1-14. A todos los que encontréis convidadlos a la boda.

Viernes 20

San Bernardo, abad y doctor de la Iglesia. Memoria.

Rut 1, 1. 3-6. 14b-16. 22. Noemí volvió de la región de Moab junto con Rut, y llegaron a Belén.

Sal 145. Alaba, alma mía, al Señor.t 22, 34-40. Amarás al Señor, tu Dios, y a tu prójimo como a ti mismo.

Sábado 21

San Pío X, papa. Memoria.

Rut 2, 1-3. 8-11; 4, 13-17. El Señor no te ha dejado sin protección. Fue padre de Jesé, el padre de David.

Sal 127. Esta es la bendición del hombre que teme al Señor.

Mt 23, 1-12. Ellos dicen, pero no hacen.


Lectura del santo Evangelio según san Juan 6, 41-51

    En aquel tiempo, los judíos murmuraban de Jesús porque había dicho: «Yo soy el pan bajado del cielo», y decían:

    «¿No es este Jesús, el hijo de José? ¿No conocemos a su padre y a su madre? ¿Cómo dice ahora que ha bajado del cielo?» Jesús tomó la palabra y les dijo:

    «No critiquéis. Nadie puede venir a mí si no lo atrae el Padre que me ha enviado. Y yo lo resucitaré en el último día.

    Está escrito en los profetas: “Serán todos discípulos de Dios”.

    Todo el que escucha al Padre y aprende, viene a mí.

    No es que alguien haya visto al Padre, a no ser el que está junto a Dios: ese ha visto al Padre. En verdad, en verdad os digo: el que cree tiene vida eterna.

    Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron en el desierto el maná y murieron: este es el pan que baja del cielo, para que el hombre coma de él y no muera.

    Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre.

Lunes 9

Santa Teresa Benedicta de la Cruz, virgen y mártir. Fiesta

Os 2,16b.17de.21-22. Me desposaré contigo para siempre.

Sal 44. Escucha, hija, mira, inclina el oído.

Mt 25,1-13. ¡Que llega el esposo, salid a recibirlo!

Martes 10

San Lorenzo, diácono y mártir. Fiesta.

2Cor 9,6-10. Dios ama al que da con alegría.

Sal 111. Dichoso el que se apiada y presta.

Jn 12,24-26. A quien me sirva, el Padre lo honrará.

Miércoles 11

Santa Clara, virgen. Memoria.

Dt 34, 1-12. Allí murió Moisés como había dispuesto el Señor, y no surgió otro profeta

como él.

Sal 65. Bendito sea Dios, que me ha devuelto la vida.

Mt 18, 15-20. Si te hace caso, has salvado a tu hermano.

Jueves 12

Jos 3, 7-10a. 11. 13-17. El Arca de la Alianza del Dueño va a pasar el Jordán delante de vosotros.

Sal 113A. Aleluya.

Mt 18, 21-19, 1. No te digo que perdones hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.

Viernes 13

Jos 24, 1-13. Yo tomé a vuestro padre del otro lado del Río; os saqué de Egipto; os llevé a la tierra.

Sal 135. Porque es eterna su misericordia.

Mt 19, 3-12. Por la dureza de corazón permitió Moisés repudiar a las mujeres; pero, al principio, no era así.

Sábado 14

San Maximiliano María Kolbe, presbítero y mártir. Memoria.

Jos 24, 14-29. Elegid hoy a quién queréis servir.

Sal 15. Tú, Señor, eres el lote de mi heredad.

Mt 19, 13-15. No impidáis a los niños acercarse a mí; de los que son como ellos es el reino de los cielos.


Lectura del santo Evangelio según san Juan 6, 24-35

    En aquel tiempo, cuando la gente vio que ni Jesús ni sus discípulos estaban allí, se embarcaron y fueron a Cafarnaún en busca de Jesús.

    Al encontrarlo en la otra orilla del lago, le preguntaron:

    «Maestro, ¿cuándo has venido aquí?».

    Jesús les contestó:

    «En verdad, en verdad os digo: me buscáis no porque habéis visto signos, sino porque comisteis pan hasta saciaros. Trabajad, no por el alimento que perece, sino por el alimento que perdura para la vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre; pues a este lo ha sellado el Padre, Dios». Ellos le preguntaron:

    «Y, ¿qué tenemos que hacer para realizar las obras de Dios?».

    Respondió Jesús:

    «La obra que Dios es esta: que creáis en el que él ha enviado».

    Le replicaron:

«¿Y qué signo haces tú, para que veamos y creamos en ti? ¿Cuál es tu obra? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: “Pan del cielo les dio a comer “». Jesús les replicó:

    «En verdad, en verdad os digo: no fue Moisés quien os dio pan del cielo, sino que es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da vida al mundo».

    Entonces le dijeron:

    Señor, danos siempre de este pan».

    Jesús les contestó:

    «Yo soy el pan de vida. El que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí no tendrá sed jamás».

Lunes 2

Num 11,4b-15. Solo no puedo cargar con este pueblo.

Sal 80. Aclamad a Dios, nuestra fuerza.

Mt 14,13-21. Alzando la mirada al cielo, pronunció la bendición y dio los panes a los

discípulos; los discípulos se los dieron a la gente

Martes 3

Num 12,1-13. Moisés no es como los otros profetas, ¿cómo os habéis atrevido a hablar contra él?

Sal 50. Misericordia, Señor, hemos pecado.

Mt 14,22-36. Mándame ir hacia ti andando sobre el agua.

Miércoles 4

San Juan María Vianney,presbítero. Memoria.

Num 13,1-2.25.14,1.26-30.34-35. Despreciaron una tierra envidiable.

Sal 105. Acuérdate de mí, Señor, por amor a tu pueblo.

Mt 15,21-28. Mujer, qué grande es tu fe.

Jueves 5

Num 20,1-13. Brotó agua abundantemente.

Sal 94. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: “No endurezcáis vuestro corazón”.

Mt 16,13-23. Tú eres Pedro y te daré las llaves del Reino de los cielos.

Viernes 6

La Transfiguración del Señor. Fiesta.

Dn 7,9-10.13-14. Su vestido era blanco como la nieve.

o bien:

2P 1,16-19. Esta voz traída del cielo la oímos nosotros.

Sal 96. El Señor reina, altísimo sobre toda la tierra.

Lc 9,28b-36. Moisés y Elías hablaban de su muerte.

Sábado 7

Santos Justo y Pastor, mártires. Memoria.

Dt 6,4-13. Amarás al Señor, tu Dios, con todo el corazón.

Sal 17. Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza.

Mt 17,14-20. Si tuvierais fe, nada os sería imposible.


Lectura del santo Evangelio según san Mateo 20, 20-28

    En aquel tiempo, se acercó a Jesús la madre de los hijos de Zebedeos con sus hijos y se postró para hacerle una petición.

    Él le preguntó:

    ¿«Qué deseas?».

    Ella contestó:

    «Ordena que estos dos hijos míos se sienten en tu reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda».

    Pero Jesús replicó:

    «No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber el cáliz que yo he de beber?».

    Contestaron:

    «Podemos». Él les dijo:

    «Mi cáliz lo beberéis; pero sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mi concederlo, es para aquellos para quienes lo tiene reservado mi Padre».

    Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra los dos hermanos. Y llamándolos, Jesús les dijo:

    «Sabéis que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros: el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor, y el que quiera ser primero entre vosotros, que sea vuestro esclavo.

    Igual que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido sino a servir y a dar su vida en rescate por muchos».


Lunes 26

Santos Joaquín y Ana, padres de la Bienaventurada Virgen María. Memoria.

Ex 32,15-24.30-34. Este pueblo ha cometido un pecado gravísimo haciéndose dioses de oro.

Sal 105. Dad gracias al Señor porque es bueno.

Mt 13,31-35. El grano de mostaza se hace un arbusto, y vienen los pájaros a anidar en sus

ramas.

Martes 27

Ex 33,7-11;34,5b-9.28. El Señor hablaba con Moisés cara a cara.

Sal 102. El Señor es compasivo y misericordioso.

Mt 13,36-43. Lo mismo que se arranca la cizaña y se echa al fuego, así será al final de los

tiempos.

Miércoles 28

Ex 34,29-35. Vieron a Moisés la piel de la cara y no se atrevieron a acercarse a él.

Sal 98. ¡Santo eres, Señor, nuestro Dios!

Mt 13,44-46. Vende todo lo que tiene y compra el campo.

Jueves 29

Santa Marta. Memoria.

Ex 40,16-21.34-38. La nube cubrió la Tienda del Encuentro y la gloria del Señor la llenó.

Sal 83. ¡Qué deseables son tus moradas, Señor del universo!

Mt 13,47-53. Reúnen los buenos en cestos y los malos los tiran.

Viernes 30

Lev 23,1.4-11.15-16.27.34b-37. En las festividades del Señor convocaréis asamblea litúrgica.

Sal 80. Aclamad a Dios, nuestra fuerza.

Mt 13,54-58. ¿No es el hijo del carpintero? Entonces, ¿de dónde saca todo eso?

Sábado 31

San Ignacio de Loyola, presbítero. Memoria.

Lev 25,1.8-17. El año jubilar cada uno recobrará su propiedad.

Sal 66. Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.

Mt 14,1-12. Herodes mandó decapitar a Juan, y sus discípulos fueron a contárselo a Jesús.


Lectura del santo Evangelio según san Marcos 6, 30-34

    En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús, y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Él les dijo:

    «Venid vosotros a solas a un lugar desierto a descansar un poco».

    Porque eran tantos los que iban y venían, que no encontraban tiempo ni para comer.

    Se fueron en barca a solas a un lugar desierto.

