LECTURAS 2024 - 2

 


Lectura del santo Evangelio según san Lucas 6, 17. 2026

    En aquel tiempo, Jesús bajó del monte con los Doce, se paró en una llanura con un grupo grande de discípulos y una gran muchedumbre del pueblo, procedente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón.

    Él, levantando los ojos hacia sus discípulos, les decía:

    «Bienaventurados los pobres, porque vuestro es el reino de Dios.

    Bienaventurados los que ahora tenéis hambre, porque quedaréis saciados.

    Bienaventurados los que ahora lloráis, porque reiréis.

    Bienaventurados vosotros cuando os odien los hombres, y os excluyan, y os insulten, y proscriban vuestro nombre como infame, por causa del Hijo del hombre. Alegraos ese día y saltad de gozo, porque vuestra recompensa será grande en el cielo. Eso es lo que hacían vuestros padres con los profetas. Pero, ¡ay de vosotros, los ricos!, porque ya habéis recibido vuestro consuelo.

    ¡Ay de vosotros, los que estáis saciados!, porque tendréis hambre! ¡Ay de los que ahora reís, porque haréis duelo y lloraréis!

    ¡Ay si todo el mundo habla bien de vosotros! Eso es lo que vuestros padres hacían con los falsos profetas»

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Lc 6, 17. 20-26. ”Él levantando los ojos hacia sus discípulos, les dice: «Bienaventurados los pobres… pero ¡ay de vosotros los ricos…»”.       

    Y no por ser lo uno o lo otro, sino por el lugar en donde o en quien pongo mi confianza, en los ídolos que me fabrico, o en ti mi Dios, pues solo a ti he de adorar que dice el primer mandamiento, por eso, como me dice el Salmo (Sl 1), solo “seré dichoso si he puesto mi confianza en ti, Señor”, entonces “seré como árbol plantado junto al agua (tu gracia, Señor)… y mi follaje estará siempre verde y no dejaré de dar fruto” (Jr. 17,8), y, contigo y con tu gracia, seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día del Señor.

El Párroco

 

El texto de Lucas 6,17.20-26 nos presenta las Bienaventuranzas y Ay de ustedes, donde Jesús proclama quiénes son verdaderamente felices a los ojos de Dios y advierte sobre los peligros de confiar solo en las seguridades humanas.

Reflexión

Jesús baja a la llanura y se encuentra con una multitud diversa: discípulos, enfermos, curiosos y necesitados. En ese contexto, proclama las Bienaventuranzas, que invierten la lógica del mundo: los pobres, los que lloran, los perseguidos, son los bienaventurados porque Dios los acoge y les promete su Reino. En contraste, los “ay de ustedes” son advertencias para quienes se aferran a las riquezas, el placer y la aprobación humana, olvidando la justicia y la solidaridad.

Este mensaje nos invita a revisar dónde ponemos nuestra confianza: ¿en Dios o en las seguridades del mundo? Nos desafía a ser solidarios con los que sufren y a buscar una felicidad basada en el amor y la justicia del Reino de Dios.

Padre Carlos Domínguez

Vicario Parroquial de San José, Mérida

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 V SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

Sábado, 15 de febrero de 2025

Gen 3, 9-24. El Señor Dios lo expulsó del jardín de Edén, para que labrase el suelo.

Sal 89. Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación.

Mc 8, 1-10. “Tomando los siete panes, dijo la acción de gracias, los partió y los fue dando a sus discípulos para que los sirvieran. Ellos los sirvieron a la gente…”.

    Y esto, dar de comer, lo haces porque sentías y sientes compasión de la gente. Gracias, Señor. Pero es que, además, haces a los mismos hombres, a tus discípulos, a mi partícipe de tu signo, haciéndome servidor, diácono, pues haces que sea yo quien sirva el pan a los demás, enseñándome que, esa, ha de ser mi labor, y que el gran milagro que quieres de mí es que yo reparta y comparta, sea mucho o poco, lo que tengo, mis “talentos”, que, por otro lado, son tuyos porque tú, Señor, me los has dado, y así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día de María.

El Párroco

 

    Visualiza la escena: una multitud se ha reunido para escuchar a Jesús, pero el tiempo pasa y el hambre se deja sentir entre ellos. Jesús, lleno de compasión por la necesidad de la gente, se dirige a sus discípulos con un deseo sincero de ayudar. Contempla el milagro que ocurre ante tus ojos: los siete panes y los peces se multiplican de manera asombrosa, y todos los presentes pueden comer hasta saciarse. No solo eso, sino que llenan siete canastas con los trozos que sobran. Reflexiona. A menudo, en nuestras vidas, nos enfrentamos a situaciones en las que nos sentimos limitados por nuestros recursos o habilidades. Cuando confiamos verdaderamente en Dios, y ponemos lo poco que tenemos en sus manos, Él puede hacer grandes cosas. Pregúntate: ¿Qué recursos tengo a mi disposición, por modestos que sean? ¿Cómo puedo ponerlos al servicio de los demás, confiando en la provisión divina para multiplicarlos? Confía en el poder total de Dios y déjate llevar para ser un canal de su amor y provisión en el mundo.

Padre Carlos Domínguez

  Vicario Parroquial de San José, Mérida

Viernes, 14 de febrero de 2025

Santos Cirilo, monje, y Metodio, obispo.

 Hch 13, 46-49. Sabed que nos dedicamos a los gentiles.

Sal 116.  Id al mundo entero y proclamad el Evangelio.

Lc 10, 1-9. "La mies es abundante y los obreros pocos."

Has enviado a tus discípulos, Señor, de dos en dos, sinodalmente, que es como nos quieres a anunciar a los hombres que: «El reino de Dios ha llegado a vosotros», y nos envías delante de ti para que preparemos el camino, pero es tanta la mies que me pides que rece por las vocaciones al Padre para que nos envíe obreros, pues Él es el dueño y, por tanto, lo repito muchas veces, el más interesado en que está, la mies, no se quede en el suelo pues se perdería. Gracias, Señor, por la misericordia y el amor que nos tiene, y hoy, quiero dar un paso adelante y responderte: “heme aquí, envíame a mi” (Is 15,15), para ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.

