LECTURAS 2022


Lectura del santo Evangelio según san Juan 1. 1-18

    En el principio existía el Verbo y el Verbo estaba junto a Dios, y el Verbo era Dios.

    Él estaba en el principio junto a Dios.

    Por medio de él se hizo todo, y sin él no se hizo nada de cuanto se ha hecho.

    En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.

    Y la luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no la recibió.

    Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él.

    No era él la luz, sino el que daba testimonio de la luz.

    El Verbo era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre, viniendo al mundo.

    En el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de él, y el mundo no la conoció.

    Vino a su casa, y los suyos no la recibieron.

    Pero a cuantos la recibieron, les dio poder de ser hijos de Dios, a los que creen en su nombre.

    Éstos no han nacido de sangre, ni de deseo de carne, ni de deseo de varón, sino que han nacido de Dios.

    Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria como del Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.

    Juan da testimonio de él y grita diciendo: «Este es de quien dije: el que viene detrás de mí se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo».

    Pues de su plenitud todos hemos recibido, gracia tras gracia.

    Porque la ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad nos han llegado por medio de Jesucristo.

    A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios unigénito, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer.

SEMANA DE NAVIDAD

Lunes 26

- Hch 6, 8-10; 7, 54-59. Veo los cielos abiertos.

- Sal 30. A tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.

- Mt 10, 17-22. No seréis vosotros los que habléis, sino el Espíritu de vuestro Padre.

Martes 27

- 1 Jn 1, 1-4. Eso que hemos visto y oído os lo anunciamos.

- Sal 96. Alegraos, justos, con el Señor.

- Jn 20, 1a. 2-8. El otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al

sepulcro.

Miércoles 28

- 1 Jn 1, 5 — 2, 2. La sangre de Jesús nos limpia de todo pecado.

- Sal 123. Hemos salvado la vida, como un pájaro de la trampa del cazador.

- Mt 2, 13-18. Herodes mató a todos los niños en Belén.

Jueves 29

- 1 Jn 2, 3-11. Quien ama a su hermano permanece en la luz.

- Sal 95. Alégrese el cielo, goce la tierra.

- Lc 2, 22-35. Luz para alumbrar a las naciones.

Viernes 30

- Eclo 3, 2-6. 12-14. Quien teme al Señor honrará a sus padres.

o bien: Col 3, 12-21. La vida de familia en el Señor.

- Sal 127. Dichosos los que temen al Señor y siguen sus caminos.

- Mt 2, 13-15. 19-23. Toma al niño y a su madre y huye a Egipto.

Sábado 31

- 1 Jn 2, 18-21. Estáis ungidos por el Santo, y todos vosotros lo conocéis.

- Sal 95. Alégrese el cielo, goce la tierra.

- Jn 1, 1-18. El Verbo se hizo carne


Lectura del santo Evangelio según san Mateo 1, 18-24

    La generación de Jesucristo fue de esta manera:

    María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo.

    José, su esposo, que era justo y no quería difamarla, decidió repudiarla en privado. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo:

    «José, hijo de David, no temas acoger a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados».

    Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por medio del profeta:

    «Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa “Dios-con-nosotros”».

    Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y acogió a su mujer.

 

IV semana de Adviento


Lunes 19

Jue 13, 2-7. 24-25a. El ángel anuncia el nacimiento de Sansón.

Sal 70. Que mi boca esté llena de tu alabanza y cante tu gloria.

Lc 1, 5-25. El ángel Gabriel anuncia el nacimiento de Juan Bautista.

Martes 20

Is 7,10-14. Mirad: la Virgen está en cinta.

Sal 23. Va a entrar el Señor, Él es el Rey de la gloria.

Lc 1,26-38. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo.

Miércoles 21

Cant 2, 8-14. Llega mi amado, saltando sobre los montes.

o bien: Sof 3, 14-18a. El Señor será el rey de Israel, en medio de ti.

Sal 32. Aclamad, justos, al Señor, cantadle un cántico nuevo.

Lc 1, 39-45. ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?

Jueves 22

1 Sam 1, 24-28. Ana da gracias por el nacimiento de Samuel.

Salmo: 1 Sam 2, 1-8. Mi corazón se regocija por el Señor, mi Salvador.

Lc 1, 46-56. El Poderoso ha hecho obras grandes por mí.

Viernes 23

Mal 3, 1-4. 23-24. Os enviaré al profeta Elías antes de que llegue el día del Señor.

Sal 24. Levantaos, alzad la cabeza: se acerca vuestra liberación.

Lc 1, 57-66. El nacimiento de Juan Bautista.

Sábado 24

2 Sam 7, 1-5. 8b-12. 14a. 16. El reino de David durará por siempre en la presencia del

Señor.

Sal 88. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.

Lc 1, 67-79. Nos visitará el sol que nace de lo alto.


Lectura del santo Evangelio según san Mateo 11, 2-11

    En aquel tiempo, Juan, que había oído en la cárcel las obras del Mesías, mandó a sus discípulos a preguntarle.

    «¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?».

Jesús les respondió:

    «Id a anunciar a Juan lo que estáis viendo y oyendo: los ciegos ven, y los cojos andan; los leprosos quedan limpios, y los sordos oyen; los muertos resucitan, y los pobres son evangelizados. ¡Y bienaventurado el que no se escandalice de mí!». Al irse ellos, Jesús se puso a hablar a la gente sobre Juan:

    «¿Qué salisteis a contemplar en el desierto, una caña sacudida por el viento? ¿O qué fuisteis a ver, un hombre vestido con lujo? Mirad, los que visten con lujo habitan en los palacios. Entonces, ¿a qué salisteis?, ¿a ver a un profeta?

    Sí, os digo, y más que profeta. Este es de quien está escrito:

    Yo envío mi mensajero delante de ti, el cual preparará tu camino ante ti”.

    En verdad os digo que no ha nacido de mujer uno más grande que Juan el Bautista; aunque el más pequeño en el reino de los cielos es más grande que él».


III semana de Adviento


Lunes 12

Núm 24, 2-7. 15-17a. Avanza la constelación de Jacob.

Sal 24. Señor, instrúyeme en tus sendas.

Mt 21, 23-27. El bautismo de Juan ¿de dónde venía?

Martes 13

Santa Lucía, virgen y mártir.

Sof 3, 1-2. 9-13. Se promete la salvación mesiánica a todos los pobres.

Sal 33. Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha.

Mt 21, 28-32. Vino Juan, y los pecadores le creyeron.

Miércoles 14

San Juan de la Cruz, presbítero y doctor.

Is 45, 6b-8. 18. 21b-25. Cielos, destilad el rocío.

Sal 84. Cielos, destilad el rocío; nubes, derramad al Justo.

Lc 7, 19-23. Anunciad a Juan lo que habéis visto y oído.

Jueves 15

Is 54,1-10. Como a mujer abandonada te vuelve a llamar el Señor.

Sal 29. Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.

Lc 7,24-30. Juan es el mensajero que prepara el camino del Señor.

Viernes 16

Is 56,1-3a.6-8. A mi casa la llamarán casa de oración todos los pueblos.

Sal 66. Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.

Jn 5,33-36. Juan es la lámpara que arde y brilla.

Sábado 17

Gén 49, 1-2. 8-10. No se apartará de Judá el cetro.

Sal 71. Que en sus días florezca la justicia, y la paz abunde eternamente.

Mt 1, 1-17. Genealogía de Jesucristo, hijo de David.


Lectura del santo Evangelio según san Mateo 3, 1-12

    Por aquellos días, Juan el Bautista se presentó en el desierto de Judea, predicando:

    «Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos».

    Este es el que anunció el profeta Isaías, diciendo:

    «Voz del que grita en el desierto:

    Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos”».

    Juan llevaba un vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre.

    Y acudía a él toda la gente de Jerusalén, de Judea y de la comarca del Jordán; confesaban sus pecados; y él los bautizaba en el Jordán.

    Al ver que muchos fariseos y saduceos venían a que los bautizará, les dijo:

    «¡Raza de víboras!, ¿quién os ha enseñado a escapar del castigo inminente?

    Dad el fruto que pide la conversión.

    Y no os hagáis ilusiones, pensando: “Tenemos por padre a Abrahán”, pues os digo que Dios es capaz de sacar hijos de Abrahán de estas piedras.

    Ya toca el hacha la raíz de los árboles, y todo árbol que no dé buen fruto será talado y echado al fuego.

    Yo os bautizo con agua para que os convirtáis; pero el que viene detrás de mí es más fuerte que yo y no merezco ni llevarle las sandalias.

    Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego.

    Él tiene el bieldo en la mano: aventará su parva, reunirá su trigo en el granero y quemará la paja en una hoguera que no se apaga».


II semana de Adviento

 

Lunes 5

Is 35, 1-10. Dios viene en persona y os salvará.

Sal 84. Nuestro Señor viene y nos salvará.

Lc 5, 17-26. Hoy hemos visto cosas admirables.

Martes 6

Is 40,1-11. Dios consuela a su pueblo.

Sal 95. Nuestro Dios llega con poder.

Mt 18,12-14. Dios no quiere que se pierda ni uno de estos pequeños.

Miércoles 7

San Ambrosio, obispo y doctor.

Is 40, 25-31. El Señor todopoderoso da fuerza al cansado.

Sal 102. Bendice, alma mía, al Señor.

Mt 11, 28-30. Venid a mí todos los que estáis cansados.

Jueves 8

La Inmaculada Concepción de Santa María Virgen. Solemnidad.

Gén 3, 9-15. 20. Establezco hostilidades entre tu estirpe y la de la mujer.

Sal 97. Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas.

Ef 1, 3-6. 11-12. Nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo.

Lc 1, 26-38. Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.

Viernes 9.

Is 48,17-19. Si hubieras atendido a mis mandatos.

Sal 1. El que te sigue, Señor, tendrá la luz de la vida.

Mt 11,16-19. No escuchan ni a Juan ni al Hijo del hombre.

Sábado 10

Eclo 48, 1-4. 9-11. Elías volverá.

Sal 79. Oh, Dios restáuranos, que brille tu rostro y nos salve.

Mt 17, 10-13. Elías ya ha venido, y no lo reconocieron.


Lectura del santo Evangelio según san Mateo 24, 37-44

    En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

    «Cuando venga el Hijo del hombre, pasará como en tiempo de Noé.

    En los días antes del diluvio, la gente comía y bebía y se casaban los hombres y las mujeres tomaban esposo, hasta el día en que Noé entró en el arca; y cuando menos lo esperaban llegó el diluvio y se los llevó a todos; lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre: dos hombres estarán en el campo: a uno se lo llevarán y a otro lo dejarán; dos mujeres estarán moliendo, a una se la llevarán y a otra la dejarán. Por tanto, estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor.

    Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría que abrieran un boquete en su casa.

    Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre».

 

I semana de Adviento


Lunes 28

Is 2,1-5. El Señor reúne a todas las naciones en la paz eterna del reino de Dios.

o bien: Is 4,2-6. El vástago del Señor será ornamento para los supervivientes.

Sal 121. Vamos alegres a la casa del Señor.

Mt 8,5-11. Vendrán muchos de oriente y occidente al reino de los cielos.

Martes 29

Is 11,1-10. Sobre él se posará el espíritu del Señor.

Sal 71. Que en sus días florezca la justicia y la paz abunde eternamente.

Lc 10,21-24. Jesús, lleno de la alegría del Espíritu Santo.

Miércoles 30

San Andrés, apóstol.

Rom 10,9-18. La fe nace del mensaje, y el mensaje consiste en hablar de Cristo.

Sal 18. A toda la tierra alcanza su pregón.

Mt 4,18-22. Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.


Jueves 1

Is 26,1-6. Que entre un pueblo justo, que observa la lealtad.

Sal 117. Bendito el que viene en nombre del Señor.

Mt 7,21.24-27. El que cumple la voluntad del Padre entrará en el reino de los cielos.

Viernes 2

Is 29,17-24. Aquel día, verán los ojos de los ciegos.

Sal 26. El Señor es mi luz y mi salvación.

Mt 9,27-31. Jesús cura a dos ciegos que creen en Él.

Sábado 3

San Francisco Javier, presbítero.

Is 30,19-21.23-26. Se apiadará a la voz de tu gemido.

Sal 146. Dichosos los que esperan en el Señor.

Mt 9,35-10,1.6-8. Al ver a las gentes, se compadecía de ellas.


20/11/2022 - Domingo. Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo.

Lectura del santo Evangelio según san Lucas 23, 35-43

    En aquel tiempo, los magistrados hacían muecas a Jesús, diciendo:

«A otros ha salvado; que se salve a si mismo, si él es el Mesías de Dios, el Elegido».

    Se burlaban de él también los soldados, que se acercaban y le ofrecían vinagre, diciendo:

    «Si eres tú el rey de los judíos, sálvate a ti mismo». Había también por encima de él un letrero:

    «Este es el rey de los judíos».

    Uno de los malhechores crucificados lo insultaba, diciendo:

    «¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros». Pero el otro, respondiéndole e increpándolo, le decía:

    «¿Ni siquiera temes tú a Dios, estando en la misma condena? Nosotros, en verdad, lo estamos justamente, porque recibimos el justo pago de lo que hicimos; en cambio, este no ha hecho nada malo». Y decía:

    «Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino». Jesús le dijo:

    «En verdad te digo: hoy estarás conmigo en el paraíso».

XXXIV semana del Tiempo Ordinario.

Lunes 21

Ap 14,1-3.4b-5. Llevaban grabado en la frente el nombre de Cristo y el de su Padre.

Sal 23. Este es el grupo que viene a tu presencia, Señor.

Lc 21,1-4. Vio una viuda pobre que echaba dos reales.

Martes 22

Santa Cecilia, virgen y mártir.

.Ap 14,14-19. Ha llegado la hora de la siega, pues la mies de la tierra está más que

madura.

Sal 95. El Señor llega a regir la tierra.

Lc 21,5-11. No quedará piedra sobre piedra.

Miércoles 23

Ap 15,1-4. Cantaban el cántico de Moisés y el cántico del Cordero.

Sal 97. Grandes y maravillosas son tus obras, Señor, Dios omnipotente.

Lc 21,12-19. Todos os odiarán por causa mía, pero ni un cabello de vuestra cabeza

perecerá.

Jueves 24

Ap 18, 1-2.21-23; 19,1-3.9a. ¡Cayó la gran Babilonia!