    Muchos los vieron marcharse y los reconocieron; entonces de todas las aldeas fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. Al desembarcar, Jesús vio una multitud y se compadeció de ella, porque andaban como ovejas que no tienen pastor; y se puso a enseñarles muchas cosas.

 

Lunes 19

Ex 14,5-18. Sabrán que yo soy el Señor, cuando me haya cubierto de gloria a costa del Faraón.
Sal: Ex 15,1-2.3-4.5-6. Cantaré al Señor, sublime es su victoria.
Mt 12,38-42. Cuando juzguen a esta generación, la reina del Sur se levantará.

Martes 20

Ex 14,21-15,1. Los israelitas entraron en medio del mar a pie enjuto.
Sal. Ex 15,8-10.12.17. Cantaré al Señor, sublime en su victoria.
Mt 12,46-50. Señalando con la mano a los discípulos, dijo “Éstos son mi madre y mis
hermanos”.

Miércoles 21

Ex 16,1-5.9-15. Haré llover pan del cielo para vosotros.
Sal 77.
El Señor les dio pan del cielo.
Mt 13,1-9. Cayó en tierra buena y dio fruto

Jueves 22

                                                     Santa María Magdalena. Fiesta.
Cant 3,1-4b. Encontré al amor de mi alma.
O bien:
2Cor 5,14-17. Ahora ya no conocemos a Cristo según la carne.
Sal 62. Mi alma está sedienta de ti, Dios mío.
Jn 20,1-2.11-18. Mujer, ¿por qué lloras? ¿a quién buscas?

Viernes 23

                                        Santa Brígida, religiosa y patrona de Europa. Fiesta.
Ga 2,19-20. Vivo yo, pero no soy yo, es Cristo quien vive en mí.
Sal 33,3-11. Bendigo al Señor en todo momento.
Jn 15,1-8. El que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante.

Sábado 24

Ex 24,3-8. Esta es la sangre de la alianza que el Señor ha concertado con vosotros.
Sal 49. Ofrece a Dios un sacrificio de alabanza.
Mt 13,24-30. Dejadlos crecer juntos hasta la siega.

 

Lectura del santo Evangelio según san Marcos 6, 7-13

    En aquel tiempo, llamó Jesús a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos. Les encargó que llevaran para el camino un bastón y nada más, pero ni pan, ni alforja, ni dinero suelto en la faja; que llevasen sandalias, pero no una túnica de repuesto.

Y añadió:

    «Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio. Y si un lugar no os recibe ni os escucha, al marcharos sacudíos el polvo de los pies, en testimonio contra ellos».

    Ellos salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.


Lunes 12

Ex 1,8-14.22. Obremos astutamente contra Israel para que no se multiplique más.
Sal 123. Nuestro auxilio es el nombre del Señor.
Mt 10,34-11,1. No he venido a sembrar paz sino espada.

Martes 13

Ex 2,1-15a. Lo llamó Moisés, pues lo había sacado del agua.
Sal 68. Los humildes, buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón.
Mt 11,20-24. El día del juicio les será más llevadero a Tiro, a Sidón y a Sodoma que a
vosotras.

Miércoles 14

Ex 3,1-6.9-12. El ángel del Señor se le apareció en una llamarada entre las zarzas.
Sal 102. El Señor es compasivo y misericordioso.
Mt 11,25-27. Has escondido estas cosas a los sabios y se las has revelado a los pequeños.

Jueves 15

                                           San Buenaventura, obispo y doctor. Memoria.
Ex 3,13-20. Yo soy el que soy.
Sal 104. El Señor se acuerda de su alianza eternamente.
Mt 11,28-30. Soy manso y humilde de corazón.

Viernes 16

                                        Virgen María del Monte Carmelo. Memoria.
Ex 11,10-12,14. Mataréis al cordero al atardecer; cuando yo vea la sangre, pasaré de largo ante vosotros.
Sal 115. Alzaré la copa de la salvación, invocando el nombre del Señor.
Mt 12,1-8. El Hijo del hombre es señor del sábado.

Sábado 17

Ex 12,37-42. Noche en que el Señor sacó a Israel de Egipto.
Sal 135. Porque es eterna su misericordia.
Mt 12,14-21. Les mandó que no lo descubrieran. Así se cumplió lo que dijo el profeta.

 


Lectura del santo Evangelio según san Marcos 6, 1-6

    En aquel tiempo, Jesús se dirigió a su ciudad y lo seguían sus discípulos.

    Cuando llegó el sábado, empezó a enseñar en la sinagoga; la multitud que lo oía se preguntaba asombrada:

    «¿De dónde saca todo eso? ¿Qué sabiduría es esa que le ha sido dada? ¿Y esos milagros que realizan sus manos? ¿No es éste el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago y José y Judas y Simón? Y sus hermanas ¿no viven con nosotros aquí?». Y se escandalizaban a cuenta de él.

    Les decía:

    «No desprecian a un profeta más que en su tierra, entre sus parientes y en su casa».

    No pudo hacer allí ningún milagro, sólo curó algunos enfermos imponiéndoles las manos. Y se admiraba de su falta de fe.

    Y recorría los pueblos de alrededor enseñando.

Lunes 5

Gen 28,10-22a. Vio una escalinata apoyada, y ángeles de Dios subían y bajaban, y Dios hablaba.
Sal 90. Dios mío, confío en ti.
Mt 9,18-26. Mi hija acaba de morir, pero ven tú, y vivirá.

Martes 6

Gen 32,22-32. Te llamarás Israel, porque has luchado con dioses y has podido.
Sal 16. Yo con mi apelación vengo a tu presencia, Señor.
Mt 9,32-38. La mies es abundante pero los trabajadores son pocos.

Miércoles 7

Gen 41,55-57; 42,5-7a. 17-24a. Estamos pagando el delito contra nuestro hermano.
Sal 32. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros como lo esperamos de ti.
Mt 10,1-7. Id a las ovejas descarriadas de Israel

Jueves 8

Gen 44,18-21,23b-29.45,1-5. Para salvación me envió Dios a Egipto.
Sal 104. Recordad las maravillas que hizo el Señor.
Mt 10,7-15. Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis

Viernes 9

Gen 46,1-7.28-30. Puedo morir, después de haber contemplado tu rostro.
Sal 36. El Señor es quien salva a los justos.
Mt 10,16-23. No seréis vosotros los que habléis, sino el Espíritu de vuestro Padre.

Sábado 10

Gen 49,29-32;50,15-26a. Dios cuidará de vosotros y os llevará de esta tierra.
Sal 104. Los humildes buscad al Señor y revivirá vuestro corazón.
Mt 10,24-33. No tengáis miedo a los que matan el cuerpo

 

Lectura del santo Evangelio según san Marcos 5, 21-24. 35b-43

    En aquel tiempo, Jesús atravesó de nuevo en barca a la otra orilla, se le reunió mucha gente a su alrededor, y se quedó junto al mar.

    Se acercó un jefe de la sinagoga, que se llamaba Jairo, y, al verlo, se echó a sus pies, rogándole con insistencia:

    «Mi niña está en las últimas; ven, impón las manos sobre ella, para que se cure y viva».

    Se fue con él y lo seguía mucha gente.

    Llegaron de casa del jefe de la sinagoga para decirle:

    «Tu hija se ha muerto. ¿Para qué molestar más al maestro?».

    Jesús alcanzó a oír lo que hablaban y le dijo al jefe de la sinagoga:

    «No temas; basta que tengas fe».

    No permitió que lo acompañara nadie, más que Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago. Llegaron a casa del jefe de la sinagoga y encuentra el alboroto de los que lloraban y se lamentaban a gritos y después de entrar les dijo:

    «¿Qué estrépito y qué lloros son éstos? La niña no está muerta, está dormida».

    Se reían de él. Pero él los echó fuera a todos y, con el padre y la madre de la niña y sus acompañantes, entró donde estaba la niña, la cogió de la mano y le dijo:

    «Talitha qumi» (que significa: «Contigo hablo, niña, levántate»).

    La niña se levanto inmediatamente y echó a andar; tenía doce años. Y quedaron fuera de sí llenos de estupor.

    Les insistió en que nadie se enterase; y les dijo que dieran de comer a la niña.

Lunes 28

                                             San Ireneo de Lyon, obispo y mártir. Memoria.
Gn 18,16-33. ¿Es que vas a destruir al inocente con el culpable?
Sal 102. El Señor es compasivo y misericordioso.
Mt 8,18-22. Sígueme.

Martes 29

                                           Santos Pedro y Pablo, apóstoles. Solemnidad
Hch 12,1-11. Era verdad: el Señor me ha librado de las manos de Herodes.
Sal 33. El Señor me libró de todas mis ansias.
2Tm 4,6-8.17-18. Ahora me aguarda la corona merecida.

Mt 16,13-19. Tú eres Pedro, y te daré las llaves del reino de los cielos.

Miércoles 30

Gen 21,5.8-20. El hijo de esa criada no va a repartirse la herencia con mi hijo Isaac.
Sal 33. Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha.
Mt 8,28-34. ¿Has venido a atormentar a los demonios antes de tiempo?

Jueves 1

Gen 22,1-19. El sacrificio de Abrahán, nuestro padre en la fe.
Sal 114. Caminaré en presencia del Señor en el país de los vivos.
Mt 9,1-8. La gente alababa a Dios, que da a los hombres tal potestad.

Viernes 2

Gen 23,1-4.19;24,1-8.62-67. Isaac, con el amor de Rebeca, se consoló de la muerte de su madre.
Sal 105. Dad gracias al Señor porque es bueno.
Mt 9,9-13. No tienen necesidad de médico los sanos; misericordia quiero y no sacrificios.