El Párroco

 

Dios envía a sus discípulos como obreros de la mies, llamándolos a ser portadores de su paz y sanación. A través de esta misión, se nos recuerda la importancia de la sencillez, la confianza en la providencia divina y la urgencia de anunciar el Reino de Dios. Así como Cirilo y Metodio llevaron el Evangelio a nuevas tierras, también nosotros estamos llamados a llevar la buena noticia a los lugares más necesitados. Señor, hazme un instrumento de tu paz y amor. Enséñame a confiar en tu providencia y a ser valiente en mi misión de anunciar tu Reino. Que, como Cirilo y Metodio, sea un portador fiel de tu palabra, llevando la esperanza y tu sanación a todos los rincones del mundo. Amén

Padre Carlos Domínguez

Vicario Parroquial de San José, Mérida

Jueves, 13 de febrero de 2025

Gen 2, 18-25. Se la presentó a Adán. Y serán los dos una sola carne.

Sal 127. Dichosos los que temen al Señor.

Mc 7, 24-30. “Los perros, debajo de la mesa, comen las migajas que tiran los niños”

 

Que verdad tan grande te da como respuesta esta mujer, sirio-fenicia y pagana dice el evangelista. Pero tú, Señor, te conmueves hasta el punto que curas a su hija “por lo que ha dicho ella”. Señor que ejemplo de humildad me da esta mujer, “se echó a tus pies”, y de confianza en su petición, y eso que era pagana. Que aprenda a no juzgar a nadie y a darme cuenta que todos los hombres somos hijos del mismo Padre, y que nos quiere  a todos, especialmente a los más necesitados, a los que, en palabras del papa, descarta la sociedad, por eso hoy, también, te pido que me aumentes la fe y la caridad hacia con todos, para que sea y viva feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz jueves eucarístico.

El Párroco

 

Permite que la paz del silencio te envuelva. Imagina a Jesús caminando, buscando un momento de descanso y soledad. Visualiza a una mujer acercándose a Jesús con humildad y fe. Su corazón está lleno de confianza en el poder sanador del Maestro. Contempla el diálogo entre ambos. Jesús, en un primer momento, parece rechazar su petición. Sin embargo, la mujer no se desanima ante esta negativa. Reflexiona sobre la lección de fe y persistencia que ella nos ofrece. A pesar de los obstáculos y aparentes rechazos, persiste, confiando en la compasión y el poder de Jesús para sanar a su hija. Pregúntate: ¿Cuáles son las situaciones en mi vida donde necesito hallar esa misma fe y persistencia? ¿Cómo puedo mantener viva la esperanza y la confianza en Dios, incluso cuando parecen insuperables mis problemas? Reconoce que, incluso en medio de nuestras pruebas más difíciles, Dios está presente, dispuesto a escucharte y a darte el consuelo y la sanación que tanto necesitas.

Padre Carlos Domínguez

Vicario Parroquial de San José, Mérida

Miércoles, 12 de febrero de 2025

Gen 2, 4b-9. 15-17. El Señor Dios tomó al hombre y lo colocó en el jardín de Edén.

 Sal 103. ¡Bendice, alma mía, al Señor!

Mc 7, 14-23. Lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre.”

Que verdad es ese refrán que dice que de lo que hay en el corazón es lo que se sale por la boda. es decir, es de lo que se habla. Un vaso solo rebosa cuando está lleno de agua. Por eso, hoy, Señor, te pido que mi corazón se llene de ti para que mis labios sólo hablen de ti, que “ninguna palabra corrompida salga de mi boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de que… no contriste al Santo Espíritu de Dios” (Ef 4,29-30). Así, lleno de ti, de ti solo hablaré, pues es lo que habrá en mi corazón, y solo hablaré de amor y seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.

El Párroco

 

Cierra tus ojos, sosiégate, e imagina el principio de todas las cosas. Visualiza cómo, con amor y cuidado, el Padre Eterno te forma a ti con sus manos divinas, moldeando cada detalle de tu ser, y el aliento de vida sopla en ti. Contempla el jardín que Dios planta para ti; un oasis de belleza y abundancia en medio de la creación. Imagínate colocado por Dios en este jardín como su cuidador y guardián. Dios te confía esa responsabilidad y te otorga el libre albedrío para decidir tu destino. El mundo creado por Dios es bueno. Por ello, «ninguna cosa que entra de fuera puede hacer impuro al hombre». Pregúntate: ¿Cuáles son los «árboles» en mi vida que representan la elección entre el bien y el mal? Permite que la voz suave y amorosa de Dios te guíe hacia la comprensión más profunda de tu propósito en este mundo.

Padre Carlos Domínguez

Vicario Parroquial de San José, Mérida

Martes, 11 de febrero de 2025

.Gen 1, 20 — 2, 4a. Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza.

Sal 8. ¡Señor, Dios nuestro, qué admirable es tu nombre en toda la tierra!

Mc 7, 1-13. “Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres.”

¡Señor, la quejas que lanzas hoy que actual es!, pues, todavía, seguimos en las mismas y sustituimos, cuando no anulamos, tu único mandamiento de amarte a ti y amar al prójimo, tu único, y nos aferramos a tradiciones y pequeñas normas que, las más de las veces, no dejan de ser ocurrencias de gente buena, no me cabe la menor duda, pero que no es tu norma, sino tradiciones humanas. Señor, que me aferré en cumplir tu mandato: el amor, así, como dice san Agustín, “podré hacer lo que quiera”, y es que, al final de mi vida, solo me examinarás en el amor, y es amando como seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.

El Párroco

Los fariseos y maestros de la ley observan con atención a Jesús. Y surge un conflicto sobre la observancia de las tradiciones ceremoniales. ¿Por qué esta observancia ritual les importaba tanto? Jesús va más allá de las tradiciones externas y señala la importancia del corazón humano. Lo que contamina a la persona no es lo que entra en ella desde fuera, sino lo que sale de su corazón: los malos pensamientos, las acciones dañinas y las actitudes malvadas y egoístas. Pregúntate: ¿Qué actitudes y pensamientos albergo en mi corazón? ¿Hay algún resentimiento, envidia, oscuridad o juicio? Deja que la luz del amor divino penetre en cada rincón de tu ser, purificando y renovando tu corazón. La verdadera pureza proviene de ahí y se refleja en nuestras acciones y actitudes hacia los demás. Señor, ayúdame para que mis prácticas religiosas estén siempre enraizadas en el amor y la compasión. Guíame hacia una vida de autenticidad y plenitud en la presencia divina. Amén.

