Lectura del santo
Evangelio según san Lucas 2, 36-40
Cuando se cumplieron los días de la purificación, según
la ley de Moisés, lo llevaron a Jerusalén para presentarlo al Señor.
Y cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, Jesús y sus padres volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño, por su parte, iba creciendo y robusteciéndose, lleno de sabiduría; y la gracia de Dios estaba con él.
Como todo niño y como toda familia, no hacían nada extraordinario, pero si es verdad que hacían extraordinariamente bien las cosas sencillas de cada día buscando cumplir la voluntad de Dios y buscando agradar y ponerse al servido cada uno de los demás miembros de la familia. Y es que es en esas cosas sencillas de cada día donde hemos de santificarnos. Por eso, Nazaret ha de ser modelo de nuestras familias, porque, sobre todo, “se revistieron de amor, que es el vínculo, nos dice San Pablo, de la unidad consumada”, y esto es lo que los hacía ser felices y es en lo que son modelos. Estas son las claves y esto es lo que pido, no solo para mí, sino para todas las familias de la parroquia: “que cumplamos en todo momento, Padre, tu voluntad y que nos revistamos de amor”, y que trasmitamos, es decir, nos hagamos testigos de nuestra fe y nuestro amor a Ti, Señor, así, seremos y viviremos felices. X todos y x todo y x tanto. Feliz entrada de año y feliz día de la familia.
COMIENZA EL TIEMPO DE NAVIDAD Y LA OCTAVA DE LA NATIVIDAD DEL SEÑOR
Sábado
30/dic
1 Jn 2, 12-17. El
que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.
Sal 95. Alégrese el cielo, goce la tierra.
Lc 2, 36-40. “Había una profetisa,
Ana…presentándose en aquel momento, alababa también a Dios, y hablaba del niño
a todos… Cuando cumplieron todo, Jesús y sus padres volvieron a Galilea, a su
ciudad de Nazaret…”.
Ese ha de ser también mi fin, el mismo que el de la profetisa Ana, alabarte y, porque te quiero, hablar de ti a todos para, a pesar de mi pobreza, darte a conocer. Después, dice el evangelista volviste a tu ciudad, ya no se dice nada más de ti hasta que comienzas tu vida pública, para que aprenda que la santidad consiste en hacer bien las cosas pequeñas de cada día y, como dice san Juan en su primera carta: “caminar como tú, Señor, caminaste”, que san Pedro lo define en: “paso por el mundo haciendo el bien”, así es como seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día de María.
El Párroco
Viernes
29/dic
1 Jn 2, 3-11. Quien
ama a su hermano permanece en la luz.
Sal 95. Alégrese el cielo,
goce la tierra.
Lc 2, 22-35. “Mis ojos han visto a tu Salvador… luz
para alumbrar a las naciones…”.
Son unas frases del canto del anciano Simeón bendiciéndote, cuando a los ocho días tus padres van al Templo a presentarte al Padre, según ley judía. Y anuncia que eres la luz que alumbras a todas las naciones, llegando a decir que ya se puede ir en paz porque sus ojos te han visto. San Juan, también decía en su prólogo que eras esa luz pero, muchos, no te han recibido. Ilumíname, Señor, para que yo, iluminado por ti, ilumine el camino a otros y den gloria a Dios Padre, y se que estoy ilusionado si, como dice san Juan en si 1ª carta, “amo al hermano, si lo aborrezco, camino en tinieblas con el riesgo de tropezar”. Señor, yo, como Simeón, te he visto, que otros, por mi, te vean para que seamos y vivamos felices. X todos y x todo y x tanto. Feliz viernes.
El
Párroco
Jueves 28/dic
Los Santos Inocentes.
1 Jn 1, 5 — 2, 2. La sangre de Jesús
nos limpia de todo pecado.
Sal 123. Hemos salvado la vida, como un pájaro de la trampa del cazador.
Mt 2, 13-18. “Levántate, toma al niño y su madre y huye a Egipto;
quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para
matarlo”.
Y José como siempre, en sueños, obedeció al ángel, y el niño sigue huyendo desde entonces, porque, desde entonces, buscan al niño para matarlo, y “huye de la sinrazón”, dice hoy el hermoso dibujo de Fano, de la sinrazón de las clínicas abortivas, y de las guerras a las que juegan los mayores, y de la pateras de emigrantes, en Egipto fuiste tú, Señor, emigrante, seguro que hoy querríamos echarte de nuestro país, porque, según algunos, vendrías a quitarnos el pan, y del hambre que se ceba en los más pequeños, y de las tratas de esclavos y de la venta de órganos, y de las enfermedades, y de las pederastias y de la pornografía infantil que mata a los niños, no es una fiesta para tomársela a broma, es muy seria. Es la muerte, hoy también, de tantos inocentes. Señor, con Fano, te pido que me hagas acogedor y que me hagas, sobre todo, hermano de todos para que hagamos un mundo más humano, más para ellos, más hermoso, hagamos ese mundo, y, así, seremos y viviremos felices. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.
El
Párroco
Miércoles 27/dic
San Juan, apóstol y
evangelista.
1 Jn 1, 1-4. Eso
que hemos visto y oído os lo anunciamos.
Sal 96. Alegraos,
justos, con el Señor.
Jn
20,1a.2-8: “El otro discípulo corría más que
Pedro, se adelantó y llegó primero al sepulcro…”.
El Párroco
Martes 26/dic
Hch 6, 8-10; 7,
54-59. Veo los cielos abiertos.
Sal 30. R.
A tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
San Esteban,
protomártir.
Mt, 10,17-22:”Seréis odiados por todos a causa de mi nombre, pero
el que persevere hasta el final, se salvará”.
Nunca se ha dicho que tu seguimiento sea fácil, Santa Teresa, con su habitual gracejo, llegó a decir que no le extrañaba que tuvieras tan pocos amigos. Hoy me dices que seré odiado, y como muestra san Esteban, mártir, porque hablaba, no él, sino el Espíritu por él, de y por ti, y, desde entonces, siempre se ha dado ese odio… en fin, al final se impondrá tu amor. Pero, también, es verdad que me profetizas la victoria a mi perseverancia, que es motivo de santidad, por eso, es mi oración de hoy, te pido perseverancia hasta el final, así, a pesar de incomprensiones y odios, contigo, y perseverando, seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz martes.
El
Párroco
Lectura del santo Evangelio según san Juan 1. 1-18
En el principio ya existía el Verbo, y el Verbo estaba
junto a Dios, y el verbo era Dios.
Él estaba en el principio junto a Dios.
Por medio de él se hizo todo, y sin él no se hizo nada de
cuanto se ha hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.
Y la luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no la
recibió.
Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan:
éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran
por medio de él. No era él la luz, sino el que daba testimonio de la luz.
El Verbo era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre,
viniendo al mundo. El mundo estaba; el mundo se hizo por medio de él, y el
mundo no lo conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron.
Pero a cuantos la recibieron, les dio poder de ser hijos
de Dios, a los que creen en su nombre.
Éstos no han nacido de sangre, ni de deseo de carne, ni
de deseo de varón, sino que han nacido de Dios.
Y el verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, y hemos
contemplado su gloria: gloria como del Unigénito del Padre, lleno de gracia y
de verdad.
Juan da testimonio de él y grita diciendo: «Este es de
quien dije: el que viene detrás de mí se ha puesto delante de mí, porque
existía antes que yo».
Pues de su plenitud todos hemos recibido, gracia tras
gracia.
Porque la ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la
verdad nos han llegado por medio de Jesucristo.
A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios Hijo unigénito, que
está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer.
Natividad del Señor.
Jn 1,1-18: “Vino a su casa, y los suyos no lo recibieron”.
Señor, que ni esté ciego ni cierre los ojos para no reconocer tu venida ni para no querer verte en tantos como hoy vienes. Que salga a tu encuentro pues eres la luz con tal que me deje, pues tú no me fuerzas, iluminar por ti que me quieres iluminar. Y te reciba, pues eres el dueño de esta casa y me das, si te recibo, el poder de ser, y en verdad lo sea, hijo de tu mismo Padre, Dios. Cómo me has querido que te has hecho carne para habitar en mi y en todos, y que al amarte a ti, ame a los demás, has tomado mi naturaleza para hacerme partícipe de la tuya y, así, ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz NAVIDAD 🎁🎄
El Párroco
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 1, 26-38
En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue
enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen
desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la
virgen era María.
El ángel, entrando en su presencia,
dijo:
«Alégrate, llena de gracia, el señor
está contigo».
Ella se turbó grandemente ante estas
palabras y se preguntaba qué saludo era aquel. El ángel le dijo:
«No temas, María, porque has encontrado
gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás
por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le
dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob para siempre,
y su reino no tendrá fin». Y María dijo al ángel:
«¿Cómo será eso, pues no conozco
varón?». El ángel le contesto:
«El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la
fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer
será llamado Hijo de Dios. También tu pariente Isabel ha concebido un hijo en
su vejez, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios
nada hay imposible». María contestó:
«He aquí la esclava del Señor; hágase en
mí según tu palabra».
Y el ángel se retiró.
Lc 1,26-38 “No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo…”.
Por fin, el niño prometido desde antiguo, para el que me
he estado preparando durante todo el adviento, nacerá de ti, madre, la pequeña
de Nazaret, vas a ser la madre de Dios, por quien se nos “revele el misterio
mantenido en secreto durante siglos eternos” (Rom 15,25), ya que, en ti, se
cumplirá la promesa hecha a David: “Tú casa y tú reino se mantendrán siempre
firmes ante mí, tu trono durará por siempre” (2 Sam 7,16), porque tu hijo,
madre, “será grande, se llamará Hijo del Altísimo”. Y, todo esto, porque el
Señor “se ha fijado en la humildad de su sierva”. Padre, que mi camino no sea
otro que el de María, el camino de los pequeños y sencillos, pues tú, Padre,
derribas del pedestal al soberbio y al poderoso, mientras que, el camino de
María, será el que me haga ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz
día del Señor.
El Párroco
TERMINA EL TIEMPO DE ADVIENTO
III SEMANA DEL TIEMPO ADVIENTO.
Sábado 23/dic
Mal 3, 1-4. 23-24.
Os
envío al profeta Elías, antes de que venga el Día del Señor.
Sal 24. R.
Levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación.
Lc 1, 57-66. Nacimiento
de Juan Bautista. “Él
pidió una tablilla y escribió: «Juan es su nombre»”.
No podía tener otro nombre, porque él, el Bautista, iba a ser “el hombre fiel a Dios”. Señor, que yo, también, sea otro “juan”, que sea fiel a ti y con él, yo, también, te prepare un camino bueno, pues ya te acercas, eres mi liberación, estás al nacer y que, como él, “convierta el corazón de los padres hacia los hijos, y de estos hacia los padres” y, así, siendo testigo tuyo, con mis palabras y mis obras, sea y viva feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día de María.
El
Párroco
Viernes 22/dic
1 Sam 1, 24-28. Ana
da gracias por el nacimiento de Samuel.
Salmo: 1 Sam 2,
1-8. R. Mi corazón se regocija en el Señor, mi Salvador.
Lc 1, 46-56. “Proclama mi alma la grandeza del
Señor…”.
No es mi mayor regalo la lotería ni ningún bien de esta tierra, sino tú, Señor, y, en ti, tu madre, María. Y hoy leo y medito el canto de ella y, también, doy gracias a Dios y proclamo tu grandeza porque has hecho y haces proezas en mí y por mí. Que puedas mirar en mí, como en tu madre, mi humildad porque no quieres al soberbio al que dispersas de tu vista, ni al poderoso al que derribas de su pedestal, mientras que al humilde lo enalteces y al hambriento lo colmas de bienes. Señor que yo, también, tenga hambre de ti para que me colmes de lo único necesario, tú, pues eres el más grande de los bienes que pueda recibir, así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz viernes.
El
Párroco
Jueves 21/dic
Cant 2, 8-14. He
aquí mi amado, llega saltando por los montes.
o bien: Sof
3, 14-18a. El rey de Israel, el Señor, está en medio
de ti.
Sal 32. R.
Aclamad, justos, al Señor; cantadle un cántico nuevo.
Lc 1, 39-45. ¿Quién
soy yo para que me visite la madre de mi Señor?
El Párroco
Miércoles
20/dic
Is 7, 10-14. Mirad:
la virgen está encinta.
Sal 23. R.
Va a entrar el Señor; él es el Rey de la gloria.
Lc 1, 26-38. ” Alégrate llena de gracia, el Señor
está contigo”.
Porque eres pequeña, porque eres sencilla, porque ha mirado tu humildad, por todo ello eres la “Llena de Gracia”. Toda tú, madre, eres gracia, es tu nombre propio y por eso has de estar alegre, ¿ y como no lo vas a estar si el Señor está contigo? Señor, que también estés siempre en mi, para eso sé el camino a seguir, el de la pequeñez y saber acogerte en tu palabra y en tus sacramentos pero, sobre todo, en tus preferidos, así estarás conmigo y nacerás en mi, “que se haga en mi, también, tu palabra no queriendo ser más que tú siervo”, así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz miércoles.
El
Párroco
Martes 19/dic
Jue 13, 2-7.
24-25a. El nacimiento de Sansón fue anunciado por
el ángel.
Sal 70. R.
Que se llene mi boca de tu alabanza, y así cantaré tu gloria.
Lc 1, 5-25. ”No temas Zacarías, porque tú ruego
ha sido escuchado…”.
El Párroco
Lunes 18/dic
Jer 23, 5-8. Daré
a David un vástago legítimo.
Sal 71. En sus días florezca la justicia y la paz
abunde eternamente.
Mt 1, 18-24. ”José, hijo de David, no temas acoger
a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo…
Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel…”.
“No temas”, son las mismas palabras que le dice el ángel a María, “no temas” José porque tú también has encontrado gracia ante Dios, y, porque eres justo, haces lo que tienes que hacer y, sólo cuando has decidido justamente, es cuando Dios, a través del ángel, te confirma lo que has de hacer y, te lo confirma en sueños, por eso el Papa te llama el hombre de los sueños, y eso, el que sea en sueños la confirmación, me descubre que, también la noche, es tiempo de oración y de salvación. Que yo te sepa escucharte, Señor, en todo momento, pues “ora coma, pasee, duerma, o cualquiera otra actividad” puedo estar en tu presencia y cumplir en todo momento tu voluntad (justo) y ponerla por obra, es así como seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz lunes.
El Párroco
Lectura del santo
Evangelio según san Juan 1, 6-8. 19-28
Surgió
un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: este venía como testigo, para
dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él.
No
era él la luz, sino el que daba testimonio de la luz.
Y
este es el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén
sacerdotes y levitas a que le preguntaran:
«¿Tú
quién eres?»
Él
confesó y no negó; confesó:
«Yo
no soy el Mesías». Le preguntaron:
«¿Entonces,
qué? ¿Eres tú Elías?». Él dijo:
«No
lo soy».
«¿Eres
tú el Profeta?». Respondió: «No».
Y
le dijeron:
«¿Quién
eres? Para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado, ¿Qué dices
de ti mismo?»
Él
contestó:
«Yo
soy la voz que grita en el desierto: “Allanad el camino del Señor”, como dijo
el profeta Isaías». Entre los enviados había fariseos y le preguntaron:
«Entonces,
¿por qué bautizas, si tú no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?». Juan les
respondió:
«Yo
bautizo con agua; en medio de vosotros hay uno que no conocéis, el que viene
detrás de mí, y al que no soy digno de desatar la correa de la sandalia».
Esto
pasaba en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde estaba Juan bautizando.
Jn 1,6-8.19-28:”¿Que
dices de ti mismo? Él contestó: «Yo soy la voz que grita en el desierto: “Allanad
el camino del Señor”»
Domingo de la
alegría, en todas las lecturas desborda esta, así el profeta dice que “desborda
de gozo en ti”, respondiendo con el salmo, tomado del Magnifica, que en boca de
tu madre dice: “Se alegra mi espíritu en Dios mi salvador”, para oírle a San
Pablo decir en la 2ª lectura, “Estad siempre alegres”. El cristiano siempre,
siempre, ha de estar alegre porque sabe que el final de la historia es tú
victoria, que, para nosotros consistirá en ser semejantes a ti, estar cara a
cara gozando de ti, aunque, como dice el refranero popular “la procesión vaya
por dentro”. En el Evangelio, hoy aparece la figura de Juan que nos habla de
humildad, no se presenta como alguien importante sino en relación a ti, porque
tú eres el centro de su vida, ojalá también lo fueras de la mía, y él dice que
es tu voz, pues sólo tú eres la palabra, voz que grita y habla de ti. Señor que
yo, también, sea tu profeta y te preste mi voz y mis obras para que, por ellas,
te conozcan, y esto lo haga desbordando de alegría, sólo así creerán en ti y yo
seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día del Señor.
El Párroco
II SEMANA DEL TIEMPO DE ADVIENTO.
Sábado 16/dic
Eclo 48, 1-4. 9-11b. Elías volverá de nuevo.
Sal 79. Oh,
Dios, restáuranos, que brille tu rostro y nos salve.
Mt 17, 10-13. “Elías
ya ha venido y no lo reconocieron.”
Tampoco te reconocieron a ti. Señor que eso no me ocurra a mí, que sepa leer los signos de los tiempos y a tantos como me mandas para que lo sepa hacer. Él, Juan, predicó lo que Dios Padre le había mandado decir, y lo hizo con gran valentía, ante gente importante y gente sencilla, y me anunció que el reino ya estaba cerca, eras tú. Y, también, me dijo que no era digno de desatarte las correas de tú sandalias, humildad de Juan, y esa a de ser mi actitud para encontrarme contigo que vienes. Que yo, Señor, sea un anunciador de tu mensaje, sin más pretensión que él que te conozcan, no dándome de protagonista, que yo mengüe para que tú crezca y así te conozcan a ti y solo a ti, y lo haga con mi vida y con mis palabras, así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto.. Feliz día de María.
El Párroco
Viernes 15/dic
Is
48, 17-19. Si hubieras
atendido a mis mandatos.
Sal
1. El que te sigue,
Señor, tendrá la luz de la vida.
Mt
11, 16-19. “¿A quién compararé esta generación…”.
El
Párroco
Jueves
14/dic
Is
41, 13-20. Yo soy tu
libertador, el Santo de Israel.
Sal
144. El Señor es clemente y misericordioso, lento
a la cólera y rico en piedad.
Mt
11, 11-15. “El más pequeño en el reino de los cielos es más grande que
él”.
El
Párroco
Miércoles 13/dic
Is 40, 25-31. El Señor todopoderoso
fortalece a quien está cansado.
Sal 102. Bendice, alma mía, al Señor.
Mt 11, 28-30. "Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados y yo os aliviaré”.
El Párroco
Martes 12/dic
Is 40, 1-11. Dios consuela a su pueblo.
Sal 95. Aquí está nuestro Dios, que llega con fuerza.
Mt 18, 12-14. ”Igualmente, no es voluntad de vuestro Padre que está en el cielo que se pierda ni uno de estos pequeños”.
El Párroco
Lunes 11/dic
Is 35, 1-10. Dios viene en persona y os salvará.
Sal 84. He aquí nuestro Dios; viene en persona
y nos salvará.
Lc 5, 17-26. Hoy
hemos visto maravillas.
Es lo que decían la gente al ver cómo curabas, por compasión, a un paralítico que llevaron en su camilla cuatro amigos, que buenos amigos, esos amigos los quiero yo, que hicieron lo imposible para ponerlo delante de ti, lo descolgaron, haciendo un hueco, desde el tejado. Pero eso no sólo fue entonces, hoy también sigues haciendo maravillas, yo también las he visto, las sigo viendo y, por ti, yo mismo las hago, pues perdono, no yo, sino tú en mi, a los pecadores que se acercan al sacramento de la penitencia, y les doy de comer tu palabra y tu cuerpo, no yo, sino tú en mi, a los que se acercan a la Eucaristía. Esto es hacer maravillas, y las haces tú en y por mí, por eso no puedo más que alabarte y darte gracias y, con María, “proclamar desde mi alma tus grandezas porque haces maravillas”, por eso soy y vivo feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz lunes.
El Párroco
Lectura
del santo evangelio según san Marcos 1, 1-8
Comienza el Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. Como
está escrito en el profeta Isaías:
«Yo envío mi mensajero delante de ti, en cual preparará
tu camino; voz del que grita en el desierto:
“Preparad el camino del Señor, enderezad sus senderos”»;
se presentó Juan en el desierto bautizando y predicando un bautismo de
conversión para el perdón de los pecados Acudía a él toda la región de Judea y
toda la gente de Jerusalén. Él los bautizaba en el río Jordán y confesaban sus
pecados. Juan iba vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la
cintura, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre.
Y proclamaba:
«Detrás de mí viene el que puede más que yo, y yo no
merezco agacharme para desatarle la correa de sus sandalias. Yo os he bautizado
con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo».
Mc 1,1-8. “Preparad
el camino del Señor, enderezad sus senderos”.
El evangelista cita, hoy, al profeta Isaías, que habla de prepararte, Señor, tú camino. Tanto uno como el otro hablaban de tu primera venida, y yo he tener el mismo papel que ellos, y prepararte el camino para tu segunda venida, al final de los tiempos, también, y ahora, he ser tu heraldo, tu mensajero para los que aún no te conocen, y he de “abajar” lo elevado, es decir, siendo humilde, “enderezando” lo que pueda tener de torcido, es tanto, en mi conducta, e “igualando lo escabroso”, haciéndome igual a todos, pues todos somos hermanos, es más, he de tener por superiores a los demás, haciéndome uno con todos para ganar a algunos. Así, como dice San Pedro, y él si habla de la segunda venida, Dios Padre me encuentre en paz con Él, y así salga animoso a tu encuentro, Señor, y “me encuentres intachable e irreprochable”, pero, mientras, aquí y ahora, seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz Domingo de Adviento, a encender la segunda vela de la corona de Adviento.
El
Párroco
I semana del Tiempo de ADVIENTO.
Sábado
9/dic
Is 30, 19-21.
23-26. Se
apiadará de ti al oír tu gemido.
Sal 146. R. Dichosos los
que esperan en el Señor.
Mt 9, 35 - 10, 1.
5a. 6-8. “Al ver a las muchedumbres, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y abandonadas,
«como ovejas que no tienen pastor»”.
Pero yo si tengo pastor, y no uno cualquiera sino a ti, Señor, que ni me dejas ni me abandonas, que no pones cargas pesadas sobre mí, pues tu yugo es llevadero y tu carga ligera y así no estaré extenuado, sino, todo lo contrario, encontraré descanso para mi alma. Y tampoco estoy abandonado, incluso cuando, por el pecado, me voy de ti, tú, Señor, sales a buscarme y no paras hasta encontrarme, me cargas sobre tus hombros y me conduces a buenos pastos y fuentes frescas, por eso puedes pedirme, y lo haces, que te ayude a recoger tu mies que es abundante, y es ayudándote como seré y viviré feliz y de. X todos y x todo y x tanto. Feliz sábado.
El Párroco
Viernes
8 de diciembre
INMACULADA
CONCEPCIÓN DE LA
BIENAVENTURADA
VIRGEN MARÍA
Gen 3, 9-15. 20. Pongo hostilidad entre tu descendencia y la descendencia de la mujer.
Sal 97. R. Cantad al
Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas.
Ef 1, 3-6. 11-12. Dios nos eligió en Cristo antes de la fundación del mundo.
Lc 1, 26-38. ”He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu
palabra”.
Gracias madre porque en tu si humilde fuiste hecha madre de Dios y en tu Hijo y por tu Hijo “todos hemos heredado también” el ser hijos amados de Dios, y es por Jesús que nos hemos hecho partícipes de su naturaleza Divina. Camino distinto el que escogieron Adán y Eva, ellos, sin contar contigo Padre, “quisieron ser doses” y lo único de descubrieron “fue su desnudez”, su nada, y de pasear contigo, a la hora de la brisa, por el Edén, pasaron a esconderse de ti. Gracias, madre, por tu “fiat”, gracias, madre, porque desde entonces tengo un modelo al que imitar y un asidero al que agarrarme en los momentos difíciles y que me llevarás a él, “haciendo lo que Jesús me diga”, y, así, seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día madre.
El Párroco
Jueves
7/dic
Is 26, 1-6. Que
entre un pueblo justo, que observa la lealtad.
Sal 117. R. Bendito el
que viene en nombre del Señor.
Mt 7, 21. 24-27. ”No todo el que dice “Señor, Señor”
entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre…”.
No basta tener palabras muy bonitas, a veces, que después se las lleva el viento, ni esas palabras zalameras que muchos usan para conseguir algo inmediato o para quedar bien, pero, después, si te he visto no me acuerdo. He de vivir la voluntad de nuestro Padre Dios, fue lo que me enseñaste, Señor, con palabras, así en la oración dominical: “hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo”, como con tu propia vida: “no sea como yo quiero, sino como tú quieres”, oración en Getsemaní. Es lo que me enseñó también tú madre, cuya fiesta de la Inmaculada celebraremos mañana:” Hágase en mí según tu palabra”, así ha de ser mi vida porque, de esta forma, estará construida en ti como mi roca y, por muchas, adversidades que me vengan, mi vida no se derrumbará, porque estará sostenida en ti y así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz jueves.
El
Párroco
Miércoles 6/dic
Is 25, 6-10a. El Señor invita a
su festín y enjuga las lágrimas de todos los
rostros.
Sal 22. R. Habitaré en
la casa del Señor por años sin término.
Mt 15, 29-37. ”Siento compasión de la gente, porque llevan ya tres
días conmigo y no tienen que comer”.
Y, hoy, es a mí a quien me lo dices, tú padeces con (compasión) los que carecen del pan material y, el otro que es más importante, del espiritual. ¡Hay tantos que carecen de tanto! Y me pides que ponga en común los dones, sean pocos o muchos, que tengo para que tú hagas el resto, dar de comer a la gente y, después, me los das a mí para que “dé pan a los que tienen hambre y hambre de ti a los que tienen pan”, ya que muchos lo que tienen es a ti y, me pides, que les dé el pan de tu palabra y de tu eucaristía, y, así, puedan ser y vivir, como yo, felices. X todos y x todo y x tanto. Feliz miércoles.
El Párroco
Martes 5/dic
Is 11, 1-10. Sobre
él se posará el espíritu del Señor.
Sal 71. R.
En sus días florezca la justicia y la paz abunde eternamente.