Sábado 3

                                                        Santo Tomás apóstol. Fiesta.
Ef 2,19-22. Estáis edificados sobre el cimiento de los apóstoles.
Sal 116. Id al mundo entero y proclamad el evangelio.
Jn 20,24-29. ¡Señor mío y Dios mío!

 

Lectura del santo Evangelio según san Marcos 4, 35 40

Aquel día, al atardecer, dijo Jesús a sus discípulos:

«Vamos a la otra orilla».

    Dejando a la gente, se lo llevaron en barca, como estaba; otras barcas lo acompañaban. Se levantó una fuerte tempestad y las olas rompían contra la barca hasta casi llenarla de agua. Él estaba en la popa, dormido sobre su cabezal.

    Lo despertaron, diciéndole:

    «Maestro, ¿no te importa que perezcamos?».

    Se puso en pie, increpó al viento y dijo al mar:

    «¡Silencio, enmudece!».

    El viento cesó y vino una gran calma.

    Él les dijo:

    «¿Por qué tenéis miedo? ¿Aún no tenéis fe?».

    Se llenaron de miedo y se decían unos a otros:

    «¿Pero quién es este? ¡Hasta el viento y el mar le obedecen!».

Lunes 21

                                             San Luis Gonzaga, religioso. Memoria.
Gen 12,1-9. Abrahán marchó, como le había dicho el Señor.
Sal 32. Dichoso el pueblo que el Señor se escogió como heredad.
Mt 7,1-5. Sácate primero la viga del ojo.

Martes 22

Gen 13,2.5-18. No haya disputas entre nosotros dos, pues somos hermanos.
Sal 14. Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda?
Mt 7,6.12-14. Lo que deseáis que los demás hagan con vosotros, hacedlo con ellos.

Miércoles 23

Gen 15,1-12. 17-18. Abrahán creyó a Dios y le fue contado como justicia; y el Señor concertó alianza con él.
Sal 104. El Señor se acuerda de su alianza eternamente.
Mt 7,15-20. Por sus frutos los conoceréis.

Jueves 24

                                        Natividad de San Juan Bautista. Solemnidad.
Is 49,1-6. Te hago luz de las naciones.
Sal 138. Te doy gracias porque me has escogido portentosamente.
Hch 13,22-26.
Juan predicó antes de que llegara Cristo.
Lc 1,57-66.80. Juan es su nombre.

Viernes 25

Gen 17,1.9-10.15-22. Circuncidad a todos vuestros varones en señal de mi pacto. Sara te va a dar un hijo.
Sal 127. Ésta es la bendición del hombre que teme al Señor.
Mt 8,1-4. Si quieres, puedes limpiarme.

Sábado 26

                             San José María Escrivá de Balaguer, presbítero. Memoria.
Gen 18,1-5. ¿Hay algo difícil para Dios? Cuando vuelva a visitarte, Sara habrá tenido un hijo.
Sal: Lc 1,46-47.48-49.50.53.54-55. El Señor se acuerda de la misericordia.
Mt 8,5-17. Vendrán muchos de Oriente y Occidente y se sentarán con Abrahán, Isaac y Jacob.

 
 

Lectura del santo Evangelio según san Marcos 4, 26-34

En aquel tiempo, Jesús decía al gentío:

    «El reino de Dios se parece a un hombre que echa semilla en la tierra. Él duerme de noche y se levanta de mañana; la semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo. La tierra va produciendo fruto sola: primero los tallos, luego la espiga, después el grano. Cuando el grano está a punto, se mete la hoz, porque ha llegado la siega». Dijo también:

    «¿Con qué compararemos el reino de Dios? ¿Qué parábola usaremos? Con un grano de mostaza: al sembrarlo en la tierra es la semilla más pequeña, pero después de sembrada crece, se hace más alta que las demás hortalizas y echa ramas tan grandes que los pájaros pueden anidar a su sombra».

    Con muchas parábolas parecidas les exponía la palabra, acomodándose a su entender. Todo se lo exponía con parábolas, pero a sus discípulos les explicaba todo en privado.

Lunes 14

2Cor 6,1-10. Nos acreditamos como ministros de Dios.
Sal 97. El Señor da a conocer su salvación.
Mt 5,38-42. Yo os digo que no hagáis frente al que os agravia.

Martes 15

Dedicación de la Iglesia Catedral. Fiesta.

2Cron 8, 22-23. 27-30. Te he construido un palacio, un sitio donde vivas para siempre.
Salmo: 1Cron 29. Alabamos tu nombre glorioso, Señor.
Jn 2, 13-22. Hablaba del Templo de su cuerpo.

Miércoles 16

Santa María Micaela del Santísimo Sacramento, virgen. Memoria.

2Cor 9,6-11. Dios ama “al que da con alegría”.
Sal 111. Dichoso quien teme al Señor.
Mt 6,1-6.16-18. Tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará.

Jueves 17

2Cor 11,1-11. Anunciando de balde el evangelio de Dios para vosotros.
Sal 110. Justicia y verdad son las obras de tus manos, Señor.
Mt 6,7-15. Vosotros orad así.

Viernes 18

2Co 11,18.21b-30. Aparte todo lo demás, la carga de cada día, la preocupación por todas las Iglesias.
Sal 33. El Señor libra a los justos de sus angustias.
Mt 6,19-23. Adonde está tu tesoro, allí está tu corazón.

Sábado 19

2Co 12,1-10. Muy a gusto presumo de mis debilidades.
Sal 33. Gustad y ved qué bueno es el Señor.
Mt 6,24-34. No os agobiéis por el mañana.


Lectura del santo evangelio según san Marcos 14, 12-16. 22-26

El primer día de los Ácimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual, le dijeron a Jesús sus discípulos:

«¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la cena de Pascua?» Él envió a dos discípulos, diciéndoles:

«ld a la ciudad, os saldrá al paso un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidlo y, en la casa en que entre, decidle al dueño: “El Maestro pregunta: ¿Cuál es la habitación donde voy a comer la Pascua con mis discípulos?” Os enseñará una sala grande en el piso de arriba, acondicionada y dispuesta. Preparádnosla allí»

Los discípulos se marcharon, llegaron a la ciudad, encontraron lo que les había dicho y prepararon la Pascua.

Mientras comían, tomó pan y, pronunciando la bendición, lo partió y se lo dio diciendo:

«Tomad, esto es mi cuerpo.»

Después, tomó el cáliz, pronunció la acción de gracias, se lo dio y todos bebieron.

Y les dijo:

«Esta es mi sangre de la alianza, que es derramada por muchos. En verdad os digo que no volveré a beber del fruto de la vid hasta el día que beba el vino nuevo en el reino de Dios».

Después de cantar el himno, salieron para el monte de los Olivos.


Lunes 7

 2Cor 1, 1-7. Dios nos consuela hasta el punto de poder nosotros consolar a los demás en la lucha.

Sal 33. Gustad y ved qué bueno es el Señor.

Mt 5, 1-12. Bienaventurados los pobres en el espíritu.

Martes 8

 2Cor 1, 18-22. Jesús no fue sí y no, sino que en él solo hubo sí.

Sal 118. Haz brillar, Señor, tu rostro sobre tu siervo.

Mt 5, 13-16. Vosotros sois la luz del mundo.

Miércoles 9

 2Cor 3, 4-11. Para ser ministros de una alianza nueva: no de la letra, sino del Espíritu.

Sal 98. Santo eres, Señor, nuestro Dios.

Mt 5, 17-19. No he venido a abolir, sino a dar plenitud.

Jueves 10

 2Cor 3,15-4,1.3-6. Dios ha brillado en nuestros corazones, para que nosotros iluminemos, dando a conocer la gloria de Dios.

Sal 84. La gloria del Señor habitará en nuestra tierra.

Mt 5,20-26. Todo el que esté peleado con su hermano, será procesado.

Viernes 11

Sagrado Corazón de Jesús. Solemnidad.

 Os 11,1b.3-4.8c-9. Se me revuelve el corazón.

Lectura sálmica: Is 12,2-3.4bcd.5-6. Sacaréis aguas con gozo de las fuentes de la salvación.

Ef 3,8-12.14-19. Comprendiendo lo que trasciende toda filosofía: el amor cristiano.

Jn 19,31-37. Le traspasó el costado, y salió sangre y agua.

Sábado 12

Inmaculado Corazón de María. Memoria.

 2Cor 5, 14-21. Al que no conocía el pecado, lo hizo pecado en favor nuestro.

Sal 102. El Señor es compasivo y misericordioso.

Lc 2,41-51. Conservaba todo esto en su corazón

 

Lectura del santo Evangelio según san Juan 20, 19-23

Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo:

«Paz a vosotros».

Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:

«Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo». Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo:

«Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos».

Lunes 24

Bienaventurada Virgen María, madre de la Iglesia. Memoria.

Gn 3,9-15.20. Madre de todos los que viven.

o bien

Hch 1,12-14. Perseveraban en la oración junto con María, la madre de Jesús.

Sal 86. ¡Qué pregón tan glorioso para ti, ciudad de Dios!

Jn 19,25-34. Ahí tienes a tu hijo. Ahí tienes a tu madre.

Martes 25

 Eclo 35,1-15. El que guarda los mandamientos ofrece sacrificio de acción de gracias.

Sal 49. Al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios.

Mc 10,28-31. Recibiréis en este tiempo cien veces más, con persecuciones, y en la edad futura, vida eterna.

Miércoles 26

San Felipe Neri, presbítero. Memoria

 Eclo 36,1-2a.5-6.13-19. Que sepan las naciones que no hay Dios fuera de Ti.

Sal 78. Muéstrame, Señor, la luz de tu misericordia.

Mc 10,32-45. Mirad, estamos subiendo a Jerusalén, y el Hijo del hombre va a ser entregado

Jueves 27

Jesucristo, sumo y eterno sacerdote. Fiesta

 Is 52,13-53,12. Él fue traspasado por nuestras rebeliones.

o bien:

Hb 10,12-23. Tenemos un gran sacerdote al frente de la casa de Dios.