Sal 99. Dichosos los invitados al banquete de bodas del Cordero.

Lc 21,20-28. Jerusalén será pisoteada por los gentiles, hasta que a los gentiles les llegue

su hora.

Viernes 25

Ap 20, 1-4.11-21,2. Los muertos fueron juzgados según sus obras. Vi la nueva Jerusalén

que descendía del cielo.

Sal 83. Esta es la morada de Dios con los hombres.

Lc 21,29-33. Cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que está cerca el reino de

Dios.

Sábado 26

Ap 22,1-7. Ya no habrá más noche, porque el Señor irradiará luz sobre ellos.

Sal 94. Marana tha. Ven, Señor Jesús.

Lc 21,34-36. Estad siempre despiertos, para escapar de todo lo que está por venir.


Lectura del santo Evangelio según san Lucas 21. 5-19

    En aquel tiempo, como algunos hablaban del templo, de lo bellamente adornado que estaba con piedra de calidad y exvotos, Jesús les dijo.

    «Esto que contempláis, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea destruida».

    Ellos le preguntaron:

«Maestro, ¿cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder?». Él dijo:

    «Mirad que nadie os engañe. Porque muchos vendrán en mi nombre diciendo: “Yo soy”, o bien: “Esta llegando el tiempo”; no vayáis tras ellos.

    Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico.

    Porque es necesario que eso ocurra primero, pero el final no será enseguida». Entonces les decía:

    «Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países, hambres y pestes.

    Habrá también fenómenos espantosos y grandes signos en el cielo.

    Pero antes de todo eso os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a las cárceles, y haciéndonos comparecer ante reyes y gobernadores, por causa de mi nombre. Esto os servirá de ocasión para dar testimonio. Por ello, meteos bien en la cabeza que no tenéis que preparar vuestra defensa, porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro.

    Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os entregarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán por causa de mi nombre.

    Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas».

XXXIII semana del Tiempo Ordinario.

Lunes 14

Ap 1,1-4; 2,1-5a. Recuerda de dónde has caído y arrepiéntete.

Sal 1. Al que salga vencedor le daré a comer del árbol de la vida.

Lc 18,35-43. ¿Qué quieres que haga por ti? Señor, que vea otra vez.

Martes 15

Ap 3, 1-6.14-22. Si alguien me abre, entraré y comeremos juntos.

Sal 14. Al que salga vencedor lo sentaré en mi trono, junto a mí.

Lc 19,1-10. El Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido.

Miércoles 16

Ap 4,1-11. Santo es el Señor, soberano de todo: el que era y es y viene.

Sal 150. Santo, Santo, Santo es el Señor, soberano de todo.

Lc 19,11-28. ¿Por qué no pusiste mi dinero en el banco?

Jueves 17

Santa Isabel de Hungría.

Ap 5,1-10. El Cordero fue degollado y con su sangre nos compró de toda nación.

Sal 149. Has hecho de nosotros para nuestro Dios un reino de sacerdotes.

Lc 19,41-44. ¡Si comprendieras lo que conduce a la paz!

Viernes 18

Ap 10,8-11. Cogí el librito y me lo comí.

Sal 118. ¡Qué dulce al paladar tu promesa!

Lc 19,45-48. Habéis convertido la casa de Dios en una cueva de bandidos.

Sábado 19

Ap 11,4-12. Estos dos profetas eran un tormento para los habitantes de la tierra.

Sal 143. Bendito el Señor, mi roca.

Lc 20,27- 40. No es Dios de muertos, sino de vivos.


Lectura del santo Evangelio según san Lucas 20, 27-38

    En aquel tiempo, se acercaron algunos saduceos, los que dicen que no hay resurrección, y preguntaron a Jesús:

    «Maestro, Moisés nos dejó escrito: “Si a uno se le muere su hermano, dejando mujer, pero sin hijos, que tome la mujer como esposa y dé descendencia a su hermano”. Pues bien, había siete hermanos; el primero se casó y murió sin hijos. El segundo y el tercero se casaron con ella, y así los siete, y murieron todos sin dejar hijos. Por último, también murió la mujer. Cuando llegue la resurrección, ¿de cuál de ellos será la mujer? Porque los siete la tuvieron como mujer». Jesús les dijo:

    «En este mundo los hombres se casan y las mujeres toman esposo, pero los que sean juzgados dignos de tomar parte en el mundo futuro y en la resurrección de entre los muertos no se casarán ni ellas serán dadas en matrimonio. Pues ya no pueden morir, ya que son como ángeles; y son hijos de Dios, porque son hijos de la resurrección.

    Y que los muertos resucitan, lo indicó el mismo Moisés en el episodio de la zarza, cuando llama al Señor “Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob”. No es Dios de muertos, sino de vivos: porque para él todos están vivos».

XXXII semana del Tiempo Ordinario.

Lunes 7

Tit 1,1-9. Establece presbíteros, siguiendo las instrucciones que te di.

Sal 23. Este es el grupo que viene a tu presencia, Señor.

Lc 17,-6. Si siete veces viene a decirte: "lo siento", lo perdonarás.

Martes 8

Tit 2, 1-8. 11-14. Llevemos una vida piadosa, aguardando la dicha que

esperamos y la manifestación del Dios y Salvador nuestro, Jesucristo.

Sal 36. El Señor es quien salva a los justos.

Lc 17, 7-10. Somos siervos inútiles, hemos hecho lo que teníamos que hacer.

Miércoles 9

Dedicación de la Basílica de Letrán.

Ez 47, 1-2.8-9.12. Vi que manaba agua del lado derecho del templo, y habrá vida dondequiera que llegue la corriente.

o bien: 1Co 3,9c-11.16-17. Sois templo de Dios.

Sal 45. El correr de las acequias alegra la ciudad de Dios, el Altísimo consagra su morada.

Jn 2,23-22. Hablaba del templo de su cuerpo.

Jueves 10

San León Magno, papa y doctor.

Flm 7-20. Recíbelo, no como esclavo, sino como hermano querido.

Sal 145. Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob.

Lc 17,20-25. El reino de Dios está dentro de vosotros.

Viernes 11

San Martín de Tours, obispo.

2Jn 4-9. Quien permanece en la doctrina posee al Padre y al Hijo.

Sal 118. Dichoso el que camina en la voluntad del Señor.

Lc 17,26-37. El día que se manifieste el Hijo del hombre.

Sábado 12

3Jn 5-8. Debemos sostener a los hermanos, cooperando así en la propagación de la verdad.

Sal 111. Dichoso quien teme al Señor.

Lc 18,1-8. Dios hará justicia a sus elegidos que le gritan.


Lectura del santo Evangelio según san Lucas 18, 9-14

    En aquel tiempo, Jesús dijo esta parábola a algunos que se confiaban en sí mismos por considerarse justos y despreciaban a los demás:

    «Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era fariseo; el otro, un publicano. El fariseo, erguido, oraba así en su interior:

    ¡Oh Dios!, te doy gracias, porque no soy como los demás hombres: ladrones, injustos, adúlteros; ni tampoco como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todo lo que tengo”. El publicano, en cambio, quedándose atrás, no se atrevía ni a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho diciendo:

    ¡Oh Dios!, ten compasión de este pecador”.

    Os digo que este bajó a su casa justificado, y aquél no. Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido».

XXX semana del Tiempo Ordinario.

Lunes 24

San Antonio María Claret, presbítero.

Ef 4,32-5,8. Vivid en el amor como Cristo.

Sal 1. Seamos imitadores de Dios, como hijos queridos.

Lc 13,10-17. A esta, que es hija de Abraham, ¿no había que soltarla en sábado?

Martes 25

Ef 5,21-33. Es este un gran misterio, referido a Cristo y a la Iglesia.

Sal 127. Dichosos los que temen al Señor.

Lc 13,18-21. Crece el grano y se hace un arbusto.

Miércoles 26

Ef 6,1-9. No como quien sirve a los hombres, sino como esclavos de Cristo.

Sal 144. El Señor es fiel a sus palabras.

Lc 13,22-30. Vendrán de Oriente y Occidente y se sentarán en la mesa en el Reino de Dios.

Jueves 27

Ef 6,10-20. Tomad las armas de Dios para poder mantener las posiciones.

Sal 143. Bendito el Señor, mi Roca.

Lc 131-35. No cabe que un profeta muera fuera de Jerusalén.

Viernes 28

San Simón y san Judas, apóstoles.

Ef 2,19-22. Estáis edificados sobre el cimiento de los apóstoles.

Sal 18. A toda la tierra alcanza su pregón.

Lc 6,12-19. Escogió a doce de ellos y los nombró apóstoles.

Sábado 29

Flp 1,18b-26. Para mí la vida es Cristo, y una ganancia el morir.

Sal 41. Mi alma tiene sed del Dios vivo.

Lc 14,1.7-11. El que se enaltece será humillado, el que se humilla será enaltecido.


Lectura del santo Evangelio según san Lucas 18, 1-8

    En aquel tiempo, Jesús, para explicar a sus discípulos cómo tenían que orar siempre sin desanimarse, les propuso esta parábola:

    «Había un juez en una ciudad que ni temía a Dios ni le importaban los hombres.

    En la misma ciudad había una viuda que solía ir a decirle:

    Hazme justicia frente a mi adversario”.

    Por algún tiempo se negó, pero después se dijo:

    Aunque ni temo a Dios ni me importan los hombres, como esta viuda me está molestando, le voy hacer justicia, no sea que siga viniendo a cada momento a importunarme”». Y el Señor añadió:

    «Fijaos en lo que dice el juez injusto; pues Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos que claman ante el día y noche?; ¿o les dará largas? Os digo que les hará justicia sin tardar. Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?».


XXIX semana de Tiempo Ordinario.

Lunes 17

San Ignacio de Antioquia, obispo y mártir. Memoria.

Ef 2,1-10. Nos ha hecho revivir con Cristo y nos ha sentado en el cielo con él.

Sal 99. El Señor nos hizo y somos suyos.

Lc 12,13-21. Lo que has acumulado, ¿de quién será?

Martes 18

San Lucas, evangelista. Fiesta.

2Tim 4,9-17a. Solo Lucas está conmigo.

Sal 144. Que tus fieles, Señor, proclamen la gloria de tu reinado.

Lc 10,1-9. La mies es abundante y los obreros pocos.

Miércoles 19

Ef 3,2-12. El Misterio de Cristo ha sido revelado ahora: que también los gentiles son coherederos de la promesa.

Salmo: Is 12,2-6. Sacaréis aguas con gozo de las fuentes de la salvación.

Lc 12,39-48. Al que mucho se le dio, mucho se le exigirá.

Jueves 20

Ef 3,14-21. Que el amor sea vuestra raíz y vuestro cimiento; así llegaréis a vuestra plenitud, según

la Plenitud total de Dios.

Sal 32: La misericordia del Señor llena la tierra.

Lc 12,49-53. No he venido a traer paz, sino división.

Viernes 21

Ef 4,1-6. Un solo cuerpo, un Señor, una fe, un bautismo.

Sal 23: Este, Señor, es el grupo que busca tu presencia.

Lc 12, 54-59. Si sabéis interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo no sabéis interpretar el

tiempo presente?

Sábado 22

Ef 4,7-16. Cristo es la cabeza; de él todo el cuerpo procura el crecimiento.

Sal 121: Llenos de alegría vamos a la casa del Señor.

Lc 13,1-9. Si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera.


Lectura del santo Evangelio según san Lucas 17, 11-19

    Una vez, yendo Jesús camino de Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea. Cuando iba a entrar en una ciudad, vinieron a su encuentro diez hombres leprosos, que se pararon a lo lejos y a gritos le decían:

«Jesús, maestro, ten compasión de nosotros». Al verlos, les dijo:

«Id a presentaros a los sacerdotes».

    Y sucedió que, mientras iban de camino, quedaron limpios. Uno de ellos, viendo que estaba curado, se volvió alabando a Dios a grandes gritos y se postró a los pies de Jesús, rostro en tierra, dándole gracias.

    Este era un samaritano.

    Jesús tomó la palabra y dijo:

«¿No han quedado limpios los diez?; los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha habido quien volviera a dar gloria a Dios más que este extranjero?». Y le dijo:

«Levántate, vete; tu fe te ha salvado».

XXVIII semana del Tiempo Ordinario.

Lunes 10

Gal 4,22-24.26-27.31-5,1. No somos hijos de esclava, sino de la mujer libre.

Sal 112. Bendito sea el nombre del Señor por siempre.

Lc 11,29-32. A esta generación no se le dará más signo que el signo de Jonás.

Martes 11

Gal 5,1-6. Da lo mismo estar circuncidado o no; lo único que cuenta es una fe activa en la

práctica del amor.

Sal 118. Señor, que me alcance tu favor.

Lc 11,37-41. Dad limosna, y lo tendréis limpio todo.

Miércoles 12

Nuestra Señora del Pilar. Fiesta.

1Cron 15,3-4.15-16. 16,1-2. Metieron el arca de Dios y la instalaron en el centro de la tienda

que David le había preparado.

O bien: Hch 1,12-14. Se dedicaban a la oración junto con María, la Madre de Jesús.

Sal 26: El Señor me ha coronado, sobre la columna me ha exaltado.

Lc 11,27-28. Dichoso el vientre que te llevó.

Jueves 13

Ef 1,1-10. Nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo.

Sal 97. El Señor da a conocer su victoria.

Lc 11,47-54. Se pedirá cuenta de la sangre de los profetas, desde la sangre de Abel hasta la de

Zacarías.

Viernes 14

Ef 1,11-14. Ya esperábamos en Cristo, y también vosotros habéis sido marcados con el Espíritu

Santo.

Sal 32: Dichoso el pueblo que el Señor se escogió como heredad.

Lc 12,1-7. Los pelos de vuestra cabeza están contados.

Sábado 15

Santa Teresa de Jesús, virgen y doctora.

Si 15,1-6. Lo llena de inteligencia y de sabiduría.

Sal 88. Contaré tu fama a mis hermanos, en medio de la asamblea te alabaré.

Mt 11,25-30. Soy manso y humilde de corazón.


Lectura del santo Evangelio según san Lucas 17, 5-10

En aquel tiempo, los apóstoles le dijeron al Señor:

    «Auméntanos la fe». El Señor dijo:

    «Si tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a esa morera:     “Arráncate de raíz y plántate en el mar”, y os obedecería.