Lc 10, 21-24. ”En
aquella hora Jesús se llenó de alegría en el Espíritu Santo”.
Y tu alegría es porque Dios, en ti, se ha revelado no a los entendidos, “a los profesionales de la religión”, sino que tú, Señor, me has dado, nos has dado a conocer, que Dios es Padre de todos, es más, sobre todo, te has revelado a los sencillos y a los pequeños. Por eso soy, y muchos son, bienaventurado, “porque mis ojos han visto lo que muchos hubieran querido ver”, a ti, y “mis oídos oyen cada día lo que muchos quisieran oír y no lo oyen”, tu palabra. Gracias, Señor, por venir a todos y te pido, es mi oración de hoy, me enseñes a caminar por las sendas de la sencillez y de la humildad, para poderme encontrar contigo que vienes a mi encuentro, pues “el renuevo del que habla el profeta Isaías, ya ha brotado, ya ha florecido el vástago”, tú, Señor, que me haces ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz martes.
El Párroco
Lunes 4/dic
Is 2, 1-5. El Señor congrega a todas las naciones en la paz eterna del Reino de Dios.
Sal 121. R. Vamos
alegres a la casa del Señor.
Mt 8, 5-11. “Jesús le contestó: «voy a tu casa». Pero el centurión replicó: «Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo»”.
Y ¿Quién es digno? Yo tampoco lo soy. Eres tan grande, aún hecho hombre, eres Dios. Tan inmenso y, sin embargo, has querido venir a mí. Te has hecho tan humano, pero sin dejar de ser Dios. El centurión, sin darse cuenta, te abrió la puerta de su corazón, llegando a decir que no habías visto, en todo Israel, una fe tan grande. Señor, que yo también te abra mi corazón con buenas obras, que salga como él a tu encuentro y cómo él te pida por tantos como te necesitan, yo el primero, así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz lunes.
El
Párroco
Lectura
del santo Evangelio según san Marcos 13, 33-37
En
aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Estad
atentos, vigilad: pues no sabéis cuándo es el momento.
Es
igual que un hombre que se fue de viaje y dejó su casa y dio a cada uno de sus
criados su tarea, encargando al portero que velara.
Velad
entonces, pues no sabéis cuándo vendrá el señor de la casa, si al atardecer, o
a medianoche, o al canto del gallo, o al amanecer; no sea que venga
inesperadamente y os encuentre dormidos.
Lo
que os digo a vosotros lo digo a todos: ¡Velad!»
Comienza el año litúrgico, el adviento, tiempo, Señor, de vigilar, y me vuelves a recordar, como ayer, cuando terminaba este, que he de estar atento porque no sé cuándo será el momento. Y aunque siempre estás viniendo en toda persona y acontecimiento, en la oración y en tus sacramentos, solo he de saber leer los signos de los tiempos, he de prepárame para tu segunda venida recordando la primera, cuando, realmente, “rasgaste el cielo y descendiste” (Is 63), y mientras, tiempo de adviento perpetuo, “he de tener el deseo, me recuerda la oración colecta de la Eucaristía de hoy, de salir a tu encuentro acompañado de buenas obras”, así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz tiempo de Adviento.
El Párroco
XXXIV semana del Tiempo Ordinario.
Sábado 2/dic
Dan 7, 15-27. El reinado y el dominio serán entregados al pueblo de los santos del Altísimo.
Salmo: Dan 3, 82-87. ¡Ensalzadlo con himnos por los siglos!
Lc 21, 34-36. Estad despiertos, para que podáis escapar de todo lo que está por suceder.
Cuando termina el año litúrgico se nos recuerda, me recuerdas que he de estar despierto, porque, es verdad, que no sé ni cuándo, ni cómo, pero si se que todo termina, menos la vida de verdad, la eterna, la de estar contigo. Muchos se han ido durante este último año litúrgico, y a otros ya nos llevarás, pero esta no es una palabra, la tuya, de preocupación sino de esperanza, sólo que he de estar prevenido y no caer en excesos, todos son malos, y que, muchas veces, no son más que escapes de uno mismo. Señor, que siempre esté despierto, cumpliendo tu voluntad, y las obras de misericordia que serán las que me lleven, siendo perseverante, a ti y a tu reino, y las que me harán, amando a los demás, ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día de María.
El Párroco
Viernes 1/dic
Dan 7, 2-14. Vi venir una especie de hijo de hombre entre las nubes del cielo.
Salmo: Dan 3, 75-81. ¡Ensalzadlo con himnos por los siglos!
Lc 21, 29-33. ”El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán”.
Y vivimos como si fuera todo lo contrario, como si todo esto, la vida, el mundo, no tuvieran caducidad, y es al revés, lo único que no pasan son tus palabras y se cumplirán. Que yo, Señor, viva y cumpla todo lo que me dicen tus palabras y que sea perseverante, que “profese con mis labios que tú eres el Señor” y así, como me dicen tus palabras y me recordaba ayer San Pablo: “Nadie que crea en ti quedará confundido”, y, así, por muchas cosas, aunque sean o parezcan malas, que sucedan estaré firme en ti y seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz viernes.
El Párroco
Jueves 30/nov
Rom 10, 9-18. La fe nace del mensaje que se escucha, y la escucha viene a través de la palabra de Cristo.
Sal 18. A toda la tierra alcanza su pregón.
Mt 4, 18-22. ” Paseando Jesús junto al mar de Galilea vio a dos hermanos, a Simón, llamado Pedro, y a Andrés…«Venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres». Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron”.
San Andrés, fiesta.
Los llamaste en su trabajo, pues eran pescadores, y dejaron sus redes, las que le enredaban en sus cosas y te siguieron. Señor, que yo, también, no quiera otra cosa que dejarme enredar por ti desenredándome de mi propio yo. Que me dé, como Andrés y Pedro, completamente a ti, pero no mañana, sino, como ellos, “inmediatamente”, e irme contigo y forma parte de tu grupo para que a toda la tierra alcance tu pregón, así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.
Miércoles29/nov
Dan 5, 1-6. 13-14. 16-17. 23-28. Aparecieron unos dedos de mano
humana escribiendo.
Salmo: Dan 3, 62-67. ¡Ensalzadlo con himnos por los siglos!
Lc 21, 12-19. ” Dijo Jesús a sus discípulos: «os echarán mano, os perseguirán… Esto os servirá de ocasión para dar testimonio… con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas»”
Nadie ha dicho que seguirte y ser tu discípulo sea fácil, pero si me aseguras, y lo creo, palabras y sabiduría a las que no podrán hacer frente ni contradecirme nadie, es más, toda persecución será motivo para testimonio de ti, que ojalá sea testigo alegre de tu Evangelio, pedía el Papa Francisco en la Evangelii Gaudium, en toda ocasión y circunstancia. Y, Señor, concédeme, es mi oración de hoy, el don de la perseverancia que es camino de santidad, concédeme muchos años a tu servicio así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz miércoles.
El Párroco
Martes 28/nov
Dan 2, 31-45. Dios suscitará un reino que nunca será destruido, y acabará con todos los reinos.
Salmo: Dan 3, 57-61. ¡Ensalzadlo con himnos por los siglos!
Lc 21, 5-11. “ Llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea destruida”.
Lunes 27/nov
Dan 1, 1-6. 8-20. No encontró ninguno como Daniel, Ananías, Misael y Azarías.
Salmo: Dan 3, 52-56. ¡A ti gloria y alabanza por los siglos!
Lc 21, 1-4. “En verdad os digo que esa pobre viuda a echado más que todos”.
Señor, te gusta observar y es por ello que no sólo te fijas en las apariencias, sino que vas al corazón de las personas. Cuánto le gustaba repetir a san Juan Pablo II: «Abrid vuestro corazón a Cristo, no le tendáis miedo, solo él conoce lo que hay en vuestro interior». Yo, Señor, no te tengo miedo, todo lo contrario, y como te decía ayer, hoy te lo vuelvo a repetir, quiero abrirte mi corazón para que tú reines, desde él, en mi. Sólo tú me conoces, sánamelo para que no quiera esconderte nada y que, no sólo mi corazón, toda mi persona sea para ti y sólo para ti, así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.
El Párroco
Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 25, 31-46
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuando venga en su gloria el Hijo del hombre, y todos los ángeles con él, se sentará en el trono de su gloria, y serán reunidas ante él todas las naciones.
Él separará a unos de otros, como un pastor separa las ovejas de las cabras.
Y pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda. Entonces dirá el rey a los de su derecha:
“Venid vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo.
Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme”. Entonces los justos le contestarán:
“Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos de beber?; ¿cuándo te vimos forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos?; ¿cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?”. Y el rey les dirá:
“En verdad os digo que cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis hermanos, más pequeños conmigo lo hicisteis”.
Entonces dirá a los de su izquierda:
“Apartaos de mí, malditos, id al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber, fui forastero y no me hospedasteis, estuve desnudo y no me vestisteis, enfermo y en la cárcel y no me visitasteis”. Entonces también estos contestarán:
“Señor, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o forastero o desnudo, o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?”. Él les replicará:
“En verdad os digo: lo que no hicisteis con uno de estos, los más pequeños, tampoco lo hicisteis conmigo”.
Y estos irán al castigo eterno y los justos a la vida eterna»
Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo.
Mt 25,31-45:”Venid vosotros, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo…”.
Hoy, Señor, celebro tu fiesta como Rey del Universo, pero tú no eres un rey cualquiera, no has venido a reinar desde la riqueza y la fuerza, sino desde el servicio, la entrega y el amor. Y desde ahí, quieres reinar en mí si te abro mi corazón, y entrarás en él si hago lo que tú me pides que es vivir como tú, Señor, dándome yo y dándote de comer y de beber, hospedándote, vistiéndote y visitándote cuando estés en alguna de esas necesidades, y lo haré cuando se lo haga a uno de tus, mis, hermanos más pequeños. Así entrarás en mi y desde mi entrarás en los demás, y reinarás en este mundo tan necesitado de amor y, al final, podré oír de tus labios: “ven bendito de mi Padre…”, pero, mientras, ya, seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día del Señor.
El Párroco
Sábado 25/nov
1 Mac 6, 1-13. Por las desgracias que hice en Jerusalén, muero de tristeza.
Sal 9. Gozaré con tu salvación, Señor.
Lc 20, 27-40. “No es Dios de muertos, sino de vivos: porque para él todos están vivos”.
Es la resurrección la palabra clave de la fe, la que da sentido a toda mi existencia. Y, hoy, Señor, me hablas claramente de ella. Después del ejemplo que te ponen los saduceos, seguramente, como siempre, para ver si tienen algo de que acusarte, de la mujer que tuvo siete maridos, les dices que en la resurrección no se casarán, seremos seres espirituales porque ya no moriremos, como los ángeles. Pero les dices que Dios, nuestro Padre, no “era” el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, sino que “ES” el Dios de ellos, es el Dios de todos porque todos, los que llamamos difuntos, si han muerto en gracia, están vivos, estos, los que han muerto en gracia, en su presencia, lo ven cara a cara, siendo, como nos dice san Juan en si 1ª carta, “semejantes a él”. Así pues, hasta la muerte, para el que cree, tiene solución, pues esta no tiene la última palabra, sino que, la última palabra, es la VIDA, lo que me hace ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día de María.
El Párroco
Viernes 24/nov
1 Mac 4, 36-37. 52-59. Celebraron la consagración, ofreciendo con alegría holocaustos.
Salmo: 1 Cron 29, 10-12. R. Alabamos tu nombre glorioso, Señor.
Lc 19, 45-48. “Mi casa será casa de oración, pero vosotros la habéis hecho una cueva de bandidos”.
Y se, Señor, por otro de tus evangelistas que te estabas refiriendo a ti y a toda persona, pues eres tú, y soy yo el verdadero templo de Dios. Desde el momento de mi bautizo, y siempre que esté en “gracia”, con la que sé que cuento, soy tu templo y no puedo convertido ni en mercadillo barato ni en “cueva de bandidos”, llevando mi corazón en la mano como para vendérselo a un, supuesto, mejor postor. Soy tuyo, Señor, y nada más que tuyo y, no sólo mi corazón, mi vida entera te pertenece a ti y solo a ti, soy templo de tu Espíritu por el que soy y vivo feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz viernes.
El Párroco
XXXIII semana del Tiempo Ordinario.
Jueves 23/nov
1 Mac 2, 15-29. Viviremos según la Alianza de nuestros padres.
Sal 49. R. Al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios.
Lc 19, 41-44. “Al acercarse Jesús a Jerusalén y ver la ciudad, lloró sobre ella…”
El Párroco
Miércoles 22/nov
2 Mac 7, 1. 20-31. El Creador del universo os devolverá el aliento y la vida.
Sal 16. Al despertar me saciaré de tu semblante, Señor.
Lc 19, 11-28. “Jesús dijo una parábola, porque estaba cerca de Jerusalén y ellos pensaban que el reino de Dios iba a manifestarse enseguida”.
El Párroco
Martes 21/nov
2 Mac 6, 18-31. Legaré un noble ejemplo para que aprendan a arrostrar una muerte noble, por amor a nuestra ley.
Sal 3. El Señor me sostiene.
Lc 19, 1-10. “Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y le dijo: «Zaqueo, date prisa y baja, porque es necesario que hoy me quede en tu casa». Él se dio prisa en bajar y lo recibió muy contento”.
Zaqueo sería bajo de estatura, pero tenía un corazón muy grande. Él quería verte e hizo todo lo posible para que nada ni nadie se lo impidiera y, a pesar de ser un hombre influyente, no le importó el posible ridículo que hiciera por subirse a un sicomoro, ni la sorna de los que lo vieran allí subido. Al pasar por allí, tú, Señor, lo miraste no con burla sino con amor y le pediste, como necesario, ir a su casa y él te recibió muy contento, ese día fue su salvación. Señor, que a mí tampoco me importe el que dirán, ni burlas si las hubiera, y me suba adonde lo tenga que hacer con tal de encontrarme contigo, así mi vida cambiará cada día, me sanarás y seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz martes.
El Párroco
Lunes 20/nov
1 Mac 1, 10-15. 41-43. 54-57. 62-64. Una cólera terrible se abatió sobre Israel.
Sal 118. Dame vida, Señor, para que observe tus preceptos.
Lc 18, 35-43. “Había un ciego sentado al borde del camino… empezó a gritar :«¡Jesús, hijo de David, ten compasión de mi!» Jesús le dijo: «recobra la vista tu fe te salvado», enseguida lo seguía, glorificando a Dios”.
Este ciego se pone a gritar al saber que eres tú, Señor, que pasas, estaba marginado, al borde del camino, y aunque muchos le regañaban para que se callara, él gritada más. Señor que a mí nadie me calle porque tú has venido a curar mis cegueras y pasas a mi lado, y me has curado, por eso, como él, te sigo, no por el borde sino ya por dentro del camino, para hacer aquello para lo que he sido creado “glorificar a Dios Padre” con mis obras y, también, con mis palabras y, así, ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz lunes.
El Párroco
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 25, 14-30
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:
«Un hombre, al irse de viaje, llamó a sus siervos y los dejó al cargo de sus bienes: a uno le dejó cinco talentos, a otro dos, a otro uno, a cada cual según su capacidad; luego se marchó. El que recibió cinco talentos fue en seguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos.
En cambio, el que recibió uno fue hacer un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor.
Al cabo de mucho tiempo vino el señor de aquellos siervos y se puso a ajustar las cuentas con ellos.
Se acercó el que había recibido cinco talentos y le presentó otros cinco, diciendo:
“Señor, cinco talentos me dejaste; mira, he ganado otros cinco”. Su señor le dijo:
“Bien, siervo bueno y fiel; cómo has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; entra en el gozo de tu señor”. Se acercó luego el que había recibido dos talentos y dijo:
“Señor, dos talentos me dejaste; mira, he ganado otros dos”.
Su señor le dijo:
“¡Bien, siervo bueno y fiel!; cómo has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; entra en el gozo de tu señor”. Se acercó también el que había recibido un talento y dijo:
“Señor, sabía que eres exigente, que siegas donde no siembras y recoges donde no esparces, tuve miedo y fui a esconder tu talento bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo”. El señor le respondió:
“Eres un empleado negligente y holgazán. ¿Conque sabias que siego donde no siembro y recojo donde no esparzo? Pues debías haber puesto mi dinero en el banco, para que, al volver yo, pudiera recoger lo mío con los intereses. Quitadle el talento y dádselo al que tiene diez. Porque al que tiene se le dará y le sobrará, pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Y a ese siervo inútil echadlo fuera, a las tinieblas; allí será el llanto y el rechinar de dientes”».
Mt 25,14-30: “Un hombre, al irse de viaje, llamó a sus siervos y los dejó al cargo de sus bienes… Al cabo de mucho tiempo viene… y se pone a ajustar las cuentas con ellos…”.
Otra vez, Señor, me hablas de espera y vigilancia, y es que aunque no sé cuándo, “al cabo de mucho tiempo”, sé que vendrás, pero esta vez me pides trabaje los dones que me has confiado, pues “me has dejado al cargo de ellos”, ¡qué gran confianza la tuya hacia mí!. No importa el número, ni la cantidad, pues me dejas los que tú sabes que puedo administrar, lo que debo es hacerlo y por ir corriendo a enterrarlo malgastando mi vida, “no he de entregarme al sueño como los demás, sino estar en vela y vivir sobriamente” (1Tes 5,6), y trabajar como lo hicieron a los que le dejaste los cinco o los dos, así cuando “al cabo de mucho tiempo vuelvas” me presente ante ti y poder oír de tus labios “¡bien, siervo bueno y fiel! … entra en el gozo de tu señor”, y, mientras, aquí ya, ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día del Señor.
El Párroco
Sábado 18/nov
Hch 28, 11-16. 30-31. Así llegamos a Roma.
Sal 97. El Señor revela a las naciones su justicia.
Mt 14, 22-33. “Jesús dijo a sus discípulos una parábola para enseñarles que es necesario orar siempre, sin desfallecer: «Había un juez…»”.
Y, ya lo sabemos, era todo menos juez pues no hacía justicia a una viuda que se lo estaba pidiendo hacía mucho tiempo, al final accedió a hacérsela pero para quitársela de encima pues: «no siga viniendo a cada momento a importunarme». Tú, Padre, no eres este juez, tú eres un Padre que estás deseando vaya a ti a cada momento, a pedirte todo aquello que necesite y, si es tu voluntad, para concedérmelo. A ti no te importuno nunca, todo lo contrario, deseas que esté siempre contigo. ¡Qué ejemplo el de Santa Mónica, sus lágrimas hicieron de su hijo Agustín, el santo Obispo de Hipona! Que yo siempre te pida sin desfallecer, que siempre te tenga en mi presencia, así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día de María.
El Párroco
Viernes 17/nov
Sab 13, 1-9. Si han sido capaces de escudriñar el universo, ¿cómo no encontraron a su Señor?
Sal 18. El cielo proclama la gloria de Dios
Lc 17, 26-37. “El que pretenda guardar su vida, la perderá; y el que la pierda, la recobrará”.
Tengo que ser audaz, y no esperar, pasivamente, a que todo esto acabe, que como toda materia acabará, sino que tengo que trabajar para hacer que el reino, tu reino, Señor, que no vendrá aparatosamente, se vaya haciendo una realidad. Para ello, he de ponerte en el centro de mi vida y de mis quehaceres, que no dependa más que de ti, pues tú, Señor, sin necesitarme has puesto tu confianza en mi, ¡me has dado tanto, tanto!, que de de poner, lo que me has dado a tu servicio, y el final vendrá cuando venga, a cada uno nos llegará el nuestro, y mientras, mi vida, sin agobio pero si con tu mirada misericordiosa, será tuya y así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz viernes.
El Párroco
Jueves 16/nov
Sab 7, 22 — 8, 1. Irradiación de la luz eterna es la sabiduría, y espejo límpido de la actividad de Dios.
Sal 118. Tu palabra, Señor, es eterna.
Lc 17, 20-25. “El reino de Dios no viene aparatosamente… el reino de Dios está en medio de vosotros”.
Y, ellos, no lo supieron ver porque esperaban un mesianísmo poderoso, de riquezas y liberador de opresiones políticas. No descubrieron que el reino de Dios estaba allí, eras tú que lo inaugurabas y que no es un reino aparatoso, sino sencillo y para gente sencilla, y aunque pequeño, tú lo comparas a un grano de mostaza, crecerá, pero no por imposición y a la fuerza sino por la convicción del amor, quizás para muchos, aun hoy, sea un crecimiento lento, pero es el único crecimiento verdadero y, a la postre, el que me hará ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz jueves eucarístico.
El Párroco
Miércoles 15/nov
Sab 6, 1-11. Escuchad, reyes, para que aprendáis sabiduría.
Sal 81. Levántate, oh Dios, y juzga la tierra.
Lc 17, 11-19. “Vinieron a su encuentro diez hombres leprosos… ¿No ha habido quien volviera a dar gloria a Dios más que este extranjero?
¡Cuantas veces me pasa lo mismo que a los otros nueve curados! Y ¡cuántas veces son muchos más agradecidos y te glorifican aquellos de los que menos se espera!, son nuestros prejuicios humanos, nuestra forma, que no la tuya, de mirar a los demás. Que yo, Señor, no olvide nunca darte gracias y glorificarte por tanto como me has dado y me sigues dando, que sea como el extranjero del pasaje de hoy, que tiene un corazón que ya quisiera para mí, y como él, y como María: “mi vida proclame siempre tus grandezas… porque has hecho obras grandes en mí y por mí”, y así, además de ser bien nacido, seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.
El Párroco
Martes 14/nov
Sab 2, 23 — 3, 9. Los insensatos pensaban que habían muerto, pero ellos están en paz.
Sal 33. Bendigo al Señor en todo momento.
Lc 17, 7-10. “Somos siervos inútiles, hemos hecho lo que teníamos que hacer”.
Pero no con una falsa inutilidad, “soy inútil”, sino de verdad, dándome cuenta que no hago más que lo que tengo que hacer, es la respuesta de tu madre: “Eh aquí la esclava del Señor…”. Porque tuyos son, Señor, los talentos que tengo, y, por tanto, los tengo que hacer fructificar, no basta con decir “Señor, Señor…”, y esto es lo que he de descubrir, que son tuyos, que yo sólo los tengo prestado, y que no me has elegido por ser un capacitado, sino que me capacitas al elegirme. ¡Ojalá que al final de mi jornada pueda decirte lo del evangelio de hoy!:”no hecho otra cosa que lo que tenia que hacer”, sólo así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz martes.
El Párroco
Lunes 13/nov
Sab 1, 1-7. La sabiduría es un espíritu amigo de los hombres: el espíritu del Señor llena la tierra.
Sal 138. Guíame, Señor, por el camino eterno.
Lc 17, 1-6. “Si tu hermano te ofende, repréndelo, y si se arrepiente, perdónalo…”.
Y es que la regañina también es señal de amor. Y lo he de perdonar las veces que haga falta, hasta setenta veces siete, y la razón es sencilla, porque es mi hermano, no hay más ni mejor razón. Además, todo padre lo que quiere es ver a sus hijos unidos, y tú, Dios mío, no eres menos Padre, todo lo contrario, y nos quieres a todos unidos pues todos somos tus hijos. Y, además, es que el amor sin perdón no es amor, como una moneda no lo es sin las dos caras. Siempre, siempre, lo he de perdonar para ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz lunes.
El Párroco
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 25, 1-13
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:
«Se parecerá el reino de los cielos a diez vírgenes que tomaron sus lámparas y salieron a encuentro del esposo. Cinco de ellas eran necias y cinco eran prudentes.
Las necias, al tomar las lámparas, no se proveyeron de aceite; en cambio, las prudentes se llevaron alcuzas de aceite con las lámparas.
El esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron.
A medianoche se oyó una voz:
“¡Que llega el esposo, salid a su encuentro!”
Entonces se despertaron todas aquellas vírgenes y se pusieron a preparar sus lámparas.
Y las necias dijeron a las prudentes:
“Dadnos de vuestro aceite, que se nos apagan las lámparas”.
Pero las prudentes contestaron:
“Por si acaso no hay bastante para vosotras y nosotras, mejor es que vayáis a la tienda y os lo compréis”.
Mientras iban a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas, y se cerró la puerta. Más tarde llegaron también las otras vírgenes, diciendo:
“Señor, señor, ábrenos”.
Pero él respondió:
“En verdad os digo que no os conozco”.
Por tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora.
Mt 25,1-13: “Se parecerá el reino de los cielos a diez vírgenes que tomaron sus lámparas y salieron al encuentro del esposo… cinco eran prudentes…Por tanto, estad en vela, porque no sabéis el día ni la hora”.
Velad, porque no se sabe la hora en que llegará el esposo. Sabemos lo que ocurrió en la parábola, que las prudentes, además de las lámparas llevaban alcuzas de aceite para reponer por si, las lámparas, se apagaban durante la noche, así que, cuando el esposo llegó, estas entraron en la sala, después se cerró la puerta. Y ¿qué aceite es el que he de llevar? Mis obras de amor a los demás, así, cuando me tenga que presentar ante ti pueda llevar mis manos abiertas cargadas de buenas obras y podré escuchar que me dices: “Siervo bueno y fiel, pasa al banquete de tu Señor”, y mientras, aquí ya, seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día del Señor.
El Párroco
XXXI semana del Tiempo Ordinario.
Sábado 11/nov
San Martín de Tours.
Rom 16, 3-9. 16. 22-27. Saludaos unos a otros con el beso santo.
Sal 144. R. Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi rey.
Lc 16, 9-15. No podéis servir a Dios y al dinero
En un mundo en que hay tantas injusticias, en que se sigue explotando a muchas personas, en que en lugar de adorar a Dios se adoran ídolos, y mis cosas están por delante y, hasta por encima, de los demás, el cristiano, yo, no puedo seguir poniendo una vela a san Antonio y otra al diablo para “por si acaso”. No puedo tener dividido mi corazón, todo él ha de ser para ti, y mis bienes, mis talentos, has de servir para ayudarte a ti y ayudar a los demás. Tú, Señor, no quieres corazones divididos, si te doy el mío te lo doy entero para ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. María te lo dio entero, feliz sábado.
El Párroco
Viernes 10/nov
Rom 15, 14-21. Ministro de Cristo Jesús para con los gentiles para que la
ofrenda de los gentiles sea agradable.
Sal 97. El Señor revela a las naciones su salvación.
Lc 16, 1-8. “El amo alabo al administrador injusto, porque había actuado con astucia. Ciertamente, los hijos de este mundo son más astutos con su propia gente que los hijos de la luz”.