Padre Carlos Domínguez

Vicario Parroquial de San José, Mérida

Lunes, 10  de febrero de 2025

Gen 1, 1-19. Dijo Dios, y así fue.

Sal 103. Goce el Señor con sus obras.

Mc 6, 53-56. “Los que lo tocaban se curaban.

Gracias, Señor, porque no has venido a llamar a los sanos sino a los enfermos, pues somos los que necesitamos de médico. Gracias, Señor, porque yo estoy entre los llamados por necesitado y dejas que te toque, ¡auméntame la fe!, pues como muchas veces digo, yo no solo te toco la orla del manto, sino que te comulgo. ¡Cúrame, Señor!, pero cúrame de lo más importante, de mi falta de fe. Creo, Señor, pero aumenta mi fe para ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.

El Párroco

 

El relato de la creación nos lleva de vuelta al principio mismo de toda existencia. Nos sumerge en el misterio y la majestad del acto creador de Dios, que da origen al universo entero. En el silencio primordial, Dios pronuncia la palabra que da vida y ordena la creación. Cada parte del universo proclama la grandeza de su Creador, desde la luz que ilumina la oscuridad hasta el aire que llena los cielos. Este relato nos invita a reflexionar sobre nuestra propia posición en el orden creado. Somos parte de esta magnífica obra de Dios, con un propósito divino. Debemos cuidar y preservar este mundo que Dios nos ha dado como hogar y en el que hay tantos hermanos y hermanas que necesitan «tocar siquiera el borde de su capa». Que seamos capaces de acercarles al Señor con nuestra vida.

Padre Carlos Domínguez

Vicario Parroquial de San José, Mérida

 
 

Lectura del santo Evangelio según san Lucas 5, 1 11

En aquel tiempo, la gente se agolpaba alrededor de Jesús para oír la palabra de Dios. Estando él de pie junto al lago de Genesaret, vio dos barcas que estaban en la orilla; los pescadores, que habían desembarcado, estaban lavando las redes.

Subiendo a una de las barcas, que era la de Simón, le pidió que la apartara un poco de tierra. Desde la barca, sentado, enseñaba a la gente.

Cuando acabó de hablar, dijo a Simón:

«Rema mar adentro, y echad vuestras redes para la pesca».

Respondió Simón y dijo:

«Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no hemos cogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes».

Y, puestos a la obra, hicieron una redada tan grande de peces que las redes comenzaban a reventarse.

Entonces hicieron señas a los compañeros, que estaban en la otra barca, para que vinieran a echarles una mano. Vinieron y llenaron las dos barcas, hasta el punto de que casi se hundían. Al ver esto, Simón Pedro se echó a los pies de Jesús diciendo:

«Señor, apártate de mí, que soy un hombre pecador».

Y es que el estupor se había apoderado de él y de los que estaban con él, por la redada de peces que habían recogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón.

Jesús dijo a Simón:

«No temas; desde ahora serás pescador de hombres».

Ellos sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron.


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 Lc 5,1-11: “Sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron”.

Y es que, ante la grandeza a la misión que me llamas, Señor, siento el miedo a la misma y, como Isaías, Pablo, Simón Pedro y los demás llamados de todos los siglos, me veo pequeño, como “un aborto que no merezco ser llamado Apóstol, que dirá Pablo, o un “hombre de labios impuros”, dice Isaías, o, como Simón, te diré, “apártate de mí, que doy un hombre pecador”. Pero, así y todo, conociendo mi historia personal y sabiendo como soy, me llamas, y es que no llamas a los capacitados sino que capacitas a los que llamas, a mí solo me queda responderte como Isaías: “aquí estoy, mándame”, o luchar como Pablo, y a pesar de mi indignidad, poder llegar a decir que “tu gracia no se ha frustrado en mi”, o, como los Apóstoles, dejar mi antigua vida y seguirte, solo así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día del Señor.

El Párroco

 

Lucas 5,1-11 nos presenta el llamado de Jesús a los primeros discípulos, cuando después de una noche de pesca infructuosa, Simón Pedro y sus compañeros obedecen la orden de Jesús de echar nuevamente las redes y terminan con una pesca milagrosa. Ante esto, Pedro se siente indigno, pero Jesús le dice: “No temas, desde ahora serás pescador de hombres.”

Esta escena nos invita a confiar en Dios incluso cuando nuestras fuerzas parecen insuficientes. Muchas veces, como Pedro, nos sentimos incapaces o indignos, pero Jesús nos llama a confiar y a lanzarnos nuevamente a la vida con esperanza. Él transforma nuestras debilidades en oportunidades para servir y dar fruto. La clave está en la obediencia y en no temer cuando Él nos invita a algo más grande.

 

Padre Carlos Domínguez

Vicario Parroquial de San José, Mérida

 


 
 
 IV SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

Sábado, 8 de febrero de 2025

Heb 13, 15-17. 20-21. Que el Dios de la paz, que hizo retornar de entre

los muertos al gran pastor, os confirme en todo bien.

Sal 22. El Señor es mi pastor, nada me falta.

Mc 6, 30-34. “«Venid vosotros a solas a un lugar desierto a descansar un poco»… Jesús vio una multitud y se compadeció de ella… y se puso a enseñarles muchas cosas”. 

    Tú me has llamado a estar contigo, pero, también, para evangelizar y ser portador de esperanza. Y, por eso, porque es mucho el trabajo, necesito, como tú, detenerme y, como ahora, estar contigo a solas, escucharte y aprender, y, al mismo tiempo, porque muchos están como ovejas sin pastor, (manda, Señor, operarios a tus mies), he de tener misericordia para con todos y ponerme, sin dilación, a enseñarles tu evangelio, y que lo haga con el ejemplo, sin dejar de hacer el bien, me dice la carta a los Hebreos, y ayudándonos los unos a los otros, sembrando amor y esperanza, así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día de María.