Sal 39. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.

Lc 22,14-20. Esto es mi cuerpo. Esta copa es la nueva alianza, sellada con mi sangre.

Viernes 28

 Eclo 44,1.9-13. Nuestros antepasados fueron hombres de bien, vive su fama por

generaciones.

Sal 149. El Señor ama a su pueblo.

Mc 11,11-26. Mi casa se llamará casa de oración para todos los pueblos. Tened fe en Dios.

Sábado 29

 Eclo 51,17-27 [gr. 51,12c-20b]. Daré gracias al que me enseñó.

Sal 18. Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.

Mc 11,27-33. ¡Con qué autoridad haces esto!

 
 

Conclusión del santo Evangelio según san Marcos 16,15-20

En aquel tiempo, se apareció Jesús a los once y les dijo:

«ld al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación.

El que crea y sea bautizado se salvará; el que no crea será condenado.

A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos». Después de hablarles, el Señor Jesús fue llevado al cielo y se sentó a la derecha de Dios.

Ellos se fueron a predicar el Evangelio por todas partes, y el Señor cooperaba confirmando la palabra con las señales que los acompañaban.

Lunes 17

 Hch 19, 1-8. ¿Recibisteis el Espíritu Santo al aceptar la fe?

Sal 67. Reyes de la tierra, cantad a Dios.

Jn 16, 29-33. Tened valor: yo he vencido al mundo.

Martes 18

 Hch 20, 17-27. Completo mi carrera, y cumplo el encargo que me dio el Señor Jesús.

Sal 67. Reyes de la tierra, cantad a Dios.

Jn 17, 1-11a. Padre, glorifica a tu Hijo.

Miércoles 19

 Hch 20,28-38. Os dejo en manos de Dios, que tiene poder para construiros y daros parte en la herencia.

Sal 67. Reyes de la tierra, cantad a Dios.

Jn 17,11b-19. Que sean uno, como nosotros.

Jueves 20

 Hch 22, 30; 23, 6-11. Tienes que dar testimonio en Roma.

Sal 15. Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.

Jn 17, 20-26. Que sean completamente uno.

Viernes 21

 Hch 25, 13b-21. Un tal Jesús ya muerto, que Pablo sostiene que está vivo.

Sal 102. El Señor puso en el cielo su trono.

Jn 21, 15-19. Apacienta mis corderos, pastorea mis ovejas.

Sábado 22

 Hch 28, 16-20. 30-31. Permaneció en Roma, predicando el Reino de Dios.

Sal 10. Los buenos verán tu rostro, Señor.

Jn 21, 20-25. Este es el discípulo que ha escrito esto, y su testimonio es verdadero.

 

Lectura del santo Evangelio según san Juan 15, 9-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor.

Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud.

Este es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado. Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos.

Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.

Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto permanezca.

De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé.

Esto os mando: que os améis unos a otros».

 

Lunes 10

San Juan de Ávila, presbítero y doctor. Memoria.

 Hch 16, 11-15. El Señor le abrió el corazón para que aceptara lo que decía Pablo.

Sal 149. El Señor ama a su pueblo.

Jn 15, 26-16, 4a. El Espíritu de la verdad dará testimonio de mí

Martes 11

 Hch 16, 22-34. Cree en el Señor Jesús y te salvarás tú y tu familia.

Sal 137. Tu derecha me salva, Señor.

Jn 16, 5-11. Si no me voy, no vendrá a vosotros el Paráclito

Miércoles 12

 Hch 17, 15. 22-18, 1. Eso que veneráis sin conocerlo, os lo anuncio yo.

Sal 148. Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.

Jn 16, 12-15. El Espíritu de la verdad os guiará hasta la verdad plena.

Jueves 13

 Hch 18, 1-8. Se quedó a trabajar en su casa. Todos los sábados discutía en la sinagoga.

Sal 97. El Señor revela a las naciones su victoria.

Jn 16, 16-20. Estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría.

Viernes 14

San Matías, apóstol. Fiesta.

 Hch 1,15-17.20-26. Echaron suertes, le tocó a Matías y lo asociaron a los once apóstoles.

Sal 112. El Señor lo sentó con los príncipes de su pueblo.

Jn 15,9-17. No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido.

Sábado 15

San Isidro, labrador. Solemnidad.

 Gn 1, 1-2. 11-13. 26-28. Someted la tierra.

Sal 1. Su gozo es la ley del Señor.

Sant 5, 7-8. 11. 16-17. El labrador aguarda paciente el fruto valioso de la tierra.

Jn 15, 1-7. Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador.

 

Lectura del santo Evangelio según san Juan 15, 1-8

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento que no da fruto en mí lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto. Vosotros ya estáis limpios por las palabras que os he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros.

Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.

Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará.

Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos».

Lunes 3

San Felipe y Santiago, apóstoles. Fiesta.

1Co 15, 1-8. El Señor se le apareció a Santiago, después a todos los apóstoles.

Sal 18. A toda la tierra alcanza su pregón.

Jn 14, 6-14. Hace tanto tiempo que estoy con vosotros, ¿y no me conoces?

Martes 4

San José María Rubio, presbítero. Memoria.

 Hch 14, 19-28. Contaron a la Iglesia lo que Dios había hecho por medio de ellos.

Sal 144. Tus amigos, Señor, proclaman la gloria de tu reinado.

Jn 14, 27-31a. Mi paz os doy.

Miércoles 5

 Hch 15, 1-6. Se decidió que subieran a Jerusalén a consultar a los apóstoles y

presbíteros sobre la controversia.

Sal 121. Vamos alegres a la casa del Señor.

Jn 15, 1-8. El que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante.

Jueves 6

 Hch 15, 7-21. A mi parecer, no hay que molestar a los gentiles que se convierten a Dios.

Sal 95. Contad las maravillas del Señor a todas las naciones.

Jn 15, 9-11. Permaneced en mi amor, para que vuestra alegría llegue a plenitud.

Viernes 7

 Hch 15, 22-31. Hemos decidido, el Espíritu Santo y nosotros, no imponeros más cargas que las indispensables.

Sal 56. Te daré gracias ante los pueblos, Señor.

Jn 15, 12-17. Esto os mando: que os améis unos a otros.

Sábado 8

 Hch 16, 1-10. Ven a Macedonia y ayúdanos.

Sal 99. Aclama al Señor, tierra entera.

Jn 15, 18-21. No sois del mundo, sino que yo os he escogido sacándoos del mundo.

 

 

Lectura del santo Evangelio según san Juan 10, 11-18

En aquel tiempo, dijo Jesús:

«Yo soy el buen Pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas; el asalariado, que no es pastor ni dueño de las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo las roba y las dispersa; y es que a un asalariado no le importan las ovejas. Yo soy el buen Pastor, que conozco a las mías, y las mías me conocen, igual que el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas.

Tengo, además, otras ovejas que no son de este redil; también a esas las tengo que traer, y escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño, un solo Pastor.

Por esto me ama el Padre, porque yo entrego mi vida para poder recuperarla. Nadie me la quita, sino que yo la entrego libremente. Tengo poder para entregarla y tengo poder para recuperarla: este mandato he recibido de mi Padre».

 

 Lunes 26

San Isidoro de Sevilla, obispo y doctor de la Iglesia. Fiesta.

 1Co 2,1-10. Vuestra fe se apoya en el poder de Dios.

Sal 118. Lámpara es tu palabra para mis pasos, luz en mi sendero.

Mt 5,13-16. Vosotros sois la luz del mundo.

Martes 27

 Hch 11,19-26. Se pusieron a hablar también a los griegos, anunciándoles al Señor Jesús.

Sal 86. Alabad al Señor, todas las naciones.

Jn 10,22-30. Yo y el Padre somos uno.

Miércoles 28

 Hch 12,24-13,5. Apartadme a Bernabé y a Saulo.

Sal 66. Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.

Jn 12,44-50. Yo he venido al mundo como luz.

Jueves 29

Santa Catalina de Siena, virgen y doctora de la Iglesia. Fiesta.

 Jn 1,5-10;2,1-2. La sangre de Jesús nos limpia los pecados.

Sal 102. Bendice, alma mía, al Señor.

Mt 11,25-30. Has escondido estas cosas a los sabios y las has revelado a la gente sencilla.

Viernes 30

 Hch 13, 26-33. Dios ha cumplido la promesa resucitando a Jesús.

Sal 2. Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy.

Jn 14, 1-6. Yo soy el camino, y la verdad, y la vida.

Sábado 1

 Hch 13, 44-52. Sabed que nos dedicamos a los gentiles.

Sal 97. Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios.

Jn 14, 7-14. Quien me ha visto a mí ha visto al Padre.

 

Lectura del santo Evangelio según san Lucas 24, 35-48

En aquel tiempo, los discípulos de Jesús contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.

Estaban hablando de estas cosas, cuando él se presentó en medio de ellos y les dice:

«Paz a vosotros».

Pero ellos, aterrorizados y llenos de miedo, creían ver un espíritu. Y él les dijo:

«¿Por qué os alarmáis?, ¿por qué surgen dudas en vuestro corazón? Mirad mis manos y mis pies: soy yo en persona. Palpadme y daos cuenta de que un espíritu no tiene carne y huesos, como veis que yo tengo». Dicho esto, les mostró las manos y los pies. Y como no acababan de creer por la alegría, y seguían atónitos, les dijo:

«¿Tenéis ahí algo de comer?»

Ellos le ofrecieron un trozo de pez asado. Él lo tomó y comió delante de ellos.