Ciertamente que, si son más astutos y obstinados en propagar el mal los que hacen el mal, que en propagar la luz los que de ti, Señor, la hemos recibido. Ayúdame, Señor, a ser mensajero de tu evangelio, pues, vergüenza sólo para pecar. Yo he recibido tu luz, tu mensaje, y he de anunciarlo para que, como dice San Pablo (Rom 15): ”Complete con mi vida, si hace falta también con mis palabras, tu evangelio, Señor, anunciándote, sobre todo, donde no te conocen”. Así, dándote a conocer, seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz viernes.
El Párroco
Jueves 9/nov
Dedicación Basílica de Letrán.
Ez 47, 1-2. 8-9. 12. Vi agua que manaba del templo, y habrá vida allí donde llegue el torrente (Ant. Vidi Aquam).
o bien: 1 Cor 3, 9c-11. 16-17. Sois templo de Dios.
Sal 45. Un río y sus canales alegran la ciudad de Dios, el Altísimo consagra su morada.
Jn 2, 13-22. “Quitad esto de aquí, no convirtáis en mercado la casa de mi Padre”.
Sólo te entendieron tus discípulos cuando resucitaste, “te estabas refiriendo a tu cuerpo” y, también, al de cada uno de nosotros, pues, como dice San Pablo: “somos, soy templo de Dios”, por lo que mi cuerpo no es un producto mercantil que se vende o se compra. Mi corazón no está a la venta, soy tuyo, soy sagrado y, cuando estoy en gracia, tú habitas, por tu Espíritu, en mi. Soy tuyo y no quieres medias tintas, por eso te doy mi corazón y te lo doy entero, “tuyo es, mío no”, sólo así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz jueves eucarístico.
El Párroco
Miércoles 8/nov
Rom 13, 8-10. La plenitud de la ley es el amor.
Sal 111. R. Dichoso el que se apiada y presta.
Lc 14, 25-33. “Quien no carga con su cruz y viene en pos de mi, no puede ser discípulo mío”.
La cruz de cada uno, sin acortarla ni quitarle peso, la mía. Nunca será tan pesada como la tuya, pues nunca me das mas de lo que puedo llevar, y porque tú llevaste la de todos, cargaste con los pecados del mundo. Además, tú mismo, Señor, me harás de cirineo enseñándome el camino, tú mismo eres el camino, y yo he de ir en pos de ti ya que, como dice el Papa Francisco, tú siempre, siempre, me primeras y, así, sólo detrás de ti, siguiéndote, es como seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.
El Párroco
Martes 7/nov
Rom 12, 5-16a. Existimos en relación con los otros miembros.
Sal 130. R. Guarda mi alma en la paz, junto a ti, Señor.
Lc 14, 15-24. “Sal por los caminos y senderos, e insísteles hasta que entren y se llene mi casa”.
Gracias, Padre, por esa insistencia a que entre en tu casa, mandándome a Jesús, tú Hijo amado, para que me invite e insista, y entre a comer el banquete contigo. La Eucaristía es símbolo del banquete de tu reino. Pero, Señor, me dices en la parábola que aquellos convidados antepusieron sus cosas a ti, para ellos más importantes que estar contigo. Señor, que yo no te cambie por nada ni por nadie, pues tú eres mi tesoro encontrado y quiero estar en tu banquete, al que he ido más que invitado forzado por tu amor que es grande. Gracias por esa insistencia, por salir a mi encuentro, pues que siempre sea agradecido sabiendo que amor con amor se paga, así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz martes.
El Párroco
Lunes 6/nov
Rom 11, 29-36. Dios nos encerró a todos en desobediencia, para tener
misericordia de todos.
Sal 68. Señor, que me escuche tu gran bondad.
Lc 14,12-14: “Cuando des un banquete no invites a tus amigos… sino a pobres y lisiados…”.
La razón que aduces es que los primeros podrán devolverte la invitación, más todavía hoy en día que más que una invitación, es una comunicación de que alguien hace un acontecimiento y te mandan la tarjeta del día y lugar con la cuenta en que has de ingresar, mínimo, el importe de la comida. El único que invitas, de verdad, eres tú, Señor, que me invitas al banquete de la eucaristía y no me cobras nada. He de invitar a tus preferidos que son los que no pueden pagarme, serás tú, Señor, quien lo harás. Es a ellos, a los necesitados, a los que he de ayudar, porque, en ellos, te estoy ayudando a ti, así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz lunes.
El Párroco
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 23, 1-12
En aquel tiempo, habló Jesús a la gente y a sus discípulos, diciendo: «En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos: haced y cumplid todo lo que os digan; pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos dicen, pero no hacen. Lían fardos pesados y se los cargan a la gente en los hombros, pero ellos no están dispuestos a mover un dedo para empujar.
Todo lo que hacen es para que los vea la gente: alargan las filacterias y agrandan las orlas del manto; les gustan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; que les hagan reverencias en las plazas y que la gente los llame “rabbí”. Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar “rabbí,” porque uno solo es vuestro maestro, y todos vosotros sois hermanos.
Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre, el del cielo. No os dejéis llamar maestros, porque uno solo es vuestro maestro, el Mesías.
El primero entre vosotros será vuestro servidor.
El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido».
Mt 23,1-12 : “Ellos dicen pero no hacen”.
Señor, hoy haces una denuncia fuerte contra los dirigentes de entonces, pero que no deja de tener actualidad, porque son incoherentes y “dicen, pero no hacen”, cargando a lo demás cargas pesadas e insoportables. Tú, por el contrario, lo que quieres de mí, y de todos los cristianos, es que sea el servidor de todos si quiero ser el primero, sin hacer distinción entre lo que enseño y práctico y que no convierta tu Evangelio en carga pesada, sino en lo que es: “Buena y alegre noticia”. Que no haga, lo que denuncia Malaquías, que muchos, por mí, tropiecen, y con él Salmo rogarte “no pretender grandezas que superen mi capacidad” y, no querer otra cosa, como dice San Pablo, que: “cuidar de los demás con el cariño de una madre y entregaros no sólo el Evangelio sino mi propia persona por amor”. Solo así, por el camino de la humildad y de la coherencia, es como seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz primer día de la semana.
El Párroco
XXX semana del Tiempo Ordinario.
Sábado 4/nov
Rom 11, 1-2a. 11-12. 25-29. Si el rechazo de los judíos es reconciliación del mundo, ¿qué no será su reintegración sino volver desde la muerte a la vida?
Sal 93. R. El Señor no rechaza a su pueblo.
Lc 14, 1. 7-11. “Cuando te conviden a una boda, no te sientes en el puesto principal…”.
La conclusión es muy clara, la das al final, Señor, es la ley evangélica que es tu ley, no quieres que haya más camino para quienes quieran seguirte que el de la humildad. Es el camino de los santos, fue el camino de tu madre:¡eh aquí la esclava del Señor!, y ese, y no otro, es el camino que he de seguir, el que yo quiero pero eres tú quien puedes hacer que yo lo viva, “porque todo el que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido” y vivirá feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día de María.
El Párroco
Viernes 3/nov
Rom 9, 1-5. Desearía ser un proscrito por el bien de mis hermanos.
Sal 147. R. Glorifica al Señor, Jerusalén.
Lc 14, 1-6. “Jesús tomó la palabra… «¿Es lícito curar los sábados, o no?»”.
¿Qué se lo pregunten al enfermo, Señor? Claro que todos podemos ser curados cualquier día de la semana, también en sábado que está hecho para el hombre. El ejemplo que les pones a aquellos, que te estaban espiando, que lástima, en lugar de estar un rato contigo para, como yo ahora, escucharte, están, como siempre, buscando algo que hagas mal para tener de que acusarte y echártelo en cara, es apabullante, aunque a ellos les entre por un oído y les salga por el otro, “¿a quién de vosotros si se le cae al pozo el asno o el buey no lo saca enseguida en día de sábado?”, no pueden replicarte, lo que ocurre es que, a veces, el asno soy yo. Señor que ame, pero con obras y de verdad, así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz viernes.
El Párroco
Jueves 2/nov
CONMEMORACIÓN DE TODOS LOS FIELES DIFUNTOS
Lamentaciones 3, 17-26.- Es bueno esperar en silencio la salvación del Señor.
Salmo 129.- Desde lo hondo a ti grito Señor
Jn 14,1-6: “En la casa de mi Padre hay muchas moradas…cuando… os prepare un lugar… os llevaré conmigo…”.
Gracias, Señor, porque tus palabras me llevan a la esperanza y a la alegría. Decía Santa Teresa de Jesús que “esto no era más que una mala noche en una mala posada”, pero tú me estás preparando una habitación en un hotel de lujo, con vista a Dios, pues “lo veré tal y cual es”. Hoy celebramos a todos los difuntos y pedimos por ellos, para que los que todavía no están en ese hermoso hotel puedan pronto tener preparadas sus habitaciones. Y, a mi, Señor, auméntame la fe y haz que sea cada día más grande mi amor, para poder tener, el día que tú quieras, preparada mi habitación en ese hermoso hotel de lujo, para ser y vivir, eternamente, feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día y recuerdo agradecido a los que nos precedieron en la fe.
Miércoles 1/nov
Solemnidad de Todos los Santos,
Ap 7, 2-4. 9-14. Vi una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de todas las naciones, razas, pueblos y lenguas.
Sal 23. Esta es la generación que busca tu rostro, Señor.
1 Jn 3, 1-3. Veremos a Dios tal cual es.
Mt 5, 1-12a. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo.
La verdad Señor es que, hoy, te luces, ves a un gentío y, en vez de decirles cosas bonitas, te lanzas a decirles que para ser felices en este mundo no han buscar, lo que en este mundo se valora, poder, sexo y riquezas, sino que para ser felices y llegar al cielo, es decir para ser santo, he de compartir, luchar por la paz y por ser justo, tener misericordia para con los demás y limpio de corazón y, además, me dices que ser así me conducirá a recibir insultos y persecuciones, pero que, aún así, he de estar contento y alegre porque mi recompensa será grande, pues será la vida eterna. Y es que, para ser santo, que esa es tu promesa, he de amar y hacerlo hasta el final de mi vida, también en situaciones difíciles, sólo así, ya aquí, y, después de esta vida, para siempre, seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día de todos los santos.
El Párroco
Martes 31/oct
Rom 8, 18-25. La creación, expectante, está aguardando la manifestación de los hijos de Dios.
Sal 125. R. El Señor ha estado grande con nosotros.
Lc 13,18-21: “El reino de Dios… es semejante a un grano de mostaza…también, semejante a la levadura…”.
Como siempre, lo tuyo es pequeño, es la ley que quieres, Señor, que rija entre nosotros, el último será el primero, y el pequeño el grande. Así es tu reino, pequeño en los comienzos pero grande al final, y así quieres que sea yo, pequeño, como un grano de mostaza, pero que al crecer me convierta en árbol que cobije y abrigue a todos los que vengan a mi y los proteja del calor y de frío, de la lluvia y del sol, no por mérito míos, sino por gracia tuya. O como la levadura, que basta una poco cantidad para que me convierta toda la masa, como tú, Señor, en la eucaristía, pan crujiente, tierno y bueno que haga que los demás no pasen hambre de ti, dándoles la doble mesa de tu palabra y de tu cuerpo y, así, puedan ser y vivir felices. X todos y x todo y x tanto. Feliz martes.
El Párroco
Lunes 30/oct
Rom 8, 12-17. Habéis recibido un Espíritu de adopción, en el que clamamos: «¡Abba, Padre!».
Sal 67. Nuestro Dios es un Dios que salva.
Lc 13,10-17: “Y a esta, que es hija de Abrahám, y que Satanás había tenido atada dieciocho años ¿no era necesario soltarla de tal ligadura en día de sábado?
Gracias, Señor, porque para ti estoy delante del sábado, porque también el sábado fue hecho para mi y, como está mujer, yo, también, he estado atado a muchas ligaduras y tú me has soltado cuando has tenido a bien porque todo hombre y el amor es lo único importante para ti. El amor sostiene toda la ley, y todo lo demás sin amor es inútil. Dame un corazón grande para amar porque, ya lo decías ayer otra vez, es amando como seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz lunes.
El Párroco
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 22, 34-40
En aquel tiempo, los fariseos, al oír que Jesús había hecho callar a los saduceos, se reunieron en un lugar y uno de ellos, un doctor de la Ley, le preguntó para ponerlo a prueba:
«Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la Ley?».
Él le dijo:
«“Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente”. Este mandamiento es el principal y primero. El segundo es semejante a él:
“Amarás a tu prójimo como a ti mismo”.
En estos dos mandamientos sostienen toda la Ley y los Profetas».
Mt 22,34-40: “Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la ley?”
Que clara es tu respuesta, sin ambigüedad ni tapujos, es la síntesis, donde se sostiene, toda la ley y los profetas. Tengo que amarte con toda mi persona, he de amarte porque todo lo demás, sin amor, sería inútil. Y amar al prójimo como a mi mismo, especialmente al que más me necesita, pones claros ejemplos: emigrantes, pobres, huérfanos, viudas, etc. es en el amor de lo que me examinarás al final de mi vida. Y amarte en el otro y por el otro amarte a ti, pues, como dice tu evangelista Juan: “quien dice que ama a Dios a quien no ve, y no ama al prójimo al que ve, es un mentiroso”. Dame, Señor, un corazón grande para amarte a ti y al prójimo, porque es en el amor donde me juego mi vida eterna, y es amando, y sólo amando, como soy y vivo feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día del Señor.
El Párroco
XXIX semana del Tiempo Ordinario.
Sábado 28/oct
Ef 2, 19-22. Estáis edificados sobre el cimiento de los apóstoles.
Sal 18. A toda la tierra alcanza su pregón.
San
Judas, Apóstol.
Lc 6,12-18: “Jesús subió al monte a orar y pasó la noche orando a Dios. Cuando
se hizo de día, llamó a sus discípulos…”.
Y, hoy, sigues también llamando a los que quieres y porque quieres, nunca por méritos propios sino por puro amor tuyo, pero antes has pasado, Señor, la noche orando. Que yo, también, pase grandes ratos contigo, orando, sobre todo cuando tenga que tomar decisiones importantes, para que las decisiones que tome no sean mías sino tuyas y me envíes tu Espíritu para que sepa discernir y conocer los signos de los tiempos, ¿que es lo que tú quieres de mí? ¿Cuál es la voluntad del Padre?, y, así, ser dócil a lo que me pidas y fiel en el cumplimiento, como María, tu madre, así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día de la Virgen.
El Párroco
Viernes 27/oct
Rom 7, 18-24. ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte?
Sal 118. R. Instrúyeme, Señor, en tus decretos.
Lc 12, 54-59. “Hipócritas, sabéis interpretar el aspecto de
la tierra y del cielo, pues ¿cómo no sabéis interpretar el tiempo presente? ¿cómo
no sabéis juzgar vosotros mismos lo que es justo?”
Veo tantas injusticias: guerras, niños sin hogares, violaciones de todas clases de derechos, trabajadores esclavizados, inmigrantes rechazados, ¿cómo no se interpretar que tú has venido a hacer de todos un solo pueblo?¿cuántos años hace que San Pablo escribió aquello de que ya no hay distinción entre esclavos y libres, hombres y mujeres, judíos y gentiles? Pues, como si nada. ¿No será porque todavía vivo en este cuerpo de muerte? Pues quizás, pero oigo que me dice San Pablo:«¿quien me librara de él: ¡gracias a Dios, por Jesucristo, por ti, nuestro Señor!». Señor, que sepa discernir los signos de los tiempos y tu venida, que luche para que se acaben las guerras, para que se acaben las injusticias, que acepte a todos los hombres pues son hijos de tu mismo Padre Dios y, por tanto, mis hermanos. Señor, enséñame la bondad, la prudencia y él conocimiento, instrúyeme en tus decretos para que sea y viva feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.
Jueves 26/oct
Rom 6, 19-23. Ahora estáis liberados del pecado y hechos esclavos de Dios.
Sal 1. R. Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.
Lc 12,49-53: “He venido a prender fuego, ¡y cuánto deseo que ya esté ardiendo!”
Que yo, también, arda en ese fuego que es tu amor, para que te ayude a ti a prender fuego a otros. No es un fuego que prenda con latas de gasolinas, sino que prende con palabras y obras de amor, es el fuego que se contagia haciendo lo que tú, Señor, dando la vida por los demás, es “esa llama, de la que habla San Juan de la Cruz, de amor viva, que tiernamente hieres de mi alma en el más profundo centro”. Señor, que, como tú, yo también sepa prender, de amor y alegría, a los que me rodean, para ello he de poner mi confianza en y sólo en ti, dejando atrás todo lo que me impide amarte, así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz jueves eucarístico.
Miércoles 25/oct
Rom 6, 12-18. Ofreceos a Dios como quienes han vuelto a la vida desde la muerte.
Sal 123. R. Nuestro auxilio es el nombre del Señor.
Lc
12,39-48: “Al que mucho se le dio, mucho se le
reclamará; al que mucho se le confió, más aún se le pedirá”.
¡Qué gran responsabilidad la mía! Estas palabras tuyas, Señor, me dan mucho que pensar porque es de mi de quien hablas al final, es a mi a quien me has dado y confiado mucho. ¡Son tantos los talentos que me has dado que sería pescado enterrarlos y no compartirlos con los demás! Señor, ayúdame a ser un criado bueno que cuando llegues me encuentres trabajando todo lo que me has dado y confiado, ayúdame porque yo sólo puedo querer, pero eres tú quien puedes hacer que mis talentos fructifiquen. Yo quiero, tú puedes, y es así que seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz miércoles.
Martes 24/oct
Rom 5, 12. 15b. 17-19. 20b-21. Si por el delito de uno solo la muerte inauguró su reinado, con cuánta más razón reinarán en la vida.
Sal 39. R.
Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
Lc 12,35-38: “Tened
ceñida vuestra cintura y encendidas las lámparas”.
Es decir, he de estar siempre preparado pues ni el amor ni la fe tienen descanso. He de estar en vela siempre y con la lámpara encendida pues mi misión, encomendada, Señor, por ti, de ser luz, es continua, he de alumbrar siempre para que nadie se pierda. Así cuando vengas, que no se cuándo será, pero que si vendrás, serás tú quien, como en la última cena, te ceñirás, ya lo haces, y me servirás, por eso me siento y vivo feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.
El Párroco
Lunes 23/oct
Rom 4, 20-25. Está escrito por nosotros, a quienes se nos contará: nosotros, los que creemos en él.
Salmo: Lc 1, 69-75. R. Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado a su pueblo.
Lc 12,13-21:” Aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes”.
Y, más tarde o temprano, todos morimos y, como dice el Papa Francisco, “he visto muchas veces coches fúnebres con la caja del difunto, pero no he visto que lo acompañaran otros tantos coches con sus bienes”, es decir, los bienes se quedan aquí, por lo que no tenemos que atesorar para esta tierra sino para el cielo pues tú, Padre, valoras el ser no el tener. Señor, que yo sea rico para ti, y cuando me presente ante ti lo haga cargado de buenas obras, sólo así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz lunes.
El Párroco
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 22, 15-21
En aquel tiempo, se retiraron los fariseos y llegaron a un acuerdo para comprometer a Jesús con una pregunta. Le enviaron algunos discípulos suyos, con unos herodianos, y le dijeron:
«Maestro, sabemos que eres sincero y que enseñas el camino de Dios conforme a la verdad, sin que te importe nadie, porque no te fijas en apariencias. Dinos, pues, qué opinas: ¿es licito pagar impuesto al ¿César o no?». Comprendiendo su mala voluntad, les dijo Jesús:
«Hipócritas, ¿por qué me tentáis? Enseñadme la moneda del impuesto». Le presentaron un denario. Él les preguntó:
«¿De quién son esta imagen y esta inscripción?». Le respondieron:
«Del César». Entonces les replicó:
«Pues dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios».
DOMUND
Mt 22,15-21:”«¿De quién son esta imagen y esta inscripción?» Le respondieron: «del César»… «Pues dad al César lo que es del César…»”.
Como siempre, te hacen la pregunta para tentarte, pero con tu respuesta me das una gran lección, que yo no soy moneda de cambio, que soy tuyo, pues, como dice él Génesis, me has hecho a tu imagen, por tanto “a Dios lo que es tuyo”, y yo, imagen tuya, soy tuyo y sólo tuyo, porque “tú eres el Señor y no hay otro” (Is 45,6), y “toda mi vida he de aclamar tu gloria y tu poder” (Slm 95,7b). Es lo que han entendido, desde siempre, los misioneros que tuvieron, como yo, un encuentro contigo y por eso, como los discípulos de Emaús, “tienen el corazón ardiente y los pies en camino”, y yo “te doy gracias por ellos y los tengo presentes en mi oración” (1Tes 1,2…) y, como ellos, quiero entregarte mi corazón a ti y solo a ti porque eres el Señor del Amor, dice Fano, y así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz domingo del DOMUND.
El Párroco
XXVIII semana del Tiempo Ordinario.
Sábado 21/oct
Rom 4, 13. 16-18. Apoyado en la esperanza, creyó contra toda esperanza.
Sal 104. R. El Señor se acuerda de su alianza eternamente.
Lc 12, 8-12. El Espíritu Santo os enseñará en aquel momento lo que tenéis que decir.
Señor, que me deje llevar, como tú, por el Espíritu, pues, a veces, quiero atar tanto mis palabras y mis acciones que me hago el
protagonista, cuando, lo que tengo que hacer, es lo contrario, menguar, como tú madre: “aquí está la esclava”, para que Él crezca, y, así, serás tú, Santo Espíritu, quien me conduzcas a la verdad plena y quien me harás llamar “Abba” a Dios Padre, y a ti “Señor”, así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día de María.
El Párroco
Viernes 20/oct
Rom 4, 1-8. Abrahán creyó a Dios y le fue contado como justicia.
Sal 31. R. Tú eres mi refugio, me rodeas de cantos de liberación.
Lc 12,1-7: ”Más aún, hasta los cabellos de vuestra
cabeza están contados”.
El amor se muestra en detalles pequeños, por eso no he de temer ni a nada ni a nadie, porque tú, Dios mío, eres mi Padre y sólo quieres, aunque a veces debas corregirme, lo mejor para mí. Así me lo explicas tú, Señor, con ejemplos sencillos, diciéndome que valgo más que los pájaros y ni siquiera de ellos se olvida nuestro Padre Dios, pues, hasta los cabellos de mi cabeza, que algunos he dejado esta noche en la almohada, ya están no solo contados sino actualizados, y son solo mis cabellos, ¿no vas, pues, a tenerme a mi mismo en tu corazón? Claro que si, pues soy tu hijo, amado, me llevas en tu corazón, por eso vivo y soy feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.
El Párroco
Jueves 19/oct
Rom 3, 21-30. El hombre es justificado por la fe, sin obras de la Ley.
Sal 129. R. Del Señor viene la misericordia, la redención copiosa.
Lc 12,32-34: ”Donde está vuestro tesoro allí estará también vuestro corazón”.
Y de lo que hay en mi corazón, como el agua rebosa cuando se llena el vaso, hablará mi boca. Es la prueba de saber qué es lo que hay en mi corazón, si en él estás tú, Señor, o lo tengo lleno de otras tantas tonterías que me hacen perder el norte, sobre todo si lo lleno de mí mismo y de mi ego. Señor, que lo vacié de mí y de esas otras tantas cosas que me impiden llenarlo de lo verdaderamente importante que eres tú. Sólo tú en él y así, con mis palabras y acciones, sólo de ti hablaré porque solo tú estarás en él y seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día de nuestro santo extremeño.
El Párroco
Miércoles 18/oct
2 Tim 4, 10-17b. Lucas es el único que está conmigo.
Sal 144. R.
Tus santos, Señor, proclaman la gloria de tu reinado.
Lc 10,1-9:
”La mies es abundante y los obreros
pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que envíe obreros a sus mies”.
Y tú, Padre, eres el más interesado en que se recoja la mies ya que es tuya, eres el dueño. Sólo me pides una cosa: oración, por eso me surge una pregunta, ¿será que faltan obreros porque no rezo? O más todavía ¿será que, con mi vida no atraigo a otros porque no soy testigo alegre de tu Evangelio? Señor que, tanto con mis palabras como con mis acciones, entre ellas la oración, pida, y no me canse de hacerlo, para que haya obreros y juntos, como nos pide en estos momentos la Iglesia, nos pongamos en camino para anunciar la alegría del Evangelio, así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz miércoles.
El Párroco
Martes 17/oct
Rom 1, 16-25. Habiendo conocido a Dios, no lo glorificaron como Dios.
Sal 18. . El cielo proclama la gloria de Dios.
Lc 11,37-41: ”Con todo, dad limosna de lo que hay dentro, y lo tendrás limpio todo”.
Señor,
líbrame de la tentación del orgullo y de la vanagloria, de creerme que todo lo
hago por mis propias fuerza y no por los talentos que tú mismo me has regalado
y que todo lo que haga sea por ti y para ti. Hoy te invita a comer un fariseo
que no lo hace por amistad sino como observador, para tener, como otras muchas
veces, de que acusarte, y se fija en algo externo, y tú, dirigiéndote a él, me
das una hermosa lección, que todo lo haga desde mi corazón, que nadie lo sepa,
sólo tú que eres quien conoce mi interior, y sólo tú me lo recompensarás. Señor
a ti, y solo a ti, el honor, la gloria y la alabanza, así seré y viviré feliz.
X todos y x todo y x tanto. Feliz martes.
Lunes 16/oct
Rom 1, 1-7. Por Cristo hemos recibido la gracia del apostolado, para suscitar la obediencia de la fe entre los gentiles.
Sal 97. El Señor da a conocer su salvación.
Lc 11,29-32:”Esta generación es una generación
perversa. Pide un signo pero no se le dará más signo que el signo de Jonás… se
convirtieron con la proclamación de Jonás, y aquí hay uno que es más que
Jonás…”.
Y más que Salomón porque como me dice San Pablo (Rom 1,1-7): ”eres el hijo de Dios prometido por los profetas, y de la estirpe de David según la carne”, por eso, también, eres más que Salomón, y, por este motivo, no necesito más signo que a ti y tu palabra y tu vida de amor y misericordia, porque tú eres más que Jonás por el que se convirtieron los ninivitas y que Salomón a quien vivo a escuchar la reina del sur, y que me haces ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz lunes.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 22, 1-14
En aquel tiempo, volvió a hablar Jesús en parábolas a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo, diciendo:
«El reino de los cielos se parece a un rey que celebraba la boda de su hijo; mandó a sus criados para que llamaran a los convidados, pero no quisieron ir. Volvió a mandar otros criados encargándoles que dijeran a los convidados: “Tengo preparado el banquete, he matado terneros y reses cebadas, y todo está a punto. Venid a la boda”.