El Párroco

    Jesús reconoce la necesidad de descanso y retiro tanto para él como para sus discípulos, y los invita a ir a un lugar apartado para encontrar reposo. Sin embargo, la multitud llegada desde todos los pueblos quiere encontrarse con Jesús. El Señor siente compasión por ellos y no los rechaza ni se siente molesto por la interrupción de su descanso. A menudo, nuestras propias responsabilidades y preocupaciones pueden agobiarnos, y es bueno buscar momentos de descanso y retiro en nuestras vidas para renovar nuestras fuerzas y revitalizar nuestro espíritu. Pero nuestra misión como seguidores de Jesús nunca termina. Siempre hay personas que necesitan nuestra ayuda y compasión, y debemos estar dispuestos a responder, incluso cuando esto signifique sacrificar nuestro propio tiempo y comodidad. Ayúdanos, Señor, a vivir con un corazón compasivo, dispuestos a servir a los demás y a compartir el amor de Cristo en todas las circunstancias de la vida. Amén.

Padre Carlos Domínguez

 Vicario Parroquial de San José, Mérida

Viernes, 7 de febrero de 2025

Heb 13, 1-8. Jesucristo es el mismo ayer y hoy y siempre.

Sal 26. El Señor es mi luz y mi salvación.

Mc 6, 14-29. ”Herodes respetaba a Juan sabiendo que era un hombre justo y santo, y lo defendía”.

 Hasta que se interpuso una mujer, la hija de Herodías, junto a su falta de integridad, y de defensor de Juan se convirtió en su verdugo. Si, a petición de la hija de Herodías instigada por su madre porque le molestaba que Juan dijese la verdad. ¡cuántas veces los hombres somos marionetas en manos de otros! Más si nos dejamos llevar por el poder, el dinero o la lujuria, o cualquier otra “apetitosa” tentación a los ojos, y los anteponemos, estos deseos, al amor, a la verdad, a la razón, y nos dejamos seducir por el “apetitoso” fruto. Señor, que mi corazón, indiviso, sea para ti y solo para ti, así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.

El Párroco

 

 

El pasaje de Marcos 6,14-29 nos narra la muerte de Juan el Bautista a manos de Herodes, influenciado por Herodías y su hija. Es un relato que nos habla de la lucha entre la verdad y el poder, la conciencia y la manipulación.

Herodes reconocía en Juan un hombre justo y santo, lo escuchaba con interés, pero el miedo y la presión lo llevaron a actuar en contra de su propia conciencia. Este episodio nos invita a preguntarnos: ¿Hasta qué punto permitimos que nuestras decisiones sean influenciadas por el miedo, la presión social o el deseo de quedar bien con los demás?

Juan el Bautista es un testigo de la verdad que no se doblega, aunque eso le cueste la vida. En un mundo donde muchas veces se valora más la conveniencia que la verdad, su testimonio nos reta a mantenernos firmes en nuestros valores y en nuestra fe.

Padre Carlos Domínguez

 Vicario Parroquial de San José, Mérida

Jueves, 6 de febrero de 2025

.Heb 12, 18-19. 21-24. Vosotros os habéis acercado al monte Sion, ciudaddel Dios vivo.

Sal 47. Oh, Dios, meditamos tu misericordia en medio de tu templo.

Mc 6, 7-13. “Los fue enviando…”

Y hoy me envías a mí, pero no como francotirador, sino junto a mis hermanos, sinodalmente, porque nos quieres como iglesia en salida. Y me pides que me apoye solo en ti, de ahí que me pidas que solo lleve lo imprescindible, tú Palabra y tus sacramentos, los alimentos de lis cristianos y los que tengo que dar a los demás. Y, con tu autoridad, hoy igual que entonces, predicaré la conversión a ti, echaré los espíritus que agobian a tantos hombres y mujeres, y los curaré, acercándome a todo hombre que sufre en el cuerpo o en el espíritu, con el aceite del consuelo y el vino de la esperanza para que, como yo, también ellos, seamos y vivamos felices. X todos y x todo y x tanto. Feliz jueves eucarístico.

El Párroco

 

    En el monte Sinaí, el pueblo de Israel se acercó a un Dios temible cuya presencia estaba acompañada de fuego, oscuridad, tinieblas y tempestad. Sin embargo, ahora, como creyentes en Cristo, nuestra experiencia es radicalmente diferente. En lugar de temor y terror, nos acercamos a Dios con confianza y reverencia, sabiendo que somos bienvenidos en su presencia por la obra redentora de Jesucristo. Somos parte de una comunidad celestial, estamos rodeados de amor y protección divina. Debemos pues vivir en gratitud y adoración, enviados a todas las naciones sin pan ni provisiones ni dinero, reconociendo el privilegio y la responsabilidad que tenemos como hijos de Dios en el nuevo pacto. ¡Gracias, ¡Señor, por este inconmensurable privilegio!

Padre Carlos Domínguez

 Vicario Parroquial de San José, Mérida

 
 
 
 Miércoles, 5 de febrero de 2025

Heb 12, 4-7. 11-15. El Señor reprende a los que ama.

Sal 102. La misericordia del Señor dura por siempre, para aquellos que lo temen.

Mc 6, 1-6.”«¿De dónde saca todo eso?…¿No es el carpintero, el hijo de María?…»Y se escandalizaban a cuenta de él…”.

Si, eres el carpintero y el hijo de María, y lo que a ellos les sirve de escándalo, a mi, Señor, me maravilla. Si, eres conocido por tu filiación humana y por tu profesión, sencillas las dos, pero me alegro porque, eso mismo, me hace ver que eres igual a mi. No eres el Mesías poderoso, cuasi in-humano, que ellos esperaban, y, por eso, se escandalizan tus paisanos. Señor, que, a mi, me conozcan no por lo que tengo sino por lo que soy y por quien soy, tu hijo y presbítero, hombre a tu servicio y al de mis hermanos los hombres, así hemos de ser conocido todo cristiano, y, sobre todo, porque nos amamos. Solo así es como seremos y viviremos felices. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.