Y les dijo:

«Esto es lo que os dije mientras estaba con vosotros: que era necesario que se cumpliera todo lo escrito en la ley de Moisés y en los Profetas y Salmos acerca de mí». Entonces les abrió el entendimiento para comprender las Escrituras. Y les dijo:

«Así estaba escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día, y en su nombre se proclamará la conversión para el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén. Vosotros sois testigos de esto».

 

Lunes 19

 Hch 6, 8-15. No lograban hacer frente a la sabiduría y al espíritu con que hablaba.

Sal 118. Dichoso el que camina en la voluntad del Señor.

Jn 6, 22-29. Trabajad, no por el alimento que perece, sino por el alimento que perdura para la vida eterna.

Martes 20

 Hch 7, 51-8, 1a. Señor Jesús, recibe mi espíritu.

Sal 30. A tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.

Jn 6, 30-35. No fue Moisés, sino que es mi Padre el que da el verdadero pan del cielo.

Miércoles 21

 Hch 8,1b-8. Al ir de un lugar para otro, iban difundiendo el Evangelio.

Sal 65. Aclamad al Señor, tierra entera.

Jn 6,35-40. Esta es la voluntad del Padre: que todo el que ve al Hijo tenga vida eterna.

Jueves 22

 Hch 8, 26-40. Siguió su viaje lleno de alegría.

Sal 65. Aclamad al Señor, tierra entera.

Jn 6, 44-51. Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo.

Viernes 23

 Hch 9, 1-20. Es un instrumento elegido por mí para dar a conocer mi nombre a los pueblos.

Sal 116. Id al mundo entero y proclamad el Evangelio.

Jn 6, 52-59. Mi Carne es verdadera comida, y mi Sangre es verdadera bebida.

Sábado 24

 Hch 9, 31-42. La Iglesia se iba construyendo y se multiplicaba animada por el Espíritu Santo.

Sal 115. ¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?

Jn 6, 60-69. ¿A quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna.

 

Lectura del santo Evangelio según san Juan 20, 19-31

Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo:

«Paz a vosotros».

Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:

«Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo». Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo:

«Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos». Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían:

«Hemos visto al Señor». Pero él les contestó:

«Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo». A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo:

«Paz a vosotros». Luego dijo a Tomás:

«Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente». Contestó Tomás:

«¡Señor mío y Dios mío!». Jesús le dijo:

«¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto».

Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos. Éstos se han escrito para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su nombre.

Lunes 12

 Hch 4, 23-31. Al terminar la oración, los llenó a todos el Espíritu Santo, y predicaban con valentía la Palabra de Dios.

Sal 2. Dichosos los que se refugian en ti, Señor.

Jn 3, 1-8. El que no nazca de agua y de Espíritu no puede entrar en el reino de Dios.

Martes 13

 Hch 4, 32-37. Un solo corazón y una sola alma.

Sal 92. El Señor reina, vestido de majestad.

Jn 3, 7b-15. Nadie ha subido al cielo sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre.

Miércoles 14

 Hch 5, 17-26. Mirad, los hombres que metisteis en la cárcel están en el templo, enseñando al pueblo.

Sal 33. El afligido invocó al Señor, y él lo escuchó.

Jn 3, 16-21. Dios envió a su Hijo para que el mundo se salve por Él.

 Jueves 15

 Hch 5, 27-33. Testigo de esto somos nosotros y el Espíritu Santo.

Sal 33. El afligido invocó al Señor, y él lo escuchó.

Jn 3, 31-36. El Padre ama al Hijo y todo lo ha puesto en su mano.

 Viernes 16

 Hch 5, 34-42. Salieron contentos de haber merecido aquel ultraje por el nombre de Jesús.

Sal 26. Una cosa pido al Señor: habitar en su casa.

Jn 6, 1-15. Repartió a los que estaban sentados todo lo que quisieron.

 Sábado 17

 Hch 6,1-7. Eligieron a siete hombres llenos de espíritu.

Sal 32. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti.

Jn 6,16-21. Vieron a Jesús caminando sobre el lago.

Lectura del santo Evangelio según san Juan 20, 1-9

El primer día de la semana, María la Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro.

Echó a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo:

«Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto.»

Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; e, inclinándose, vio los lienzos tendidos; pero no entró. Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio los lienzos tendidos y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no con los lienzos, sino enrollado en un sitio aparte.

Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó.

Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos.

 

Lunes 5

Hch 2, 14. 22-33. A este Jesús lo resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos.

Sal 15. Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.

Mt 28, 8-15. Comunicad a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán.

Martes 6

Hch 2, 36-41. Convertíos y sea bautizado cada uno de vosotros en nombre de Jesús.

Sal 32. La misericordia del Señor llena la tierra.

Jn 20, 11-18. He visto al Señor y ha dicho esto.

Miércoles 7

Hch 3, 1-10. Te doy lo que tengo: en nombre de Jesús, levántate y anda.

Sal 104. Que se alegren los que buscan al Señor.

Lc 24, 13-35. Lo habían reconocido al partir el pan.

Jueves 8

Hch 3, 11-26. Matasteis al autor de la vida; pero Dios lo resucitó de entre los muertos.

Sal 8. Señor, dueño nuestro, ¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra!

Lc 24, 35-48. Así está escrito: el Mesías padecerá y resucitará de entre los muertos al tercer día

Viernes 9

Hch 4, 1-12. No hay salvación en ningún otro.

Sal 117. La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular.

Jn 21, 1-14. Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado.

Sábado 10

Hch 4, 13-21. No podemos menos de contar lo que hemos visto y oído.

Sal 117. Te doy gracias, Señor, porque me escuchaste.

Mc 16, 9-15. Id al mundo entero y proclamad el Evangelio.

 

 

Pasión de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 27, 11-54

¿Eres tú el rey de los judíos?

C. En aquel tiempo, Jesús fue llevado ante Poncio Pílato, y el gobernador le preguntó:

S. -«¿Eres tú el rey de los judíos?»

C. Jesús respondió:

+ -«Tú lo dices.»

C. Y, mientras lo acusaban los sumos sacerdotes y los ancianos, no contestaba nada. Entonces Pilato le preguntó:

S. -«¿No oyes cuántos cargos presentan contra ti?»

C. Como no contestaba a ninguna pregunta, el gobernador estaba muy extrañado. Por la fiesta, el gobernador solía liberar un preso, el que la gente quisiera. Tenía entonces un preso famoso, llamado Barrabás. Cuando la gente acudió, les dijo Pilato:

S. -«¿A quién queréis que os suelte, a Barrabás o a Jesús, a quien llaman el Mesías?».

C. Pues sabía que se lo habían entregado por envidia. Y, mientras estaba sentado en el tribunal, su mujer le mandó a decir:

S. -«No te metas con ese justo porque esta noche he sufrido mucho soñando con él».

C. Pero los sumos sacerdotes y los ancianos convencieron a la gente que pidieran la libertad de Barrabás y la muerte de Jesús.

……..

Para la Semana

Lunes 29

Is 42, 1-7. No gritará, no voceará por las calles.

Sal 26. El Señor es mi luz y mi salvación.

Jn 12, 1-11. Déjala: lo tenía guardado para el día de mi sepultura.

Martes 30

 Is 49, 1-6. Te hago luz de las naciones, para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra.

Sal 70. Mi boca contará tu salvación, Señor.

Jn 13, 21-33. 36-38. Uno de vosotros me va a entregar… No cantará el gallo antes que me hayas negado tres veces.

Miércoles 31

 Is 50, 4-9a. No me escondí el rostro ante ultrajes.

Sal 68. Señor, que me escuche tu gran bondad el día de tu favor.

Mt 26, 14-25. El Hijo del hombre se va, como está escrito; pero, ¡ay de aquel por quien es entregado

Jueves 1

Jueves santo. Misa en la cena del Señor.

 Éx 12, 1-8. 11-14. Prescripciones sobre la cena pascual.

Sal 115. El cáliz de la bendición es comunión con la sangre de Cristo.

1 Cor 11, 23-26. Cada vez que coméis y bebéis, proclamáis la muerte del Señor.

Jn 13, 1-15. Los amó hasta el extremo.

Viernes 2

Viernes santo. En la Pasión del Señor.

 Is 52, 13-53, 12. Él fue traspasado por nuestras rebeliones.

Sal 30. Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu.

Heb 4, 14-16; 5, 7-9. Aprendió a obedecer y se ha convertido para todos los que le obedecen en autor de salvación.

Jn 18, 1-19, 42. Pasión de nuestro Señor Jesucristo.

Sábado 3

Sábado santo. Vigilia Pascual.

 1ª – Gén 1, 1-2, 2. Vio Dios todo lo que había hecho, y era muy bueno.

Sal 103. Envía tu espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra.

o bien: Sal 32. La misericordia del Señor llena la tierra.

2ª – Gén 22, 1-18. El sacrificio de Abrahán, nuestro padre en la fe.

Sal 15. Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.

3ª – Éx 14, 15-15, 1. Los israelitas en medio del mar, a pie enjuto.

Salmo: Éx 15, 1-18. Cantaré al Señor, sublime es su victoria.

4ª – Is 54, 5-14. Con misericordia eterna te quiere el Señor, tu redentor.

Sal 29. Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.

5ª – Is 55, 1-11. Venid a mí y viviréis, sellaré con vosotros alianza perpetua.

Salmo: Is 12, 2-6. Sacaréis aguas con gozo de las fuentes de la salvación.

6ª – Bar 3, 9-15. 32-4, 4. Caminad a la claridad del resplandor del Señor.

Sal 18. Señor, tú tienes palabras de vida eterna.

7ª – Ez 36, 16-28. Derramaré sobre vosotros un agua pura y os daré un corazón nuevo.

Sal 41. Como busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío.

o bien: Sal 50. Oh Dios, crea en mí un corazón puro.