Pero ellos no hicieron caso; uno se marchó a sus tierras, otro a sus negocios; los demás agarraron a los criados y los maltrataron y los mataron. El rey montó en cólera, envió sus tropas, que acabaron con aquellos asesinos y prendieron fuego a la ciudad.
Luego dijo a sus criados:
“La boda está preparada, pero los convidados no se la merecían. Id ahora a los cruces de los caminos, y a todos los que encontréis, convidadlos a la boda”.
Los criados salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos. La sala del banquete se llenó de comensales. Cuando el rey entró a saludar a los comensales, reparó en uno que no llevaba traje de fiesta y le dijo: “Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin el vestido de boda?”.
El otro no abrió la boca. Entonces el rey dijo a los servidores:
“Atadlo de pies y manos y arrojadlo fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes”.
Porque muchos son los llamados, pero pocos los escogidos».
Mt
22,1-14: ”Id ahora a los cruces de los caminos, y
a todos los que encontréis, llamadlos a la bodas… reunieron a todos los que
encontraron, malos y buenos… cuando el rey entró a saludar… reparó en uno que
no llevaba traje de fiesta…”.
Gracias, Señor, por salir a mi encuentro e invitarme a la boda. Gracias por invitar a todos, malos, por eso estoy yo también en la sala, y buenos. Y es que esa es tu voluntad: la universalidad de la salvación. Una sola cosa me pides, que vaya con el traje de fiesta, que no es otro, dice Fano en el dibujo que me ayuda hoy en la oración, que el traje de marca y esta es el amor, y es que, dice San Pablo, sin él no soy nada, y con él todo lo puedo y que es el amor el que me hace ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día del Señor.
El Párroco
XXVII semana del Tiempo Ordinario.
Sábado 14/oct
Jl 4, 12-21. Echad la hoz, pues la mies está madura.
Sal 96. R. Alegraos, justos, con el Señor.
Lc 11,27-28:”Una mujer de entre el gentío, levantado la voz, le dijo: «Bienaventurado
el vientre que te llevó y los pechos que te criaron»”.
Hace tan sólo un par de días, la liturgia me ponía este mismo pasaje, el de esta gran y, a la vez, sencilla mujer, que le lanzaba ese hermoso piropo a tu madre, piropo que no deja de ser un sencillo, pero verdadero, acto de fe en tu humanidad, “pues al cumplirse la plenitud de los tiempos… naciste de mujer, naciste bajo la ley”. Aunque eres tú, Señor, quien le lanzas un piropo más hermoso todavía, pues si ella te llevó en su vientre es porque, antes, “escuchó la palabra del Padre y la cumplió”, haciéndose mi modelo a imitar, así como su respuesta: “Aquí está el esclavo del Señor, hágase en mí según tu palabra”, y en ese cumplir su voluntad está el que yo sea y viva feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día de María.
El Párroco
Viernes 13/oct
Jl 1, 13-15; 2, 1-2. El Día del Señor, día de oscuridad y negrura.
Sal 9. R. El Señor juzgará el orbe con justicia.
Lc 11,15-26:”El que no está conmigo está contra mi, él que no recoge conmigo desparrama”.
Como siempre, algunos están contra ti y buscando de que acusarte, y piden señales, y todo comienza después de una curación, ¡que más señal quieren! Yo ya tengo señales más que de sobras y sólo quiero estar contigo y lo estaré si acudo a tu palabra, como ahora, y a la oración, si frecuento tus sacramentos, también el de la penitencia. No quiero desparramar sino recoger contigo y hablarles de ti y, con alegría, de tu evangelio a los que me encuentre hoy en mis caminos, sobre todo con mi vida, así y sólo así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz viernes.
El Párroco
Jueves 12/oct
1 Cron 15, 3-4. 15-16; 16, 1-2. Llevaron el Arca de Dios y la colocaron en el centro de la tienda que David le había preparado.
o bien: Hch 1, 12-14. Perseveraban unánimes en la oración, junto con María, la madre de Jesús.
Sal 26. El Señor me ha coronado sobre la columna me ha exaltado.
Lc 11,27-28: ”Una mujer de entre el gentío, levantado
la voz, le dijo:«Bienaventurado el vientre que te llevo y los pechos que te
criaron»…”.
Tus palabras no eran como la de los fariseos y doctores, huecas y sin sentido, sino que son palabras de vida, hasta el punto que hacen que, una mujer que te escucha, a gritos, piropee a tu madre con las palabras que he subrayado del evangelio de hoy, y que yo, como extremeño que soy, se las hubiera dicho de otra manera:¡viva la madre que te parió!, pero con él mismo sentir, amor y alegría. Pero, eres tú quien piropea de verdad a tu madre en la respuesta que le das a aquella mujer:«Más bien, dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen». Ojalá yo no tenga más ideal que ese, y a igual que tu madre, y la mía, que también ha de ser mi modelo, sea el de cumplir en todo momento la voluntad de Dios Padre, así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz fiesta nacional
El Párroco
Miércoles 11/oct
Jon 4, 1-11. Tú te compadeces del ricino, ¿y no me he de compadecer yo de Nínive, la gran ciudad?
Sal 85. R. Tú, Señor, eres lento a la cólera y rico en piedad.
Lc
11,1-4: ”Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó
a sus discípulos. Él les dijo: «Cuando oréis decid: “Padre…”»”.
Gracias, Señor, por enseñarme no sólo a orar, sino por enseñarme que Dios es nuestro Padre. Y por ensañarme a dirigirme a Él como tal y a llamarlo así: Padre. Esto, Señor, sin ti hubiese sido impensable. Pero su amor por mí es tan grande que no solo me llama hijo sino que, además, lo soy. Padre, que viva, hable y actúe como tal, pues soy tu hijo y he recibido de ti el Espíritu de adopción por el que: puedo llamarte, y lo hago, ¡Abba, Padre!, haciéndome ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz miércoles.
El Párroco
Martes 10/oct
Jon 3, 1-10. Los ninivitas habían abandonado el mal camino, y se arrepintió Dios.
Sal 129. Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir?
Lc
10,38-42 :”Marta, Marta, andas inquieta y
preocupada con muchas cosas, sólo una es necesarias…”.
Y es que cada momento tiene su propio afán, y yo, ahora, como María la hermana de Marta, sólo quiero estar sentado a tus pies y escuchar tu palabra, pues de aquí sacaré lo que he de hacer, de lo que tú me digas, así soy bienaventurado, sólo después, la cumpliré, porque tú me has llamado no para hacer muchas cosas, sino, primero y fundamental, para estar contigo, y es que la felicidad no está en hacer muchas cosas, sino en hacer tu voluntad, y para saber que es lo que quieres he de estar atento, como ahora, y escucharte, y es así como seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.
El Párroco
Lunes 9/oct
Jon 1, 1 — 2, 1. 11. Jonás se puso en marcha para huir lejos del Señor.
Salmo: Jon 2, 3-8. Tú, Señor, me sacaste vivo de la fosa.
Lc
10,25-37: ”¿Y quién
es mi prójimo?”
Me dice el evangelio que aquel, todo un maestro de la ley, te hizo la pregunta queriéndose justificar. Tú me respondes claramente, mi prójimo son mis padres, mis hijos, mis hermanos, mis vecinos, mis compañeros, mi tendera, mi panadero, los mayores a los que voy todos los días, mis catequistas, los niños, etc., mi prójimo es todo aquel a quien me acerque y me necesite, es todo aquel con quien practique misericordia, como la practicó aquel samaritano con el hombre que cayó en manos de los que lo molieron a palos, que se compadeció de él y se le acercó (se aproximó) para curarlo con el aceite del consuelo y el vino de la esperanza. Y hoy, Señor, me dices: ”haz tú lo mismo” y así serás y vivirás feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz lunes.
El Párroco
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 21, 33-43
En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo:
«Escuchad otra parábola: “Había un propietario que plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó en ella un lagar, construyó una torre, la arrendó a unos labradores y se marchó lejos.
Llegado el tiempo de los frutos, envió sus criados a los labradores para percibir los frutos que le correspondían. Pero los labradores, agarrando a los criados, apalearon a uno, mataron a otro, y a otro lo apedrearon. Envió de nuevo otros criados, más que la primera vez, e hicieron con ellos lo mismo. Por último, le mandó a su hijo, diciéndose: ‘Tendrán respeto a mi hijo’.
Pero los labradores, al ver al hijo se dijeron: ‘Este es el heredero: venid, lo matamos y nos quedamos con su herencia’.
Y, agarrándolo, lo sacaron fuera de la viña y lo mataron. Cuando vuelva el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?». Le contestaron:
«Hará morir de mala muerte a esos malvados y arrendará la viña a otros labradores que le entreguen los frutos a sus tiempos». Y Jesús les dice:
«¿No habéis leído nunca en la Escritura:
“La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. ¿Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente”? Por eso os digo que se os quitará a vosotros el reino de Dios y se dará a un pueblo que produzca sus frutos».
Mt 21,33-43: ”Había un propietario que plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó en ella un lagar, construyó una torre, la arrendó a unos labradores y se marchó lejos…”.
En otras palabras, la mimó, y ese labrador no tenía más que administrarla bien y dar los frutos al dueño a su debido tiempo, pero se creyó el mismo el dueño de la viña y la destrozó, y “en lugar de uvas dio agrazones”, por eso te quejas, por mi ingratitud, pues “¿qué más habrías podido hacer por tu viña, por mi?”, si me has dado tanto, todo, me has dado a tantas personas y a tantos movimientos, y tus sacramentos y tu palabra, para que me llevaran a ti, me has dado tantos talentos, y, todavía más, tu Padre me ha regalado a ti mismo, que tú, Señor, seas el centro de mi corazón, la piedra angular sin la que, no sólo la Iglesia sino mi vida, también, se hundiría, que me apoye en ti así no habrá no viento ni lluvia que me derrumbe, lo único que pides es que de mis frutos, y sólo los daré, más que de sobra lo sé, si permanezco unido a ti, sólo así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día del Señor.
Sábado 7/oct
Bar 4, 5-12. 27-29. El mismo que os mandó las desgracias os mandará el gozo
Sal 68. El Señor escucha a sus pobres.
Lc 10, 17-24. Estad alegres porque vuestros nombres están inscritos en
el cielo.
Viernes 6/oct
Bar 1, 15-22. Hemos pecado contra el Señor desoyendo sus palabras.
Sal 78. Por el honor de tu nombre, Señor, líbranos.
Lc
10,13-16: ”Quien a vosotros escucha, a mi me escucha;
quien a vosotros rechaza, a mi me rechaza; y quien me rechaza a mi,
rechaza al que me ha enviado”.
Te has hecho hombre y has unido mi suerte a la tuya, tu divinidad a mi humanidad y has querido, sin necesitarlo, necesitarme, por eso he de amarte en el hombre y es amando al hombre como te amo a ti, de ahí que quien me rechace te rechaza a ti y, no sólo a ti, sino también a Dios Padre, que es quien te ha enviado. ¡Que grande, sin serlo, me has hecho! Siendo un simple hombre, mortal y humano, me has hecho eterno y divino, haciéndome ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz viernes.
El Párroco
Jueves 5/oct
Dt 8, 7-18. Dios te da la fuerza para adquirir esa riqueza.
Salmo: 1 Cron 29, 10-12. Tú eres Señor del universo.
2 Cor 5, 17-21. Os pedimos que os reconciliéis con Dios.
Temporas de acción de gracias.
Mt 7,7-11:”Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá…”.
Tres acciones que van acompañadas de resultados, y todo, Padre, porque tú eres bueno y sólo sabes dar cosas buenas a quienes te piden con fe y confianza. Gracias, Padre, por quererme tanto, por eso te pido no querer otra cosa que cumplir, en todo momento, tu voluntad, y me enviarás tu Espíritu, y así me darás, encontraré y me abrirás y seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz jueves eucarístico.
El Párroco
Miércoles 4/oct
Neh 2, 1-8. Si le parece bien al rey, permítame ir a la ciudad de mis padres
para reconstruirla.
Sal 136. Que se me pegue la lengua al paladar si no me acuerdo de ti.
San Francisco de Asís.
Lc 9,57-62:”Nadie que pone la mano en el arado y mira hacia atrás vale para el reino de Dios”.
Hoy leo un pasaje de posibles seguidores, pero todos ponen excusas para hacerlo, y tú, Señor, me contesta con lo de no mirar hacia atrás una vez que he tomado mi decisión, en otras palabras, que hay que quemar las naves, es decir, que hay que luchar por ti y tu reino hasta el final, suceda lo que suceda, que hay que soltar lastre, es decir, todo lo que suponga un obstáculo para seguirte y poder avanzar y volar como águila y no como un ave de corral, porque sólo así, quemando naves o soltando lastres es como seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz miércoles.
El Párroco
Martes 3/oct
Zac 8, 20-23. Vendrán pueblos numerosos buscando al Señor en Jerusalén.
Sal 86. Dios está con nosotros.
Lc
9,51-56: ”Jesús
tomó la decisión de ir a Jerusalén”.
Señor, eres el hombre más libre que conozco, y nadie te quita la vida sino que tú, libremente, la entregas, y lo haces por amor. Por eso me dice, hoy, el evangelista que eres tú quien decide ir a Jerusalén aún a sabiendas de lo que te va a ocurrir allí, que serás entregado en manos de los gentiles y que morirás cumpliendo la voluntad del Padre, pero libremente, así me lo dice san Juan (10,18): “Nadie me quita la vida, sino que yo la doy de mi propia voluntad”. Señor, que, como tú, yo también de mi vida en servicio a los demás, así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz martes.
Lunes 2/oct
Zac 8, 1-8. Estoy para salvar a mi pueblo de Oriente a Occidente.
Sal 101. El Señor reconstruyó Sion, y apareció en su gloria.
Santos Ángeles custodios.
Mt
18,1-5.10:
”Os
digo que sus ángeles están viendo siempre en los cielos el rostro
de mi Padre celestial”.
Y por esto, ellos, los niños, son los mayores en tu reino, porque sus ángeles están siempre en tu presencia Padre, y, por esto, yo también quiero hacerme como uno de ellos, para que mi ángel, Padre Dios, te esté viendo siempre, ese será mi fin, verte, porque “cuando te me manifiestes seré semejante a ti porque te veré tal y cual eres” (1Jn 3,2), mientras mi ángel me protege y intercede por mi, y te alaba, ya que, como yo, para eso ha sido creado: para alabarte, bendecirte y amarte, así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.
El
Párroco
Lectura del santo evangelio según san Mateo Mt 21, 28-32
En aquel tiempo, Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: "¿Qué opinan de esto? Un hombre que tenía dos hijos fue a ver al primero y le ordenó: 'Hijo, ve a trabajar hoy en la viña'. Él le contestó: 'Ya voy, señor', pero no fue. El padre se dirigió al segundo y le dijo lo mismo. Éste le respondió: 'No quiero ir', pero se arrepintió y fue. ¿Cuál de los dos hizo la voluntad del padre?" Ellos le respondieron: "El segundo".
Entonces Jesús les dijo: "Yo les aseguro que los publicanos y las prostitutas se les han adelantado en el camino del Reino de Dios. Porque vino a ustedes Juan, predicó el camino de la justicia y no le creyeron; en cambio, los publicanos y las prostitutas, sí le creyeron; ustedes, ni siquiera después de haber visto, se han arrepentido ni han creído en él''.
Mt 21,28-32: ”Un hombre tenía dos hijos. Se acercó al primero y le dijo:«Hijo ve hoy a trabajar en la viña». Él le contestó:«No quiero». Pero después se arrepintió y fue…”.
“Arrepentidos nos quieres, Señor”, también se la contestación del segundo y su acción, dijo que si pero no fue. Señor, el amor no consiste en decirlo, ¡cuantos zalameros hay por el mundo!, el amor consiste en hacer lo que me pides, “obras son amores” que decía la Santa de Ávila. No puedo separar palabras de obras, tampoco mi fe, pues no es un traje que me pongo o me quito según me venga bien. Como dice el apóstol Santiago en su carta:”muéstrame tú fe sin obras que yo por mis obras te mostraré mi fe”, y así, haciendo lo que digo, es como seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día del Señor.
El Párroco
XXV semana del Tiempo Ordinario.
Sábado 30/sept
Zac 2, 5-9. 14-15c. Voy a habitar en medio de ti.
Salmo: Jer 31, 10-13. El Señor nos guardará como un pastor a su rebaño.
Lc 9,43b-45: ”Meteos bien en los oídos estas palabras: el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres… ellos no entendían… y le daba miedo preguntarle sobre el asunto…”.
Y a mi, también, me da miedo preguntarte sobre la cruz, pero es el camino que has elegido y el que me pides a mi si quiero ser tu discípulo, tomar mi cruz y ponerme detrás de ti y seguirte. ¡Que me hubiera gustado un mesianísmo de gloria y de poder! Pues claro que si, pero a ti te entregaron, y para eso viniste al mundo para dar tu vida en rescate por muchos, y ese ha de ser mi camino: de servicio y entrega, en la iglesia sólo sirve quien sirve, y así, por ese camino, que a la postre es el camino de la alegría, es como seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día de María.
El Párroco
Viernes 29/sept
Dan 7, 9-10. 13-14. Miles y miles lo servían.
o bien: Ap 12, 7-12a. Miguel y sus ángeles combatieron contra el dragón.
Sal 137. Delante de los ángeles tañeré para ti, Señor.
Santos
Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael.
Jn 1,45-51:”En
verdad os digo: veréis el cielo abierto
y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre”.
Es la contestación que tú, Señor, le das a Levi cuando hace su hermosa confesión de fe. Con lo que me estás diciendo, con parte de la profecía de Daniel, que eres Dios y todos ser te sirve y se postra ante ti. También los espíritus celestes que Dios Padre ha creado para mí servicio y ayuda, para que me acompañen en mis caminos, lo cual, además, de darme seguridad, me hace ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día de Arcángeles
El Párroco
Jueves 28/sept
Ag 1, 1-8. Construid el templo, y me complaceré en él.
Sal 149. El Señor ama a su pueblo.
Lc 9, 7-9. A Juan lo mandé decapitar yo. ¿Quién es este de quien oigo semejantes cosas?
Herodes tiene curiosidad, quiere conocerte, pero se queda en la superficialidad, no se adentra en tu persona, sólo te quiere ver como el actor de un espectáculo. Yo, Señor, también me hago la pregunta, en otra ocasión nos la hiciste tú a nosotros: ¿quien estes tú? Y esa pregunta me lleva a indagar para dejarme interpelar por ti, es decir, me propicia un encuentro contigo y, así conocerte, y conociéndote, amarte y amándote, seguirte, haciéndome ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz jueves eucarístico.
El Párroco
Miércoles 27/sept
Esd 9, 5-9. Dios no nos ha abandonado en nuestra esclavitud.
Salmo: Tob 13, 1-10. . Bendito sea Dios, que vive eternamente.
Lc
9,1-6:”Luego
los envió a proclamar el reino de Dios y a curar a los enfermos”.
Y hoy sigues enviando a muchos a proclamar el reino, el tuyo, que es el reino de vida y verdad, de justicia y paz, de gracia y amor, de todo aquello que tan necesitados estamos, y yo quiero seguir siendo enviado por ti, Señor. Y para curar de tantas dolencias y enfermedades con el mejor tratamiento que puedo tener, a ti, y que es acogiéndolos, como tú, y mirándolos a los ojos con amor y misericordia y siendo compasivo y curándolos con el aceite del consuelo y el vino de la esperanza, para con todos a los que me acerque, es así como seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.
El Párroco
Martes 26/sept
Esd 6, 7-8. 12b. 14-20. Terminaron el templo y celebraron la Pascua.
Sal 121. Vamos alegres a la casa del Señor.
Lc
8,19-21: ”Jesús
respondió diciéndoles:«Mi madre y mis hermanos son estos:«los que
escuchan la palabra de Dios y la cumplen»”.
Gracias, Señor, por hacerme de tu familia, porque eso que dices, lo hizo, antes, también, tú madre, pues además de serlo por la carne, antes lo había sido por la fe, ella había escuchado la palabra de Dios y la cumplió:”Hágase en mí según tu palabra”. Señor que yo haga lo mismo que ella, que día a día escuche tu palabra y, además, la cumpla para ser tu madre y tu hermano, es lo que me hará que, siempre, sea y viva feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz martes.
El Párroco
Lunes 25/sept
Esd 1, 1-6. El que pertenezca al pueblo del Señor que suba a Jerusalén, a reconstruir el templo del Señor.
Sal 125. El Señor ha estado grande con nosotros.
Lc 8,16-18: ”Nadie que ha encendido una lámpara, la tapa con una vasija o la mete debajo de la cama, sino que la pone en el candelero para que los que entren vean la luz”.
Es así, porque la lámpara tiene como misión el que veamos y no nos tropecemos con los muebles de la casa, no tiene sentido ni taparla ni ponerla debajo de la cama con el consiguiente peligro de que prenda está y se queme toda la casa. La lámpara se enciende para colocarla en su sitio, en el candelero. Yo fui, Señor, encendido por ti en mi bautizo y por eso, como tú mismo me pides he de ser luz para que los demás vean y los ilumine hacia ti. Esa en mi misión y es cumpliéndola como seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.
El párroco.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 20, 1-16
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:
«El reino de los cielos se parece a un propietario que al amanecer salió a contratar jornaleros para su viña. Después de ajustarse con ellos en un denario por jornada, los mandó a la viña.
Salió otra vez a media mañana, vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo, y les dijo:
“Id también vosotros a mi viña, y os pagaré lo debido”.
Ellos fueron.
Salió de nuevo hacia mediodía y a media tarde e hizo lo mismo. Salió al caer la tarde y encontró a otros, parados, y les dijo:
“¿Cómo es que estáis aquí el día entero sin trabajar?”.
Le respondieron:
“Nadie nos ha contratado”.
Él les dijo:
“Id también vosotros a mi viña”.
Cuando oscureció, el dueño dijo al capataz:
“Llama a los jornaleros y págales el jornal, empezando por los últimos y acabando por los primeros”.
Vinieron los del atardecer y recibieron un denario cada uno.
Cuando llegaron los primeros, pensaban que recibirían más, pero ellos también recibieron un denario cada uno. Al recibirlo se pusieron a protestar contra el amo:
“Estos últimos han trabajado sólo una hora, y los has tratado igual que a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el bochorno”.
Él replicó a uno de ellos:
“Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No nos ajustamos en un denario? Toma lo tuyo y vete. Quiero darle a este último igual que a ti. ¿Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tú envidia porque yo soy bueno?”.
Así, los últimos serán primeros y los primeros, últimos».
Mt 20,1-16: ”El reino de los cielos se parece a un propietario que al amanecer salió a contratar jornaleros para su viña. Después de ajustarse con ellos en un denario, los mando a la viña… salió al caer la tarde y encontró a otros, parados, y les dijo:«id también vosotros a mi viña»”.
Tú, Señor, me quieres trabajando, no quieres a nadie ocioso, y, todos, podemos trabajar en tu viña, y a todos nos das el salario convenido, la vida eterna. Da igual la hora en que nos llamas, lo importante es que vayamos, y no hay que tener envidia de los que han llegado más tarde porque reciban el mismo salario, pues los primeros tienen la ventaja, decía nuestro gran obispo D. Antonio Montero, de haberte conocido antes, Señor, por eso se lamenta san Agustín diciendo:”Tarde te ame, hermosura tan antigua y tan nueva, tarde te ame…”. Señor, que no pierda más tiempo de trabajar en tu viña, que te ame, que da igual cuando lo hiciste, lo que importa es que me has llamado para que sea y viva feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día del Señor.
XXIV semana del Tiempo Ordinario.
Sábado 23
1 Tim 6, 13-16. Guarda el mandamiento sin mancha hasta la manifestación del Señor.
Sal 99. Entrad en la presencia del Señor con vítores.
San
Pio de Pietrelcina.
Lc 8,4-15:”Salió
el sembrador a sembrar su semilla… otra cayó en tierra buena, y,
después de brotar, dio fruto al ciento por uno…”.
Señor, quiero subrayar que la semilla siempre es tuya. Es tu palabra que la esparces, siempre, a manos llenas, pero, también, me dices que da fruto según la tierra en la que caiga, según la disposición del que la recibe. Señor que, como tú mismo dices en la parábola, yo la reciba con un corazón noble, es decir que la reciba de buena fe, sin maldad ni doblez intención y con generosidad, no sólo dando, sino como tú madre la Virgen, dándome, así daré fruto, al ciento por uno, con perseverancia y seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto Feliz día de María.
Viernes 22
1 Tim 6, 2c-12. Tú, en cambio, hombre de Dios, busca la justicia.
Sal 48. Bienaventurados los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
Lc 8,1-3:”Jesús iba caminando de ciudad en ciudad y de pueblo en pueblo, proclamando y anunciando la Buena Noticia del Reino de Dios, acompañado…”.
Y, hoy, quieres que sea yo, con otros, juntos, pues no me quieres solo, sino que viva sinodalmente, quienes te acompañemos. Nos eliges para anunciar, en nuestros ambientes, tu Buena Nueva, que, por ser tan buena, no hemos de guardarnosla, sino anunciarla con alegría para que otros muchos la conozcan y te sigan, no por proselitismo sino por convicción, porque estoy enamorado de ti, a pesar de cómo soy, ni peor ni mejor que los que te acompañaban entonces, pecador. Sabiendo, además, que no he sido elegido por méritos, sino porque tú, Señor, me has amado y has pronunciado mi nombre, haciéndome ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz viernes.
Jueves 21
Ef 4, 1-7. 11-13. Él ha constituido a unos, apóstoles, a otros, evangelistas.
Sal 18. A toda la tierra alcanza su pregón.
San Mateo, fiesta. Mt 9,9-13:”Al pasar vio Jesús a un hombre llamado Mateo, sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo:«Sígueme». Él se levantó y lo siguió”.