El Párroco

 

Cuando Jesús regresa a su propia tierra, se enfrenta a la incredulidad y el rechazo de quienes lo conocen desde su infancia. Sus paisanos, aunque reconocen su sabiduría y los milagros que realiza, no pueden reconciliar la imagen del Jesús que conocen, el carpintero local, con la grandeza de su enseñanza y poder divino. Esta incredulidad les impide abrir sus corazones y recibir la verdad que Jesús les ofrece. Este pasaje nos invita a reflexionar sobre nuestras propias actitudes hacia Jesús. ¿Estamos dispuestos a ver más allá de las limitaciones humanas y reconocer la divinidad en Él? ¿O nos de­jamos llevar por la familiaridad y el prejuicio, impidiendo que la verdad de Cristo transforme nuestras vidas?

Padre Carlos Domínguez

 Vicario Parroquial de San José, Mérida

 
 
 Martes, 4 de febrero de 2025

.Heb 12, 1-4. Corramos, con constancia, en la carrera que nos toca.

Sal 21. Te alabarán, Señor, los que te buscan.

Mc 5, 21-43. ”«Talitha qumi» (que significa: «Contigo hablo, niña, levántate»)”.

    Siempre pendiente de los demás, y haciendo el bien sin importar a quien, hoy curas a la hija del jefe de la sinagoga, (de esos que te critican tanto por curar el día que, según ellos, no debes). Pero hoy, y es lo que tengo que hacer yo, acude a ti con humildad, pues nos dice Marcos, que “se echó a tus pies”, ¡cuánto hace el amor de los padres cuando piden por sus hijos! Pero, mientras vas de camino, otra mujer, humilde, que no se atreve a pedirte su curación, va por detrás y te toca, cree que basta, la orla del manto, hay mucha gente y te apretujan, pero tú, aun así, te das cuenta que alguien te ha tocado con amor y con fe, esta mujer sufría flujos de sangre desde hace más de doce años, y la curas, como a la hija de Jairo, está mujer no tiene ni siquiera nombre, yo, Señor, no solo te toco, sino que te tomo todos los días en la eucaristía. Por eso también yo, hoy, quiero oír de tus labios lo que aquella niña oyó: “levántate” y vive, que tienes que hacer vivir a muchos otros para que sean testigos de la esperanza, y, así, seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.

El Párroco

     San Pablo nos ofrece una poderosa exhortación a perseverar en la fe, manteniendo nuestra mirada fija en Jesús como nuestro ejemplo y fuente de fortaleza. La vida cristiana es realmente un viaje, una jornada llena de desafíos y obstáculos. En este trayecto, nos rodean numerosos testigos de fe que nos animan y nos inspiran a seguir adelante. Son aquellos que, a lo largo de la historia y en nuestras vidas personales, han demostrado con su testimonio el poder de la fe en Dios. La mujer enferma del evangelio es una muestra clara de esto. Despójate de todo lo que te estorba y del pecado que te enreda, reconociendo que estas cargas te impiden avanzar con libertad y plenitud en tu relación con Dios. Aunque el camino pueda ser difícil y exigente, puedes confiar en que Dios te sostendrá y te fortalecerá.

Padre Carlos Domínguez

 Vicario Parroquial de San José, Mérida

 
 
  Lunes, 3 de febrero de 2025

Heb 11, 32-40. Por fe, conquistaron reinos. Dios tendrá preparado algo mejor a favor nuestro.

Sal 30. Sed valientes de corazón los que esperáis en el Señor.

Mc 5, 1-20. ”«Vete a casa con los tuyos y anúnciales lo que el Señor ha hecho contigo…» El hombre se marchó y empezó a proclamar…”.  

    Que emotiva escena, todos se admiran de tu autoridad y curas a un poseso, aunque los porquerizos se queden sin sus cerdos y sus sustentos, pero es que tú, Señor, miras al hombre por encima de todo. El curado quiere seguirte y te lo pide, pero tienes para él otra misión, de seguimiento, también, pero en su ambiente, “vete a tu casa con los tuyos”, y allí anúnciame, “diles lo que he hecho contigo”, que les diga como tú, Señor, le has mostrado misericordia. Y, el poseso curado, nada más quedarse en la orilla, solo, comenzó a proclamar lo que tú habías hecho con él y todos se admiraban. Señor, que yo también proclame todas tus maravillas, todo lo que has hecho conmigo, y que todos los que oigan se admiren, así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.

El Párroco

 
 
 

Lectura del santo Evangelio según san Lucas 2, 2240

Cuando se cumplieron los días de la purificación, según la ley de Moisés, los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: «Todo varón primogénito

varón será consagrado al Señor», y para entregar la oblación, como dice la ley del Señor: «un par de tórtolas o dos pichones».

Había entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo estaba con él. Le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes

de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo. Y cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo acostumbrado según la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo:

«Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel».

Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño. Simeón los bendijo y dijo a María, su madre: «Este ha sido puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; y será como un signo de contradicción —y a ti misma una espada te traspasará el alma—, para que se pongan de manifiesto los pensamientos de muchos corazones».

Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, ya muy avanzada en años. De joven había vivido siete años casada, y luego viuda hasta los ochenta y cuatro; no se apartaba del templo, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones noche y día. Presentándose en aquel momento, alababa también a Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén. Y, cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño, por su parte, iba creciendo y robusteciéndose, lleno de sabiduría; y la gracia de Dios estaba con él.

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 Domingo de la Presentación del Señor.

Lc 2,22-40: “Mis ojos han visto a tu Salvador”.

    Y yo, también, te he visto, ¡son tantas las gracias que me concedes cada día! Hoy te manifestaste en este hombre que, impulsado por el Espíritu fue al templo, y te reconoció como la luz que has venido a alumbrar a este mundo. También a mí me alumbraste desde mi bautismo, cuando el sacerdote, al darle a mis padres la vela que me representaba a mí, encendida del Cirio, les decía que deberían hacer crecer en mí esa luz (fe) para, a mi vez, ser yo luz para los demás, y que por “mis” buenas obras, que si las hago es por la ayuda de tu gracia, conozcan y glorifiquen a nuestro Padre que está en el cielo, así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día del Señor.