¿Quién de vosotros, si tiene un criado labrando o pastoreando, le dice cuando vuelve del campo, “Enseguida, ven y ponte a la mesa”?

    ¿No le diréis más bien: “Prepárame de cenar, cíñete y sírveme mientras como y bebo, y después comerás y beberás tú”? ¿Acaso tenéis que estar agradecidos al criado porque ha hecho lo mandado? Lo mismo vosotros: cuando hayáis hecho todo lo que se os ha mandado, decid: “Somos siervos inútiles, hemos hecho lo que teníamos que hacer”».

XXVII semana del Tiempo Ordinario.

Lunes 3

Gál 1, 6-12. No he recibido ni aprendido de ningún hombre el Evangelio, sino por

revelación de Jesucristo.

Sal 110. El Señor recuerda siempre su alianza.

Lc 10, 25-37. ¿Quién es mi prójimo?.

Martes 4

San Francisco de Asís

Gál 1, 13-24. Reveló a su Hijo en mí para que lo anunciara entre los gentiles.

Sal 138. Guíame, Señor, por el camino eterno.

Lc 10, 38-42. Marta lo recibió en su casa. María ha escogido la parte mejor.

Miércoles 5

Témporas de acción de gracias y de petición.

Dt 8, 7-18. Dios te da la fuerza para adquirir esa riqueza.

Sal 1 Crón 29, 10-12. Tú eres Señor del universSan francisco de Asís.

2 Cor 5, 17-21. Os pedimos que os reconciliéis con Dios.

Mt 7, 7-11. Todo el que pide recibe.

Jueves 5

Gál 3, 1-5. ¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley o por haber escuchado con fe?

Salmo: Lc 1, 69-75.. Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado a su pueblo.

Lc 11, 5-13. Pedid y se os dar

Viernes 7

Bienaventurada Virgen María del Rosario.

Gál 3, 7-14. Los que viven de la fe son bendecidos con Abrahán el fiel.

Sal 110. El Señor recuerda siempre su alianza.

Lc 11, 15-26. Si yo echo los demonios con el dedo de Dios, es que el reino de Dios ha

llegado a vosotros.

Sábado 8

Gál 3, 22-29. Todos sois hijos de Dios por la fe.

Sal 104. El Señor se acuerda de su alianza eternamente.

Lc 11, 27-28. Bienaventurado el vientre que te llevó. Mejor, bienaventurados los que

escuchan la palabra de Dios.


Lectura del santo Evangelio según san Lucas 16, 19-31

    En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos:

- «Había un hombre rico que se vestía de púrpura y de lino y banqueteaba cada día.

    Y un mendigo llamado Lázaro estaba echado en su portal, cubierto de llagas, y con ganas de saciarse de lo que caía de la mesa del rico.

    Y hasta los perros venían y le lamían las llagas.

    Sucedió que se murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abrahán.

    Murió también el rico y fue enterrado. Y, estando en el infierno, en medio de los tormentos, levantó los ojos y vio de lejos a Abrahán, y a Lázaro en su seno, y gritando, dijo: “Padre Abrahán, ten piedad de mí y manda a Lázaro que moje en agua la punta del dedo y me refresque la lengua, porque me torturan estas llamas”.

    Pero Abrahán le dijó:

Hijo, recuerda que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro, a su vez, males: por eso ahora él aquí consolado, mientras que tú eres atormentado.

    Y además, entre nosotros y vosotros se abre un abismo inmenso, para que quieran cruzar desde aquí hacia vosotros no puedan hacerlo, ni tampoco pasar de ahí hasta nosotros”.

    El dijo:

Te ruego, entonces, padre, que mandes a Lázaro a casa de mi padre, pues tengo cinco hermanos: que les dé testimonio de estas cosas, no sea que también vengan ellos a este lugar de tormento”.

    Abrahán le dice:

Tienen a Moisés y a los profetas: que los escuchen”.

    Pero él de dijo:

No, padre Abrahán. Pero si un muerto va a ellos, se arrepentirán” Abrahán le dijo:

Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no se convencerán ni, aunque resucite un muerto”».

XXVI semana del Tiempo Ordinario.

Lunes 26

Jb 1,6-22. El Señor me lo dio, el Señor me lo quitó; bendito sea el nombre del Señor.

Sal 16. Inclina el oído y escucha mis palabras.

Lc 9,46-50. El más pequeño de vosotros es el más importante.

Martes 27

San Vicente de Paúl, presbítero. Memoria.

Jb 3,1-3.11-17.20.23. ¿Por qué dio luz a un desgraciado?

Sal 87. Llegue, Señor, hasta ti mi súplica.

Lc 9,51-56. Tomó la decisión de ir a Jerusalén.

Miércoles 28

Jb 9,1-12.14-16. El hombre no es justo frente a Dios.

Sal 87. Llegue, Señor, hasta ti mi súplica.

Lc 9,57-62. Te seguiré a donde vayas.

Jueves 29

Santos arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael.

Dn 7,9-10.13-14. Miles y miles le servían.

O bien: Ap12,7-12a. Miguel y sus ángeles declararon la guerra al dragón.

Sal 137. Delante de los ángeles tañeré para ti, Señor.

Jn 1,47-51. Veréis a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre.

Viernes 30

San Jerónimo, presbítero y doctor de la Iglesia. Memoria.

Jb, 38,1-12.21;40,3-5. ¿Has mandado a la mañana, o has entrado por los hontanares del mar?

Sal 138. Guíame, Señor, por el camino eterno.

Lc 10,13-16. Quien me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado.

Sábado 1

Santa Teresa del Niño Jesús, virgen y doctora de la Iglesia. Memoria.

Jb 42,1-3.5-6.12-16. Ahora te han visto mis ojos, por eso me retracto.

Sal 118. Haz brillar, Señor, tu rostro sobre tu siervo.

Lc 10,17-24. Estad alegres porque vuestros nombres están escritos en el cielo.


Lectura del santo Evangelio según san Lucas 16, 1-13

    En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

    «Un hombre rico tenía un administrador, a quien acusaron ante él de derrochar sus bienes.

    Entonces lo llamó y le dijo:

    ¿Qué es eso que estoy oyendo de ti? Dame cuenta de tu administración, porque en adelante no podrás seguir administrando”.

El administrador se puso a decir para sí:

    ¿Qué voy a hacer, pus mi señor me quita la administración? Para cavar no tengo fuerzas; mendigar me da vergüenza. Ya sé lo que voy a hacer para que, cuando me echen de la administración, encuentre quien me reciba en su casa”.

Fue llamando uno a uno a los deudores de su amo y dijo al primero:

    ¿Cuánto debes a mi amo?”.

Este respondió:

    Cien barriles de aceite”.

Él le dijo:

    Aquí está tu recibo; aprisa, siéntate y escribe cincuenta”.

Luego dijo a otro:

    Y tú, ¿cuánto debes?”.

Él contestó:

    Cien fanegas de trigo”.

Le dijo:

    Aquí está tu recibo, escribe ochenta”.

    Y el amo felicitó al administrador injusto, por la astucia con que había procedido. Ciertamente, los hijos de este mundo son más astutos con su gente que los hijos de la luz.

    Y yo os digo: ganaos amigos con el dinero de iniquidad, para que, cuando os falte, os reciban en las moradas eternas.

    El que es de fiar en lo poco, también en lo mucho es fiel; el que es injusto en lo poco, también en lo mucho es injusto.

    Pues, si no fuisteis fieles en la riqueza injusta, ¿quién os confiará la verdadera? Si no fuisteis fieles en lo ajeno, ¿lo vuestro, quién os lo dará?

    Ningún siervo puede servir a dos señores, porque, o bien aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero».


XXV semana del Tiempo Ordinario.

Lunes 19

Prov 3,27-34. El Señor aborrece al perverso.

Sal 14. El justo habitará en tu monte santo, Señor.

Lc 8,16-18. El candil se pone en el candelero para que los que entran tengan luz.

Martes 20

San Andrés Kim Taegon, presbítero, y san Pablo Chong Hasang, y

compañeros, mártires. Memoria.

Prov 21,1-6.10-13. Diversas sentencias.

Sal 118. Guíame, Señor, por la senda de tus mandatos.

Lc 8,19-21. Mi madre y mis hermanos son estos: los que escuchan la Palabra de Dios y la ponen

por obra.

Miércoles 21

San Mateo, apóstol y evangelista. Fiesta.

Ef 4,1-7.11-13. Él ha constituido a unos apóstoles, a otros evangelizadores.

Sal 18. A toda la tierra alcanza su pregón.

Mt 9,9-13. Mateo, sígueme. Él se levantó y lo siguió.

Jueves 22

Qo 1,2-11. Nada nuevo hay bajo el sol.

Sal 89. Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación.

Lc 9,7-9. A Juan lo mandé decapitar yo. ¿Quién es este de quien oigo semejantes cosas?

Viernes 23

San Pío de Pietrelcina, presbítero. Memoria.

Qo 3,1-11. Todas las tareas bajo el cielo tienen su momento.

Sal 143. Bendito el Señor, mi roca.

Lc 9,18-22. Tú eres el Mesías de Dios. El Hijo del hombre tiene que padecer mucho.

Sábado 24

Qo 11,9-12,8. Acuérdate de tu Hacedor durante la juventud, antes de que el polvo vuelva a la

tierra y el espíritu vuelva a Dios.

Sal 89. Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación.

Lc 9,43b-45. Al Hijo de hombre lo van a entregar. Les daba miedo preguntarle por el asunto.


Lectura del santo Evangelio según san Lucas 15, 1-32

    En aquel tiempo, solían acercarse a Jesús todos los publicanos y los pecadores a escucharle. Y los fariseos y los escribas murmuraban diciendo:

    «Ese acoge a los pecadores y come con ellos».

Jesús les dijo esta parábola:

    «¿Quien de vosotros que tiene cien ovejas y pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto y va tras la descarriada, hasta que la encuentra? Y, cuando la encuentra, se la carga sobre los hombros, muy contento; y, al llegar a casa, reúne a los amigos y a los vecinos, y les dice: “¡Alegraos, conmigo!, he encontrado la oveja que se me había perdido”.

    Os digo que así también habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse.

    O ¿qué mujer tiene diez monedas, si se le pierde una, no enciende una lámpara y barre la casa y busca con cuidado, hasta que la encuentra? Y, cuando la encuentra, reúne a las amigas y a las vecinas y les dice: “¡Alegraos conmigo!, he encontrado la moneda que se me había perdido”.

    Os digo que la misma alegría tendrán los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta».

También les dijo:

    «Un hombre tenía dos hijos; el menor de ellos dijo a su padre:

    Padre, dame la parte que me toca de la fortuna”.

El padre les repartió los bienes.

    No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo, emigró a un país lejano, y allí derrochó su fortuna viviendo perdidamente.

    Cuando lo había gastado todo, vino por aquella tierra un hambre terrible, y empezó él a pasar necesidad.

    Fue entonces y se contrato con uno de los ciudadanos de aquel país que lo mandó a sus campos a apacentar cerdos. Deseaba saciarse de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba nada.

Recapacitando entonces, se dijo:

    Cuántos jornaleros de mi padre tienen abundancia de pan, mientras yo aquí me muero de hambre. Me levantaré, me pondré en camino adonde está mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo: trátame como a uno de tus jornaleros”. Se levanto y vino adonde estaba su padre; cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se le conmovieron las entrañas; y, echando a correr, se le echó cuello y lo cubrió de besos.

Su hijo le dijo:

    Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo”.

    Pero el padre dijo a sus criados:

    Sacad enseguida la mejor túnica y vestídsela; ponedle un anillo en la mano y sandalias en los pies; traed el ternero cebado y sacrificadlo; comamos y celebramos un banquete, porque este hijo mío estaba muerto y ha revivido; estaba perdido, y lo hemos encontrado”.

Y empezaron el banquete.

    Su hijo mayor estaba en el campo. Cuando al volver se acercaba a la casa, oyó la música y la danza, y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello.

Este le contestó:

    Ha vuelto tu hermano; y tu padre ha sacrificado el ternero cebado, porque lo ha recobrado con salud”.

    Él se indignó y no quería entrar, pero su padre salió e intentaba persuadirlo.

Entonces él respondió a su padre:

    Mira: en tantos años como te sirvo, sin desobedecer nunca una orden tuya, a mí nunca me has dado un cabrito para tener un banquete con mis amigos; en cambio, cuando ha venido ese hijo tuyo que se ha comido tú bienes con malas mujeres, le matas el ternero cebado”.

El padre le dijo:

    Hijo, tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo: pero era preciso celebrar un banquete y alegrarse, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido; estaba perdido, y lo hemos encontrado”».

XXIV semana del Tiempo Ordinario.


Lunes 12

1Co 11,17-26.33. Si os dividís en bandos, os resulta imposible comer la cena del Señor.

Sal 39. Proclamad la muerte del Señor, hasta que vuelva.

Lc 7,1-10. Ni en Israel he encontrado tanta fe.

Martes 13

San Juan Crisóstomo, obispo y doctor. Memoria.

1Co 12,12-14.21-27a. Vosotros sois el cuerpo de Cristo y cada uno es un miembro.

Sal 99. Somos su pueblo y ovejas de su rebaño.

Lc 7,11-17. ¡Muchacho, a ti te lo digo, levántate!

Miércoles 14

Exaltación de la santa cruz. Fiesta.

Num 21,4b-9. Miraban a la serpiente de bronce y quedaban curados.

O bien: Flp 2,6-11. Se rebajó, por eso Dios lo levantó sobre todo.

Sal 77. No olvidéis las acciones del Señor.

Jn 3,13-17. Tiene que ser elevado el Hijo del hombre.

Jueves 15

Nuestra Señora, la Virgen de los Dolores. Memoria.

1Co 15,1-11. Esto es lo que predicamos; esto es lo que habéis creído.

Sal 117. Dad gracias al Señor porque es bueno.

Secuencia: La Madre piadosa estaba.

Jn 19,25-27. Triste contemplaba y dolorosa miraba del Hijo amado la pena.

O bien: Lc 2,33-35. A ti, una espada te atravesará el alma.

Viernes 16

San Cornelio, papa, y san Cipriano, obispo, mártires. Memoria.

1Co 15,12-20. Si Cristo no ha resucitado, nuestra fe no tiene sentido.