Se
levantó, Señor, y te siguió, no se quedó quieto, sentado en su
mostrador. Era un cobrador de impuestos y, por tanto, un pecador
público, detestable para los judíos. Pero tú, Señor, como a mi,
lo miraste con amor y misericordia, como a mi que también estaba
sentado en mis muchos mostradores. Los otros, es decir, los fariseos
murmuran, y nos das una hermosa lección: “de médico sólo tienen
necesidad los enfermos”. Gracias, Señor, porque llamas a
pecadores, gracias porque me has llamado a mí que lo soy, y gracias
por tu amor que me ha hecho ser y vivir feliz. X todos y x todo y x
tanto. Feliz jueves eucarístico.
Miércoles 20
1 Tim 3, 14-16. Es grande el misterio de la piedad.
Sal 110. Grandes son las obras del Señor.
Lc 7,31-35:”¿A qué, pues, compararé los hombres de esta generación?
Esa y la nuestra, que nos corroe la envidia y la crítica mala y destructiva, y somos “como el perro del hortelano, que ni come ni deja comer”. Señor, líbrame de ser así, pues, muchas veces, tampoco yo dejo que otros hagan, y que evite que, por envidia, dejen otros de hacer el bien y me comporte como me dice San Pablo (Rom 12,15 y ss):”que me alegre con los que están alegres y llore con los que lloran… no devolviendo a nadie mal y procurando que lo bueno, sea de quien sea y venga de donde venga, se lleve a cabo”, así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.
Martes 19
1 Tim 3, 1-13. Conviene que el obispo sea irreprochable; asimismo los diáconos, que guarden el misterio de la fe con la conciencia pura.
Sal 100. Andaré con rectitud de corazón.
Lc 7,11-17: ”Sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre que era viuda… al verla el Señor, se compadeció de ella y le dijo: «no llores»…
Te compadeciste de ella, no es su fe, como en tantas ocasiones, la que te lleva a hacer el milagro, hoy eres tú quien toma la iniciativa y te adelantas porque sientes lástima al ver padecer a aquella mujer y deseas aliviar su dolor, gracias por mostrarme tu corazón tan humano, que sufres con quien sufre, y es que, además, esta mujer, viuda ya, no hubiese sido nadie en tu época. Por otro lado, con esta acción, me muestras que eres Dios, que tienes el poder sobre la vida y la muerte, de ahí que todos los que estaban allí, sobrecogidos, dicen: “Dios ha visitado a su pueblo”, por eso hoy soy yo, no Pedro, quien te responde: “tú eres el Mesías”, tú, Señor, eres Dios, y me has visitado, y por eso soy y vivo feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.
Lunes 18,
1 Tim 2, 1-8. Que se hagan oraciones por toda la humanidad a Dios, que quiere que todos los hombres se salven.
Sal 27. Bendito el Señor, que escuchó mi voz suplicante.
Lc 7,1-10: ”Señor, no te moleste, porque no soy digno de que entres bajo mi techo… Dilo de palabra y mi criado quedará sano”.
Es el acto de fe de un centurión Romano, es decir, de un hombre importante, de un hombre influyente, con poder, que pide que cures a su criado, y tú, Señor, ponderas su fe: ”en Israel no he encontrado tanta fe”, y le haces lo que te pide, curar a su amigo, más que criado. Señor, dame la fe del centurión, pues, aunque tengo fe, necesito que me la aumentes, que sea, al menos, del tamaño de un grano de mostaza, así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz lunes.
Lectura del santo evangelio según san Mateo 18, 21-35.
En aquel tiempo, acercándose Pedro a Jesús le preguntó:
«Señor, si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces tengo que perdonarlo? ¿Hasta siete veces?» Jesús le contesta:
«No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete. Por esto, se parece el reino de los cielos a un rey que quiso ajustar las cuentas con sus criados. Al empezar a ajustarlas, le presentaron uno que debía diez mil talentos. Como no tenía con qué pagar, el señor mandó que lo vendieran a él con su mujer y sus hijos y todas sus posesiones, y que pagara así. El criado, arrojándose a sus pies, le suplicaba diciendo:
“Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré todo”.
Se compadeció el señor de aquel criado y lo dejó marchar, perdonándole la deuda. Pero, al salir, el criado aquel encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios y, agarrándolo, lo estrangulaba, diciendo: “Págame lo que me debes”.
El compañero, arrojándose a sus pies, le rogaba, diciendo:
“Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré”.
Pero él se negó y fue y lo metió en la cárcel hasta que pagara lo que debía.
Sus compañeros, al ver lo ocurrido, quedaron consternados y fueron a contarle a su señor todo lo sucedido. Entonces el señor lo llamó y le dijo:
“¡Siervo malvado! Toda aquella deuda te la perdoné porque me lo rogaste. ¿No debías tú también tener compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?” Y el señor, indignado, lo entregó a los verdugos hasta que pagara toda la deuda.
Lo mismo hará con vosotros mi Padre celestial, si cada cual no perdona de corazón a su hermano».
Lectura del santo Evangelio según san Juan 3, 16-18
Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito para que todo el que cree en él no perezca, sino que tengan vida eterna.
Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.
El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Unigénito de Dios
IX semana del Tiempo Ordinario.
Lunes 5
Tob 1, 3; 2, 1b-8. Tobit practicaba la verdad.
Sal 111. Dichoso quien teme al Señor.
Mc 12, 1-12. Agarrando al hijo amado, lo mataron y lo arrojaron fuera de la viña.
Martes 6
Tob 2, 9b-14. Permanecí sin ver.
Sal 111. El corazón del justo está firme en el Señor.
Mc 12, 13-17. Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.
Miércoles 7
Tob 3, 1-11a. 16-17a. La oración de ambos fue escuchada delante de la gloria de Dios.
Sal 24. A ti, Señor, levanto mi alma.
Mc 12, 18-27. No es Dios de muertos, sino de vivos.
Jueves 8
Tb 6,10-11; 7,1.9-17; 8,4-9a. Dígnate apiadarte de ella y de mí, y haznos llegar juntos a la
vejez.
Sal 127. Dichosos los que temen al Señor.
Mc 12,28b-34. No hay mandamiento mayor que éstos.
Viernes 9
Tob 11, 5-18. Tras el castigo, Dios se ha apiadado, y ahora veo a mi hijo.
Sal 145. Alaba, alma mía, al Señor.
Mc 12, 35-37. ¿Cómo dicen que el Mesías es hijo de David?
Sábado 10.
Tob 12, 1. 5-15. 20. Ahora alabad al Señor; yo subo a Dios.
Salmo: Tob 13, 2. 7-8. Bendito sea Dios, que vive eternamente.
Mc 12, 38-44. Esta viuda pobre ha echado más que nadie.
Lectura del santo Evangelio según san Juan 20, 19-23
Al anochecer de aquel día, el día primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo:
«Paz a vosotros».
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:
«Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo». Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo:
«Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos»
VIII semana del Tiempo Ordinario
Lunes 29
Si 17,20-28 [gr. 17,24-29]: Retorna al Altísimo, aléjate de la injusticia.
Sal 31,1-2.5.6.7: Alegraos, justos, y gozad con el Señor.
Mc 10,17-27: Vende lo que tienes y sígueme.
Martes 30
Si 35,1-15: El que guarda los mandamientos ofrece sacrificio de acción de gracias.
Sal 49,5-6.7-8.14.23: Al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios.
Mc 10,28-31: Recibiréis en este tiempo cien veces más, con persecuciones, y en la edad
futura, vida eterna.
Miércoles 31
Visitación de la Bienaventurada Virgen María.
Rom 12, 9-16b. Compartid las necesidades de los santos: practicad la hospitalidad.
Salmo: Is 12, 2-6. Es grande en medio de ti el Santo de Israel.
Lc 1, 39-56. ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?
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JUNIO
Jueves 1
Gn 22,9-18: El sacrificio de Abrahán, nuestro padre en la fe.
o bien
Hb 10,4-10: Así está escrito en el comienzo del libro acerca de mí: para hacer, ¡oh Dios!,
tu voluntad.
Sal 39,6.7.8-9.10.11: Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
Mt 26,36-42: Mi alma está triste hasta la muerte.
Viernes 2
Si 44,1.9-13: Nuestros antepasados fueron hombres de bien, vive su fama por
generaciones.
Sal 149,1-2.3-4.5-6a.9b: El Señor ama a su pueblo.
Mc 11,11-26: Mi casa se llamará casa de oración para todos los pueblos. Tened fe en
Dios.
Sábado 3
Si 51,17-27 [gr. 51,12c-20b]: Daré gracias al que me enseñó.
Sal 18,8.9.10.11: Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.
Mc 11,27-33: ¡Con qué autoridad haces esto!
Conclusión del santo Evangelio según san Mateo 28, 16-20
En aquel tiempo, los once discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús les había indicado.
Al verlo, ellos se postraron, pero algunos dudaron. Acercándose a ellos, Jesús les dijo:
«Se me ha dado todo poder en el cielo y en la tierra.
Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin de los tiempos».
VII semana de Pascua.
Lunes 22
Hch 19,1-8. ¿Recibisteis el Espíritu Santo al aceptar la fe?
Sal 67. Reyes de la tierra, cantad a Dios.
Jn 16,29-33. Tened valor: yo he vencido al mundo.
Martes 23
Hch 20,17-27. Completo mi carrera, y cumplo el encargo que me dio el Señor Jesús.
Sal 67. Reyes de la tierra, cantad a Dios.
Jn 17,1-11a. Padre, glorifica a tu Hijo.
Miércoles 24
Hch 20, 28-38. Os encomiendo a Dios, que tiene poder para construiros y haceros
partícipes de la herencia.
Sal 67. Reyes de la tierra, cantad a Dios.
Jn 17, 11b-19. Que sean uno, como nosotros.
Jueves 25.
Hch 22, 30; 23, 6-11. Tienes que dar testimonio en Roma.
Sal 15. Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.
Jn 17, 20-26. Que sean completamente uno.
Viernes 26
San Felipe Neri, presbítero.
Hch 25, 13b-21. Un tal Jesús ya muerto, que Pablo sostiene que está vivo.
Sal 102. El Señor puso en el cielo su trono.
Jn 21, 15-19. Apacienta mis corderos, pastorea mis ovejas.
Sábado 27
Hch 28, 16-20. 30-31. Permaneció en Roma, predicando el Reino de Dios.
Sal 10. Los buenos verán tu rostro, Señor.
Jn 21, 20-25. Este es el discípulo que ha escrito esto, y su testimonio es verdadero.
Lectura del santo Evangelio según san Juan 14, 15-21
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Si me amáis, guardaréis mis mandamientos. Y yo le pediré al Padre que os dé otro Paráclito, que esté siempre con vosotros, el Espíritu de la verdad. El mundo no puede recibirlo, porque no lo ve ni lo conoce; vosotros, en cambio, lo conocéis, porque mora con vosotros y está en vosotros.
No os dejaré huérfanos, volveré a vosotros. Dentro de poco el mundo no me verá, pero vosotros me veréis y viviréis, porque yo sigo viviendo. Entonces sabréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí y yo en vosotros. El que acepta mis mandamientos y los guarda, ese me ama; y el que me ama será amado por mi Padre, y yo también lo amaré y me manifestaré a él».
VI semana de Pascua
Lunes 15: San Isidro labrador.
Hch 16, 11-15. El Señor le abrió el corazón para que aceptara lo que decía Pablo.
Sal 149. El Señor ama a su pueblo.
Jn 15, 26 — 16, 4a. El Espíritu de la verdad dará testimonio de mí.
Martes 16
Hch 16, 22-34. Cree en el Señor Jesús y te salvarás tú y tu familia.
Sal 137. Tu derecha me salva, Señor.
Jn 16, 5-11. Si no me voy, no vendrá a vosotros el Paráclito.
Miércoles 17
Hch 17, 15. 22-18, 1. Eso que veneráis sin conocerlo, os lo anuncio yo.
Sal 148. Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Jn 16, 12-15. El Espíritu de la verdad os guiará hasta la verdad plena.
Jueves 18
Hch 18, 1-8. Se quedó a trabajar en su casa. Todos los sábados discutía en la sinagoga.
Sal 97. El Señor revela a las naciones su victoria.
Jn 16, 16-20. Estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría.
Viernes 19
Hch 18, 9-18. Muchos de esta ciudad son pueblo mío.
Sal 46. Dios es el rey del mundo.
Jn 16, 20-23a. Se alegrará vuestro corazón y nadie os quitará vuestra alegría.
Sábado 20
Hch 18, 23-28. Apolo demostraba con la Escritura que Jesús es el Mesías.
Sal 46, 2-3. 8-10. Dios es el rey del mundo.
Jn 16, 23b-28. El Padre os quiere, porque vosotros me queréis y creéis.
Lectura del santo Evangelio según san Juan 14, 1-12
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No se turbe vuestro corazón, creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no, os lo habría dicho, porque me voy a prepararos un lugar. Cuando vaya y os prepare un lugar, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino». Tomás le dice:
«Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?». Jesús le responde:
«Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí. Si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto». Felipe le dice:
«Señor, muéstranos al Padre y nos basta». Jesús le replica:
«Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: “Muéstranos al Padre”? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, él mismo hace las obras.
Creedme: yo estoy en el Padre, y el Padre en mi. Si no, creed a las obras.
En verdad, en verdad os digo: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores, porque yo me voy al Padre».
V semana de Pascua.
Lunes 8
Hch 14, 5-18. Os anunciamos esta Buena Noticia: que dejéis los ídolos vanos y os
convirtáis al Dios vivo.
Sal 113 B. No a nosotros, Señor, sino a tu nombre da la gloria.
Jn 14, 21-26. El Paráclito, que enviará el Padre, será quien os lo enseñe todo.
Martes 9
Hch 14, 19-28. Contaron a la Iglesia lo que Dios había hecho por medio de ellos.
Sal 144. Tus amigos, Señor, proclaman la gloria de tu reinado.
Jn 14, 27-31a. Mi paz os doy.
Miércoles 10
San Juan de Ávila, presbítero y doctor de la Iglesia.
Hch 15, 1-6. Se decidió que subieran a Jerusalén a consultar a los apóstoles y
presbíteros sobre la controversia.
Sal 121. Vamos alegres a la casa del Señor.
Jn 15, 1-8. El que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante.
Jueves 11
Hch 15,7-21. A mi parecer, no hay que molestar a los gentiles que se convierten a Dios.
Sal 95. Contad las maravillas del Señor a todas las naciones.
Jn 15,9-11. Permaneced en mi amor para que vuestra alegría llegue a plenitud.
Viernes 12
Hch 15, 22-31. Hemos decidido, el Espíritu Santo y nosotros, no imponeros más cargas
que las indispensables.
Sal 56. Te daré gracias ante los pueblos, Señor.
Jn 15, 12-17. Esto os mando: que os améis unos a otros.
Sábado 13
Hch 16, 1-10. Ven a Macedonia y ayúdanos.
Sal 99. Aclama al Señor, tierra entera.
Jn 15, 18-21. No sois del mundo, sino que yo os he escogido sacándoos del mundo.
Lectura del santo Evangelio según san Juan 10, 1-10
En aquel tiempo, dijo Jesús:
«En verdad, en verdad os digo: el que no entra por la puerta en el aprisco de las ovejas, sino que salta por otra parte, ese es ladrón y bandido; pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas. A este le abre el guarda, y las ovejas atienden a su voz, y él va llamando por el nombre a sus ovejas y las saca fuera. Cuando ha sacado todas las suyas, camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz; a un extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños».
Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron de qué les hablaba. Por eso añadió Jesús:
«En verdad, en verdad os digo: yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes de mi son ladrones y bandidos; pero las ovejas no los escucharon. Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos.
El ladrón no entra sino para robar y matar y hacer estrago; yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante».
IV semana de Pascua.
Lunes 1
Hch 11, 1-18. También a los gentiles les ha otorgado Dios la conversión que lleva a la
vida.
Sal 41. Mi alma tiene sed de ti, Dios vivo.
Jn 10, 1-10. El buen pastor da la vida por las ovejas.
Martes 2
San Atanasio, obispo y doctor de la Iglesia.
Hch 11, 19-26. Se pusieron a hablar también a los griegos, anunciándoles al Señor Jesús.
Sal 86. Alabad al Señor, todas las naciones.
Jn 10, 22-30. Yo y el Padre somos uno.
Miércoles 3
Santos Felipe y Santiago, apóstoles.
1Co 15,1-8. El Señor se apareció a Santiago, más tarde a todos los apóstoles.
Sal 18. A toda la tierra alcanza su pregón.
Jn 14,6-14. Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces?
Jueves 4
Hch 13,13-25. Dios sacó de la descendencia de David un salvador: Jesús.
Sal 88. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.
Jn 13,16-20. El que recibe a quien yo envíe me recibe a mí.
Viernes 5
Hch 13, 26-33. Dios ha cumplido la promesa resucitando a Jesús.
Sal 2. Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy.
Jn 14, 1-6. Yo soy el camino, y la verdad, y la vida.
Sábado 6
Hch 13, 44-52. Sabed que nos dedicamos a los gentiles.
Sal 97. Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios.
Jn 14, 7-14. Quien me ha visto a mí ha visto al Padre.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 24, 13-35
Aquel mismo día (el primero de la semana), dos de los discípulos de Jesús iban caminando a una aldea llamada Emaús, distante de Jerusalén nos sesenta estadios; iban conversando entre ellos de todo lo que había sucedido. Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se a cercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo.
Él les dijo:
«¿Qué conversación es esa que traéis mientras vais de camino?».
Ellos se detuvieron con aire entristecido. Y uno de ellos, que se llamaba Cleofás, le respondió:
«¿Eres tú el único forastero en Jerusalén, que no sabes lo que ha pasado allí estos días?». Él les dijo:
«¿Qué?».
Ellos le contestaron:
«Lo de Jesús, el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo; cómo lo entregaron los sumos sacerdotes y nuestros jefes para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que él iba a liberar a Israel, pero, con todo esto, ya estamos en el tercer día desde que esto sucedió. Es verdad que algunas mujeres de nuestro grupo nos han sobresaltado: pues habiendo ido muy de mañana al sepulcro, y no habiendo encontrado su cuerpo, vinieron diciendo que incluso habían visto una aparición de ángeles, que dicen que está vivo. Algunos de los nuestros fueron también al sepulcro y lo encontraron como habían dicho las mujeres; pero a él no lo vieron». Entonces él les dijo:
«¡Qué necios y torpes sois para creer lo que dijeron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías padeciera esto y entrara así en su gloria?». Y, comenzando por Moisés y siguiendo por todos los profetas, les explicó lo que se refería a él en todas las Escrituras.
Llegaron cerca de la aldea adonde iban y él simuló que iba a seguir caminando; pero ellos lo apremiaron, diciendo:
«Quédate con nosotros, porque atardece y el día va de caída».
Y entró para quedarse con ellos. Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Pero él desapareció de su vista.
Y se dijeron el uno al otro:
«¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?».
Y, levantándose en aquel momento, se volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once con sus compañeros, que estaban diciendo:
«Era verdad, ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón»
Y ellos contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.
III semana de Pascua
Lunes 24
Hch 6, 8-15. No lograban hacer frente a la sabiduría y al espíritu con que hablaba.
Sal 118. Dichoso el que camina en la voluntad del Señor.
Jn 6, 22-29. Trabajad, no por el alimento que perece, sino por el alimento que perdura para
la vida eterna.
Martes 25
San Marcos evangelista.
1P 5,5b-14. Os saluda Marcos, mi hijo.
Sal 88. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.
Mc 16,15-20. Proclamad el Evangelio a toda la creación.
Miércoles 26
San Isidoro, obispo y doctor de la Iglesia.
1Co 2,1-10. Vuestra fe se apoye en el poder de Dios.
Sal 118. Lámpara es tu palabra para mis pasos, luz en mi sendero.
Mt 5,13-16. Vosotros sois la luz del mundo.
Jueves 27
Hch 8, 26-40. Siguió su viaje lleno de alegría.
Sal 65. Aclamad al Señor, tierra entera.
Jn 6, 44-51. Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo.
Viernes 28
Hch 9, 1-20. Es un instrumento elegido por mí para dar a conocer mi nombre a los pueblos.
Sal 116. Id al mundo entero y proclamad el Evangelio.
Jn 6, 52-59. Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida.
Sábado 29
Santa Catalina de Siena, virgen y doctora de la Iglesia, patrona de Europa.
1Jn 1,5-10;2,1-2. La sangre de Jesús nos limpia de todo pecado.
Sal 102,2.3-4.8-9.13-14.17-18. Bendice, alma mía, al Señor.
Mt 11,25-30. Has escondido estas cosas a los sabios, y las has revelado a los pequeños.
Lectura del santo Evangelio según san Juan 20, 19-31
Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo:
«Paz a vosotros».
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:
«Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo». Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo:
«Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos». Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían:
«Hemos visto al Señor». Pero él les contestó:
«Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo». A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo:
«Paz a vosotros». Luego dijo a Tomás:
«Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente». Contestó Tomás:
«¡Señor mío y Dios mío!». Jesús le dijo:
«¿Porque me has visto has creído? Bienaventurados los que crean sin haber visto».
Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos.
Estos han sido escritos para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su nombre.
Lectura del santo Evangelio según san Juan 11, 1-45
En aquel tiempo, había caído enfermo un cierto Lázaro, de Betania, la aldea de María y de Marta, su hermana. María era la que ungió al Señor con perfume y le enjugó los pies con su cabellera; el enfermo era su hermano Lázaro. Las hermanas de Lázaro le mandaron recado a Jesús, diciendo:
«Señor, el que tú amas está enfermo». Jesús, al oírlo, dijo:
«Esta enfermedad no es para la muerte, sino que servirá para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella». Jesús amaba a Marta, a su hermana y a Lázaro. Cuando se enteró de que estaba enfermo, se quedó todavía dos días en donde estaba. Sólo entonces dijo a sus discípulos:
«Vamos otra vez a Judea». Lo discípulos le replicaron:
«Maestro, hace poco intentaban apedrearte los judíos, ¿y vas a volver de nuevo allí?». Jesús contestó:
«¿No tiene el día doce horas? Si uno camina de día no tropieza, porque ve la luz de este mundo; pero si camina de noche tropieza, porque la luz no está en él». Dicho esto, añadió:
«Lázaro, nuestro amigo, está dormido; voy a despertarlo». Entonces le dijeron sus discípulos:
«Señor, si duerme, se salvará».
Jesús se refiere a su muerte; en cambio, ellos creyeron que hablaba del sueño natural. Entonces Jesús les replicó claramente:
«Lázaro ha muerto, y me alegro por vosotros de que no hayamos estado allí, para que creáis. Y ahora vamos a su encuentro». Entonces Tomás, apodado el Mellizo, dijo a los demás discípulos:
«Vamos también nosotros y muramos con él».
Cuando Jesús llegó, Lázaro llevaba ya cuatro días enterrado. Betania distaba poco de Jerusalén: unos quince estadios; y muchos judíos habían ido a ver a Marta y a María para darles el pésame por su hermano.
Cuando Marta se enteró de que llegaba Jesús, salió a su encuentro, mientras María se quedo en casa. Y dijo Marta a Jesús;
«Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano. Pero aún ahora sé que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá». Jesús le dijo:
«Tu hermano resucitará». Marta respondió:
«Sé que resucitará en la resurrección en el último día». Jesús le dijo:
«Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mi, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mi, no morirá para siempre. ¿Crees esto?». Ella le contestó:
«Si, Señor: yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo». Y dicho esto, fue a llamar a su hermana María, diciéndole en voz baja:
«El Maestro está ahí y te llama».
Apenas lo oyó se levantó y salió adonde estaba él, porque Jesús no había entrado todavía en la aldea, sino que estaba aún donde Marta lo había encontrado. Los judíos que estaban con ella en casa consolándola, al ver que María se levantaba y salía deprisa, la siguieron, pensando que iba al sepulcro a llorar allí.
Cuando llegó María adonde estaba Jesús, al verlo se echó a sus pies diciéndole:
«Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano».
Jesús, viéndola llorar a ella y viendo llorar a los judíos que la acompañaban, se conmovió en su espíritu, se estremeció y preguntó:
«¿Dónde lo habéis enterrado?». Le contestaron:
«Señor, ven a verlo».
Jesús se echó a llorar. Los judíos comentaban:
«¡Cómo lo quería!». Pero algunos dijeron:
«Y uno que le ha abierto los ojos a un ciego, ¿no podía haber impedido que este muriera?». Jesús, conmovido de nuevo en su interior, llegó a la tumba.
Era una cavidad cubierta con una losa. Dijo Jesús:
«Quitad la losa».
Marta, la hermana del muerto, le dijo:
«Señor, ya huele mal, porque lleva cuatro días». Jesús le replico:
«¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios?». Entonces quitaron la losa.
Jesús, levantando los ojos a lo alto, dijo:
«Padre, te doy gracias porque me has escuchado; yo sé que tú me escuchas siempre; pero lo digo por la gente que me rodea, para que crean que tú me has enviado». Y dicho esto, gritó con voz potente:
«Lázaro, sal afuera».
El muerto salió, los pies y las manos atados con vendas, y la cara envuelta en un sudario. Jesús les dijo:
«Desatadlo y dejadlo andar».
Y muchos judíos que habían venido a casa de María, al ver lo que había hecho Jesús, creyeron en él.
V SEMANA DE CUARESMA
Lunes 27
Dan 13, 1-9. 15-17. 19-30. 33-62. Ahora tengo que morir, siendo inocente.
Sal 22. Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo.
Jn 8, 1-11. El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra.
Martes 28
Núm 21, 4-9. Los mordidos por serpientes quedarán sanos al mirar a la serpiente de
bronce.
Sal 101. Señor, escucha mi oración, que mi grito llegue hasta ti.
Jn 8, 21-30. Cuando levantéis al Hijo del hombre, sabréis que yo soy.
Miércoles 29
Dn 3, 14-20.91-92.95. Dios envió a su ángel a librar a sus siervos.
Salmo: Dn 3, 52-56. A ti gloria y alabanza por los siglos.
Jn 8, 31-42. Si el Hijo os hace libres, seréis realmente libres.
Jueves 30
Gén 17, 3-9. Te hago padre de muchedumbre de pueblos.
Sal 104. R. El Señor se acuerda de su alianza eternamente.
Jn 8, 51-59. Abrahán, vuestro padre, saltaba de gozo pensando ver mi día.
Viernes 31
Jer 20, 10-13. El Señor es mi fuerte defensor.
Sal 17. En el peligro invoqué al Señor, y me escuchó.
Jn 10, 31-42. Intentaron detenerlo, pero se les escabulló de las manos.