El Párroco

 

    Celebramos la fiesta también conocida como la Fiesta de la Candelaria. Hoy la Iglesia nos invita a reflexionar sobre la importancia de la luz, la obediencia a la ley de Dios y el reconocimiento de la presencia divina en nuestras vidas. María y José llevan al Niño Jesús al templo para presentarlo al Señor y realizar los ritos de purificación según las costumbres de su tiempo, un acto que resalta la importancia de las tradiciones religiosas, y el valor de estar en comunión con Dios a través de nuestros actos cotidianos. El anciano Simeón reconoce a Jesús como la luz que ilumina a todas las naciones, que disipa las tinieblas de la ignorancia y el pecado y nos conduce hacia la verdad y la vida eterna. Ana, la profetisa anciana, nos enseña la importancia de la oración constante y la gratitud en nuestra relación con Dios. Y nos inspira a abrir nuestros corazones a la acción del Espíritu Santo y a reconocer su presencia divina en los momentos más simples de nuestra vida. Ayúdanos, Señor, a ser portadores de la luz de Cristo en un mundo necesitado de tu amor y salvación. Amén.

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 Padre Carlos Domínguez

Vicario Parroquial de San José, Mérida

 
TERCERA SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
 Sábado, 1 de febrero de 2025

Heb 11, 1-2. 8-19. Esperaba la ciudad cuyo arquitecto y constructor iba a ser Dios.

Salmo: Lc 1, 69-75. Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado a su pueblo.

Mc 4, 35-41. ”Las olas rompían contra la barca hasta casi llenarla de agua. Él estaba en la popa, dormido sobre un cabezal. Lo despertaron, diciéndole: «Maestro, ¿no te importa que perezcamos?»…”.

    Cuántas veces mi propia barca, mi vida, también zozobra por las aguas turbulentas por las que pasó, y, parece que, también, se hunde y, ese, siempre, es el momento de acudir a ti, porque tú haces lo imposible y a mí me dejas lo posible, y acudo a ti, ni por miedo, ni por falta de fe sino porque quiero que lleves el timón de mi vida y porque te amo y porque sé que puedes llevarme a buenas aguas y a puerto seguro, porque yo quiero pero eres tú, Señor, el que puedes dar bonanza a mi vida, y porque solo tú, Señor, eres quien puedes hacerme ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día de María. 

El Párroco

 

    San Pablo, en su carta, nos lleva al corazón mismo de la fe, ofreciendo una definición profunda y vivaz. La esencia de la fe es la convicción profunda, la seguridad inquebrantable en lo que no se ve, pero se espera. Es el firme cimiento sobre el cual se erige nuestra relación con lo divino. Abraham emerge como arquetipo de la fe, como modelo inspirador de confianza y obediencia ante lo desconocido. Incluso cuando las circunstancias parecían imposibles, como esta escena del Evangelio con los discípulos en la barca. La fe es dinámica y transformadora. Nos guía en cada paso del camino y nos orienta hacia una esperanza más profunda y eterna: la ciudad celestial. Debemos abrazar la fe con valentía, a pesar de las dudas y las dificultades, confiando en que aquellos que esperan en el Señor nunca serán defraudados.

Padre Carlos Domínguez

Vicario Parroquial de San José, Mérida


 
 Viernes, 31 de enero de 2025

Heb 10, 32-39. Soportasteis múltiples combates. No renunciéis, pues, a la valentía.

Sal 36. El Señor es quien salva a los justos.

Mc 4, 26-34. Un hombre echa semilla y duerme, y la semilla va creciendo sin que él sepa cómo.

    Y, como todo lo tuyo, es siempre de comienzos humildes, pequeño, como el grano de mostaza, yo lo único que puedo hacer es sembrar tu evangelio, pero el fruto solo depende de ti, serás tú quien, con la gracia, harás crecer la fe, porque es un regalo tuyo, como todo fruto, haciendo que mi pobre desierto, y el de los demás, se convierta en un vergel. Señor, yo solo he de sembrar la semilla de tu reino en los demás, y solo me ha de mover mi filiación y sembrar tu reino que me llenará de esperanza, solo así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.

El Párroco

 

      El crecimiento del reino de Dios es un proceso misterioso y maravilloso que ocurre gradualmente y a menudo de manera imperceptible para nosotros. También nosotros sembramos la Palabra de Dios en el mundo y vemos cómo produce frutos de vida y transformación en las personas y en la sociedad, aunque no comprendamos completamente cómo sucede. Esta parábola nos instruye sobre la paciencia y la confianza en Dios. A menudo, podemos sentirnos impacientes o frustrados cuando no vemos resultados inmediatos en nuestro trabajo por el Reino, pero Jesús nos anima a confiar en que Dios está obrando en silencio y que su obra se cumplirá. La Palabra de Dios puede parecer insignificante a los ojos del mundo, pero tiene un poder transformador que puede cambiar vidas y renovar la creación. Señor, ayúdanos, que podamos ser pacientes, confiados y diligentes en nuestra labor por el reino de Dios, sabiendo que él es quien hace crecer la semilla y produce la cosecha abundante. Amén.

Padre Carlos Domínguez

Vicario Parroquial de San José, Mérida

 
 
 Jueves, 30 de enero de 2025

Heb 10, 19-25. Llenos de fe, mantengámonos firmes en la esperanza que profesamos y fijémonos los unos en los otros para estimularnos a la caridad.

Sal 23. Esta es la generación que busca tu rostro, Señor.

Mc 4, 21-25. “La lámpara se trae para ponerla en el candelero. La medida que uséis la usarán con vosotros.”

 

Gracias, Señor, por explicar tan claramente todo. Las de hoy son decir esas reglas que caen por su peso. La primera que no he de esconder las obras buenas, porque si soy luz, y siempre por tu gracia, he de alumbrar a los demás. La segunda que he de usar la medida que yo quiera que usen conmigo, es decir, la regla del bien. Ojalá, Señor, la aplicará contigo, pues, decía la santa de Ávila, “obras son amores”, menos mal que tú no usas la misma medida conmigo que yo uso contigo. Señor que, aunque sea en menor medida, también yo te amé, así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz jueves eucarístico.