Sal 16. Al despertar me saciaré de tu semblante, Señor.

Lc 8,1-3. Algunas mujeres acompañaban a Jesús y le ayudaban con sus bienes.

Sábado 17

1Co 15,35-37.42-49. Se siembra lo corruptible, resucita incorruptible.

Sal 55. Caminaré en presencia de Dios a la luz de la vida.

Lc 8,4-15. Los de la tierra buena son los que escuchan la palabra, la guardan y dan fruto perseverando.

 

Lectura del santo Evangelio según san Lucas 14, 25-33

    En aquel tiempo, mucha gente acompañaba a Jesús; él se volvió y les dijo:

    «Si alguno viene a mí y no pospone a su padre y a su madre, a su mujer y a sus hijos, a sus hermanos y a sus hermanas, e incluso a sí mismo, no puede ser discípulo mío.

    Quien no carga con su cruz y viene en pos de mí, no puede ser discípulo mío.

    Así, ¿quién de vosotros, si quiere construir una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, a ver si tiene para terminarla? No sea que, sí echa los cimientos y no puede acabarla, se pongan a burlarse de él los que miran, diciendo: “Este hombre empezó a construir y no ha sido capaz de acabar.”

    ¿O qué rey, si va a dar la batalla a otro rey, no se sienta primero a deliberar si con diez mil hombres podrá salir al paso del que le ataca con veinte mil?

    Y si no, cuando el otro está todavía lejos, envía legados para pedir condiciones de paz.

    Así pues, todo aquel de entre vosotros que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío».

XXIII semana del Tiempo Ordinario.

Lunes 5

1Cor 5, 1-8. Quitad la levadura vieja, porque ha sido inmolada nuestra víctima pascual,

Cristo.

Sal 5. Señor, guíame con tu justicia.

Lc 6, 6-11. Estaban al acecho para ver si curaba en sábado.

Martes 6

1Cor 6, 1-11. Un hermano tiene que estar en pleito con otro, y además entre no creyentes.

Sal 149. El Señor ama a su pueblo.

Lc 6, 12-19. Pasó la noche orando. Escogió a doce y los nombró apóstoles.

Miércoles 7

1Cor 7, 25-31. ¿Estás unido a una mujer? No busques la separación. ¿Estás libre? No busques mujer.

Sal 44. Escucha, hija, mira: inclina el oído.

Lc 6, 20-26. Dichosos los pobres; ¡ay de vosotros, los ricos!

Jueves 8

Natividad de la Santísima Virgen María. Fiesta.

Miq 5, 1-4a. El tiempo en que la madre dé a luz. O bien: Rom 8, 28-30. A los que había escogido, Dios los predestinó.

Sal 12. Desbordo de gozo con el Señor.

Mt 1, 1-16. 18-23. La criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo.

Viernes 9

1Cor 9, 16-19. 22b-27. Me he hecho todo a todos, para ganar a algunos.

Sal 83. ¡Qué deseables son tus moradas, Señor de los ejércitos!

Lc 6, 39-42. ¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego?

Sábado 10

1Cor 10, 14-22. Aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo, porque comemos

todos del mismo pan.

Sal 115. Te ofreceré, Señor, un sacrificio de alabanza.

Lc 6, 43-49. ¿Por qué me llamáis "Señor, Señor" y no hacéis lo que digo?



Lectura del santo Evangelio según san Lucas 9, 51-62

    Cuando se completaron los días en que iba de ser llevado al cielo, Jesús tomó la decisión de ir a Jerusalén. Y envió mensajeros delante de él.

    Puestos en camino, entraron en una aldea de samaritanos para hacer los preparativos. Pero no lo recibieron, porque su aspecto era el de uno que caminaba hacia Jerusalén. Al ver esto, Santiago y Juan, discípulos suyos, le dijeron:

    «Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo que acabe con ellos?». Él se volvió y les regañó.

    Y se encaminaron hacia otra aldea.

    Mientras iban de camino, le dijo uno:

    «Te seguiré adondequiera que vayas». Jesús le respondió:

    «Las zorras tienen madrigueras, y los pájaros del cielo nidos, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza». A otro le dijo:

    «Sígueme». Él respondió:

    «Señor, déjame primero ir a enterrar a mi padre». Le contestó:

    «Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el reino de Dios». Otro le dijo:

    «Te seguiré, Señor. Pero déjame primero despedirme de los de mi casa». Jesús le contestó:

    «Nadie que pone la mano en el arado y mira hacia atrás vale para el reino de Dios».

Lunes 27

Am 2, 6-10. 13-16. Revuelcan en el polvo al desvalido.

Sal 49. Atención, los que olvidáis a Dios.

Mt 8, 18-22. Sígueme.

Martes 28

San Ireneo, obispo y mártir. Memoria.

Am 3, 1-8; 4, 11-12. Habla el Señor, ¿quién no profetiza?

Sal 5. Señor, guíame con tu justicia.

Mt 8, 23-27. Se puso en pie, increpó a los vientos y al lago, y vino una gran calma.

Miércoles 29

San Pedro y san Pablo, apóstoles. Solemnidad.

Hch 12, 1-11. Era verdad: el Señor me ha librado de la mano de Herodes.

Sal 33. El Señor me libró de todas mis ansias.

2 Tim 4, 6-8. 17-18. Ahora me aguarda la corona merecida.

Mt 16, 13-19. Tú eres Pedro, y te daré las llaves del reino de los cielos.

Jueves 30

Am 7, 10-17. Ve y profetiza a mi pueblo.

Sal 18. Los mandamientos del Señor son verdaderos y enteramente justos.

Mt 9, 1-8. La gente alababa a Dios, que da a los hombres tal potestad.

Viernes 1

Am 8, 4-6. 9-12. Enviaré hambre, no de pan, sino de escuchar la palabra del Señor.

Sal 118. No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.

Mt 9, 9-13. No tienen necesidad de médico los sanos; misericordia quiero y no sacrificios.

Sábado 2

Am 9, 11-15. Haré volver los cautivos de Israel y los plantaré en su campo.

Sal 84. Dios anuncia la paz a su pueblo.

Mt 9, 14-17. ¿Es que pueden guardar luto, mientras el novio esté con ellos?


Lectura del santo Evangelio según san Lucas 9, 11b-17

    En aquel tiempo, Jesús se puso hablaba a la gente del reino de Dios y sanaba a los que tenían necesidad de curación.

    El día comenzaba a declinar. Entonces, acercándose los Doce, le dijeron:

    «Despide a la gente; que vayan a las aldeas y cortijos de alrededor a buscar alojamiento y comida, porque aquí estamos en descampado». Él les contestó:

    «Dadles vosotros de comer». Ellos replicaron:

    «No tenemos más que cinco panes y dos peces; a no ser que vayamos a comprar de comer para toda esta gente». Porque eran unos cinco mil hombres.

    Entonces dijo a sus discípulos:

    «Haced que se echen sienten en grupos de unos cincuenta cada uno». Lo hicieron así y dispusieron que se sentaran todos.

    Entonces, tomando él los cinco panes y los dos peces y alzando la mirada al cielo, pronunció la bendición sobre ellos, los partió y se los iba dando a los discípulos para que se los sirvieran a la gente. Comieron todos y se saciaron, y recogieron lo que les había sobrado: doce cestos de trozos.

Lunes 20

2 Re 17, 5-8. 13-15ª. 18. El Señor arrojó de su presencia a Israel, y solo quedó la tribu de Judá.

Sal 59. Que tu mano salvadora, Señor, nos responda.

Mt 7, 1-5. Sácate primero la viga del ojo.

Martes 21

San Luis Gonzaga, religioso. Memoria.

2 Re 19, 9b-11. 14-21. 31-35a. 36. Yo escudaré a esta ciudad para salvarla, por mi honor y el de David.

Sal 47. Dios ha fundado su ciudad para siempre.

Mt 7, 6. 12-14. Tratad a los demás como queréis que ellos os traten.

Miércoles 22

2 Re 22, 8-13; 23, 1-3. El rey leyó al pueblo el libro de la alianza encontrado en el templo y selló ante el Señor la alianza.

Sal 118. Muéstrame, Señor, el camino de tus leyes.

Mt 7, 15-20. Por sus frutos los conoceréis.

Jueves 23

2 Re 24, 8-17. Nabucodonosor deportó a Jeconías y a todos los ricos de Babilonia.

Sal 78. Líbranos, Señor, por el honor de tu nombre.

Mt 7, 21-19. La casa edificada sobre roca y la casa edificada sobre arena.

Viernes 24

Natividad de San Juan Bautista. Solemnidad.

Is 49, 1-6. Te hago luz de las naciones.

Sal 138. Te doy gracias, porque me has plasmado portentosamente.

Hch 13, 22-26. Juan predicó antes de que llegara Jesús.

Lc 1, 57-66. 80. Juan es su nombre.

Sábado 25

Lam 2, 2. 10-14. 18-19. Grita al Señor, laméntate, Sión.

Sal 73. No olvides sin remedio la vida de tus pobres.

Mt 8, 5-17. Vendrán muchos de oriente y occidente y se sentarán con Abrahán, Isaac y

Jacob.



Lectura del santo Evangelio según san Juan 16, 12-15

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

    - «Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora; cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena. Pues no hablará por cuenta propia, sino que hablará de lo que oye y os comunicará lo que está por venir. Él me glorificará, porque recibirá de lo mío y os lo anunciará. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso os he dicho que recibirá y tomará de lo mío y os lo anunciará».

Lunes 13

San Antonio de Padua, presbítero y doctor. Memoria.

1Re 21, 1-6. Nabot ha muerto apedreado.

Sal 5. Atiende a mis gemidos, Señor.

Mt 5, 38-42. Yo os digo: no hagáis frente al que os agravia.

Martes 14

1Re 21, 17-29. Has hecho pecar a Israel.

Sal 50. Misericordia, Señor: hemos pecado.

Mt 5, 43-48. Amad a vuestros enemigos.

Miércoles 15

Dedicación de la Iglesia Catedral. Fiesta.

2Cron 8, 22-23. 27-30. Te he construido un palacio, un sitio donde vivas para

siempre.

Salmo: 1Cron 29. Alabamos tu nombre glorioso, Señor.

Jn 2, 13-22. Hablaba del Templo de su cuerpo.

Jueves 16

Santa María Micaela del Santísimo Sacramento. Memoria.

Eclo 48, 1-15. Elías fue arrebatado en el torbellino, y Eliseo recibió dos tercios de su espíritu.

Sal 96. Alegraos, justos, con el Señor.

Mt 6, 7-15. Vosotros rezad así.

Viernes 17

2Re 11, 1-4. 9-18. 20. Ungió a Joás, y todos aclamaron: ¡Viva el rey!

Sal 131. El Señor ha elegido a Sión, ha deseado vivir en ella.

Mt 6, 19-23. Donde está tu tesoro, allí está tu corazón.

Sábado 18

2 Crón 24, 17-25. Zacarías, al que matasteis entre el santuario y el altar.

Sal 88. Le mantendré eternamente mi favor.

Mt 6, 24-34. No os agobiéis por el mañana.


Lectura del santo Evangelio según san Juan 20, 19-23

    Al anochecer de aquel día, el día primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo:

    «Paz a vosotros».

    Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:

    «Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo». Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo:

    «Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos».

Lunes 6

Bienaventurada Virgen María, madre de la Iglesia. Memoria.

Gén 3, 9-15. 20. La madre de todos los que viven.

o bien:

Hch 1, 12-14. Perseveraban en la oración junto con María, la madre de Jesús.

Sal 86. Qué pregón tan glorioso para ti, ciudad de Dios.

Jn 19, 25-34. Ahí tienes a tu hijo. Ahí tienes a tu madre.

Martes 7

1Re 17, 7-16. La orza de harina no se vació, como lo había dicho el Señor por medio de Elías.

Sal 4. Haz brillar sobre nosotros, Señor, la luz de tu rostro.

Mt 5, 13-16. Vosotros sois la luz del mundo.

Miércoles 8

1Re 18, 20-39. Que sepa este pueblo que tú eres el Dios verdadero, y que tú les cambiarás el corazón.

Sal 15. Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.

Mt 5, 17-19. No he venido a abolir, sino a dar plenitud.

Jueves 9

Jesucristo, sumo y eterno sacerdote. Fiesta.

Is 52, 13-53,12. Él fue traspasado por nuestras rebeliones.

Sal 39. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.

Lc 22, 14-20. Esto es mi cuerpo. Esta copa es la Nueva Alianza sellada con mi sangre.

Viernes 10

1Re 19, 9a.11-16. Ponte de pie en el monte ante el Señor.

Sal 26. Tu rostro buscaré, Señor.

Mt 5, 27-32. El que mira a una mujer casada deseándola, ya ha sido adúltero.

Sábado 11

San Bernabé, apóstol. Memoria.

Hch 11, 21b-26;13, 1-3. Era hombre de bien, lleno de Espíritu Santo y de fe.

Sal 97. El Señor revela a las naciones su justicia.

Mt 5, 33-37. Yo os digo que no juréis en absoluto


Conclusión del santo Evangelio según san Lucas 24, 46-53

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

    «Así está escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día y en su nombre se proclamará la conversión para el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén.

    Vosotros sois testigos de esto. Mirad, yo voy a enviar sobre vosotros la promesa de mi Padre; vosotros, por vuestra parte, quedaos en la ciudad hasta que os revistáis de la fuerza que vino de lo alto».

    Y los sacó hasta cerca de Betania y, levantando sus manos, los bendijo. Y mientras los bendecía, se separó de ellos, y fue llevado hacia el cielo.

    Ellos se postraron ante él y se volvieron a Jerusalén con gran alegría; y estaban siempre en el templo bendiciendo a Dios.

Lunes 30

Hch 19, 1-8. ¿Recibisteis el Espíritu Santo al aceptar la fe?

Sal 67. Reyes de la tierra, cantad a Dios.

Jn 16, 29-33. Tened valor: yo he vencido al mundo.

Martes 31

La Visitación de la Virgen María. Fiesta.

Sof 3, 14-14. El Señor será el rey de Israel, en medio de ti.

o bien:

Rom 12, 9-16b. Contribuid en las necesidades de los santos; practicad la

hospitalidad.

Salmo: Is 12, 2-6. Qué grande es en medio de ti el Santo de Israel.

Lc 1, 39-56. ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?