ABRIL
Sábado 1
Ez 37,21-28. Los haré una sola nación.
Jer 31,10-13. El Señor nos guardará como un pastor a su rebaño.
Jn 11,45-57. Para reunir a los hijos de Dios dispersos.
Lectura del santo Evangelio según san Juan 9, 1. 6-9. 13-17. 34-38
En aquel tiempo, al pasar, vio Jesús a un hombre ciego de nacimiento.
Entonces escupió en la tierra, hizo barro con la saliva, se lo untó en los ojos al ciego y le dijo:
«Ve a lavarte a la piscina de Siloé (que significa Enviado)».
Él fue, se lavó, y volvió con vista. Y los vecinos y los que antes solían verlo pedir limosna preguntaban:
«¿No es ese el que se sentaba a pedir?». Unos decían:
«El mismo». Otros decían:
«No es él, pero se le parece». El respondía:
«Soy yo».
Llevaron ante los fariseos al que había sido ciego. Era sábado el día que Jesús hizo barro y le abrió los ojos. También los fariseos le preguntaban cómo había adquirido la vista. Él les contestó:
«Me puso barro en los ojos, me lavé, y veo». Algunos de los fariseos comentaban:
«Este hombre no viene de Dios, porque no guarda el sábado». Otros replicaban:
«¿Cómo puede un pecador hacer semejantes signos?». Y estaban divididos. Y volvieron a preguntarle al ciego:
«Y tú, ¿qué dices del que te ha abierto los ojos?». Él contestó:
«Que es un profeta». Le replicaron:
«Has nacido completamente empecatado ¿y nos vas a dar lecciones a nosotros?». Y lo expulsaron.
Oyó Jesús que lo habían expulsado, lo encontró y le dijo:
«¿Crees tú en el Hijo del hombre?». Él contestó:
«¿Y quién es, Señor, para que crea en él?» Jesús le dijo:
«Lo estás viendo: el que te está hablando, ese es». Él dijo:
«Creo, Señor».
Y se postró ante él.
IV SEMANA DE CUARESMA
Lunes 20
San José, esposo de la Virgen María. Solemnidad.
2 Sam 7, 4-5a. 12-14a. 16. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre.
Sal 88. Su linaje será perpetuo.
Rom 4, 13. 16-18. 22. Apoyado en la esperanza, creyó, contra toda esperanza.
Mt 1, 16. 18-21. 24a. José hizo lo que le había mandado el ángel del Señor.
o bien:
Lc 2, 41-51a. Mira que tu padre y yo te buscábamos angustiados.
Martes 21
Ez 47, 1-9. 12. Vi que manaba el agua del lado derecho del templo, y habrá vida
dondequiera que llegue la corriente.
Sal 45. El Señor del universo está con nosotros, nuestro alcázar es el Dios de Jacob.
Jn 5, 1-16. Al momento aquel hombre quedó sano.
Miércoles 22
Is 49, 8-15. Te he constituido alianza del pueblo, para restaurar el país.
Sal 144. El Señor es clemente y misericordioso.
Jn 5, 17-30. Lo mismo que el Padre resucita a los muertos y les da vida, así también el
Hijo da vida a los que quiere.
Jueves 23
Ex 32, 7-14. Arrepiéntete de la amenaza contra tu pueblo.
Sal 105. Acuérdate de nosotros, por amor a tu pueblo.
Jn 5, 31-47. Moisés, en quien tenéis vuestra esperanza, será vuestro acusador.
Viernes 24
Sab 2, 1a. 12-22. Lo condenaremos a muerte ignominiosa.
Sal 33. El Señor está cerca de los atribulados.
Jn 7, 1-2. 10. 25-30. Intentaban agarrarlo, pero todavía no había llegado su hora.
Sábado 25
Anunciación del Señor. Solemnidad.
Is 7,10-14; 8,10b. Mirad: la virgen está encinta.
Sal 39. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
Hb 10,4-10. Así está escrito en el comienzo del libro acerca de mí: para hacer, ¡oh, Dios!,
tu voluntad.
Lc 1,26-38. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo.
En aquel tiempo, llegó Jesús a una ciudad de Samaria llamado Sicar, cerca del campo que dio Jacob a su hijo José; allí estaba el pozo de Jacob.
Jesús, cansado del camino, estaba allí sentado junto al pozo. Era hacia la hora sexta.
Llega una mujer de Samaria a sacar agua, y Jesús le dice:
«Dame de beber».
Sus discípulos se habían ido al pueblo a comprar comida. La samaritana le dice:
«¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mi, que soy samaritana?» (porque los judíos no se tratan con los samaritanos). Jesús le contestó:
«Si conocieras el don de Dios y quién es el que te dice “dame de beber”, le pedirías tú, y él te daría agua viva». La mujer le dice:
«Señor, si no tienes cubo, y el pozo es hondo, ¿de dónde sacas el agua viva?; ¿eres tú más que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, y de él bebieron él y sus hijos y sus ganados?». Jesús le contestó:
«El que bebe de esta agua vuelve a tener sed; pero el que beba del agua que yo le daré nunca más tendrá sed: el agua que yo le daré se convertirá dentro de él en un surtidor de agua que salta hasta la vida eterna». La mujer le dice:
«Señor, dame esa agua: así no tendré más sed, ni tendré que venir aquí a sacarla. Él le dice:
«Anda, llama a tu marido y vuelve». La mujer le contesta:
«No tengo marido». Jesús le dice:
«Tienes razón, que no tienes marido: has tenido ya cinco, y el de ahora no es tu marido. En eso has dicho la verdad». La mujer le dice:
«Señor, veo que tú eres un profeta. Nuestros padres dieron culto en este monte, y vosotros decís que el sitio donde se debe dar culto está en Jerusalén». Jesús le dice:
«Créeme, mujer: se acerca la hora en que ni en este mote ni en Jerusalén adoraréis al Padre. Vosotros adoráis a uno que no conocéis; nosotros adoramos a uno que conocemos; porque la salvación viene de los judíos. Pero se acerca la hora, ya está aquí, en que los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y verdad, porque el Padre desea que lo adoren así. Dios es espíritu, y los que lo adoran deben hacerlo en espíritu y verdad». La mujer le dice:
«Sé que va a venir el Mesías, el Cristo; cuando venga, él nos lo dirá todo». Jesús le dice:
«Soy yo, el que habla contigo».
En esto llegaron sus discípulos y se extrañaban de que estuviera hablando con una mujer, aunque ninguno le dijo: «¿Qué le preguntas o de qué le hablas?». La mujer entonces dejó su cántaro, se fue al pueblo y dijo a la gente:
«Venid a ver un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho; ¿será este el Mesías?». Salieron del pueblo y se pusieron en camino adonde estaba él.
Mientras tanto sus discípulos le insistían:
«Maestro, come». Él les dijo:
«Yo tengo un alimento que vosotros no conocéis». Los discípulos comentaban entre ellos:
«¿Le habrá traído alguien de comer?». Jesús les dice:
«Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió y llevar a término su obra.
¿No decís vosotros que faltan todavía cuatro meses para la cosecha? Yo os digo esto: levantad los ojos contemplad los campos, que están ya dorados para la siega; el segador ya está recibiendo salario y almacenando fruto para la vida eterna: y así, se alegran lo mismo sembrador y segador. Con todo, tiene razón el proverbio: uno siembra y otro siega.
Yo os envié a segar lo que no habéis trabajado. Otros trabajaron y vosotros entrasteis en el fruto de sus trabajos».
En aquel pueblo muchos samaritanos creyeron en él por el testimonio que había dado la mujer: «Me ha dicho todo lo que he hecho».
Así, cuando llegaron a verlo los samaritanos, le regaban que se quedara con ellos. Y se quedó allí dos días. Todavía creyeron muchos más por su predicación, y decían a la mujer: «Ya no creemos por lo que tú dices; nosotros mismos lo hemos oído y sabemos que él es de verdad el Salvador del mundo».
III SEMANA DE CUARESMA
Lunes 13
2R 5,1-15ª. Muchos leprosos había en Israel, sin embargo, ninguno de ellos fue curado sino
Naamán, el Sirio.
Sal 41. Mi alma tiene sed del Dios vivo; ¿cuándo veré el rostro de Dios?
Lc 4,24-30. Jesús, al igual que Elías y Eliseo, no fue enviado solo a los judíos.
Martes 14
Dan 3, 25. 34-43. Acepta nuestro corazón contrito y nuestro espíritu humilde.
Sal 24. Señor, recuerda tu misericordia.
Mt 18, 21-35. Si cada cual no perdona de corazón a su hermano, tampoco el Padre os perdonará.
Miércoles 15
Dt 4, 1. 5-9. Poned por obra los mandatos.
Sal 147. Glorifica al Señor, Jerusalén.
Mt 5, 17-19. Quien cumpla y enseñe será grande.
Jueves 16
Jer 7, 23-28. Aquí está la gente que no escuchó la voz del Señor, su Dios.
Sal 94. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: "No endurezcáis vuestro corazón".
Lc 11, 14-23. El que no está conmigo está contra mí.
Viernes 17
Os 14, 2-10. No volveremos a llamar Dios a la obra de nuestras manos.
Sal 80. Yo soy el Señor, Dios tuyo: escucha mi voz.
Mc 12, 28b-34. El Señor, nuestro Dios, es el único Señor, y lo amarás.
Sábado 18
Os 6,1b-6: Quiero misericordia, y no sacrificio.
Sal 50,3-4.18-19.20-21ab: Quiero misericordia, y no sacrificio.
Lc 18,9-14: El publicano bajó a su casa justificado, y el fariseo no.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 17, 1-9
En aquel tiempo, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y subió con ellos aparte a un monte alto.
Se transfiguró delante de ellos, y su rostro resplandecía como el sol, y sus vestidos se volvieron blancos como la luz. De repente se les aparecieron Moisés y Elías conversando con él.
Pedro, entonces, tomó la palabra y dijo a Jesús:
«Señor, ¡qué bueno es que estemos aquí! Si quieres, haré tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías». Todavía estaba hablando cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra, y una voz desde la nube decía:
«Este es mi Hijo, el amado, en quien me complazco. Escuchadlo». Al oírlo, los discípulos cayeron de bruces, llenos de espanto.
Jesús se acercó y, tocándolos, les dijo:
«Levantaos, no temáis».
Al alzar los ojos, no vieron a nadie más que a Jesús, solo. Cuando bajaban del monte, Jesús les mandó:
«No contéis a nadie la visión hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos»
II SEMANA DE CUARESMA
Lunes 6
Dn 9, 4b-10. Hemos pecado, hemos cometido crímenes.
Sal 78. Señor, no nos trates como merecen nuestros pecados.
Lc 6, 36-38. Perdonad, y seréis perdonados.
Martes 7
Is 1, 10. 16-20. Aprended a hacer el bien, buscad la justicia.
Sal 49. Al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios.
Mt 23, 1-12. Dicen pero no hacen.
Miércoles 8
Jer 18, 18-20. Venid, lo heriremos con su propia lengua.
Sal 30. Sálvame, Señor, por tu misericordia.
Mt 20, 17-28. Lo condenarán a muerte.
Jueves 9
Jer 17, 5-10. Maldito quien confía en el hombre; bendito quien confía en el Señor.
Sal 1. Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.
Lc 16, 19-31. Recibiste tus bienes, y Lázaro males: por eso encuentra aquí consuelo, mientras que tú padeces.
Viernes 10
Gén 37, 3-4. 12-13a. 17b-28. Ahí viene el soñador, vamos a matarlo.
Sal 104. Recordad las maravillas que hizo el Señor.
Mt 21, 33-43. 45-46. Este es el heredero: venid, lo matamos.
Sábado 11
Miq 7, 14-15. 18-20. Arrojará a lo hondo del mar todos nuestros delitos.
Sal 102. El Señor es compasivo y misericordioso.
Lc 15, 1-3. 11-32. Este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 4, 1-11
En aquel tiempo, Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu para ser tentado por el diablo. Y después de ayunar cuarenta días con sus cuarenta noches, al fin sintió hambre.
El tentador se le acercó y le dijo:
«Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes». Pero él le contestó:
«Está escrito: “No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”».
Entonces el diablo lo llevó a la ciudad santa, lo puso en el alero del templo y le dijo:
«Si eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: “Ha dado órdenes a sus ángeles acerca de ti y te sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece con las piedras”». Jesús le dijo:
«También está escrito: “No tentarás al Señor, tu Dios”».
De nuevo el diablo lo llevó a un monte altísimo y le mostró los reinos del mundo y su gloria, y le dijo:
«Todo esto te daré, si te postras y me adoras». Entonces le dijo Jesús:
«Vete, Satanás, porque está escrito: “Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás culto”».
Entonces lo dejó el diablo, y he aquí que se acercaron los ángeles y lo servían.
I SEMANA DE CUARESMA
Lunes 27
Lev 19, 1-2. 11-18. Juzga con justicia a tu conciudadano.
Sal 18. Tus palabras, Señor, son espíritu y vida.
Mt 25, 31-46. Cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis.
Martes 28
Is 55, 10-11. La palabra hará mi voluntad.
Sal 33. El Señor libra de sus angustias a los justos.
Mt 6, 7-15. Vosotros rezad así.
MARZO
Miércoles 1
Jon 3, 1-10. Los ninivitas se convirtieron de su mala vida.
Sal 50. Un corazón quebrantado y humillado, tú, Dios mío, no lo desprecias.
Lc 11, 29-32. A esta generación no se le dará más signo que el signo de Jonás.
Jueves 2
Est 14, 1. 3-5. 12-14. No tengo otro auxilio fuera de ti, Señor.
Sal 137. Cuando te invoqué, me escuchaste, Señor.
Mt 7, 7-12. Quien pide recibe.
Viernes 3
Ez 18, 21-28. ¿Acaso quiero yo la muerte del malvado, y no que se convierta de su conducta y que viva?
Sal 129. Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir?
Mt 5, 20-26. Vete primero a reconciliarte con tu hermano.
Sábado 4
Dt 26, 16-19. Serás el pueblo santo del Señor.
Sal 118. Dichoso el que camina en la ley del Señor.
Mt 5, 43-48. Sed perfectos como vuestro Padre celestial.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 5, 38-48
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Habéis oído que se dijo: “Ojo por ojo, diente por diente”. Pero yo os digo: no hagáis frente al que os agravia. Al contrario, si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra; al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica, dale también el manto; a quien te requiera para caminar una milla, acompáñale dos; a quien te pide, dale, y al que te pide prestado, no lo rehúyas. Habéis oído que se dijo: “Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo”.
Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos, y rezad por los que os persiguen, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos.
Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos?
Y, si saludáis solo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto».
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 5, 17-37
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No creáis que he venido a abolir la Ley y los profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud.
En verdad os digo que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la ley.
El que se salte uno sólo de los preceptos menos importantes, y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos.
Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos.
Porque os digo que si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.
Habéis oído que se dijo a los antiguos: “No matarás”, y el que mate será reo de juicio.
Pero yo os digo: todo el que se deja llevar de la cólera contra su hermano será procesado. Y si uno llama a su hermano “imbécil”, tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama “necio”, merece la condena de la “gehenna” del fuego.
Por tanto, si cuando vas a presentar tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda. Con el que te pone pleito, procura arreglarte enseguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez, y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. En verdad te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último céntimo. Habéis oído que se dijo:
“No cometerás adulterio”.
Pero yo os digo: todo el que mira a una mujer deseándola, ya ha cometido adulterio con ella en su corazón.
Si tu ojo derecho te induce a pecar, sácatelo y tíralo. Más te vale perder un miembro que ser echado entero en la “gehenna”.
Si tu mano derecha te induce a pecar, córtatela y tírala, porque más te vale perder un miembro que ir a parar entero a la “gehenna”.
Se dijo: “El que se repudie a su mujer, que le dé acta de repudio”. Pero yo os digo que si uno repudia a su mujer - no hablo de unión ilegítima - la induce a cometer adulterio, y el que se casa con la repudiada comete adulterio. También habéis oído que se dijo a los antiguos: “No jurarás en falso” y “Cumplirás tus juramentos al Señor”.
Pero yo os digo que no juréis en absoluto: ni por el cielo, que es el trono de Dios; ni por la tierra, que es estrado de sus pies; ni por Jerusalén, que es la ciudad del Gran Rey. Ni jures por tu cabeza, pues no puedes volver blanco o negro un solo cabello. Que vuestro hablar sea sí, sí, no, no. Lo que pasa de ahí viene del Maligno».
VI semana del Tiempo Ordinario
Lunes 13
Gn 4,1-15.25. Caín atacó a su hermano Abel y lo mató.
Sal 49. Ofrece al Señor un sacrificio de alabanza.
Mc 8,11-13. ¿Por qué esta generación reclama un signo?
Martes 14
Hch 13,46-49. Sabed que nos dedicamos a los gentiles.
Sal 116. Id al mundo entero y proclamad el evangelio.
Lc 10,1-9. La mies es abundante y los obreros pocos.
Miércoles 15
Gn 8, 6-13.20-22. Miró Noé y vio que la superficie estaba seca.
Sal 115. Te ofreceré, Señor, un sacrificio de alabanza.
Mc 8,22-26. El ciego quedó curado, y veía con toda claridad.
Jueves 16
Gn 9,1-13. Pondré mi arco en el cielo, como señal de mi pacto con la tierra.
Sal 101. El Señor, desde el cielo, se ha fijado en la tierra.
Mc 8,27-33. Tú eres el Mesías. El Hijo del Hombre tiene que padecer mucho.
Viernes 17
Gn 11,1-9. Voy a bajar y a confundir su lengua.
Sal 32. Dichoso el pueblo que el Señor se escogió como heredad.
Mc 8,34-39. El que pierda su vida por mí y por el Evangelio, la salvará.
Sábado 18
Hb 11,1-7. Por la fe sabemos que la palabra de Dios configuró el universo.
Sal 144. Bendeciré tu nombre, Señor, por siempre.
Mc 9,1-12. Se transfiguró delante de ellos.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 5, 1-12a
En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió al monte, se sentó y se acercaron sus discípulos; y, abriendo su boca, les enseñaba diciendo:
«Bienaventurados los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados los mansos, porque ellos heredarán la tierra.
Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo».
IV semana del Tiempo Ordinario
Lunes 30
Hb 11,32-40. Por medio de la fe subyugaron reinos. Dios tiene preparado algo mejor para
nosotros.
Sal 30. Sed fuertes y valientes de corazón los que esperáis en el Señor.
Mc 5, 1-20. Espíritu inmundo, sal de este hombre.
Martes 31
San Juan Bosco.
Hb 12,1-4. Corramos la carrera que nos toca, sin retirarnos.
Sal 21. Te alabarán, Señor, los que te buscan.
Mc 5,21-43. Contigo hablo, niña, levántate.
Miércoles 1 de febrero
Hb 12,4-7.11-15. Dios reprende a los que ama.
Sal 102. La misericordia del Señor dura siempre para los que cumplen sus mandatos.
Mc 6, 1-6. No desprecian a un profeta más que en su tierra.
Jueves 2
Presentación del Señor.
Mal 3, 1-4. Entrará en el santuario el Señor a quien vosotros buscáis.
o bien: Heb 2, 14-18. Tenía que parecerse en todo a sus hermanos.
Sal 23. El Señor, Dios de los ejércitos, es el Rey de la gloria.
Lc 2, 22-40. Mis ojos han visto a tu Salvador.
Viernes 3
Hb 13,1-8. Jesucristo es el mismo ayer y hoy y siempre.
Sal 26. El Señor es mi luz y mi salvación.
Mc 6, 14-29. Es Juan, a quien yo decapité, que ha resucitado.
Sábado 4
Hb 13,15-17.20-21. Que el Dios de la paz, que hizo subir de entre los muertos al gran
pastor, os ponga a punto en todo bien.
Sal 22. El Señor es mi pastor, nada me falta.
Mc 6, 30-34. Andaban como ovejas sin pastor.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 4, 12-23
Al enterarse Jesús de que habían arrestado a Juan, se retiró a Galilea. Dejando Nazaret se estableció en Cafarnaún, junto al mar, en el territorio de Zabulón y Neftali, para que se cumpliera lo dicho por medio del profeta Isaías:
«Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí, camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los gentiles.
El pueblo que habitaba en tinieblas vio una luz grande; a los que habitaban en tierra y sombras de muerte, una luz les brilló». Desde entonces comenzó Jesús a predicar diciendo:
«Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos».
Pasando junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, a Simón, llamado Pedro, y a Andrés, que estaban echando la red en el mar, pues eran pescadores.
Les dijo:
«Venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres». Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.
Y, pasando adelante vio a otros dos hermanos, a Santiago, hijo de Zebedeo, y a Juan, su hermano, que estaban en la barca repasando las redes con Zebedeo, su padre, y los llamó. Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron.
Jesús recorría toda Galilea, enseñando en sus sinagogas, proclamando el evangelio del reino y curando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.
III semana del Tiempo Ordinario
Lunes 23
Sab 7, 7-10. 15-16. Quise más la sabiduría que la salud y la belleza.
Sal 18. Los mandamientos del Señor son verdaderos y enteramente justos.
Lc 6, 34-39. ¿Por qué me llamáis "Señor, Señor" y no hacéis lo que digo?
Martes 24
Hb 10,1-10. Aquí estoy, ¡oh, Dios! para hacer tu voluntad.
Sal 39. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
Mc 3, 31-35. El que cumple la voluntad de Dios, ése es mi hermano y mi hermana y mi madre.
Miércoles 25
La conversión de san Pablo.
Hch 22, 3-16. Levántate, recibe el bautismo que, por la invocación del nombre de Jesús, lavará tus pecados.
Sal 116. Id al mundo entero y proclamad el evangelio.
Mc 16, 15-18. Id al mundo entero y proclamad el evangelio.
Jueves 26
2Tim 1, 1-8. Refrescando la memoria de tu fe sincera.
Sal 95. Contad las maravillas del Señor a todas las naciones.
Mc 4,21-25. El candil se trae para ponerlo en el candelero. La medida que uséis, la usarán con vosotros.
Viernes 27
Hb 10,32-29. Soportasteis múltiples combates. No renunciéis, pues, a vuestra valentía.
Sal 36. El Señor es quien salva a los justos.
Mc 4, 26-34. Echa simiente, duerme, y la semilla va creciendo sin que él sepa cómo.
Sábado 28
Santo Tomás de Aquino.
Hb 11,1-2.8-19. Esperaba la ciudad cuyo arquitecto y constructor iba a ser Dios.
Salmo. Lc 1,69-75. Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado a su pueblo.
Mc 4, 35-40. ¿Quién es este? Hasta el viento y las aguas le obedecen.
Lectura del santo Evangelio según san Juan 1, 29-34
En aquel tiempo, al ver Juan a Jesús que venía hacia él, exclamó:
«Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Este es aquel de quien yo dije: “Tras de mí viene un hombre que está por delante de mí, porque existía antes que yo”. Yo no lo conocía, pero he salido a bautizar con agua, para que sea manifestado a Israel». Y Juan dio testimonio diciendo:
«He contemplado al Espíritu que bajaba del cielo como una paloma, y se posó sobre él. Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo:
“Aquél sobre quien veas bajar el Espíritu y posarse sobre él, ese es el que bautiza con Espíritu Santo”.
Y yo lo he visto, y he dado testimonio de que este es el Hijo de Dios».
II semana del Tiempo Ordinario.
Lunes 16
Hb 5,1-10. A pesar de ser Hijo aprendió, sufriendo, a obedecer.
Sal 109. Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.
Mc 2, 18-22. El novio está con ellos.
Martes 17
Hb 6,10-20. La esperanza que se nos ha ofrecido es para nosotros como ancla segura
y fuerte.
Sal 110. El Señor recuerda siempre su alianza.
Mc 2, 23-28. El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado.
Miércoles 18
Hb 7,1-3.15-17. Tú eres sacerdote para siempre según el rito de Melquisedec.
Sal 109. Tú eres sacerdote eterno según el rito de Melquisedec.
Mc 3, 1-6. ¿Está permitido en sábado salvarle la vida a un hombre o dejarle morir?
Jueves 19
Hb 7,25-8,6. Ofreció sacrificios de una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo.
Sal 39. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
Mc 3, 7-12. Los espíritus inmundos gritaban: "Tú eres el Hijo de Dios"; les prohibía que lo
diesen a conocer.
Viernes 20
Hb 8,6-13. Es mediador de una alianza mejor.
Sal 84. La misericordia y la fidelidad se encuentran.
Mc 3, 13-19. Llamó a los que quiso y los hizo sus compañeros.
Sábado 21
Hb 9,2-3.11-14. Usando su propia sangre ha entrado en el santuario una vez para siempre.
Sal 46. Dios asciende entre aclamaciones, el Señor al son de trompetas.
Mc 3,20-21. Su familia decía que no estaba en sus cabales.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 3, 13-17
En aquel tiempo, vino Jesús desde Galilea al Jordán y se presento a Juan para que lo bautizara.
Pero Juan intentaba disuadirlo diciéndole:
«Soy yo el que necesito que tú me bautices, ¿y tú acudes a mí?». Jesús le contestó:
«Déjalo ahora. Conviene que así cumplamos toda justicia».
Entonces Juan se lo permitió. Apenas se bautizó Jesús, salió del agua; se abrieron los cielos y vio que el Espíritu de Dios bajaba como una paloma y se posaba sobre él. Y vino una luz de los cielos que decía:
«Este es mi Hijo amado, en quien me complazco».
I semana del Tiempo Ordinario.
Lunes 9
Hb 1,1-6. Dios nos ha hablado por el Hijo.
Sal 96. Adorad a Dios, todos sus ángeles.
Mc 1, 14-20. Convertíos y creed la Buena Noticia.
Martes 10
Hb 2,5-12. Dios juzgó conveniente perfeccionar y consagrar con sufrimientos al guía de
su salvación.
Sal 8. Diste a tu Hijo el mando sobre las obras de tus manos.
Mc 1, 21-28. Le enseñaba con autoridad.
Miércoles 11
Hb 2,14-18. Tenía que parecerse en todo a sus hermanos para ser compasivo y pontífice fiel.
Sal 104. El Señor se acuerda de su alianza eternamente.
Mc 1, 29-39. Curó a muchos enfermos de diversos males.
Jueves 12
Hb 3,7-14. Animaos los unos a los otros mientras dure este "hoy".
Sal 94. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: "No endurezcáis el corazón".
Mc 1, 40-45. La lepra se le quitó y quedó limpio.