 El Párroco


  

Hoy se nos invita a compartir y proclamar la verdad de Dios con valentía y claridad. No debemos esconder nuestra fe, sino permitir que brille como una luz en la oscuridad, iluminando el camino para aquellos que buscan la verdad. Jesús nos insta a prestar atención y a ser diligentes porque lo que recibimos de Dios será medido y evaluado en función de cómo respondemos a ello. La idea de «con la misma medida con que midáis, Dios os medirá a vosotros» nos recuerda que nuestras acciones, actitudes y respuestas a la Palabra de Dios tienen consecuencias. Aquellos que reciben la verdad y la aplican en sus vidas serán recompensados con aún más comprensión y ben­dición, mientras que aquellos que la desatienden o la rechazan pueden perder incluso lo poco que tienen. Señor, ayúdanos a ser portadores de la luz de la verdad y a recibir tu enseñanza con humildad y diligencia. Que podamos ser fieles en nuestra búsqueda de la verdad y en nuestra respues­ta a la enseñanza de Jesús, para que podamos recibir su gracia y bendición en abundancia. Amén.

  Padre Carlos Domínguez

Vicario Parroquial de San José, Mérida


 
 Miércoles, 29 de enero de 2025

Heb 10, 11-18. Ha perfeccionado definitivamente a los que van siendo santificados.

Sal 109. Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.

Mc 4, 1-20. Salió el sembrador a sembrar.

    Y no te cansas, Padre, de hacerlo, pues tú eres el sembrador. Y la semilla que siembras es la palabra, tu Hijo que es la palabra hecha carne, y que la esparce a manos llanas. Luego la diferencia de la cantidad de fruto se debe a la tierra en la que cae. Señor, que no sea tierra pobre que está al borde del camino, ni pedregosa, ni llena de abrojos. Que me abra a ti y a tu palabra y sea tierra buena, además, tengo la ayuda necesaria para serlo, pues tú mismo me riegas con la lluvia de tu gracia, con la que sé que cuento, y con los sacramentos, especialmente, con los de la penitencia y de la eucaristía, por lo que no puedo hacer más que dar cosecha, al menos del 30%, pero te pido, Señor, me ayudes a dar el 100 %, para ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.

El Párroco

 

Esta parábola nos invita a examinar nuestro propio corazón y la disposición con la que recibimos la Palabra de Dios. ¿Somos como el camino, endurecidos y cerrados a la verdad de Dios? ¿O como las piedras, emocionados momentáneamente pero sin profundidad espiritual? ¿Quizás como los espinos, preocupados y distraídos por las cosas del mundo? ¿O como la buena tierra, receptivos y dispuestos a dejar que la Palabra de Dios fructifique en nosotros? El éxito de la semilla depende del terreno donde cae. Del mismo modo, el crecimiento espiritual en nuestras vidas depende de nuestra disposición y receptividad hacia ella. Jesús nos desafía a examinar nuestros corazones y a permitir que su Palabra crezca y dé fruto en nuestras vidas. Señor, que podamos ser tierra fértil, abierta y receptiva a la semilla de tu Palabra, permitiendo que transforme nuestras vidas y produzca una cosecha abundante de amor, paz y justicia. Amén.

Padre Carlos Domínguez

Vicario Parroquial de San José, Mérida

 
 
 Martes, 28 de enero de 2025

 Santo Tomás de Aquino.

.Heb 10, 1-10. He aquí que vengo para hacer, ¡oh, Dios!, tu voluntad.

Sal 39. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.

Mc 3, 31-35. ”Mirando a los que estaban alrededor, dice: «Estos son mi madre y mis hermanos. El que haga la voluntad de Dios…»”.                    

Señor, hoy soy yo el que estoy sentado a tu alrededor y por eso tus palabras van dirigidas a mi, y oigo decir en la primera lectura (Heb 10) que “no quieres sacrificios, ni ofrendas”, y se añade:”sino que se haga tu voluntad”, y cumpliéndola es como seré miembro de tu familia, como María, que fue tú madre, porque, no solo  escuchó tu palabra, sino que, aún más, le respondió al Arcángel diciendo: ”Hágase en mí según tu palabra”. Señor, que yo haga siempre la voluntad del Padre así, ademas de ser de tu familia, seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.

El Párroco

 

    «Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad». El salmo enfatiza la obediencia total de Jesucristo al plan redentor de Dios. Jesús se somete voluntariamente al plan divino y ofrece su vida como sacrificio en cumplimiento de la voluntad de Dios para la salvación de la humanidad. Y todo el que hace, como Él, la voluntad de Dios Padre, es su hermano, su hermana, su madre. Que podamos encontrar nuestra esperanza y nuestra salvación en el sacrificio perfecto de Jesucristo y vivir en conformidad con la voluntad de Dios en nuestras vidas. Hoy celebramos la memoria de Santo Tomás de Aquino, el mayor ejemplo de la riqueza y la profundidad del pensamiento cristiano y filosófico medieval. Su legado perdura a través de sus escritos y enseñanzas, que continúan inspirando a generaciones de pensadores y creyentes a buscar la verdad y el entendimiento en un mundo complejo y en constante cambio. Su enfoque integrador entre fe y razón y su profundo compromiso con la búsqueda de la verdad lo convierten en una figura atemporal y relevante en el diálogo entre la fe y la cultura.

 
 Padre Carlos Domínguez

Vicario Parroquial de San José, Mérida

 
 
  Lunes, 27 de enero de 2025

Heb 9, 15. 24-28. Se ofreció una sola vez para quitar los pecados. La segunda vez aparecerá a los que lo esperan.

Sal 97. Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas.

Mc 3, 22-30. ”El que blasfema contra el Espíritu Santo no tendrá perdón jamás…”.