Miércoles 1

San Justino, mártir. Memoria.

Hch 20, 28-38. Os encomiendo a Dios, que tiene poder para construiros y haceros partícipes de la herencia.

Sal 67. Reyes de la tierra, cantad a Dios.

Jn 17, 11b-19. Que sean uno, como nosotros.

Jueves 2

Hch 22, 30; 23, 6-11. Tienes que dar testimonio en Roma.

Sal 15. Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.

Jn 17, 20-26. Que sean completamente uno.

Viernes 3

Santos Carlos Luanga y compañeros, mártires. Memoria.

Hch 25, 13b-21. Un tal Jesús ya muerto, que Pablo sostiene que está vivo.

Sal 102. El Señor puso en el cielo su trono.

Jn 21, 15-19. Apacienta mis corderos, pastorea mis ovejas.

Sábado 4

Hch 18,16-20.30-31. Vivió en Roma, predicando el Reino de Dios.

Sal 10. Los buenos verán tu rostro, Señor.

Jn 21,20-25. Este es el discípulo que ha escrito todo esto, y su testimonio es verdadero.


Lectura del santo Evangelio según san Juan 14, 23-29

    En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

    - «El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él.

    El que no me ama no guarda mis palabras. Y la palabra que estáis oyendo no es mía, sino del Padre que me envió.

    Os he hablado de esto ahora que estoy a vuestro lado, pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho.

    La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo. Que no se turbe vuestro corazón ni se acobarde. Me habéis oído decir: “Me voy y vuelvo a vuestro lado”. Si me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es mayor que yo. Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis».

Lunes 23

Hch 16, 11-15. El Señor le abrió el corazón para que aceptara lo que decía Pablo.

Sal 149. El Señor ama a su pueblo.

Jn 15, 26-16, 4a. El Espíritu de la verdad dará testimonio de mí.

Martes 24

Hch 16,22-34. Cree en el Señor Jesús y te salvarás tú y tu familia.

Sal 137. Señor, tu derecha me salva.

Jn 16,5-11. Si no me voy, no vendrá a vosotros el Defensor.

Miércoles 25

Hch 17, 15. 22-18, 1. Eso que veneráis sin conocerlo, os lo anuncio yo.

Sal 148. Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.

Jn 16, 12-15. El Espíritu de la verdad os guiará hasta la verdad plena.

Jueves 26

San Felipe Neri, presbítero. Memoria.

Hch 18, 1-8. Se quedó a trabajar en su casa. Todos los sábados discutía en la sinagoga.

Sal 97. El Señor revela a las naciones su victoria.

Jn 16, 16-20. Estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría.

Viernes 27

Hch 18, 9-18. Muchos de esta ciudad son pueblo mío.

Sal 46. Dios es el rey del mundo.

Jn 16, 20-23a. Se alegrará vuestro corazón y nadie os quitará vuestra alegría.

Sábado 28

Hch 18, 23-28. Apolo demostraba con la Escritura que Jesús es el Mesías.

Sal 46, 2-3. 8-10. Dios es el rey del mundo.

Jn 16, 23b-28. El Padre os quiere, porque vosotros me queréis y creéis.



Lectura del santo Evangelio según san Juan 13, 31-33a. 34-35

    Cuando salió Judas del cenáculo, dijo Jesús:

    «Ahora es glorificado el Hijo del hombre, y Dios es glorificado en él. Si Dios es glorificado en él, también Dios lo glorificará en sí mismo: pronto lo glorificará. Hijitos, me queda poco de estar con vosotros.

    Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros; como yo os he amado, amaos también entre vosotros. En esto conocerán todos que sois discípulos míos: si os amáis unos a otros».

Lunes 16

.Hch 14, 5-18. Os anunciamos esta Buena Noticia: que dejéis los ídolos vanos

y os convirtáis al Dios vivo.

Sal 133. No a nosotros, Señor, sino a tu nombre da la gloria.

Jn 14, 21-26. El Paráclito, que enviará el Padre, será quien os lo enseñe todo.

Martes 17

Hch 14,19-28. Contaron a la Iglesia lo que Dios había hecho por medio de ellos.

Sal 144. Tus amigos, Señor, proclaman la gloria de tu reinado.

Jn 14,27-31a. Mi paz os doy.

Miércoles 18

Hch 15,1-6. Se decidió que subieran a Jerusalén a consultar a los apóstoles y presbíteros sobre la controversia.

Sal 121. Vamos alegres a la casa del Señor.

Jn 15,1-8. El que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante.

Jueves 19

Hch 15,7-21. A mi parecer, no hay que molestar a los gentiles que se convierten a Dios.

Sal 95. Contad las maravillas del Señor a todas las naciones.

Jn 15,9-11. Permaneced en mi amor, para que vuestra alegría llegue a plenitud.

Viernes 20

Hch 15,22-31. Hemos decidido, el Espíritu Santo y nosotros, no imponeros más cargas que las indispensables.

Sal 56. Te daré gracias ante los pueblos, Señor.

Jn 15,12-17. Esto os mando: que os améis unos a otros.

Sábado 21

Hch 16,1-10. Ven a Macedonia y ayúdanos.

Sal 99. Aclama al Señor, tierra entera.

Jn 15,18-21. No sois del mundo, sino que yo os he escogido sacándoos del mundo.


        

Lectura del santo Evangelio según san Juan 10, 27-30

En aquel tiempo, dijo Jesús:

    «Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano. Lo que mi Padre me ha dado es más que todas las cosas, y nadie puede arrebatar nada de la mano de mi Padre.

    Yo y el Padre somos uno».


Lunes 9

Hch 11, 1-18. También a los gentiles les ha otorgado Dios la conversión que lleva a la vida.

Sal 41. Mi alma tiene sed de ti, Dios vivo.

Jn 10, 1-10. El buen pastor da la vida por las ovejas.

Martes 10

San Juan de Ávila, presbítero y doctor de la Iglesia. Memoria.

Hch 11,19-26. Se pusieron a hablar también a los griegos, anunciándoles al Señor Jesús.

Sal 86. Alabad al Señor todas las naciones.

Jn 10,22-30. Yo y el Padre somos uno.

Miércoles 11

Hch 12,24-13,5. Apartadme a Bernabé y a Saulo.

Sal 66. Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.

Jn 12,44-50. Yo he venido al mundo como luz.

Jueves 12

Hch 13, 13-25. Dios sacó de la descendencia de David un salvador: Jesús.

Sal 88. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.

Jn 13, 16-20. El que recibe a mi enviado me recibe a mí.

Viernes 13

Hch 13, 26-33. Dios ha cumplido la promesa resucitando a Jesús.

Sal 2. Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy.

Jn 14, 1-6. Yo soy el camino, y la verdad, y la vida.

Sábado 14

San Matías, apóstol. Fiesta.

Hch 1,15-17.20-26. Echaron suertes, le tocó a Matías y lo asociaron a los once apóstoles.

Sal 112. El Señor lo sentó con los príncipes de su pueblo.

Jn 15,9-17. No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido.


Lectura del santo Evangelio según san Juan 21, 1-14

    En aquel tiempo, Jesús se apareció otra vez a los discípulos junto al lago de Tiberiades. Y se apareció de esta manera: Estaban juntos Simón Pedro, Tomás apodado el Mellizo; Natanael el de Caná de Galilea, los Zebedeos y otros dos discípulos suyos. Simón Pedro les dice:

    «Me voy a pescar». Ellos contestan:

    «Vamos también nosotros contigo».

    Salieron y se embarcaron; y aquella noche no cogieron nada. Estaba ya amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús.

    Jesús les dice:

    «Muchachos, ¿tenéis pescado?». Ellos contestaron:

    «No».

    Él les dice:

    «Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis».

    La echaron, y no podían sacarla, por la multitud de peces. Y aquel discípulo a quien Jesús amaba le dice a Pedro:

    «Es el Señor».

    Al oír que era el Señor, Simón Pedro, que estaba desnudo, se ató la túnica y se echó al agua. Los demás discípulos se acercaron en la barca, porque no distaban de tierra más que unos doscientos codos, remolcando la red con los peces.

    Al saltar a tierra, ven unas brasas con un pescado puesto encima y pan.

    Jesús les dice:

    «Traed de los peces que acabáis de coger».

    Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la red repleta de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y aunque eran tantos, no se rompió la red.

    Jesús les dice:

    «Vamos, almorzad».

    Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían bien que era el Señor.

    Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado. Esta fue la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos, después de resucitar de entre los muertos.



Lunes 2

San Atanasio, obispo y doctor de la Iglesia. Memoria.

Hch 6, 8-15. No lograban hacer frente a la sabiduría y al espíritu con que hablaba.

Sal 118. Dichoso el que camina en la voluntad del Señor.

Jn 6, 22-29. Trabajad, no por el alimento que perece, sino por el alimento que perdura para la vida eterna.

Martes 3

Santos Felipe y Santiago, apóstoles. Fiesta.

1Co 15,1-8. El Señor se apareció a Santiago; después, a todos los Apóstoles.

Sal 18. A toda la tierra alcanza su pregón.

Jn 14,6-14. Hace tanto tiempo que estoy con vosotros, ¿y no me conoces?

Miércoles 4

San José María Rubio, presbítero.Memoria.

Hch 8,1b-8. Al ir de un lugar para otro, iban difundiendo el Evangelio.

Sal 65. Aclamad al Señor, tierra entera.

Jn 6,35-40. Esta es la voluntad del Padre: que todo el que ve al Hijo tenga vida eterna.

Jueves 5

Hch 8, 26-40. Siguió su viaje lleno de alegría.

Sal 65. Aclamad al Señor, tierra entera.

Jn 6, 44-51. Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo.

Viernes 6

Hch 9, 1-20. Es un instrumento elegido por mí para dar a conocer mi nombre a los pueblos.

Sal 116. Id al mundo entero y proclamad el Evangelio.

Jn 6, 52-59. Mi Carne es verdadera comida, y mi

Sangre es verdadera bebida.

Sábado 7

Hch 9, 31-42. La Iglesia se iba construyendo y se multiplicaba animada por el Espíritu Santo.

Sal 115. ¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?

Jn 6, 60-69. ¿A quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna.


Lectura del santo Evangelio según san Juan 20, 19-31

    Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo:

    «Paz a vosotros».

    Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:

    «Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo». Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo:

    «Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos». Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían:

    «Hemos visto al Señor». Pero él les contestó:

    «Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo». A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo:

    «Paz a vosotros». Luego dijo a Tomás:

    «Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente». Contestó Tomás:

    «¡Señor mío y Dios mío!». Jesús le dijo:

    «¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto».

    Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos. Éstos se han escrito para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su nombre.

Lunes 25

San Marcos, evangelista. Fiesta

1P 5,5b-14. Os saluda Marcos, mi hijo.

Sal 88. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.

Mc 16,15-20. Proclamad el Evangelio a toda la creación.

Martes 26

San Isidoro, obispo y doctor de la Iglesia. Fiesta.

1Co 2,1-10. Vuestra fe se apoya en el poder de Dios.

Sal 118. Lámpara es tu palabra para mis pasos, luz en mi sendero.

Mt 5,13-16. Vosotros sois la luz del mundo.

Miércoles 27

Hch 5,17-26. Los hombres que metisteis en la cárcel están en el templo enseñando al pueblo.

Sal 33. Si el afligido invoca al Señor, Él lo escucha.

Jn 3,16-21. Dios mandó su Hijo para que el mundo se salve por Él.

Jueves 28

Hch 5, 27-33. Testigo de esto somos nosotros y el Espíritu Santo.

Sal 33. Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha.

Jn 3, 31-36. El Padre ama al Hijo y todo lo ha puesto en su mano

Viernes 29

Santa Catalina de Siena, virgen y doctora de la Iglesia.

Patrona de Europa. Fiesta.

1Jn 1,5-10;2,1-2. La sangre de Jesús nos limpia los pecados.

Sal 102. Bendice, alma mía, al Señor.

Mt 11,25-30. Has escondido estas cosas a los sabios y las has revelado a la gente sencilla.

Sábado 30

Hch 6,1-7. Eligieron a siete hombres llenos de espíritu.

Sal 32. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti.

Jn 6,16-21. Vieron a Jesús caminando sobre el lago


Lectura del santo Evangelio según san Juan 20, 1-9

    El primer día de la semana, María la Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro.

    Echó a correr y fue donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo:

    «Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto».

    Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; e, inclinándose, vio los lienzos tendidos; pero no entró. Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio los lienzos tendidos y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no con los lienzos, sino enrollado en un sitio aparte.

    Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó.

    Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos.

Lunes 18

Hch 2, 14. 22-33. A este Jesús lo resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos.

Sal 15. Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.

Mt 28, 8-15. Comunicad a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán.

Martes 19

Hch 2, 36-41. Convertíos y sea bautizado cada uno de vosotros en nombre de Jesús.

Sal 32. La misericordia del Señor llena la tierra.

Jn 20, 11-18. He visto al Señor y ha dicho esto.

Miércoles 20

Hch 3, 1-10. Te doy lo que tengo: en nombre de Jesús, levántate y anda.

Sal 104. Que se alegren los que buscan al Señor.

Lc 24, 13-35. Lo habían reconocido al partir el pan.

Jueves 21

Hch 3, 11-26. Matasteis al autor de la vida; pero Dios lo resucitó de entre los muertos.

Sal 8. Señor, dueño nuestro, ¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra!

Lc 24, 35-48. Así está escrito: el Mesías padecerá y resucitará de entre los muertos al tercer día.

Viernes 22

Hch 4, 1-12. No hay salvación en ningún otro.

Sal 117. La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular.

Jn 21, 1-14. Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado.

Sábado 23

Hch 4, 13-21. No podemos menos de contar lo que hemos visto y oído.

Sal 117. Te doy gracias, Señor, porque me escuchaste.

Mc 16, 9-15. Id al mundo entero y proclamad el Evangelio


Evangelio: Pasión de nuestro Señor Jesucristo.

Lectura del santo Evangelio según san Lucas 22, 1-49

En aquel tiempo, los ancianos del pueblo, con los jefes de los sacerdotes y los escribas llevaron a Jesús

a presencia de Pilato.

No encuentro ninguna culpa en este hombre

C. Y se pusieron a acusarlo diciendo

S. «Hemos encontrado que este anda amotinando a nuestra nación, y oponiéndose a que se paguen

tributos al César, y diciendo que él es el Mesías rey».