Viernes 13
Hb 4,1-5.11. Empeñémonos en entrar en aquel descanso.
Sal 77. No olvidéis las acciones de Dios.
Mc 2, 1-12. El Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados.
Sábado 14
Hb 4,12-16. Acerquémonos con seguridad al trono de gracia.
Sal 18. Tus palabras, Señor, son espíritu y vida.
Mc 2, 13-17. No he venido a llamar justos, sino pecadores.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 2, 16-21
En aquel tiempo, los pastores fueron corriendo hacía Belén y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que se les había dicho de aquel niño.
Todos los que lo oían se admiraban de lo que les habían dicho los pastores. María, por su parte, conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón. Y se volvieron los pastores dando gloria y alabanza a Dios por todo lo que habían oído y visto; conforme a lo que se les había dicho.
Cuando se cumplieron los ocho días para circuncidar al niño, le pusieron por nombre Jesús, como lo había llamado el ángel antes de su concepción.
II semana de Navidad.
Lunes 2
San Basilio y san Gregorio Nacianceno, obispos y doctores de la Iglesia.
1 Jn 2, 22-28. Lo que habéis oído desde el principio permanezca en vosotros.
Sal 97. Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios.
Jn 1, 19-28. En medio de vosotros hay uno que no conocéis.
Martes 3
1Jn 2, 29-3, 6. Todo el que permanece en Dios, no peca.
Sal 97. Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios.
Jn 1, 29-34. Este es el Cordero de Dios.
Miércoles 4
1Jn 3, 7-10. No puede pecar, porque ha nacido de Dios.
Sal 97. Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios.
Jn 1, 35-42. Hemos encontrado al Mesías.
Jueves 5
1Jn 3, 11-21. Hemos pasado de la muerte a la vida porque amamos a los hermanos.
Sal 99. Aclama al Señor, tierra entera.
Jn 1, 43-51. Tú eres el Hijo de Dios, el Rey de Israel.
Viernes 6
Epifanía del Señor. Solemnidad.
Is 60, 1-6. La gloria del Señor amanece sobre ti.
Sal 71. Se postrarán ante ti, Señor, todos los pueblos de la tierra.
Ef 3, 2-3a. 5-6. Ahora ha sido revelado que también los gentiles son coherederos de la
promesa.
Mt 2, 1-12. Venimos de Oriente a adorar al Rey.
Sábado 7
1Jn 3, 22-4,6. Examinad si los espíritus vienen de Dios.
Sal 2. Te daré en herencia las naciones.
Mt 4, 12-17.23-25. Está cerca el reino de los cielos.
Lectura del santo Evangelio según san Juan 1. 1-18
En el principio existía el Verbo y el Verbo estaba junto a Dios, y el Verbo era Dios.
Él estaba en el principio junto a Dios.
Por medio de él se hizo todo, y sin él no se hizo nada de cuanto se ha hecho.
En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.
Y la luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no la recibió.
Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él.
No era él la luz, sino el que daba testimonio de la luz.
El Verbo era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre, viniendo al mundo.
En el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de él, y el mundo no la conoció.
Vino a su casa, y los suyos no la recibieron.
Pero a cuantos la recibieron, les dio poder de ser hijos de Dios, a los que creen en su nombre.
Éstos no han nacido de sangre, ni de deseo de carne, ni de deseo de varón, sino que han nacido de Dios.
Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria como del Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.
Juan da testimonio de él y grita diciendo: «Este es de quien dije: el que viene detrás de mí se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo».
Pues de su plenitud todos hemos recibido, gracia tras gracia.
Porque la ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad nos han llegado por medio de Jesucristo.
A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios unigénito, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer.
SEMANA DE NAVIDAD
Lunes 26
- Hch 6, 8-10; 7, 54-59. Veo los cielos abiertos.
- Sal 30. A tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
- Mt 10, 17-22. No seréis vosotros los que habléis, sino el Espíritu de vuestro Padre.
Martes 27
- 1 Jn 1, 1-4. Eso que hemos visto y oído os lo anunciamos.
- Sal 96. Alegraos, justos, con el Señor.
- Jn 20, 1a. 2-8. El otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al
sepulcro.
Miércoles 28
- 1 Jn 1, 5 — 2, 2. La sangre de Jesús nos limpia de todo pecado.
- Sal 123. Hemos salvado la vida, como un pájaro de la trampa del cazador.
- Mt 2, 13-18. Herodes mató a todos los niños en Belén.
Jueves 29
- 1 Jn 2, 3-11. Quien ama a su hermano permanece en la luz.
- Sal 95. Alégrese el cielo, goce la tierra.
- Lc 2, 22-35. Luz para alumbrar a las naciones.
Viernes 30
- Eclo 3, 2-6. 12-14. Quien teme al Señor honrará a sus padres.
o bien: Col 3, 12-21. La vida de familia en el Señor.
- Sal 127. Dichosos los que temen al Señor y siguen sus caminos.
- Mt 2, 13-15. 19-23. Toma al niño y a su madre y huye a Egipto.
Sábado 31
- 1 Jn 2, 18-21. Estáis ungidos por el Santo, y todos vosotros lo conocéis.
- Sal 95. Alégrese el cielo, goce la tierra.
- Jn 1, 1-18. El Verbo se hizo carne
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 1, 18-24
La generación de Jesucristo fue de esta manera:
María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo.
José, su esposo, que era justo y no quería difamarla, decidió repudiarla en privado. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo:
«José, hijo de David, no temas acoger a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados».
Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por medio del profeta:
«Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa “Dios-con-nosotros”».
Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y acogió a su mujer.
IV semana de Adviento
Lunes 19
Jue 13, 2-7. 24-25a. El ángel anuncia el nacimiento de Sansón.
Sal 70. Que mi boca esté llena de tu alabanza y cante tu gloria.
Lc 1, 5-25. El ángel Gabriel anuncia el nacimiento de Juan Bautista.
Martes 20
Is 7,10-14. Mirad: la Virgen está en cinta.
Sal 23. Va a entrar el Señor, Él es el Rey de la gloria.
Lc 1,26-38. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo.
Miércoles 21
Cant 2, 8-14. Llega mi amado, saltando sobre los montes.
o bien: Sof 3, 14-18a. El Señor será el rey de Israel, en medio de ti.
Sal 32. Aclamad, justos, al Señor, cantadle un cántico nuevo.
Lc 1, 39-45. ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?
Jueves 22
1 Sam 1, 24-28. Ana da gracias por el nacimiento de Samuel.
Salmo: 1 Sam 2, 1-8. Mi corazón se regocija por el Señor, mi Salvador.
Lc 1, 46-56. El Poderoso ha hecho obras grandes por mí.
Viernes 23
Mal 3, 1-4. 23-24. Os enviaré al profeta Elías antes de que llegue el día del Señor.
Sal 24. Levantaos, alzad la cabeza: se acerca vuestra liberación.
Lc 1, 57-66. El nacimiento de Juan Bautista.
Sábado 24
2 Sam 7, 1-5. 8b-12. 14a. 16. El reino de David durará por siempre en la presencia del
Señor.
Sal 88. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.
Lc 1, 67-79. Nos visitará el sol que nace de lo alto.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 11, 2-11
En aquel tiempo, Juan, que había oído en la cárcel las obras del Mesías, mandó a sus discípulos a preguntarle.
«¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?».
Jesús les respondió:
«Id a anunciar a Juan lo que estáis viendo y oyendo: los ciegos ven, y los cojos andan; los leprosos quedan limpios, y los sordos oyen; los muertos resucitan, y los pobres son evangelizados. ¡Y bienaventurado el que no se escandalice de mí!». Al irse ellos, Jesús se puso a hablar a la gente sobre Juan:
«¿Qué salisteis a contemplar en el desierto, una caña sacudida por el viento? ¿O qué fuisteis a ver, un hombre vestido con lujo? Mirad, los que visten con lujo habitan en los palacios. Entonces, ¿a qué salisteis?, ¿a ver a un profeta?
Sí, os digo, y más que profeta. Este es de quien está escrito:
“Yo envío mi mensajero delante de ti, el cual preparará tu camino ante ti”.
En verdad os digo que no ha nacido de mujer uno más grande que Juan el Bautista; aunque el más pequeño en el reino de los cielos es más grande que él».
Lunes 12
Núm 24, 2-7. 15-17a. Avanza la constelación de Jacob.
Sal 24. Señor, instrúyeme en tus sendas.
Mt 21, 23-27. El bautismo de Juan ¿de dónde venía?
Martes 13
Santa Lucía, virgen y mártir.
Sof 3, 1-2. 9-13. Se promete la salvación mesiánica a todos los pobres.
Sal 33. Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha.
Mt 21, 28-32. Vino Juan, y los pecadores le creyeron.
Miércoles 14
San Juan de la Cruz, presbítero y doctor.
Is 45, 6b-8. 18. 21b-25. Cielos, destilad el rocío.
Sal 84. Cielos, destilad el rocío; nubes, derramad al Justo.
Lc 7, 19-23. Anunciad a Juan lo que habéis visto y oído.
Jueves 15
Is 54,1-10. Como a mujer abandonada te vuelve a llamar el Señor.
Sal 29. Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.
Lc 7,24-30. Juan es el mensajero que prepara el camino del Señor.
Viernes 16
Is 56,1-3a.6-8. A mi casa la llamarán casa de oración todos los pueblos.
Sal 66. Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.
Jn 5,33-36. Juan es la lámpara que arde y brilla.
Sábado 17
Gén 49, 1-2. 8-10. No se apartará de Judá el cetro.
Sal 71. Que en sus días florezca la justicia, y la paz abunde eternamente.
Mt 1, 1-17. Genealogía de Jesucristo, hijo de David.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 3, 1-12
Por aquellos días, Juan el Bautista se presentó en el desierto de Judea, predicando:
«Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos».
Este es el que anunció el profeta Isaías, diciendo:
«Voz del que grita en el desierto:
“Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos”».
Juan llevaba un vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre.
Y acudía a él toda la gente de Jerusalén, de Judea y de la comarca del Jordán; confesaban sus pecados; y él los bautizaba en el Jordán.
Al ver que muchos fariseos y saduceos venían a que los bautizará, les dijo:
«¡Raza de víboras!, ¿quién os ha enseñado a escapar del castigo inminente?
Dad el fruto que pide la conversión.
Y no os hagáis ilusiones, pensando: “Tenemos por padre a Abrahán”, pues os digo que Dios es capaz de sacar hijos de Abrahán de estas piedras.
Ya toca el hacha la raíz de los árboles, y todo árbol que no dé buen fruto será talado y echado al fuego.
Yo os bautizo con agua para que os convirtáis; pero el que viene detrás de mí es más fuerte que yo y no merezco ni llevarle las sandalias.
Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego.
Él tiene el bieldo en la mano: aventará su parva, reunirá su trigo en el granero y quemará la paja en una hoguera que no se apaga».
II semana de Adviento
Lunes 5
Is 35, 1-10. Dios viene en persona y os salvará.
Sal 84. Nuestro Señor viene y nos salvará.
Lc 5, 17-26. Hoy hemos visto cosas admirables.
Martes 6
Is 40,1-11. Dios consuela a su pueblo.
Sal 95. Nuestro Dios llega con poder.
Mt 18,12-14. Dios no quiere que se pierda ni uno de estos pequeños.
Miércoles 7
San Ambrosio, obispo y doctor.
Is 40, 25-31. El Señor todopoderoso da fuerza al cansado.
Sal 102. Bendice, alma mía, al Señor.
Mt 11, 28-30. Venid a mí todos los que estáis cansados.
Jueves 8
La Inmaculada Concepción de Santa María Virgen. Solemnidad.
Gén 3, 9-15. 20. Establezco hostilidades entre tu estirpe y la de la mujer.
Sal 97. Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas.
Ef 1, 3-6. 11-12. Nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo.
Lc 1, 26-38. Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.
Viernes 9.
Is 48,17-19. Si hubieras atendido a mis mandatos.
Sal 1. El que te sigue, Señor, tendrá la luz de la vida.
Mt 11,16-19. No escuchan ni a Juan ni al Hijo del hombre.
Sábado 10
Eclo 48, 1-4. 9-11. Elías volverá.
Sal 79. Oh, Dios restáuranos, que brille tu rostro y nos salve.
Mt 17, 10-13. Elías ya ha venido, y no lo reconocieron.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 24, 37-44
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuando venga el Hijo del hombre, pasará como en tiempo de Noé.
En los días antes del diluvio, la gente comía y bebía y se casaban los hombres y las mujeres tomaban esposo, hasta el día en que Noé entró en el arca; y cuando menos lo esperaban llegó el diluvio y se los llevó a todos; lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre: dos hombres estarán en el campo: a uno se lo llevarán y a otro lo dejarán; dos mujeres estarán moliendo, a una se la llevarán y a otra la dejarán. Por tanto, estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor.
Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría que abrieran un boquete en su casa.
Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre».
I semana de Adviento
Lunes 28
Is 2,1-5. El Señor reúne a todas las naciones en la paz eterna del reino de Dios.
o bien: Is 4,2-6. El vástago del Señor será ornamento para los supervivientes.
Sal 121. Vamos alegres a la casa del Señor.
Mt 8,5-11. Vendrán muchos de oriente y occidente al reino de los cielos.
Martes 29
Is 11,1-10. Sobre él se posará el espíritu del Señor.
Sal 71. Que en sus días florezca la justicia y la paz abunde eternamente.
Lc 10,21-24. Jesús, lleno de la alegría del Espíritu Santo.
Miércoles 30
San Andrés, apóstol.
Rom 10,9-18. La fe nace del mensaje, y el mensaje consiste en hablar de Cristo.
Sal 18. A toda la tierra alcanza su pregón.
Mt 4,18-22. Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.
Jueves 1
Is 26,1-6. Que entre un pueblo justo, que observa la lealtad.
Sal 117. Bendito el que viene en nombre del Señor.
Mt 7,21.24-27. El que cumple la voluntad del Padre entrará en el reino de los cielos.
Viernes 2
Is 29,17-24. Aquel día, verán los ojos de los ciegos.
Sal 26. El Señor es mi luz y mi salvación.
Mt 9,27-31. Jesús cura a dos ciegos que creen en Él.
Sábado 3
San Francisco Javier, presbítero.
Is 30,19-21.23-26. Se apiadará a la voz de tu gemido.
Sal 146. Dichosos los que esperan en el Señor.
Mt 9,35-10,1.6-8. Al ver a las gentes, se compadecía de ellas.
20/11/2022 - Domingo. Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 23, 35-43
En aquel tiempo, los magistrados hacían muecas a Jesús, diciendo:
«A otros ha salvado; que se salve a si mismo, si él es el Mesías de Dios, el Elegido».
Se burlaban de él también los soldados, que se acercaban y le ofrecían vinagre, diciendo:
«Si eres tú el rey de los judíos, sálvate a ti mismo». Había también por encima de él un letrero:
«Este es el rey de los judíos».
Uno de los malhechores crucificados lo insultaba, diciendo:
«¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros». Pero el otro, respondiéndole e increpándolo, le decía:
«¿Ni siquiera temes tú a Dios, estando en la misma condena? Nosotros, en verdad, lo estamos justamente, porque recibimos el justo pago de lo que hicimos; en cambio, este no ha hecho nada malo». Y decía:
«Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino». Jesús le dijo:
«En verdad te digo: hoy estarás conmigo en el paraíso».
XXXIV semana del Tiempo Ordinario.
Lunes 21
Ap 14,1-3.4b-5. Llevaban grabado en la frente el nombre de Cristo y el de su Padre.
Sal 23. Este es el grupo que viene a tu presencia, Señor.
Lc 21,1-4. Vio una viuda pobre que echaba dos reales.
Martes 22
Santa Cecilia, virgen y mártir.
.Ap 14,14-19. Ha llegado la hora de la siega, pues la mies de la tierra está más que
madura.
Sal 95. El Señor llega a regir la tierra.
Lc 21,5-11. No quedará piedra sobre piedra.
Miércoles 23
Ap 15,1-4. Cantaban el cántico de Moisés y el cántico del Cordero.
Sal 97. Grandes y maravillosas son tus obras, Señor, Dios omnipotente.
Lc 21,12-19. Todos os odiarán por causa mía, pero ni un cabello de vuestra cabeza
perecerá.
Jueves 24
Ap 18, 1-2.21-23; 19,1-3.9a. ¡Cayó la gran Babilonia!
Sal 99. Dichosos los invitados al banquete de bodas del Cordero.
Lc 21,20-28. Jerusalén será pisoteada por los gentiles, hasta que a los gentiles les llegue
su hora.
Viernes 25
Ap 20, 1-4.11-21,2. Los muertos fueron juzgados según sus obras. Vi la nueva Jerusalén
que descendía del cielo.
Sal 83. Esta es la morada de Dios con los hombres.
Lc 21,29-33. Cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que está cerca el reino de
Dios.
Sábado 26
Ap 22,1-7. Ya no habrá más noche, porque el Señor irradiará luz sobre ellos.
Sal 94. Marana tha. Ven, Señor Jesús.
Lc 21,34-36. Estad siempre despiertos, para escapar de todo lo que está por venir.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 21. 5-19
En aquel tiempo, como algunos hablaban del templo, de lo bellamente adornado que estaba con piedra de calidad y exvotos, Jesús les dijo.
«Esto que contempláis, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea destruida».
Ellos le preguntaron:
«Maestro, ¿cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder?». Él dijo:
«Mirad que nadie os engañe. Porque muchos vendrán en mi nombre diciendo: “Yo soy”, o bien: “Esta llegando el tiempo”; no vayáis tras ellos.
Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico.
Porque es necesario que eso ocurra primero, pero el final no será enseguida». Entonces les decía:
«Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países, hambres y pestes.
Habrá también fenómenos espantosos y grandes signos en el cielo.
Pero antes de todo eso os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a las cárceles, y haciéndonos comparecer ante reyes y gobernadores, por causa de mi nombre. Esto os servirá de ocasión para dar testimonio. Por ello, meteos bien en la cabeza que no tenéis que preparar vuestra defensa, porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro.
Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os entregarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán por causa de mi nombre.
Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas».
XXXIII semana del Tiempo Ordinario.
Lunes 14
Ap 1,1-4; 2,1-5a. Recuerda de dónde has caído y arrepiéntete.
Sal 1. Al que salga vencedor le daré a comer del árbol de la vida.
Lc 18,35-43. ¿Qué quieres que haga por ti? Señor, que vea otra vez.
Martes 15
Ap 3, 1-6.14-22. Si alguien me abre, entraré y comeremos juntos.
Sal 14. Al que salga vencedor lo sentaré en mi trono, junto a mí.
Lc 19,1-10. El Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido.
Miércoles 16
Ap 4,1-11. Santo es el Señor, soberano de todo: el que era y es y viene.
Sal 150. Santo, Santo, Santo es el Señor, soberano de todo.
Lc 19,11-28. ¿Por qué no pusiste mi dinero en el banco?
Jueves 17
Santa Isabel de Hungría.
Ap 5,1-10. El Cordero fue degollado y con su sangre nos compró de toda nación.
Sal 149. Has hecho de nosotros para nuestro Dios un reino de sacerdotes.
Lc 19,41-44. ¡Si comprendieras lo que conduce a la paz!
Viernes 18
Ap 10,8-11. Cogí el librito y me lo comí.
Sal 118. ¡Qué dulce al paladar tu promesa!
Lc 19,45-48. Habéis convertido la casa de Dios en una cueva de bandidos.
Sábado 19
Ap 11,4-12. Estos dos profetas eran un tormento para los habitantes de la tierra.
Sal 143. Bendito el Señor, mi roca.
Lc 20,27- 40. No es Dios de muertos, sino de vivos.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 20, 27-38
En aquel tiempo, se acercaron algunos saduceos, los que dicen que no hay resurrección, y preguntaron a Jesús:
«Maestro, Moisés nos dejó escrito: “Si a uno se le muere su hermano, dejando mujer, pero sin hijos, que tome la mujer como esposa y dé descendencia a su hermano”. Pues bien, había siete hermanos; el primero se casó y murió sin hijos. El segundo y el tercero se casaron con ella, y así los siete, y murieron todos sin dejar hijos. Por último, también murió la mujer. Cuando llegue la resurrección, ¿de cuál de ellos será la mujer? Porque los siete la tuvieron como mujer». Jesús les dijo:
«En este mundo los hombres se casan y las mujeres toman esposo, pero los que sean juzgados dignos de tomar parte en el mundo futuro y en la resurrección de entre los muertos no se casarán ni ellas serán dadas en matrimonio. Pues ya no pueden morir, ya que son como ángeles; y son hijos de Dios, porque son hijos de la resurrección.
Y que los muertos resucitan, lo indicó el mismo Moisés en el episodio de la zarza, cuando llama al Señor “Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob”. No es Dios de muertos, sino de vivos: porque para él todos están vivos».
XXXII semana del Tiempo Ordinario.
Lunes 7
Tit 1,1-9. Establece presbíteros, siguiendo las instrucciones que te di.
Sal 23. Este es el grupo que viene a tu presencia, Señor.
Lc 17,-6. Si siete veces viene a decirte: "lo siento", lo perdonarás.
Martes 8
Tit 2, 1-8. 11-14. Llevemos una vida piadosa, aguardando la dicha que
esperamos y la manifestación del Dios y Salvador nuestro, Jesucristo.
Sal 36. El Señor es quien salva a los justos.
Lc 17, 7-10. Somos siervos inútiles, hemos hecho lo que teníamos que hacer.
Miércoles 9
Dedicación de la Basílica de Letrán.
Ez 47, 1-2.8-9.12. Vi que manaba agua del lado derecho del templo, y habrá vida dondequiera que llegue la corriente.
o bien: 1Co 3,9c-11.16-17. Sois templo de Dios.
Sal 45. El correr de las acequias alegra la ciudad de Dios, el Altísimo consagra su morada.
Jn 2,23-22. Hablaba del templo de su cuerpo.
Jueves 10
San León Magno, papa y doctor.
Flm 7-20. Recíbelo, no como esclavo, sino como hermano querido.
Sal 145. Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob.
Lc 17,20-25. El reino de Dios está dentro de vosotros.
Viernes 11
San Martín de Tours, obispo.
2Jn 4-9. Quien permanece en la doctrina posee al Padre y al Hijo.
Sal 118. Dichoso el que camina en la voluntad del Señor.
Lc 17,26-37. El día que se manifieste el Hijo del hombre.
Sábado 12
3Jn 5-8. Debemos sostener a los hermanos, cooperando así en la propagación de la verdad.
Sal 111. Dichoso quien teme al Señor.
Lc 18,1-8. Dios hará justicia a sus elegidos que le gritan.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 18, 9-14
En aquel tiempo, Jesús dijo esta parábola a algunos que se confiaban en sí mismos por considerarse justos y despreciaban a los demás:
«Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era fariseo; el otro, un publicano. El fariseo, erguido, oraba así en su interior:
“¡Oh Dios!, te doy gracias, porque no soy como los demás hombres: ladrones, injustos, adúlteros; ni tampoco como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todo lo que tengo”. El publicano, en cambio, quedándose atrás, no se atrevía ni a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho diciendo:
“¡Oh Dios!, ten compasión de este pecador”.
Os digo que este bajó a su casa justificado, y aquél no. Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido».
XXX semana del Tiempo Ordinario.
Lunes 24
San Antonio María Claret, presbítero.
Ef 4,32-5,8. Vivid en el amor como Cristo.
Sal 1. Seamos imitadores de Dios, como hijos queridos.
Lc 13,10-17. A esta, que es hija de Abraham, ¿no había que soltarla en sábado?
Martes 25
Ef 5,21-33. Es este un gran misterio, referido a Cristo y a la Iglesia.
Sal 127. Dichosos los que temen al Señor.
Lc 13,18-21. Crece el grano y se hace un arbusto.
Miércoles 26
Ef 6,1-9. No como quien sirve a los hombres, sino como esclavos de Cristo.
Sal 144. El Señor es fiel a sus palabras.
Lc 13,22-30. Vendrán de Oriente y Occidente y se sentarán en la mesa en el Reino de Dios.
Jueves 27
Ef 6,10-20. Tomad las armas de Dios para poder mantener las posiciones.
Sal 143. Bendito el Señor, mi Roca.
Lc 131-35. No cabe que un profeta muera fuera de Jerusalén.
Viernes 28
San Simón y san Judas, apóstoles.
Ef 2,19-22. Estáis edificados sobre el cimiento de los apóstoles.
Sal 18. A toda la tierra alcanza su pregón.
Lc 6,12-19. Escogió a doce de ellos y los nombró apóstoles.
Sábado 29
Flp 1,18b-26. Para mí la vida es Cristo, y una ganancia el morir.
Sal 41. Mi alma tiene sed del Dios vivo.
Lc 14,1.7-11. El que se enaltece será humillado, el que se humilla será enaltecido.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 18, 1-8
En aquel tiempo, Jesús, para explicar a sus discípulos cómo tenían que orar siempre sin desanimarse, les propuso esta parábola:
«Había un juez en una ciudad que ni temía a Dios ni le importaban los hombres.
En la misma ciudad había una viuda que solía ir a decirle:
“Hazme justicia frente a mi adversario”.
Por algún tiempo se negó, pero después se dijo:
“Aunque ni temo a Dios ni me importan los hombres, como esta viuda me está molestando, le voy hacer justicia, no sea que siga viniendo a cada momento a importunarme”». Y el Señor añadió:
«Fijaos en lo que dice el juez injusto; pues Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos que claman ante el día y noche?; ¿o les dará largas? Os digo que les hará justicia sin tardar. Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?».
XXIX semana de Tiempo Ordinario.
Lunes 17
San Ignacio de Antioquia, obispo y mártir. Memoria.
Ef 2,1-10. Nos ha hecho revivir con Cristo y nos ha sentado en el cielo con él.
Sal 99. El Señor nos hizo y somos suyos.
Lc 12,13-21. Lo que has acumulado, ¿de quién será?
Martes 18
San Lucas, evangelista. Fiesta.
2Tim 4,9-17a. Solo Lucas está conmigo.
Sal 144. Que tus fieles, Señor, proclamen la gloria de tu reinado.
Lc 10,1-9. La mies es abundante y los obreros pocos.
Miércoles 19
Ef 3,2-12. El Misterio de Cristo ha sido revelado ahora: que también los gentiles son coherederos de la promesa.
Salmo: Is 12,2-6. Sacaréis aguas con gozo de las fuentes de la salvación.