Rom 6, 3-11. Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere más.

Sal 117. Aleluya, aleluya, aleluya.

Mt 28, 1-10. Ha resucitado y va por delante de vosotros a Galilea.

 

Lectura del santo Evangelio según san Juan 12, 20-33

En aquel tiempo, entre los que habían venido a celebrar la fiesta había algunos griegos; éstos, acercándose a Felipe, el de Betsaida de Galilea, le rogaban:

«Señor, queremos ver a Jesús».

Felipe fue a decírselo a Andrés; y Andrés y Felipe fueron a decírselo a Jesús.

Jesús les contestó:

«Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del hombre.

En verdad, en verdad os digo: si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, a mucho fruto. El que se ama a sí mismo se pierde, y el que se aborrece a sí mismo en este mundo, se guardará para la vida eterna. El que quiera servirme, que me siga, y donde esté yo, allí también estará mi servidor; a quien me sirva, el Padre lo honrará. Ahora mi alma está agitada, y ¿qué diré?: Padre, líbrame de esta hora. Pero si por esto he venido, para esta hora. Padre, glorifica tu nombre».

Entonces vino una voz del cielo:

«Lo he glorificado y volveré a glorificarlo».

La gente que estaba allí y lo oyó, decía que había sido un trueno; otros decían que le había hablado un ángel. Jesús tomó la palabra y dijo:

«Esta voz no ha venido por mí, sino por vosotros. Ahora va a ser juzgado el mundo; ahora el príncipe de este mundo va a ser echado fuera. Y cuando yo sea elevado sobre la tierra atraeré a todos hacia mí».

Esto lo decía dando a entender la muerte de que iba a morir.

Lunes 22 

Dan 13, 1-9. 15-17. 19-30. 33-62. Ahora tengo que morir, siendo inocente.

Sal 22. Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo.

Jn 8, 1-11. El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra.

Martes 23

Núm 21, 4-9. Los mordidos por serpientes quedarán sanos al mirar a la serpiente de bronce.

Sal 101. Señor, escucha mi oración, que mi grito llegue hasta ti.

Jn 8, 21-30. Cuando levantéis al Hijo del hombre, sabréis que yo soy.

Miércoles 24

Dn 3, 14-20.91-92.95. Dios envió a su ángel a librar a sus siervos.

Salmo: Dn 3, 52-56. A ti gloria y alabanza por los siglos.

Jn 8, 31-42. Si el Hijo os hace libres, seréis realmente libres.

Jueves 25

Anunciación del Señor. Solemnidad.

Is 7, 10-14; 8, 10b. Mirad: la virgen está encinta.

Sal 39. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.

Hb 10, 4-10. Así está escrito en el comienzo del libro acerca de mí: para hacer ¡oh Dios!, tu voluntad.

Lc 1, 26-38. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo.

Viernes 26

Jer 20, 10-13. El Señor es mi fuerte defensor.

Sal 17. En el peligro invoqué al Señor, y me escuchó.

Jn 10, 31-42. Intentaron detenerlo, pero se les escabulló de las manos.

Sábado 27

Ez 37, 21-28. Los haré una sola nación.

Salmo: Jer 31, 10-13. El Señor nos guardará como un pastor a su rebaño.

Jn 11, 45-57. Para reunir a los hijos de Dios dispersos.


Lectura del santo Evangelio según san Juan 3, 14-21

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:

Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna. Porque tanto amó Dios al mundo que entregó a su Unigénito para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna.

Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.

El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Unigénito de Dios.

Este es el juicio: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra el mal detesta la luz y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras.

En cambio, el que obra la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios.

 

Lunes 15

 Is 65, 17-21. Ya no se oirán gemidos ni llantos.

Sal 29. Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.

Jn 4, 43-54. Anda, tu hijo está curado.

Martes 16

 Ez 47, 1-9. 12. Vi que manaba el agua del lado derecho del templo, y habrá vida dondequiera que llegue la corriente.

Sal 45. El Señor del universo está con nosotros, nuestro alcázar es el Dios de Jacob.

Jn 5, 1-16. Al momento aquel hombre quedó sano

Miércoles 17

 Is 49,8-15. En tiempo de gracia te he respondido, en día propicio te he auxiliado.

Sal 144. El Señor es clemente y misericordioso.

Jn 5,17-30. Quien escucha la palabra del Hijo y cree en el Padre ha pasado ya de la muerte a la vida.

Jueves 18

 Ex 32, 7-14. Arrepiéntete de la amenaza contra tu pueblo.

Sal 105. Acuérdate de nosotros, por amor a tu pueblo.

Jn 5, 31-47. Moisés, en quien tenéis vuestra esperanza, será vuestro acusador.

Viernes 19

San José, esposo de la Virgen María. Solemnidad

 2S 7,4-5a.12-14a.16. El Señor Dios le dará el trono de David su padre.

Sal 88. Su linaje será perpetuo.

Rm 4,13.16-18.22. Apoyado en la esperanza, creyó, contra toda esperanza.

Mt 1,16.18-21.24a. José hizo lo que le había mandado el ángel del Señor.

o bien

Lc 2,41-51a. Mira que tu padre y yo te buscábamos angustiados

Sábado 20

 Jer 11, 18-20. Yo, como cordero manso, llevado al matadero.

Sal 7. Señor, Dios mío, a ti me acojo.

Jn 7, 40-53. ¿Es que de Galilea va a venir el Mesías?

Lectura del santo Evangelio según san Juan 2, 13-25

Se acercaba la Pascua de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén. Y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas sentados; y, haciendo un azote de cordeles, los echó a todos del templo, ovejas y bueyes; y a los cambistas les esparció las monedas y les volcó las mesas; y a los que vendían palomas les dijo:

«Quitad esto de aquí; no convirtáis en un mercado la casa de mi Padre».

Sus discípulos se acordaron de lo que está escrito: «El celo de tu casa me devora». Entonces intervinieron los judíos y le preguntaron:

«¿Qué signos nos muestras para obrar así?». Jesús contestó:

«Destruid este templo, y en tres días lo levantaré». Los judíos replicaron:

«Cuarenta y seis años ha costado construir este templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?» Pero él hablaba del templo de su cuerpo.

Y cuando resucitó de entre los muertos, los discípulos se acordaron de que lo había dicho, y creyeron a la Escritura y a la palabra que había dicho Jesús.

Mientras estaba en Jerusalén por las fiestas de Pascua, muchos creyeron en su nombre, viendo los signos que hacía; pero Jesús no se confiaba a ellos, porque los conocía a todos y no necesitaba el testimonio de nadie sobre un hombre, porque él sabía lo que hay dentro de cada hombre.


 Lunes 8

 2 Re 5, 1-15a. Muchos leprosos había en Israel, sin embargo, ninguno de ellos fue curado, más que Naamán, el sirio.

Sal 41. Mi alma tiene sed del Dios vivo: ¿cuándo veré el rostro de Dios?

Lc 4, 24-30. Jesús, igual que Elías y Eliseo, no ha sido enviado únicamente a los judíos.

Martes 9

 Dan 3, 25. 34-43. Acepta nuestro corazón contrito y nuestro espíritu humilde.

Sal 24. Señor, recuerda tu misericordia.

Mt 18, 21-35. Si cada cual no perdona de corazón a su hermano, tampoco el Padre os perdonará.

Miércoles 10

 Dt 4, 1. 5-9. Poned por obra los mandatos.

Sal 147. Glorifica al Señor, Jerusalén.

Mt 5, 17-19. Quien cumpla y enseñe será grande.

 Jueves 11

Jr 7,23-28. Aquí está la gente que no escuchó la voz del Señor, su Dios.

Sal 94. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: “No endurezcáis vuestro corazón”.

Lc 11,14-23. El que no está conmigo está contra mí.

Viernes 12

 Os 14, 2-10. No volveremos a llamar Dios a la obra de nuestras manos.

Sal 80. Yo soy el Señor, Dios tuyo: escucha mi voz.

Mc 12, 28b-34. El Señor, nuestro Dios, es el único Señor, y lo amarás.

 Sábado 13

Os 6, 1-6. Quiero misericordia, y no sacrificios.

Sal 50. Quiero misericordia, y no sacrificios.

Lc 18, 9-14. El publicano bajó a su casa justificado, y el fariseo no.


Lectura del santo Evangelio según san Marcos 9, 2-10

En aquel tiempo, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, subió aparte con ellos solos a un monte alto, y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del mundo.

Se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús.

Entonces Pedro tomó la palabra y le dijo a Jesús:

«Maestro, ¡qué bueno es que estemos aquí! Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías». No sabía qué decir, pues estaban asustados.

Se formó una nube que los cubrió, y salió una voz de la nube:

«Este es mi Hijo, el amado; escuchadlo».

De pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos.

Cuando bajaban del monte, les ordenó que no contasen a nadie lo que habían visto hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos». Esto se les quedó grabado, y discutían qué quería decir aquello de resucitar de entre los muertos».

 

Lunes 1

 Dn 9,4b-10. Hemos pecado, hemos cometido crímenes y delitos.

Sal 78. Señor, no nos trates como merecen nuestros pecados.

Lc 6,36-38. Perdonad y seréis perdonados.

Martes 2

 Is 1, 10. 16-20. Aprended a hacer el bien, buscad la justicia.

Sal 49. Al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios.

Mt 23, 1-12. Dicen, pero no hacen.

Miércoles 3

Jer 18, 18-20. Venid, lo heriremos con su propia lengua.

Sal 30. Sálvame, Señor, por tu misericordia.

Mt 20, 17-28. Lo condenarán a muerte.

Jueves 4

 Jer 17, 5-10. Maldito quien confía en el hombre; bendito quien confía en el Señor.

Sal 1. Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.