C. Pilatos le preguntó:

S. «¿Eres tú el rey de los judíos?».

C. Él le responde:

+ «Tú lo dices».

C. Pilato dijo a los sumos sacerdotes y a la gente:

S. «No encuentro ninguna culpa en este hombre».

C. Toda la muchedumbre que había concurrido a este espectáculo, al ver las cosas que habían ocurrido, se volvía dándose golpes de pecho.

………….

………….

S. «Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino».

C. Jesús le dijo:

+ «En verdad te digo: hoy estarás conmigo en el paraíso». Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu

C. Era ya como la hora sexta, y vinieron las tinieblas sobre toda la tierra, hasta la hora nona, porque

se oscureció el sol. El velo del templo se rasgó por medio. Y Jesús, clamando con voz potente, dijo:

+ «Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu».

C. Y, dicho esto, expiró.

Todos se arrodillan, y se hace una pausa

C. El centurión, al ver lo ocurrido,daba gloria a Dios diciendo:

S. «Realmente, este hombre era justo».

Lunes 11

Lunes santo. Feria.

Is 42, 1-7. No gritará, no voceará por las calles.

Sal 26. El Señor es mi luz y mi salvación.

Jn 12, 1-11. Déjala: lo tenía guardado para el día de mi sepultura.

Martes 12

Martes santo. Feria

Is 49, 1-6. Te hago luz de las naciones, para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra.

Sal 70. Mi boca contará tu salvación, Señor.

Jn 13, 21-33. 36-38. Uno de vosotros me va a entregar… No cantará el gallo antes que me hayas negado tres veces.

Miércoles 13

Miércoles santo. Feria.

Is 50, 4-9a. No me escondí el rostro ante ultrajes.

Sal 68. Señor, que me escuche tu gran bondad el día de tu favor.

Mt 26, 14-25. El Hijo del hombre se va, como está escrito; pero, ¡ay de aquel por quien es entregado!

Jueves 14

Jueves santo. Misa en la cena del Señor.

Éx 12, 1-8. 11-14. Prescripciones sobre la cena pascual.

Sal 115. El cáliz de la bendición es comunión con la sangre de Cristo.

1 Cor 11, 23-26. Cada vez que coméis y bebéis, proclamáis la muerte del Señor.

Jn 13, 1-15. Los amó hasta el extremo.

Viernes 15

Viernes santo. Celebración de la Pasión del Señor.

Is 52, 13-53, 12. Él fue traspasado por nuestras rebeliones.

Sal 30. Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu.

Heb 4, 14-16; 5, 7-9. Aprendió a obedecer y se ha convertido para todos los que le obedecen en autor de salvación.

Sábado 16

Sábado santo. Vigilia Pascual.

1ª – Gén 1, 1-2, 2. Vio Dios todo lo que había hecho, y era muy bueno.

Sal 103. Envía tu espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra.

o bien: Sal 32. La misericordia del Señor llena la tierra.

2ª – Gén 22, 1-18. El sacrificio de Abrahán, nuestro padre en la fe.

Sal 15. Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.

3ª – Éx 14, 15-15, 1. Los Israelitas en medio del mar, a pie enjuto.

Salmo: Éx 15, 1-18. Cantaré al Señor, sublime es su victoria.

4ª – Is 54, 5-14. Con misericordia eterna te quiere el Señor, tu redentor.

Sal 29. Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.

5ª – Is 55, 1-11. Venid a mí y viviréis, sellaré con vosotros alianza perpetua.

Salmo: Is 12, 2-6. Sacaréis aguas con gozo de las fuentes de la salvación.

6ª – Bar 3, 9-15. 32-4, 4. Caminad a la claridad del resplandor del Señor.

Sal 18. Señor, tú tienes palabras de vida eterna.

7ª – Ez 36, 16-28. Derramaré sobre vosotros un agua pura y os daré un corazón nuevo.

Sal 41. Como busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío.

o bien: Sal 50. Oh Dios, crea en mí un corazón puro.

Rom 6, 3-11. Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere más.

Sal 117. Aleluya, aleluya, aleluya.

Lc 24, 1-12. ¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive?


Lectura del santo Evangelio según san Juan 8, 1-11

    En aquel tiempo, Jesús se retiró al monte de los Olivos. Al amanecer se presentó de nuevo en el templo, y todo el pueblo acudía a él, y, sentándose, les enseñaba.

    Los escribas y los fariseos le traen una mujer sorprendida en adulterio, y, colocándola en medio, le dijeron:

    «Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. La ley de Moisés nos manda apedrear a las adúlteras; tú, ¿qué dices?». Le preguntaban esto para comprometerlo y poder acusarlo.

    Pero Jesús, inclinándose, escribía con el dedo en el suelo. Como insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo:

    «El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra». E inclinándose otra vez, siguió escribiendo.

    Ellos, al oírlo, se fueron escabullendo uno a uno, empezando por los más viejos. Y quedó solo Jesús, con la mujer en medio, que seguía allí delante. Jesús se incorporó y le preguntó:

    «Mujer, ¿dónde están tus acusadores?; ¿ninguno te ha condenado?». Ella contestó:

    «Ninguno, Señor». Jesús dijo:

    «Tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante no peques más».


Lunes 4

Dan 13, 1-9. 15-17. 19-30. 33-62. Ahora tengo que morir, siendo inocente.

Sal 22. Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo.

Jn 8, 1-11. El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra.

Martes 5

Núm 21, 4-9. Los mordidos por serpientes quedarán sanos al mirar a la serpiente de bronce.

Sal 101. Señor, escucha mi oración, que mi grito llegue hasta ti.

Jn 8, 21-30. Cuando levantéis al Hijo del hombre, sabréis que yo soy.

Miércoles 6

Dan 3, 14-20.91-92.95. Dios envió a su ángel a librar a sus siervos.

Salmo: Dn 3, 52-56. A ti gloria y alabanza por los siglos.

Jn 8, 31-42. Si el Hijo os hace libres, seréis realmente libres

Jueves 7

Gén 17, 3-9. Te hago padre de muchedumbre de pueblos.

Sal 104. R. El Señor se acuerda de su alianza eternamente.

Jn 8, 51-59. Abrahán, vuestro padre, saltaba de gozo pensando ver mi día.

Viernes 8

Jer 20, 10-13. El Señor es mi fuerte defensor.

Sal 17. En el peligro invoqué al Señor, y me escuchó.

Jn 10, 31-42. Intentaron detenerlo, pero se les escabulló de las manos.

Sábado 9

Ez 37,21-28. Los haré una sola nación.

Jer 31,10-13. El Señor nos guardará como un pastor a su rebaño.

Jn 11,45-57. Para reunir a los hijos de Dios dispersos.


Lectura del santo Evangelio según san Lucas 15, 1-3. 11-32

    En aquel tiempo, solían acercaron a Jesús todos los publicanos y los pecadores a escucharlo. Y los fariseos y los escribas murmuraban diciendo:

    «Ese acoge a los pecadores y come con ellos». Jesús les dijo esta parábola:

    «Un hombre tenía dos hijos; el menor de ellos dijo a su padre: “Padre, dame la parte que me toca de la fortuna.” El padre les repartió los bienes.

    No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo,se marchó a un país lejano, y allí derrochó su fortuna viviendo perdidamente. Cuando lo había gastado todo, vino por aquella tierra un hambre terrible, y empezó él a pasar necesidad.

    Fue entonces y se contrató con uno de los ciudadanos de aquel país que lo mandó a sus campos a guardar cerdos. Deseaba saciarse de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba nada.

    Recapacitando entonces, se dijo:

    Cuántos jornaleros de mi padre tienen abundancia de pan, mientras yo aquí me muero de hambre. Me levantaré, me pondré en camino adonde está mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo: trátame como a uno de tus jornaleros”. Se levantó y vino adonde estaba su padre; cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se le conmovieron las entrañas; y, echando a correr, se le echó al cuello y lo cubrió de besos.

Su hijo le dijo: “Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo.” Pero el padre dijo a sus criados:

    Sacad en seguida la mejor túnica y vestídsela; ponedle un anillo en la mano y sandalias en los pies; traed el ternero cebado y sacrificadlo; comamos y celebremos un banquete, porque este hijo mío estaba muerto y ha revivido; estaba perdido, y lo hemos encontrado.” Y empezaron a celebrar el banquete.

    Su hijo mayor estaba en el campo.

    Cuando al volver se acercaba a la casa, oyó la música y la danza, y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello. Este le contestó:

    Ha vuelto tu hermano; y tu padre ha sacrificado el ternero cebado, porque lo ha recobrado con salud.”

    El se indignó y no quería entrar; pero su padre salió e intentaba persuadirlo.

    Entonces él respondió a su padre:

    Mira: en tantos años como te sirvo, sin desobedecer nunca una orden tuya, a mí nunca me has dado un cabrito para tener un banquete con mis amigos; en cambio, cuando ha venido ese hijo tuyo que se ha comido tus bienes con malas mujeres, le matas el ternero cebado.” El padre le dijo:

    Hijo, tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo; pero era preciso celebrar un banquete y alegrarse, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido; estaba perdido, y lo hemos encontrado”».

Lunes 28

Is 65, 17-21. Ya no se oirán gemidos ni llantos.

Sal 29. Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.

Jn 4, 43-54. Anda, tu hijo está curado.

Martes 29

Ez 47, 1-9. 12. Vi que manaba el agua del lado derecho del templo, y habrá vida dondequiera que llegue la corriente.

Sal 45. El Señor del universo está con nosotros, nuestro alcázar es el Dios de Jacob.

Jn 5, 1-16. Al momento aquel hombre quedó sano.

Miércoles 30

Is 49, 8-15. Te he constituido alianza del pueblo, para restaurar el país.

Sal 144. El Señor es clemente y misericordioso.

Jn 5, 17-30. Lo mismo que el Padre resucita a los muertos y les da vida, así también el Hijo da vida a los que quiere.

Jueves 31

Ex 32, 7-14. Arrepiéntete de la amenaza contra tu pueblo.

Sal 105. Acuérdate de nosotros, por amor a tu pueblo.

Jn 5, 31-47. Moisés, en quien tenéis vuestra esperanza, será vuestro acusador.

Viernes 1

Sab 2, 1a. 12-22. Lo condenaremos a muerte ignominiosa.

Sal 33. El Señor está cerca de los atribulados.

Jn 7, 1-2. 10. 25-30. Intentaban agarrarlo, pero todavía no había llegado su hora.

Sábado 2

Jer 11, 18-20. Yo, como cordero manso, llevado al matadero.

Sal 7. Señor, Dios mío, a ti me acojo.

Jn 7, 40-53. ¿Es que de Galilea va a venir el Mesías?


Lectura del santo Evangelio según san Lucas 13, 1-9

    En aquel momento se presentaron algunos a contar a Jesús lo de los galileos, cuya sangre había mezclado Pilato con la de los sacrificios que ofrecían.

    Jesús respondió:

    «¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos porque han padecido todo esto? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis lo mismo. O aquellos dieciocho sobre los que cayó la torre de Siloé y los mató, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera». Y les dijo esta parábola:

    «Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró. Dijo entonces al viñador:

    Ya ves, tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué va a perjudicar el terreno?”. Pero el viñador contestó:

    Señor, déjala todavía este año y mientras tanto yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto en adelante. Si no, la puedes cortar”».

Lunes 21

2R 5,1-15a. Muchos leprosos había en Israel, sin embargo, ninguno de ellos fue curado, más que Naamán, el sirio.

Sal 41. Mi alma tiene sed del Dios vivo. ¿Cuándo veré el rostro de Dios?

Lc 4,24-30. Jesús, igual que Elías y Eliseo, no ha sido enviado únicamente a los judíos.

Martes 22

Dan 3, 25. 34-43. Acepta nuestro corazón contrito y nuestro espíritu humilde.

Sal 24. Señor, recuerda tu misericordia.

Mt 18, 21-35. Si cada cual no perdona de corazón a su hermano, tampoco el Padre os

perdonará.

Miércoles 23

Dt 4, 1. 5-9. Poned por obra los mandatos.

Sal 147. Glorifica al Señor, Jerusalén.

Mt 5, 17-19. Quien cumpla y enseñe será grande.

Jueves 24

Jer 7, 23-28. Aquí está la gente que no escuchó la voz del Señor, su Dios.

Sal 94. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón».

Lc 11, 14-23. El que no está conmigo está contra mí.

Viernes 25

La Anunciación del Señor. Solemnidad.

Is 7,10-14;8,10. Mirad la Virgen está encinta.

Sal 39. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.

Hb 10,4-10. Está escrito en el libro: «Aquí estoy, ¡oh Dios!, para hacer tu voluntad».

Lc 1,26-38. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo.

Sábado 26

Os 6,1b-6. Quiero misericordia, y no sacrificios.

Sal 50. Quiero misericordia, y no sacrificios.

Lc 18,9-14. El publicano bajó a su casa justificado, y el fariseo no.


Lectura del santo evangelio según san Lucas 9, 28b-36

    En aquel tiempo, tomó Jesús a Pedro, a Juan y a Santiago y subió a lo alto del monte para orar. Y, mientras oraba, el aspecto de su rostro cambió y sus vestidos brillaban de resplandor.

    De repente, dos hombres conversaban con él: eran Moisés y Elías, que, apareciendo con gloria, hablaban de su éxodo, que iba a consumar en Jerusalén. Pedro y sus compañeros se caían de sueño, pero se espabilaron y vieron su gloria y a los dos hombres que estaban con él.

    Mientras éstos se alejaban, dijo Pedro a Jesús:

    «Maestro ¡qué bueno es que estemos aquí! Haremos tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías». No sabia lo que decía.

    Todavía estaba diciendo esto, cuando llegó una nube que los cubrió con su sombra. Se llenaron de temor al entrar en la nube. Y una voz desde la nube decía:

    «Este es mi Hijo, el Elegido, escuchadlo».

    Después de oírse la voz, se encontró Jesús solo. Ellos guardaron silencio y, por aquellos días, no contaron a nadie nada de lo que habían visto.

Lunes 14

Dn 9, 4b-10. Hemos pecado, hemos cometido crímenes.

Sal 78. Señor, no nos trates como merecen nuestros pecados.

Lc 6, 36-38. Perdonad, y seréis perdonados.