Lc 12,39-48. Al que mucho se le dio, mucho se le exigirá.
Jueves 20
Ef 3,14-21. Que el amor sea vuestra raíz y vuestro cimiento; así llegaréis a vuestra plenitud, según
la Plenitud total de Dios.
Sal 32: La misericordia del Señor llena la tierra.
Lc 12,49-53. No he venido a traer paz, sino división.
Viernes 21
Ef 4,1-6. Un solo cuerpo, un Señor, una fe, un bautismo.
Sal 23: Este, Señor, es el grupo que busca tu presencia.
Lc 12, 54-59. Si sabéis interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo no sabéis interpretar el
tiempo presente?
Sábado 22
Ef 4,7-16. Cristo es la cabeza; de él todo el cuerpo procura el crecimiento.
Sal 121: Llenos de alegría vamos a la casa del Señor.
Lc 13,1-9. Si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 17, 11-19
Una vez, yendo Jesús camino de Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea. Cuando iba a entrar en una ciudad, vinieron a su encuentro diez hombres leprosos, que se pararon a lo lejos y a gritos le decían:
«Jesús, maestro, ten compasión de nosotros». Al verlos, les dijo:
«Id a presentaros a los sacerdotes».
Y sucedió que, mientras iban de camino, quedaron limpios. Uno de ellos, viendo que estaba curado, se volvió alabando a Dios a grandes gritos y se postró a los pies de Jesús, rostro en tierra, dándole gracias.
Este era un samaritano.
Jesús tomó la palabra y dijo:
«¿No han quedado limpios los diez?; los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha habido quien volviera a dar gloria a Dios más que este extranjero?». Y le dijo:
«Levántate, vete; tu fe te ha salvado».
XXVIII semana del Tiempo Ordinario.
Lunes 10
Gal 4,22-24.26-27.31-5,1. No somos hijos de esclava, sino de la mujer libre.
Sal 112. Bendito sea el nombre del Señor por siempre.
Lc 11,29-32. A esta generación no se le dará más signo que el signo de Jonás.
Martes 11
Gal 5,1-6. Da lo mismo estar circuncidado o no; lo único que cuenta es una fe activa en la
práctica del amor.
Sal 118. Señor, que me alcance tu favor.
Lc 11,37-41. Dad limosna, y lo tendréis limpio todo.
Miércoles 12
Nuestra Señora del Pilar. Fiesta.
1Cron 15,3-4.15-16. 16,1-2. Metieron el arca de Dios y la instalaron en el centro de la tienda
que David le había preparado.
O bien: Hch 1,12-14. Se dedicaban a la oración junto con María, la Madre de Jesús.
Sal 26: El Señor me ha coronado, sobre la columna me ha exaltado.
Lc 11,27-28. Dichoso el vientre que te llevó.
Jueves 13
Ef 1,1-10. Nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo.
Sal 97. El Señor da a conocer su victoria.
Lc 11,47-54. Se pedirá cuenta de la sangre de los profetas, desde la sangre de Abel hasta la de
Zacarías.
Viernes 14
Ef 1,11-14. Ya esperábamos en Cristo, y también vosotros habéis sido marcados con el Espíritu
Santo.
Sal 32: Dichoso el pueblo que el Señor se escogió como heredad.
Lc 12,1-7. Los pelos de vuestra cabeza están contados.
Sábado 15
Santa Teresa de Jesús, virgen y doctora.
Si 15,1-6. Lo llena de inteligencia y de sabiduría.
Sal 88. Contaré tu fama a mis hermanos, en medio de la asamblea te alabaré.
Mt 11,25-30. Soy manso y humilde de corazón.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 17, 5-10
En aquel tiempo, los apóstoles le dijeron al Señor:
«Auméntanos la fe». El Señor dijo:
«Si tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a esa morera: “Arráncate de raíz y plántate en el mar”, y os obedecería.
¿Quién de vosotros, si tiene un criado labrando o pastoreando, le dice cuando vuelve del campo, “Enseguida, ven y ponte a la mesa”?
¿No le diréis más bien: “Prepárame de cenar, cíñete y sírveme mientras como y bebo, y después comerás y beberás tú”? ¿Acaso tenéis que estar agradecidos al criado porque ha hecho lo mandado? Lo mismo vosotros: cuando hayáis hecho todo lo que se os ha mandado, decid: “Somos siervos inútiles, hemos hecho lo que teníamos que hacer”».
XXVII semana del Tiempo Ordinario.
Lunes 3
Gál 1, 6-12. No he recibido ni aprendido de ningún hombre el Evangelio, sino por
revelación de Jesucristo.
Sal 110. El Señor recuerda siempre su alianza.
Lc 10, 25-37. ¿Quién es mi prójimo?.
Martes 4
San Francisco de Asís
Gál 1, 13-24. Reveló a su Hijo en mí para que lo anunciara entre los gentiles.
Sal 138. Guíame, Señor, por el camino eterno.
Lc 10, 38-42. Marta lo recibió en su casa. María ha escogido la parte mejor.
Miércoles 5
Témporas de acción de gracias y de petición.
Dt 8, 7-18. Dios te da la fuerza para adquirir esa riqueza.
Sal 1 Crón 29, 10-12. Tú eres Señor del universSan francisco de Asís.
2 Cor 5, 17-21. Os pedimos que os reconciliéis con Dios.
Mt 7, 7-11. Todo el que pide recibe.
Jueves 5
Gál 3, 1-5. ¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley o por haber escuchado con fe?
Salmo: Lc 1, 69-75.. Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado a su pueblo.
Lc 11, 5-13. Pedid y se os dar
Viernes 7
Bienaventurada Virgen María del Rosario.
Gál 3, 7-14. Los que viven de la fe son bendecidos con Abrahán el fiel.
Sal 110. El Señor recuerda siempre su alianza.
Lc 11, 15-26. Si yo echo los demonios con el dedo de Dios, es que el reino de Dios ha
llegado a vosotros.
Sábado 8
Gál 3, 22-29. Todos sois hijos de Dios por la fe.
Sal 104. El Señor se acuerda de su alianza eternamente.
Lc 11, 27-28. Bienaventurado el vientre que te llevó. Mejor, bienaventurados los que
escuchan la palabra de Dios.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 16, 19-31
En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos:
- «Había un hombre rico que se vestía de púrpura y de lino y banqueteaba cada día.
Y un mendigo llamado Lázaro estaba echado en su portal, cubierto de llagas, y con ganas de saciarse de lo que caía de la mesa del rico.
Y hasta los perros venían y le lamían las llagas.
Sucedió que se murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abrahán.
Murió también el rico y fue enterrado. Y, estando en el infierno, en medio de los tormentos, levantó los ojos y vio de lejos a Abrahán, y a Lázaro en su seno, y gritando, dijo: “Padre Abrahán, ten piedad de mí y manda a Lázaro que moje en agua la punta del dedo y me refresque la lengua, porque me torturan estas llamas”.
Pero Abrahán le dijó:
“Hijo, recuerda que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro, a su vez, males: por eso ahora él aquí consolado, mientras que tú eres atormentado.
Y además, entre nosotros y vosotros se abre un abismo inmenso, para que quieran cruzar desde aquí hacia vosotros no puedan hacerlo, ni tampoco pasar de ahí hasta nosotros”.
El dijo:
“Te ruego, entonces, padre, que mandes a Lázaro a casa de mi padre, pues tengo cinco hermanos: que les dé testimonio de estas cosas, no sea que también vengan ellos a este lugar de tormento”.
Abrahán le dice:
“Tienen a Moisés y a los profetas: que los escuchen”.
Pero él de dijo:
“No, padre Abrahán. Pero si un muerto va a ellos, se arrepentirán” Abrahán le dijo:
“Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no se convencerán ni, aunque resucite un muerto”».
XXVI semana del Tiempo Ordinario.
Lunes 26
Jb 1,6-22. El Señor me lo dio, el Señor me lo quitó; bendito sea el nombre del Señor.
Sal 16. Inclina el oído y escucha mis palabras.
Lc 9,46-50. El más pequeño de vosotros es el más importante.
Martes 27
San Vicente de Paúl, presbítero. Memoria.
Jb 3,1-3.11-17.20.23. ¿Por qué dio luz a un desgraciado?
Sal 87. Llegue, Señor, hasta ti mi súplica.
Lc 9,51-56. Tomó la decisión de ir a Jerusalén.
Miércoles 28
Jb 9,1-12.14-16. El hombre no es justo frente a Dios.
Sal 87. Llegue, Señor, hasta ti mi súplica.
Lc 9,57-62. Te seguiré a donde vayas.
Jueves 29
Santos arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael.
Dn 7,9-10.13-14. Miles y miles le servían.
O bien: Ap12,7-12a. Miguel y sus ángeles declararon la guerra al dragón.
Sal 137. Delante de los ángeles tañeré para ti, Señor.
Jn 1,47-51. Veréis a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre.
Viernes 30
San Jerónimo, presbítero y doctor de la Iglesia. Memoria.
Jb, 38,1-12.21;40,3-5. ¿Has mandado a la mañana, o has entrado por los hontanares del mar?
Sal 138. Guíame, Señor, por el camino eterno.
Lc 10,13-16. Quien me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado.
Sábado 1
Santa Teresa del Niño Jesús, virgen y doctora de la Iglesia. Memoria.
Jb 42,1-3.5-6.12-16. Ahora te han visto mis ojos, por eso me retracto.
Sal 118. Haz brillar, Señor, tu rostro sobre tu siervo.
Lc 10,17-24. Estad alegres porque vuestros nombres están escritos en el cielo.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 16, 1-13
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Un hombre rico tenía un administrador, a quien acusaron ante él de derrochar sus bienes.
Entonces lo llamó y le dijo:
“¿Qué es eso que estoy oyendo de ti? Dame cuenta de tu administración, porque en adelante no podrás seguir administrando”.
El administrador se puso a decir para sí:
“¿Qué voy a hacer, pus mi señor me quita la administración? Para cavar no tengo fuerzas; mendigar me da vergüenza. Ya sé lo que voy a hacer para que, cuando me echen de la administración, encuentre quien me reciba en su casa”.
Fue llamando uno a uno a los deudores de su amo y dijo al primero:
“¿Cuánto debes a mi amo?”.
Este respondió:
“Cien barriles de aceite”.
Él le dijo:
“Aquí está tu recibo; aprisa, siéntate y escribe cincuenta”.
Luego dijo a otro:
“Y tú, ¿cuánto debes?”.
Él contestó:
“Cien fanegas de trigo”.
Le dijo:
“Aquí está tu recibo, escribe ochenta”.
Y el amo felicitó al administrador injusto, por la astucia con que había procedido. Ciertamente, los hijos de este mundo son más astutos con su gente que los hijos de la luz.
Y yo os digo: ganaos amigos con el dinero de iniquidad, para que, cuando os falte, os reciban en las moradas eternas.
El que es de fiar en lo poco, también en lo mucho es fiel; el que es injusto en lo poco, también en lo mucho es injusto.
Pues, si no fuisteis fieles en la riqueza injusta, ¿quién os confiará la verdadera? Si no fuisteis fieles en lo ajeno, ¿lo vuestro, quién os lo dará?
Ningún siervo puede servir a dos señores, porque, o bien aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero».
XXV semana del Tiempo Ordinario.
Lunes 19
Prov 3,27-34. El Señor aborrece al perverso.
Sal 14. El justo habitará en tu monte santo, Señor.
Lc 8,16-18. El candil se pone en el candelero para que los que entran tengan luz.
Martes 20
San Andrés Kim Taegon, presbítero, y san Pablo Chong Hasang, y
compañeros, mártires. Memoria.
Prov 21,1-6.10-13. Diversas sentencias.
Sal 118. Guíame, Señor, por la senda de tus mandatos.
Lc 8,19-21. Mi madre y mis hermanos son estos: los que escuchan la Palabra de Dios y la ponen
por obra.
Miércoles 21
San Mateo, apóstol y evangelista. Fiesta.
Ef 4,1-7.11-13. Él ha constituido a unos apóstoles, a otros evangelizadores.
Sal 18. A toda la tierra alcanza su pregón.
Mt 9,9-13. Mateo, sígueme. Él se levantó y lo siguió.
Jueves 22
Qo 1,2-11. Nada nuevo hay bajo el sol.
Sal 89. Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación.
Lc 9,7-9. A Juan lo mandé decapitar yo. ¿Quién es este de quien oigo semejantes cosas?
Viernes 23
San Pío de Pietrelcina, presbítero. Memoria.
Qo 3,1-11. Todas las tareas bajo el cielo tienen su momento.
Sal 143. Bendito el Señor, mi roca.
Lc 9,18-22. Tú eres el Mesías de Dios. El Hijo del hombre tiene que padecer mucho.
Sábado 24
Qo 11,9-12,8. Acuérdate de tu Hacedor durante la juventud, antes de que el polvo vuelva a la
tierra y el espíritu vuelva a Dios.
Sal 89. Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación.
Lc 9,43b-45. Al Hijo de hombre lo van a entregar. Les daba miedo preguntarle por el asunto.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 15, 1-32
En aquel tiempo, solían acercarse a Jesús todos los publicanos y los pecadores a escucharle. Y los fariseos y los escribas murmuraban diciendo:
«Ese acoge a los pecadores y come con ellos».
Jesús les dijo esta parábola:
«¿Quien de vosotros que tiene cien ovejas y pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto y va tras la descarriada, hasta que la encuentra? Y, cuando la encuentra, se la carga sobre los hombros, muy contento; y, al llegar a casa, reúne a los amigos y a los vecinos, y les dice: “¡Alegraos, conmigo!, he encontrado la oveja que se me había perdido”.
Os digo que así también habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse.
O ¿qué mujer tiene diez monedas, si se le pierde una, no enciende una lámpara y barre la casa y busca con cuidado, hasta que la encuentra? Y, cuando la encuentra, reúne a las amigas y a las vecinas y les dice: “¡Alegraos conmigo!, he encontrado la moneda que se me había perdido”.
Os digo que la misma alegría tendrán los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta».
También les dijo:
«Un hombre tenía dos hijos; el menor de ellos dijo a su padre:
“Padre, dame la parte que me toca de la fortuna”.
El padre les repartió los bienes.
No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo, emigró a un país lejano, y allí derrochó su fortuna viviendo perdidamente.
Cuando lo había gastado todo, vino por aquella tierra un hambre terrible, y empezó él a pasar necesidad.
Fue entonces y se contrato con uno de los ciudadanos de aquel país que lo mandó a sus campos a apacentar cerdos. Deseaba saciarse de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba nada.
Recapacitando entonces, se dijo:
“Cuántos jornaleros de mi padre tienen abundancia de pan, mientras yo aquí me muero de hambre. Me levantaré, me pondré en camino adonde está mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo: trátame como a uno de tus jornaleros”. Se levanto y vino adonde estaba su padre; cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se le conmovieron las entrañas; y, echando a correr, se le echó cuello y lo cubrió de besos.
Su hijo le dijo:
“Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo”.
Pero el padre dijo a sus criados:
“Sacad enseguida la mejor túnica y vestídsela; ponedle un anillo en la mano y sandalias en los pies; traed el ternero cebado y sacrificadlo; comamos y celebramos un banquete, porque este hijo mío estaba muerto y ha revivido; estaba perdido, y lo hemos encontrado”.
Y empezaron el banquete.
Su hijo mayor estaba en el campo. Cuando al volver se acercaba a la casa, oyó la música y la danza, y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello.
Este le contestó:
“Ha vuelto tu hermano; y tu padre ha sacrificado el ternero cebado, porque lo ha recobrado con salud”.
Él se indignó y no quería entrar, pero su padre salió e intentaba persuadirlo.
Entonces él respondió a su padre:
“Mira: en tantos años como te sirvo, sin desobedecer nunca una orden tuya, a mí nunca me has dado un cabrito para tener un banquete con mis amigos; en cambio, cuando ha venido ese hijo tuyo que se ha comido tú bienes con malas mujeres, le matas el ternero cebado”.
El padre le dijo:
“Hijo, tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo: pero era preciso celebrar un banquete y alegrarse, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido; estaba perdido, y lo hemos encontrado”».
XXIV semana del Tiempo Ordinario.
Lunes 12
1Co 11,17-26.33. Si os dividís en bandos, os resulta imposible comer la cena del Señor.
Sal 39. Proclamad la muerte del Señor, hasta que vuelva.
Lc 7,1-10. Ni en Israel he encontrado tanta fe.
Martes 13
San Juan Crisóstomo, obispo y doctor. Memoria.
1Co 12,12-14.21-27a. Vosotros sois el cuerpo de Cristo y cada uno es un miembro.
Sal 99. Somos su pueblo y ovejas de su rebaño.
Lc 7,11-17. ¡Muchacho, a ti te lo digo, levántate!
Miércoles 14
Exaltación de la santa cruz. Fiesta.
Num 21,4b-9. Miraban a la serpiente de bronce y quedaban curados.
O bien: Flp 2,6-11. Se rebajó, por eso Dios lo levantó sobre todo.
Sal 77. No olvidéis las acciones del Señor.
Jn 3,13-17. Tiene que ser elevado el Hijo del hombre.
Jueves 15
Nuestra Señora, la Virgen de los Dolores. Memoria.
1Co 15,1-11. Esto es lo que predicamos; esto es lo que habéis creído.
Sal 117. Dad gracias al Señor porque es bueno.
Secuencia: La Madre piadosa estaba.
Jn 19,25-27. Triste contemplaba y dolorosa miraba del Hijo amado la pena.
O bien: Lc 2,33-35. A ti, una espada te atravesará el alma.
Viernes 16
San Cornelio, papa, y san Cipriano, obispo, mártires. Memoria.
1Co 15,12-20. Si Cristo no ha resucitado, nuestra fe no tiene sentido.
Sal 16. Al despertar me saciaré de tu semblante, Señor.
Lc 8,1-3. Algunas mujeres acompañaban a Jesús y le ayudaban con sus bienes.
Sábado 17
1Co 15,35-37.42-49. Se siembra lo corruptible, resucita incorruptible.
Sal 55. Caminaré en presencia de Dios a la luz de la vida.
Lc 8,4-15. Los de la tierra buena son los que escuchan la palabra, la guardan y dan fruto perseverando.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 14, 25-33
En aquel tiempo, mucha gente acompañaba a Jesús; él se volvió y les dijo:
«Si alguno viene a mí y no pospone a su padre y a su madre, a su mujer y a sus hijos, a sus hermanos y a sus hermanas, e incluso a sí mismo, no puede ser discípulo mío.
Quien no carga con su cruz y viene en pos de mí, no puede ser discípulo mío.
Así, ¿quién de vosotros, si quiere construir una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, a ver si tiene para terminarla? No sea que, sí echa los cimientos y no puede acabarla, se pongan a burlarse de él los que miran, diciendo: “Este hombre empezó a construir y no ha sido capaz de acabar.”
¿O qué rey, si va a dar la batalla a otro rey, no se sienta primero a deliberar si con diez mil hombres podrá salir al paso del que le ataca con veinte mil?
Y si no, cuando el otro está todavía lejos, envía legados para pedir condiciones de paz.
Así pues, todo aquel de entre vosotros que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío».
XXIII semana del Tiempo Ordinario.
Lunes 5
1Cor 5, 1-8. Quitad la levadura vieja, porque ha sido inmolada nuestra víctima pascual,
Cristo.
Sal 5. Señor, guíame con tu justicia.
Lc 6, 6-11. Estaban al acecho para ver si curaba en sábado.
Martes 6
1Cor 6, 1-11. Un hermano tiene que estar en pleito con otro, y además entre no creyentes.
Sal 149. El Señor ama a su pueblo.
Lc 6, 12-19. Pasó la noche orando. Escogió a doce y los nombró apóstoles.
Miércoles 7
1Cor 7, 25-31. ¿Estás unido a una mujer? No busques la separación. ¿Estás libre? No busques mujer.
Sal 44. Escucha, hija, mira: inclina el oído.
Lc 6, 20-26. Dichosos los pobres; ¡ay de vosotros, los ricos!
Jueves 8
Natividad de la Santísima Virgen María. Fiesta.
Miq 5, 1-4a. El tiempo en que la madre dé a luz. O bien: Rom 8, 28-30. A los que había escogido, Dios los predestinó.
Sal 12. Desbordo de gozo con el Señor.
Mt 1, 1-16. 18-23. La criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo.
Viernes 9
1Cor 9, 16-19. 22b-27. Me he hecho todo a todos, para ganar a algunos.
Sal 83. ¡Qué deseables son tus moradas, Señor de los ejércitos!
Lc 6, 39-42. ¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego?
Sábado 10
1Cor 10, 14-22. Aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo, porque comemos
todos del mismo pan.
Sal 115. Te ofreceré, Señor, un sacrificio de alabanza.
Lc 6, 43-49. ¿Por qué me llamáis "Señor, Señor" y no hacéis lo que digo?
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 9, 51-62
Cuando se completaron los días en que iba de ser llevado al cielo, Jesús tomó la decisión de ir a Jerusalén. Y envió mensajeros delante de él.
Puestos en camino, entraron en una aldea de samaritanos para hacer los preparativos. Pero no lo recibieron, porque su aspecto era el de uno que caminaba hacia Jerusalén. Al ver esto, Santiago y Juan, discípulos suyos, le dijeron:
«Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo que acabe con ellos?». Él se volvió y les regañó.
Y se encaminaron hacia otra aldea.
Mientras iban de camino, le dijo uno:
«Te seguiré adondequiera que vayas». Jesús le respondió:
«Las zorras tienen madrigueras, y los pájaros del cielo nidos, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza». A otro le dijo:
«Sígueme». Él respondió:
«Señor, déjame primero ir a enterrar a mi padre». Le contestó:
«Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el reino de Dios». Otro le dijo:
«Te seguiré, Señor. Pero déjame primero despedirme de los de mi casa». Jesús le contestó:
«Nadie que pone la mano en el arado y mira hacia atrás vale para el reino de Dios».
Lunes 27
Am 2, 6-10. 13-16. Revuelcan en el polvo al desvalido.
Sal 49. Atención, los que olvidáis a Dios.
Mt 8, 18-22. Sígueme.
Martes 28
San Ireneo, obispo y mártir. Memoria.
Am 3, 1-8; 4, 11-12. Habla el Señor, ¿quién no profetiza?
Sal 5. Señor, guíame con tu justicia.
Mt 8, 23-27. Se puso en pie, increpó a los vientos y al lago, y vino una gran calma.
Miércoles 29
San Pedro y san Pablo, apóstoles. Solemnidad.
Hch 12, 1-11. Era verdad: el Señor me ha librado de la mano de Herodes.
Sal 33. El Señor me libró de todas mis ansias.
2 Tim 4, 6-8. 17-18. Ahora me aguarda la corona merecida.
Mt 16, 13-19. Tú eres Pedro, y te daré las llaves del reino de los cielos.
Jueves 30
Am 7, 10-17. Ve y profetiza a mi pueblo.
Sal 18. Los mandamientos del Señor son verdaderos y enteramente justos.
Mt 9, 1-8. La gente alababa a Dios, que da a los hombres tal potestad.
Viernes 1
Am 8, 4-6. 9-12. Enviaré hambre, no de pan, sino de escuchar la palabra del Señor.
Sal 118. No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.
Mt 9, 9-13. No tienen necesidad de médico los sanos; misericordia quiero y no sacrificios.
Sábado 2
Am 9, 11-15. Haré volver los cautivos de Israel y los plantaré en su campo.
Sal 84. Dios anuncia la paz a su pueblo.
Mt 9, 14-17. ¿Es que pueden guardar luto, mientras el novio esté con ellos?
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 9, 11b-17
En aquel tiempo, Jesús se puso hablaba a la gente del reino de Dios y sanaba a los que tenían necesidad de curación.
El día comenzaba a declinar. Entonces, acercándose los Doce, le dijeron:
«Despide a la gente; que vayan a las aldeas y cortijos de alrededor a buscar alojamiento y comida, porque aquí estamos en descampado». Él les contestó:
«Dadles vosotros de comer». Ellos replicaron:
«No tenemos más que cinco panes y dos peces; a no ser que vayamos a comprar de comer para toda esta gente». Porque eran unos cinco mil hombres.
Entonces dijo a sus discípulos:
«Haced que se echen sienten en grupos de unos cincuenta cada uno». Lo hicieron así y dispusieron que se sentaran todos.
Entonces, tomando él los cinco panes y los dos peces y alzando la mirada al cielo, pronunció la bendición sobre ellos, los partió y se los iba dando a los discípulos para que se los sirvieran a la gente. Comieron todos y se saciaron, y recogieron lo que les había sobrado: doce cestos de trozos.
Lunes 20
2 Re 17, 5-8. 13-15ª. 18. El Señor arrojó de su presencia a Israel, y solo quedó la tribu de Judá.
Sal 59. Que tu mano salvadora, Señor, nos responda.
Mt 7, 1-5. Sácate primero la viga del ojo.
Martes 21
San Luis Gonzaga, religioso. Memoria.
2 Re 19, 9b-11. 14-21. 31-35a. 36. Yo escudaré a esta ciudad para salvarla, por mi honor y el de David.
Sal 47. Dios ha fundado su ciudad para siempre.
Mt 7, 6. 12-14. Tratad a los demás como queréis que ellos os traten.
Miércoles 22
2 Re 22, 8-13; 23, 1-3. El rey leyó al pueblo el libro de la alianza encontrado en el templo y selló ante el Señor la alianza.
Sal 118. Muéstrame, Señor, el camino de tus leyes.
Mt 7, 15-20. Por sus frutos los conoceréis.
Jueves 23
2 Re 24, 8-17. Nabucodonosor deportó a Jeconías y a todos los ricos de Babilonia.
Sal 78. Líbranos, Señor, por el honor de tu nombre.
Mt 7, 21-19. La casa edificada sobre roca y la casa edificada sobre arena.
Viernes 24
Natividad de San Juan Bautista. Solemnidad.
Is 49, 1-6. Te hago luz de las naciones.
Sal 138. Te doy gracias, porque me has plasmado portentosamente.
Hch 13, 22-26. Juan predicó antes de que llegara Jesús.
Lc 1, 57-66. 80. Juan es su nombre.
Sábado 25
Lam 2, 2. 10-14. 18-19. Grita al Señor, laméntate, Sión.
Sal 73. No olvides sin remedio la vida de tus pobres.
Mt 8, 5-17. Vendrán muchos de oriente y occidente y se sentarán con Abrahán, Isaac y
Jacob.
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