Lc 16, 19-31. Recibiste tus bienes, y Lázaro males: por eso encuentra aquí consuelo, mientras que tú padeces.

Viernes 5

 Gén 37, 3-4. 12-13a. 17b-28. Ahí viene el soñador, vamos a matarlo.

Sal 104. Recordad las maravillas que hizo el Señor.

Mt 21, 33-43. 45-46. Este es el heredero: venid, lo matamos.

Sábado 6

 Miq 7, 14-15. 18-20. Arrojará a lo hondo del mar todos nuestros delitos.

Sal 102. El Señor es compasivo y misericordioso.

Lc 15, 1-3. 11-32. Este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido.


Lectura del santo Evangelio según san Marcos 1, 12-15

En aquel tiempo, el Espíritu empujó a Jesús al desierto.

Se quedó en el desierto cuarenta días, siendo tentado por Satanás; vivía con las fieras y los ángeles lo servían.

Después de que Juan, fue entregado, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios; decía:

«Se ha cumplido el tiempo y está cerca el reino de Dios. Convertíos y creed en el Evangelio».

 

Lunes 22

La cátedra de san Pedro. Fiesta.

 1P 5,1-4. Presbítero como ellos y testigo de los sufrimientos de Cristo

Sal 22. El Señor es mi pastor, nada me falta.

Mt 16,13-19. Tú eres Pedro, y te daré las llaves del reino de los cielos.

Martes 23

 Is 55, 10-11. La palabra hará mi voluntad.

Sal 33. El Señor libra de sus angustias a los justos.

Mt 6, 7-15. Vosotros rezad as

Miércoles 24

 Jon 3, 1-10. Los ninivitas se convirtieron de su mala vida.

Sal 50. Un corazón quebrantado y humillado, tú, Dios mío, no lo desprecias.

Lc 11, 29-32. A esta generación no se le dará más signo que el signo de Jonás.

Jueves 25

 Est 4, 1. 3-5. 12-14. No tengo otro auxilio fuera de ti, Señor.

Sal 137. Cuando te invoqué, me escuchaste, Señor.

Mt 7, 7-12. Quien pide recibe.

Viernes 26

 Ez 18, 21-28. ¿Acaso quiero yo la muerte del malvado, y no que se convierta de su conducta y que viva?

Sal 129. Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir?

Mt 5, 20-26. Vete primero a reconciliarte con tu hermano.

Sábado 27

 Dt 26, 16-19. Serás el pueblo santo del Señor.

Sal 118. Dichoso el que camina en la ley del Señor.

Mt 5, 43-48. Sed perfectos como vuestro Padre celestial



 

Lectura del santo Evangelio según san Marcos 1, 40-45

En aquel tiempo, se acercó a Jesús un leproso, suplicándole de rodillas:

«Si quieres, puedes limpiarme».

Compadecido, extendió la mano y lo tocó, diciendo:

«Quiero: queda limpio».

La lepra se le quitó inmediatamente, y quedó limpio. Él lo despidió, encargándole severamente:

«No se lo digas a nadie; pero, para que conste, ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés, para que les sirva de testimonio»,

Pero, cuando se fue, empezó a pregonar bien alto y a divulgar el hecho, de modo que Jesús ya no podía entrar abiertamente en ningún pueblo, se quedaba fuera, en lugares solitarios; y aun así acudían a él de todas partes.

Lunes 15

 Gn 4,1-15.25. Caín atacó a su hermano Abel y lo mató.

Sal 49. Ofrece al Señor un sacrificio de alabanza.

Mc 8,11-13. ¿Por qué esta generación reclama un signo?

Martes 16

 Gn 6,5-8;7,1-5.10. Borraré de la superficie de la tierra al hombre que he creado.

Sal 28. El Señor bendice a su pueblo con la paz.

Mc 8,14-21. Tened cuidado con la levadura de los fariseos y con la de Herodes.

Miércoles 17

Miércoles de Ceniza. Feria.

Jl 2, 12-18. Rasgad los corazones y no las vestiduras.

Sal 50. Misericordia, Señor: hemos pecado.

2 Cor 5, 20-6, 2. Reconciliaos con Dios: ahora es tiempo favorable.

Mt 6, 1-6. 16-18. Tu Padre, que ve en lo secreto, te lo pagará.

Jueves 18

Jueves después de Ceniza. Feria.

 Dt 30, 15-20. Hoy te pongo delante bendición y maldición.

Sal 1. Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.

Lc 9, 22-25. El que pierda su vida por mi causa la salvará.

Viernes 19

Viernes después de Ceniza. Feria.

 Is 58, 1-9a. Este es el ayuno que yo quiero.

Sal 50. Un corazón quebrantado y humillado, tú, Dios mío, no lo desprecias.

Mt 9, 14-15. Cuando se lleven al esposo, entonces ayunarán.

Sábado 20

Sábado después de Ceniza. Feria.

 Is 58, 9b-14. Cuando partas tu pan con el hambriento…brillará tu luz en las tinieblas.

Sal 85. Enséñame Señor, tu camino, para que siga tu verdad.

Lc 5, 27-32. No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores a que se conviertan.

 Lectura del santo Evangelio según san Marcos 1, 29-39

En aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés.

La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, e inmediatamente le hablaron de ella. Él se acercó, la cogió de la mano y la levantó. Se le pasó la fiebre y se puso a servirles. Al anochecer, cuando se puso el sol, le llevaron todos los enfermos y endemoniados. La población entera se agolpaba a la puerta. Curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó muchos demonios; y como los demonios lo conocían, no les permitía hablar. Se levantó de madrugada, cuando todavía estaba muy oscuro, se marchó a un lugar solitario y allí se puso a orar. Simón y sus compañeros fueron en su busca y, al encontrarlo, le dijeron:

«Todo el mundo te busca». Él les respondió:

«Vámonos a otra parte, a las aldeas cercanas, para predicar también allí; que para eso he salido».

Así recorrió toda Galilea, predicando en las sinagogas y expulsando los demonios.

  

Lunes 8

Gn 1,1-19. Dijo Dios, y así fue.

Sal 103. El Señor goce con sus obras.

Mc 6, 53-56. Los que lo tocaban se ponían sanos.

Martes 9

 Gn 1,20-2,4a. Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza.

Sal 8. ¡Señor, dueño nuestro, qué admirable es tu nombre en toda la tierra!

Mc 7, 1-13. Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres.

Miércoles 10

Santa Escolástica, virgen. Memoria

Gn 2,4b-9.15-17. El Señor Dios tomó al hombre y lo colocó en el jardín del Edén.

Sal 103. Bendice, alma mía, al Señor.

Mc 7,14-23. Lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre.

Jueves 11

Gn 2,18-25. Dios presentó la mujer al hombre. Y serán los dos una sola carne.

Sal 127. Dichosos los que temen al Señor.

Mc 7,24-30. Los perros, debajo de la mesa, comen las migajas que tiran los niños.

Viernes 12

Gn 3,1-8. Seréis como Dios en el conocimiento del bien y del mal.

Sal 31. Dichoso el que está absuelto de su culpa.

Mc 7,31-37. Hace oír a los sordos y hablar a los mudos.

Sábado 13

Gn 3,9-24. El Señor lo expulsó del jardín del Edén, para que labrase el suelo.

Sal 89. Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación.

Mc 8,1-10. La gente comió hasta quedar satisfecha.

 

Lectura del santo Evangelio según san Marcos 1, 21b-28

En la ciudad de Cafarnaún, y el sábado entró Jesús en la sinagoga a enseñar; estaban asombrados de su enseñanza, porque les enseñaba con autoridad y no como los escribas.

Había precisamente en su sinagoga un hombre que tenía un espíritu inmundo, y se puso a gritar:

«¿Qué tenemos que ver nosotros contigo, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios».

Jesús lo increpó:

«¡Cállate y sal de él!».

El espíritu inmundo lo retorció violentamente y, dando un grito muy fuerte, salió de él. Todos se preguntaron estupefactos:

«¿Qué es esto? Una enseñanza nueva expuesta con autoridad es nuevo. Incluso manda a los espíritus inmundos y lo obedecen».

Su fama se extendió enseguida por todas partes, alcanzando la comarca entera de Galilea.


Lunes 1

 Hb 11,32-40. Por medio de la fe subyugaron reinos. Dios tiene preparado algo mejor para nosotros.

Sal 30. Sed fuertes y valientes de corazón los que esperáis en el Señor.

Mc 5, 1-20. Espíritu inmundo, sal de este hombre.

Martes 2

Presentación del Señor. Fiesta.

Mal 3, 1-4. Entrará en el santuario el Señor a quien vosotros buscáis.

o bien: Heb 2, 14-18. Tenía que parecerse en todo a sus hermanos.

Sal 23. El Señor, Dios de los ejércitos, es el Rey de la gloria.

Lc 2, 22-40. Mis ojos han visto a tu Salvador

Miércoles 3

Hb 12,4-7.11-15. Dios reprende a los que ama.

Sal 102. La misericordia del Señor dura siempre para los que cumplen sus mandatos.

Mc 6, 1-6. No desprecian a un profeta más que en su tierra.

Jueves 4

Hb 12,18-19.21-24. Os habéis acercado al monte Sión, ciudad del Dios vivo.

Sal 47. Oh Dios, meditamos tu misericordia en medio de tu templo.

Mc 6,7-13. Los fue enviando.

Viernes 5

Santa Águeda, virgen y mártir. Memoria

Hb 13,1-8. Jesucristo es el mismo ayer y hoy y siempre.

Sal 26. El Señor es mi luz y mi salvación.

Mc 6, 14-29. Es Juan, a quien yo decapité, que ha resucitado.