Martes 15

Is 1, 10. 16-20. Aprended a hacer el bien, buscad la justicia.

Sal 49. Al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios

Mt 23, 1-12. Dicen pero no hacen.

Miércoles 16

Jer 18, 18-20. Venid, lo heriremos con su propia lengua.

Sal 30. Sálvame, Señor, por tu misericordia.

Mt 20, 17-28. Lo condenarán a muerte.

Jueves 17

Jer 17, 5-10. Maldito quien confía en el hombre; bendito quien confía en el Señor.

Sal 1. Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.

Lc 16, 19-31. Recibiste tus bienes, y Lázaro males: por eso encuentra aquí consuelo, mientras que tú padeces.

Viernes 18

Gén 37, 3-4. 12-13a. 17b-28. Ahí viene el soñador, vamos a matarlo.

Sal 104. Recordad las maravillas que hizo el Señor.

Mt 21, 33-43. 45-46. Este es el heredero: venid, lo matamos.

Sábado 19

San José, esposo de la Virgen María. Solemnidad.

2 Sam 7, 4-5a. 12-14a. 16. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre.

Sal 88. Su linaje será perpetuo.

Rom 4, 13. 16-18. 22. Apoyado en la esperanza, creyó, contra toda esperanza.

Mt 1, 16. 18-21. 24a. José hizo lo que le había mandado el ángel del Señor.



Lectura del santo Evangelio según san Lucas 4, 1-13

    En aquel tiempo, Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán y el Espíritu lo fue llevando durante cuarenta días por el desierto, mientras era tentado por el diablo.

    En todos aquellos días estuvo sin comer, y al final, sintió hambre. Entonces el diablo le dijo:

    «Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan». Jesús le contestó:

    «Está escrito: “No sólo de pan vive el hombre”».

    Después, llevándole a lo alto, el diablo le mostró en un instante todos los reinos del mundo y le dijo:

    Te daré el poder y la gloria de todo eso, porque a mi me ha sido dado, y yo lo doy a quien quiero. Si tú te arrodillas delante de mi, todo será tuyo». Respondiendo Jesús, le dijo:

    «Está escrito: “Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás culto”». Entonces lo llevó a Jerusalén y lo puso en el alero del templo y le dijo:

    «Si eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo, porque está escrito: “Ha dado ordenes a sus ángeles acerca de ti, para que te cuiden”, y también: “Te sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece con ninguna piedra”». Respondiendo Jesús, le dijo:

    «Está escrito: “No tentarás al Señor, tu Dios”».

    Acabada toda tentación el demonio se marchó hasta otra ocasión.

 

Lunes 7

Lev 19, 1-2. 11-18. Juzga con justicia a tu conciudadano.

Sal 18. Tus palabras, Señor, son espíritu y vida.

Mt 25, 31-46. Cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis.

Martes 8

Is 55, 10-11. La palabra hará mi voluntad.

Sal 33. El Señor libra de sus angustias a los justos.

Mt 6, 7-15. Vosotros rezad así.

Miércoles 9

Jon 3, 1-10. Los ninivitas se convirtieron de su mala vida.

Sal 50. Un corazón quebrantado y humillado, tú, Dios mío, no lo desprecias.

Lc 11, 29-32. A esta generación no se le dará más signo que el signo de Jonás.

Jueves 10

Est 14, 1. 3-5. 12-14. No tengo otro auxilio fuera de ti, Señor.

Sal 137. Cuando te invoqué, me escuchaste, Señor.

Mt 7, 7-12. Quien pide recibe.

Viernes 11

Ez 18, 21-28. ¿Acaso quiero yo la muerte del malvado, y no que se convierta de su conducta y que viva?

Sal 129. Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir?

Mt 5, 20-26. Vete primero a reconciliarte con tu hermano.

Sábado 12

Dt 26, 16-19. Serás el pueblo santo del Señor.

Sal 118. Dichoso el que camina en la ley del Señor.

Mt 5, 43-48. Sed perfectos como vuestro Padre celestial.


Lectura del santo Evangelio según san Lucas 6, 39-45

    En aquel tiempo, dijo Jesús a los discípulos una parábola:

    «¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo?

    No está el discípulo sobre su maestro, si bien, cuando termine su aprendizaje, será como su maestro.

    ¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo?

    ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: “Hermano, déjame que te saque la mota del ojo”, sin fijarte en la viga que llevas en el tuyo? ¡Hipócrita! Sácate primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la mota del ojo de tu hermano. Pues no hay árbol sano que dé fruto malo, ni árbol malo que dé fruto bueno; por ello, cada árbol se conoce por su fruto; porque no se recogen higos de las zarzas, ni se vendimian racimos de los espinos.

    El hombre bueno, de la bondad que atesora en su corazón saca el bien, y el que es malo, de la maldad saca el mal; porque de lo que rebosa del corazón habla la boca».

 

Lunes 28

1P 1,3-9. No habéis visto a Jesucristo, y lo amáis; creéis en él y os alegráis con un gozo inefable.

Sal 110. El Señor recuerda siempre su alianza.

Mc 10,17-27. Vende lo que tienes y sígueme.

Martes 1

1P 1,10-16. Predecían la gracia destinada a vosotros, por eso controlaos bien, estando a

la expectativa.

Sal 97. El Señor da a conocer su victoria.

Mc 10,28-31. Recibiréis en este tiempo cien veces más, con persecuciones, y en la edad futura, vida eterna.

Miércoles 2

Miércoles de Ceniza. Feria.

Jl 2, 12-18. Rasgad los corazones y no las vestiduras.

Sal 50. Misericordia, Señor: hemos pecado.

2 Cor 5, 20-6, 2. Reconciliaos con Dios: ahora es tiempo favorable.

Mt 6, 1-6. 16-18. Tu Padre, que ve en lo secreto, te lo pagará.

Jueves 3

Jueves después de Ceniza. Feria.

Dt 30, 15-20. Hoy te pongo delante bendición y maldición.

Sal 1. Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.

Lc 9, 22-25. El que pierda su vida por mi causa la salvará.

Viernes 4

Viernes después de Ceniza. Feria.

Is 58, 1-9a. Este es el ayuno que yo quiero.

Sal 50. Un corazón quebrantado y humillado, tú, Dios mío, no lo desprecias.

Mt 9, 14-15. Cuando se lleven al esposo, entonces ayunarán.

Sábado 5

Sábado después de Ceniza. Feria.

Is 58, 9b-14. Cuando partas tu pan con el hambriento…brillará tu luz en las tinieblas.

Sal 85. Enséñame Señor, tu camino, para que siga tu verdad.

Lc 5, 27-32. No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores a que se conviertan.


Lectura del santo Evangelio según san Lucas 6, 27-38

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

    «A vosotros los que me escucháis os digo: amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian, bendecid a los que os maldicen, orad por los que os calumnian.

    Al que te pegue en una mejilla, preséntale la otra; al que te quite la capa, no le impidas que tome también la túnica. A quien te pide, dale; al que se lleve lo tuyo, no se lo reclames.

    Tratad a los demás como queréis que ellos os traten. Pues, si amáis sólo a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores aman a los que los aman. Y si hacéis bien sólo a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores hacen lo mismo. Y si prestáis a aquellos de los que esperáis cobrar, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores prestan a otros pecadores, con intención de cobrárselo.

Por el contrario, amad a vuestros enemigos, haced el bien y prestad sin esperar nada; será grande vuestra recompensa y seréis hijos del Altísimo, porque él es bueno con los malvados y desagradecidos.

    Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso; no juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados; dad, y se os dará: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante, pues con la medida que midiereis se os medirá a vosotros».

Lunes 21

St 3,13-18. Si tenéis el corazón amargado por la envidia y las rivalidades, no andéis

gloriándoos.

Sal 18,8.9.10.15. Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.

Mc 9,14-29. Tengo fe, pero dudo, ayúdame.

Martes 22

La Cátedra del Apóstol san Pedro. Fiesta.

1Pe 5,1-4. Presbítero como ellos y testigo de los sufrimientos de Cristo.

Sal 22. El Señor es mi pastor, nada me falta.

Mt 16,13-19. Tú eres Pedro, y te daré las llaves del Reino de los cielos.

Miércoles 23

San Policarpo, obispo y mártir. Memoria.

St 4,13-17. ¿Qué es vuestra vida? Debéis decir así: «Si el Señor lo quiere».

Sal 48,2-3.6-7.8-10.11. Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.

Mc 9,38-40. El que no está contra nosotros está a favor nuestro.

Jueves 24

St 5,1-6. El jornal defraudado a los obreros está clamando contra vosotros y su clamor ha llegado hasta el oído del Señor.

Sal 48. Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.

Mc 9,41-50. Más te vale entrar manco en la vida que ir con las dos manos al infierno.

Viernes 25

St 5,9-12. Mirad que el juez está a la puerta.

Sal 102,1-2.3-4.8-9.11-12. El Señor es compasivo y misericordioso.

Mc 10,1-12. Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre.

Sábado 26

St 5,13-20. Mucho puede la oración intensa del justo.

Sal 140,1-2.3.8. Suba mi oración como incienso en tu presencia, Señor.

Mc 10,13-16. El que no acepte el reino de Dios como un niño, no entrará en él.


Lectura del santo Evangelio según san Lucas 6, 17. 20-26

    En aquel tiempo, Jesús bajó del monte con los Doce, se paró en una llanura con un grupo grande de discípulos y una gran muchedumbre del pueblo, procedente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón.

    Él, levantando los ojos hacia sus discípulos, les decía:

    «Bienaventurados los pobres, porque vuestro es el reino de Dios.

    Bienaventurados los que ahora tenéis hambre, porque quedaréis saciados.

    Bienaventurados los que ahora lloráis, porque reiréis.

    Bienaventurados vosotros cuando os odien los hombres, y os excluyan, y os insulten, y proscriban vuestro nombre como infame, por causa del Hijo del hombre. Alegraos ese día y saltad de gozo, porque vuestra recompensa será grande en el cielo. Eso es lo que hacían vuestros padres con los profetas. Pero, ¡ay de vosotros, los ricos!, porque ya habéis recibido vuestro consuelo.

    ¡Ay de vosotros, los que estáis saciados!, porque tendréis hambre!     ¡Ay de los que ahora reís, porque haréis duelo y lloraréis!

    ¡Ay si todo el mundo habla bien de vosotros! Eso es lo que vuestros padres hacían con los falsos profetas».


Lunes 14

San Cirilo, monje, y san Metodio, obispo, patronos de Europa. Fiesta.

Hch 13,46-49. Sabed que nos dedicamos a los gentiles.

Sal 116. Id al mundo entero y proclamad el evangelio.

Lc 10,1-9. La mies es abundante y los obreros pocos.

Martes 15

St 1,12-18. Dios no tienta a nadie.

Sal 93,12-13a.14-15.18-19. Dichoso el hombre a quien tú educas, Señor.

Mc 8,14-21. Tened cuidado con la levadura de los fariseos y con la de Herodes.

Miércoles 16

St 1,19-27. Llevad a la práctica la palabra y no os limitéis a escucharla.

Sal 14,2-3ab.3cd-4ab.5. ¿Quién puede habitar en tu monte santo, Señor?

Mc 8,22-26. El ciego estaba curado y veía todo con claridad.

Jueves 17

St 2,1-9. ¿Acaso no ha elegido Dios a los pobres? Vosotros en cambio habéis afrentado al pobre.

Sal 33,2-3.4-5.6-7. Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha.

Mc 8,27-33. Tú eres el Mesías. El Hijo del Hombre tiene que padecer mucho.

Viernes 18

St 2,14-24.26. Lo mismo que un cuerpo sin espíritu es un cadáver, también la fe sin obras.

Sal 111,1-2.3-4.5-6. Dichoso quien ama de corazón los mandatos del Señor.

Mc 8,34-9,1. El que pierda su vida por mí y por el Evangelio, la salvará.

Sábado 19

St 3,1-10. La lengua, ningún hombre es capaz de domarla.

Sal 11,2-3.4-5.7-8ab. Tú nos guardarás, Señor.

Mc 9,2-13. Se transfiguró delante de ellos.


Lectura del santo Evangelio según san Lucas 5, 1 -11

    En aquel tiempo, la gente se agolpaba alrededor de Jesús para oír la palabra de Dios. Estando él de pie junto al lago de Genesaret, vio dos barcas que estaban en la orilla; los pescadores, que habían desembarcado, estaban lavando las redes.

    Subiendo a una de las barcas, que era la de Simón, le pidió que la apartara un poco de tierra. Desde la barca, sentado, enseñaba a la gente. Cuando acabó de hablar, dijo a Simón:

    «Rema mar adentro, y echad vuestras redes para la pesca». Respondió Simón y dijo:

    «Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no hemos cogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes».

    Y, puestos a la obra, hicieron una redada tan grande de peces que las redes comenzaban a reventarse.

    Entonces hicieron señas a los compañeros, que estaban en la otra barca, para que vinieran a echarles una mano. Vinieron y llenaron las dos barcas, hasta el punto de que casi se hundían. Al ver esto, Simón Pedro se echó a los pies de Jesús diciendo:

    «Señor, apártate de mí, que soy un hombre pecador».

    Y es que el estupor se había apoderado de él y de los que estaban con él, por la redada de peces que habían recogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Jesús dijo a Simón:

    «No temas; desde ahora serás pescador de hombres».

    Ellos sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron.

 

Lunes 7

1R 8,1-7.9-13. Llevaron el arca de la alianza al Santísimo, y la nube llenó el templo.

Sal 131,6-7.8-10. Levántate, Señor, ven a tu+ mansión.

Mc 6,53-56. Los que le tocaban se ponían sanos.

Martes 8

1R 8,22-23.27-30. Sobre este templo quisiste que residiera tu nombre. Escucha la súplica de tu pueblo, Israel.

Sal 83,3.4.5.10.11. ¡Qué deseables son tus moradas, Señor de los ejércitos!

Mc 7,1-13. Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres.

Miércoles 9

1R 10,1-10. La reina de Saba vio la sabiduría de Salomón.

Sal 36,5-6.30-31.39-40. La boca del justo expone la sabiduría.

Mc 7,14-23. Lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre.

Jueves 10

Santa Escolástica, virgen. Memoria

1Re 11, 4-13. Por no guardar la alianza, voy a arrancar el reino de tus manos; pero daré a tu hijo una tribu, en atención a David.