Sábado 6

San Pablo Miki y compañeros, mártires. Memoria

Hb 13,15-17.20-21. Que el Dios de la paz, que hizo subir de entre los muertos al gran pastor, os ponga a punto en todo bien.

Sal 22. El Señor es mi pastor, nada me falta.

Mc 6, 30-34. Andaban como ovejas sin pastor.


 

 

Lectura del santo Evangelio según san Marcos 1, 14-20

Después de que Juan fue entregado, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios; decía:

«Se ha cumplido el tiempo y está cerca el reino de Dios. Convertíos y creed en el Evangelio».

Pasando junto al mar de Galilea, vio a Simón y a Andrés, el hermano de Simón, echando las redes en el mar, pues eran pescadores.

Jesús les dijo:

«Venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres».

Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.

Un poco más adelante vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca repasando las redes. A continuación, los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon en pos de él.

 

Lunes 25

La conversión de san Pablo. Fiesta

 Hch 22, 3-16. Levántate, recibe el bautismo que, por la invocación del nombre de Jesús, lavará tus pecados.

Sal 116. Id al mundo entero y proclamad el evangelio.

Mc 16, 15-18. Id al mundo entero y proclamad el evangelio

Martes 26

Santos Timoteo y Tito, obispos. Memoria

 2Tim 1, 1-8. Refrescando la memoria de tu fe sincera.

Sal 95. Contad las maravillas del Señor a todas las naciones.

Mc 3, 31-35. El que cumple la voluntad de Dios, ése es mi hermano y mi hermana y mi madre.

Miércoles 27

 Hb 10,11-18. Ha perfeccionado para siempre a los que van siendo consagrados.

Sal 109. Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.

Mc 4,1-20. Salió el sembrador a sembrar.

Jueves 28

Santo Tomás de Aquino. Memoria

 Hb 10,19-25. Llenos de fe, mantengámonos firmes en la esperanza que profesamos; fijémonos los unos en los otros, para estimularnos a la caridad.

Sal 23. Éste es el grupo que viene a tu presencia, Señor.

Mc 4,21-25. El candil se trae para ponerlo en el candelero. La medida que uséis la usarán con vosotros.

Viernes 29

 Hb 10,32-29. Soportasteis múltiples combates. No renunciéis, pues, a vuestra valentía.

Sal 36. El Señor es quien salva a los justos.

Mc 4, 26-34. Echa simiente, duerme, y la semilla va creciendo sin que él sepa cómo.

Sábado 30

 Hb 11,1-2.8-19. Esperaba la ciudad cuyo arquitecto y constructor iba a ser Dios.

Salmo. Lc 1,69-75. Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado a su pueblo.

Mc 4, 35-40. ¿Quién es este? Hasta el viento y las aguas le obedecen.

 

Lectura del santo Evangelio según san Juan 1, 35-42

En aquel tiempo, estaba Juan con dos de sus discípulos y, fijándose en Jesús que pasaba, dice:

«Este es el Cordero de Dios».

Los dos discípulos oyeron sus palabras y siguieron a Jesús. Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les pregunta:

«¿Qué buscáis?».

Ellos le contestaron:

«Rabí (que significa Maestro), ¿dónde vives?».

Él les dijo:

«Venid y veréis»

Entonces fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día; era como la hora décima.

Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que oyeron a Juan y siguieron a Jesús; encuentra primero a su hermano Simón y le dice:

«Hemos encontrado al Mesías (que significa Cristo)».

Y lo llevó a Jesús. Jesús se le quedó mirando y le dijo:

«Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas (que se traduce Pedro)».

Lunes 18

Hb 5,1-10. A pesar de ser Hijo aprendió, sufriendo, a obedecer.

Sal 109. Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.

Mc 2, 18-22. El novio está con ellos.

Martes 19

San Antonio, abad. Memoria.

 Hb 6,10-20. La esperanza que se nos ha ofrecido es para nosotros como ancla segura y fuerte.

Sal 110. El Señor recuerda siempre su alianza.

Mc 2, 23-28. El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado.

Miércoles 20

 Hb 7,1-3.15-17. Tú eres sacerdote para siempre según el rito de Melquisedec.

Sal 109. Tú eres sacerdote eterno según el rito de Melquisedec.

Mc 3, 1-6. ¿Está permitido en sábado salvarle la vida a un hombre o dejarle morir?

Jueves 21

Santa Inés, virgen y mártir. Memoria.

 Hb 7,25-8,6. Ofreció sacrificios de una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo.

Sal 39. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.

Mc 3, 7-12. Los espíritus inmundos gritaban: “Tú eres el Hijo de Dios”; les prohibía que lo diesen a conocer.

Viernes 22

San Vicente, diácono y mártir. Memoria

 Hb 8,6-13. Es mediador de una alianza mejor.

Sal 84. La misericordia y la fidelidad se encuentran.

Mc 3, 13-19. Llamó a los que quiso y los hizo sus compañeros.

Sábado 23

San Ildefonso, obispo. Fiesta

Sab 7, 7-10. 15-16. Quise más la sabiduría que la salud y la belleza.

Sal 18. Los mandamientos del Señor son verdaderos y enteramente justos.

Lc 6, 34-39. ¿Por qué me llamáis “Señor, Señor” y no hacéis lo que digo?

 

 

Lectura del santo Evangelio según san Marcos 1, 7-11

En aquel tiempo, proclamaba Juan:

«Detrás de mí viene el que es más fuerte que yo y no merezco agacharme para desatarle la correa de sus sandalias. Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo».

Y sucedió que por aquellos días llegó Jesús desde Nazaret de Galilea y fue bautizado por Juan en el Jordán.

Apenas salió del agua, vio rasgarse los cielos y al Espíritu que bajaba hacia él como una paloma.

Se oyó una voz desde los cielos:

«Tú eres mi Hijo, el amado; en ti me complazco».

Lunes 11

Hb 1,1-6. Dios nos ha hablado por el Hijo.

Sal 96. Adorad a Dios, todos sus ángeles.

Mc 1, 14-20. Convertíos y creed la Buena Noticia.

Martes 12

Hb 2,5-12. Dios juzgó conveniente perfeccionar y consagrar con sufrimientos al guía de su salvación.

Sal 8. Diste a tu Hijo el mando sobre las obras de tus manos.

Mc 1, 21-28. Les enseñaba con autoridad

Miércoles 13

 Hb 2,14-18. Tenía que parecerse en todo a sus hermanos para ser compasivo y pontífice fiel.

Sal 104. El Señor se acuerda de su alianza eternamente.

Mc 1, 29-39. Curó a muchos enfermos de diversos males.

Jueves 14

 Hb 3,7-14. Animaos los unos a los otros mientras dure este “hoy”.

Sal 94. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: “No endurezcáis el corazón”.

Mc 1, 40-45. La lepra se le quitó y quedó limpio

Viernes 15

 Hb 4,1-5.11. Empeñémonos en entrar en aquel descanso.

Sal 77. No olvidéis las acciones de Dios.

Mc 2, 1-12. El Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados.

Sábado 16

 Hb 4,12-16. Acerquémonos con seguridad al trono de gracia.

Sal 18. Tus palabras, Señor, son espíritu y vida.

Mc 2, 13-17. No he venido a llamar justos, sino pecadores.

 

Comienzo del santo Evangelio según san Juan.

En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba junto Dios, y el Verbo era Dios. Él estaba en el principio junto a Dios.

Por medio de él se hizo todo, y sin él no se hizo nada de cuanto se ha hecho.

En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.

Y la luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no lo recibió.

Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: este venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él.

No era él la luz, sino el que daba testimonio de la luz.

El Verbo era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre, viniendo al mundo.

En el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de él, y el mundo no lo conoció.

Vino a su casa, y los suyos no lo recibieron.

Pero a cuantos lo recibieron, les dio poder de ser hijos de Dios, a los que creen en su nombre.

Estos no han nacido de sangre, ni de deseo de carne, ni de deseo de varón, sino que han nacido de Dios.

Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria como del Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad. Juan da testimonio de él y grita diciendo: «Este es de quien dije: el que viene detrás de mí se puesto delante de mí, porque existía antes que yo». Pues de su plenitud todos hemos recibido, gracia tras gracia.

Porque la ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad nos ha llegado por medio de Jesucristo.

A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios unigénito, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer.

Lunes 4

 1Jn 3, 7-10. No puede pecar, porque ha nacido de Dios.

Sal 97. Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios.

Jn 1, 35-42. Hemos encontrado al Mesías.

Martes 5

 1Jn 3, 11-21. Hemos pasado de la muerte a la vida porque amamos a los hermanos.

Sal 99. Aclama al Señor, tierra entera.

Jn 1, 43-51. Tú eres el Hijo de Dios, el Rey de Israel.

Miércoles 6

Epifanía del Señor. Solemnidad.

 Is 60, 1-6. La gloria del Señor amanece sobre ti.

Sal 71. Se postrarán ante ti, Señor, todos los pueblos de la tierra.

Ef 3, 2-3a. 5-6. Ahora ha sido revelado que también los gentiles son coherederos de la promesa.

Mt 2, 1-12. Venimos de Oriente a adorar al Rey.

Jueves 7

 1Jn 3,22-4,6. Examinad si los espíritus vienen de Dios.

Sal 2. Te daré en herencia las naciones.

Mt 4,12-17.23-25. Está cerca el reino de los cielos.

Viernes 8

 

1Jn 4,7-10. Dios es amor.

Sal 71. Que todos los pueblos de la tierra se postren ante ti, Señor.

Mc 6,34-44. Jesús se revela como profeta en la multiplicación de los panes

Sábado 9

1Jn 4,11-18. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros.

Sal 71. Se postrarán ante ti, Señor, todos los pueblos de la tierra.

Mc 6,45-52. Lo vieron andar sobre el lago.

 

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