Sal 105. Acuérdate de mí, Señor, por amor a tu pueblo.

Mc 7, 24-30. Los perros, debajo de la mesa, comen las migajas que tiran los niños.

Viernes 11

1R 11,29-32;12,19. Se independizó Israel de la casa de David.

Sal 80,10-11ab.12-13.14-15. Yo soy el Señor. Dios tuyo: escucha mi voz.

Mc 7,31-37. Hace oír a los sordos y hablar a los mudos.

Sábado 12

1R 12,26-32; 13,33-34. Jeroboán hizo dos becerros de oro.

Sal 105,6-7a.19-20.21-22. Acuérdate de mí, Señor, por amor a tu pueblo.

Mc 8,1-10. La gente comió hasta quedar satisfecha.


Lectura del santo Evangelio según san Lucas 4, 21-30

    En aquel tiempo, Jesús comenzó a decir en la sinagoga:

    «Hoy se ha cumplido esta Escritura que acabáis de oír»

    Y todos le expresaban su aprobación y se admiraban de las palabras de gracia que salían de su boca.

Y decían:

    «¿No es éste el hijo de José?» Pero Jesús les dijo:

«Sin duda me diréis aquel refrán: “Médico, cúrate a ti mismo”; haz también aquí, en tu pueblo, lo que hemos oído que has hecho en Cafarnaún» Y añadió:

    «En verdad os digo que ningún profeta es aceptado en su pueblo. Puedo aseguraros que en Israel había muchas viudas en los días de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías sino a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo, sin embargo, ninguno de ellos fue curado sino Naamán, el sirio».

    Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo echaron fuera del pueblo y lo llevaron hasta un precipicio del monte sobre el que estaba edificado su pueblo, con intención de despeñarlo.

    Pero Jesús se abrió paso entre ellos y se seguía su camino.

 

Lunes 31

San Juan Bosco. Memoria.

2Sam 15, 13-14.30; 16, 5-13a. Huyamos ante Absalón. Dejad a Semeí que me maldiga, porque se lo ha mandado el Señor.

Sal 3. Levántate, Señor, sálvame.

Mc 5, 1-20. Espíritu inmundo, sal de este hombre.

Martes 1

2S 18,9-10.14b.24-25a.30-19.3. ¡Hijo mío, perdón! ¡Ojalá hubiese muerto yo en vez de ti!

Sal 85,1-2.3-4.5-6. Inclina tu oído, Señor, escúchame.

Mc 5,21-41. Contigo hablo, niña, levántate.

Miércoles 2

Presentación del Señor. Fiesta.

Mal 3, 1-4. Entrará en el santuario el Señor a quien vosotros buscáis.

o bien: Heb 2, 14-18. Tenía que parecerse en todo a sus hermanos.

Sal 23. El Señor, Dios de los ejércitos, es el Rey de la gloria.

Lc 2, 22-40. Mis ojos han visto a tu Salvador.

Jueves 3

1R 2,1-4.10-12. Yo emprendo el viaje de todos. ¡Ánimo, Salomón, sé un hombre!

Sal: 1Cro 29,10-12. Tú eres Señor del universo.

Mc 6,7-13. Los fue enviando.

Viernes 4

Si 47,2-13. De todo corazón amó David a su Creador, entonando salmos cada día.

Sal 17,31.47.50. 51: Bendito sea mi Dios y Salvador.

Mc 6,14-29. Es Juan, a quien yo decapité, que ha resucitado.

Sábado 5

Santa Águeda, virgen y mártir. Memoria.

1Re 3, 4-13. Concede a tu siervo un corazón dócil para juzgar a tu pueblo.

Sal 118. Enséñame, Señor, tus decretos.

Mc 6, 30-34. Andaban como ovejas sin pastor.


Lectura del santo Evangelio según san Lucas 1, 1-4; 4, 14-21

    Ilustre Teófilo:

    Puesto que muchos han emprendido la tarea de componer un relato de los hechos que se han cumplido entre nosotros, como nos los transmitieron los que fueron desde el principio testigos oculares y servidores de la palabra, también yo después he resuelto escribírtelos por su orden, después de investigarlo todo diligentemente desde el principio, para que conozcas la solidez de las enseñanzas que has recibido. En aquel tiempo, Jesús volvió a Galilea con la fuerza del Espíritu; y su fama se extendió por toda la comarca. Enseñaba en las sinagogas, y todos lo alababan.

    Fue a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga, como era su costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el rollo del profeta Isaías y, desenrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito:

    «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado a evangelizar a los pobres, a proclamar a los cautivos la libertad, y a los ciegos, la vista; a poner en libertad a los oprimidos; para proclamar el año de gracia del Señor». Y, enrollando el rollo y devolviéndolo al que le ayudaba, se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos clavados en él.

    Y él comenzó a decirles:

    «Hoy se ha cumplido esta Escritura que acabáis de oír».


Lunes 24

San Francisco de Sales, obispo y doctor de la Iglesia. Memoria.

2Sam 5,1-7.10. Tú serás el pastor de mi pueblo. Israel.

Sal 88,20.21-22.25-26. Mi fidelidad y misericordia lo acompañarán.

Mc 3,22-30. Satanás está perdido.

Martes 25

La conversión de san Pablo. Fiesta

Hch 22, 3-16. Levántate, recibe el bautismo que, por la invocación del nombre de Jesús, lavará tus pecados.

Sal 116. Id al mundo entero y proclamad el evangelio.

Mc 16, 15-18. Id al mundo entero y proclamad el evangelio.

Miércoles 26

Santos Timoteo y Tito, obispos. Memoria.

1Tim 1,1-8.Refrescando la memoria de tu fe sincera.

O bien

Tt 1,1-5. Tito, verdadero hijo mío en la fe que compartimos.

Sal 95,1-2a.2b-3.7-8a.10. Contad las maravillas del Señor a todas las naciones.

Mc 4, 1-20. Salió el sembrador a sembrar.

Jueves 27

2S 7,18-19.24-29. ¿Quién soy yo, mi Señor, y qué es mi familia?

Sal 131,1-2.3-5.11.12.13-14. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre.

Mc 4,21-25. El candil se trae para ponerlo en el candelero. La medida que uséis la usarán con vosotros.

Viernes 28

Santo Tomás de Aquino. Memoria

2S 11, 1-4a.5-10a.13-17. Te has burlado de mí casándote con la mujer de Urías.

Sal 50. Misericordia, Señor, que hemos pecado.

Mc 4, 26-34. Echa simiente, duerme, y la semilla va creciendo sin que él sepa cómo.

Sábado 29

2S 12,1-7a.10-17. ¡He pecado contra el Señor!

Sal 50,12-13,14-15.16-17. Oh Dios, crea en mí un corazón puro.

Mc 4,35-41. ¿Quién es éste? ¡Hasta el viento y las aguas le obedecen!


Lectura del santo Evangelio según san Juan 2, 1-11

    En aquel tiempo, había una boda en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Jesús y sus discípulos estaban también invitados a la boda.

    Faltó el vino, y la madre de Jesús le dijo:

- «No tienen vino». Jesús le dice:

- «Mujer, ¿qué tengo yo que ver contigo? Todavía no ha llegado mi hora». Su madre dice a los sirvientes:

- «Haced lo que él diga».

    Había allí colocadas seis tinajas de piedra, para las purificaciones de los judíos, de unos cien litros cada una. Jesús les dijo:

- «Llenad las tinajas de agua». Y las llenaron hasta arriba.

    Entonces les dice:

- «Sacad ahora y llevádselo al mayordomo». Ellos se lo llevaron.

    El mayordomo probó el agua convertida en vino sin saber de dónde venía (los sirvientes sí lo sabían, pues habían sacado el agua), y entonces llamó al esposo y le dice:

- «Todo el mundo pone primero el vino bueno y, cuando ya están bebidos, el peor; tú, en cambio, has guardado el vino bueno hasta ahora». Este fue el primero de los signos que Jesús realizó en Caná de Galilea; así manifestó su gloria, y sus discípulos creyeron en él.


Lunes 17

San Antonio, abad. Memoria.

1S 15,16-23. Obedecer vale más que un sacrificio. El Señor te rechaza como rey.

Sal 49. Al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios.

Mc 2,18-22. El novio está con ellos.

Martes 18

1S 16,1-13. Ungió Samuel a David en medio de sus hermanos y, en aquel momento lo invadió el espíritu del Señor.

Sal 88. Encontré a David, mi siervo.

Mc 2,23-28. El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado.

Miércoles 19

1S 17,32-33.37.40-51. Venció David al filisteo con la honda y una piedra.

Sal 143. Bendito el Señor, mi Roca.

Mc 3,1-6. ¿Está permitido en sábado salvarle la vida a un hombre o dejarlo morir?

Jueves 20

1S 18,6-9; 19,1-7. Mi padre Saúl te busca para matarte.

Sal 55. En Dios confío y no temo.

Mc 3,7-12. Los espíritus inmundos gritaban «Tú eres el Hijo de Dios», pero Él les prohibía que lo diesen a conocer.

Viernes 21

Santa Inés, virgen y mártir. Memoria.

1S 24,3-21. No extenderé la mano contra él, porque es el ungido del Señor.

Sal 56. Misericordia, Dios mío, misericordia.

Mc 3,13-19. Llamó a los que quiso y los hizo sus compañeros.

Sábado 22

San Vicente, diácono y mártir. Memoria.

2S 1,1-4.11-12.19.23-27. ¡Cómo cayeron los valientes en el combate!

Sal 79. Que brille tu rostro, Señor, y nos salve.

Mc 3,20-21. Su familia decía que no estaba en sus cabales.


Lectura del santo Evangelio según san Lucas 3,15-16.21-22

    En aquel tiempo, el pueblo estaba expectante, y todos se preguntaban en su interior sobre Juan si no sería el Mesías, Juan les respondió dirigiéndose a a todos: “Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo, a quien no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego”.

    Y sucedió que, cuando todo el pueblo era bautizado, también Jesús fue bautizado; y, mientras oraba, se abrieron los cielos, bajó el Espíritu Santo sobre él con apariencia corporal semejante a una paloma, y vino una voz del cielo:

    “Tú eres mi Hijo, el amado; en ti me complazco”.

          El tiempo ordinario comienza el lunes que sigue al domingo posterior al 6 de enero y se extiende hasta el martes antes de Cuaresma inclusive; de nuevo comienza el lunes después del domingo de Pentecostés y termina antes de las primeras Vísperas del domingo I de Adviento.

Lunes 10

1Sam 1, 1-8. Su rival insultaba a Ana, porque el Señor la había hecho estéril.

Sal 115. Te ofreceré, Señor, un sacrificio de alabanza.

Mc 1, 1-14. Convertíos y creed la Buena Noticia.

Martes 11

1Sam 1, 9-20. El Señor se acordó de Ana y dio a luz un hijo, Samuel.

Salmo: 1 Sam 2, 1-8. Mi corazón se regocija por el Señor, mi Salvador.

Mc 1, 21-28. Le enseñaba con autoridad.

Miércoles 12

1Sam 3, 1-10.19-20. Habla, Señor, que tu siervo escucha.

Sal 39. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.

Mc 1, 29-39. Curó a muchos enfermos de diversos males.

Jueves 13

1Sam 4, 1-11. Derrotaron a los israelitas y el arca de Dios fue capturada.

Sal 43. Redímenos, Señor, por tu misericordia.

Mc 1, 40-45. La lepra se le quitó y quedó limpio.

Viernes 14

1Sam 8, 4-7.10-22a. Gritaréis contra el rey, pero Dios no os responderá.

Sal 88. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.

Mc 2, 1-12. El Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados.

Sábado 15

1Sam 9, 1-4.17-19; 10, 1a. Ese es el hombre de quien habló el Señor; Saúl regirá a su pueblo.

Sal 20. Señor, el rey se alegra por tu fuerza.

Mc 2, 13-17. No he venido a llamar justos, sino pecadores.



  Lectura del santo Evangelio según san Juan 1, 1-18

    En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba junto a Dios, y el Verbo era Dios.

    Él estaba en el principio junto a Dios.

    Por medio de él se hizo todo, y sin él no se hizo nada de cuanto se ha hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.

    La luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no la recibió.

    Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. No era él la luz, sino el que daba testimonio de la luz.

    El Verbo era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre, viniendo al mundo. En el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de él, y el mundo no la conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron.

    Pero a cuantos la recibieron, les dio poder de ser hijos de Dios, a los que creen en su nombre.

    Estos no han nacido de sangre, ni de deseo de carne, ni de deseo de varón, sino que han nacido de Dios.

    Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria como del Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.

    Juan da testimonio de él y grita diciendo: «Este es de quien dije: el que viene detrás de mí se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo».

    Pues de su plenitud todos hemos recibido, gracia tras gracia.

    Porque la ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad nos han llegado por medio de Jesucristo.

    A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios unigénito, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer.

Para la Semana

Lunes 3

1Jn 2,29-3,6. Todo el que permanece en él no peca.

Sal 97. Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios.

Jn 1,29-34. Este es el Cordero de Dios.

Martes 4

1Jn 3,7-10. No puede pecar, porque ha nacido de Dios.

Sal 97. Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios.

Jn 1,35-42. Hemos encontrado al Mesías.

Miércoles 5

1Jn 3,11-21. Hemos pasado de la muerte a la vida porque amamos a los hermanos.

Sal 99. Aclama al Señor, tierra entera.

Jn 1,43-51. Tú eres el Hijo de Dios, el Rey de Israel.

Jueves 6

Epifanía del Señor. Solemnidad.

Is 60, 1-6. La gloria del Señor amanece sobre ti.

Sal 71. Se postrarán ante ti, Señor, todos los pueblos de la tierra.

Ef 3, 2-3a. 5-6. Ahora ha sido revelado que también los gentiles son coherederos de la

promesa.

Mt 2, 1-12. Venimos de Oriente a adorar al Rey.

Viernes 7

1Jn 3,22-4,6. Examinad si los espíritus vienen de Dios.

Sal 2. Te daré en herencia las naciones.

Mt 4,12-17.23-25. Está cerca el reino de los cielos.

Sábado 8

1Jn 4,7-10. Dios es amor.

Sal 71. Que todos los pueblos de la tierra se postren ante ti, Señor.

Mc 6,34-44. Jesús se revela como profeta en la multiplicación de los panes.

 

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