 

No porque tú no los quieras y puedas perdonar, sino porque ellos mismos se encierran en sí mismos y se cierran a la evidencia, y, por tanto, se cierran a ser perdonados, es lo que les pasa a estos escribas de hoy, ven el bien que haces a la gente, las curaciones, y ellos empeñados en que es obra del demonio y por el que tú, Señor, actúas, y se lo explicas de una forma sencilla, de que nadie puede estar dividido contra sí mismo, pues ello erre que erre, luego, ¿cómo van a ser perdonados si ellos mismo se cierran a tu misericordia? Señor, que no me falte tu luz para ver siempre y no ir contra la evidencia, es decir, contra el Espíritu y, así, dejándome iluminar por Él, ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.

El Párroco

 

Jesucristo es el mediador de un nuevo pacto entre Dios y la humanidad. La comparación entre el santuario terrenal, construido por los hombres, y el verdadero santuario celestial, resalta la superioridad del sacrificio de Cristo sobre los sacrificios del antiguo sistema. Mientras que los sumos sacerdotes terrenales ofrecían sacrificios repetidos de sangre ajena año tras año, Jesu­cristo se ofreció a sí mismo una sola vez y para siempre como sacrificio por el pecado. Su sacrificio no solo perdona los pecados cometidos bajo el antiguo pacto, sino que tiene el poder de quitar el pecado de todos para siempre. Salvo la ofensa al Espíritu Santo, que «no tendrá perdón». ¿Estamos abiertos a reconocer la obra de Dios en el mundo y en nuestras vidas, o estamos obstinadamente cerrados a ella? ¿Estamos dispuestos a aceptar a Jesús como el Señor y Salvador, o lo rechazamos con razonamientos y acusaciones infundadas? Señor, ayúdanos, que podamos evitar el endurecimiento de nuestros corazones y mantenernos receptivos al Espíritu Santo, que realiza su obra transformadora en nosotros y en el mundo si le dejamos. Amén.

 Padre Carlos Domínguez

Vicario Parroquial de San José, Mérida


 

Lectura del santo Evangelio según san Lucas 1, 1-4; 4, 14-21

Ilustre Teófilo:

    Puesto que muchos han emprendido la tarea de componer un relato de los hechos que se han cumplido entre nosotros, como nos los transmitieron los que fueron desde el principio testigos oculares y servidores de la palabra, también yo después he resuelto escribírtelos por su orden, después de investigarlo todo diligentemente desde el principio, para que conozcas la solidez de las enseñanzas que has recibido. En aquel tiempo, Jesús volvió a Galilea con la fuerza del Espíritu; y su fama se extendió por toda la comarca. Enseñaba en las sinagogas, y todos lo alababan.

    Fue a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga, como era su costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el rollo del profeta Isaías y, desenrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito:

    «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado a evangelizar a los pobres, a proclamar a los cautivos la libertad, y a los ciegos, la vista; a poner en libertad a los oprimidos; para proclamar el año de gracia del Señor». Y, enrollando el rollo y devolviéndolo al que le ayudaba, se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos clavados en él.

Y él comenzó a decirles:

    «Hoy se ha cumplido esta Escritura que acabáis de oír.
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 Lc 1, 1-4; 4, 14-21:”Hoy se ha cumplido esta Escritura que acabáis de oír”.

        

                  

    Hoy es el Domingo de la Palabra, la gran segunda mesa, que decían los Santos Padres, ya en el siglo II, de la que nos alimentamos los creyentes. La Palabra que ya fue importante en el Antiguo Testamento, lo escuchamos en la 1ª lectura: “Leyeron el libro de la Ley, explicando su sentido,… desde la mañana hasta el mediodía…”. Palabra que ha de seguir siendo importante para mí, porque no son textos del pasado, sino que he de actualizarla en mí y convertirla en mi vida, así me dice muchas veces Lucas respecto a tu madre, Señor: “guardaba todo en su corazón”. Por tanto a la Palabra he de quererla y amarla porque en ella encuentro tu mensaje que he de actualizarlo en mi, como me enseñas hoy, Señor, tu mismo:” Hoy se ha cumplido esta Escritura que acabáis de oír”. San Lucas, me dice hoy que fue riguroso en su evangelio, que buscó, indagó y reflexionó para trasmitirme lo que a su vez le contaron los que te vieron, por eso, es a través del evangelio que te conozco, Señor, y así te puedo amar e imitar, viviendo lo que tú me enseñas, y, con mi vida, dándote a conocer a los demás, haciéndome ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día del Señor.

  El Párroco

Este domingo, la primera Carta a los Corintios nos presenta una poderosa analogía del cuerpo humano para ilustrar la unidad y diversidad dentro de la Iglesia, el cuerpo místico de Cristo. Que podamos apreciar la belleza de la variedad en la Iglesia y comprometernos a usar nuestros dones para edificar y fortalecer la comunidad de fe. El evangelio de hoy nos presenta el comienzo del ministerio público de Jesús: una poderosa declaración de su misión y propósito. Jesús lee un pasaje del profeta Isaías que habla de su propia misión mesiánica. Al identificarse como el cumplimiento de esta profecía, proclama abiertamente su identidad y propósito: traer la buena nueva a los pobres, libertad a los cautivos, vista a los ciegos y libertad a los oprimidos. Esta declaración revela su compromiso con la justicia y la liberación y nos llama a reconocer la presencia del reino de Dios en medio de nosotros. Señor, ayúdanos, que podamos acoger con alegría la buena nueva que nos regalas y vivir como discípulos tuyos, proclamando tu Reino de justicia, amor y libertad en nuestro mundo. Amén.


 Padre Carlos Domínguez

Vicario Parroquial de San José, Mérida

 

SEGUNDA SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

Sábado, 25 de enero de 2025

.Hch 22, 3-16. Levántate, recibe el bautismo y lava tus pecados invocando el nombre de Jesús.

o bien: Hch 9, 1-22. Allí se te dirá lo que tienes que hacer.

Sal 116.  Id al mundo entero y proclamad el Evangelio.

Mc 16, 15-18.” Id al mundo entero y proclamad el Evangelio.”

Es la misión que nos das tras tu Resurrección, es la misión que me das a mí también, que vaya a todos mis ambientes y proclame la Buena Nueva, tu Evangelio y te dé a conocer, con mi vida y, si hace falta, también con mis palabras, con la certeza que no estaré solo, pues tú, Señor, me has prometido tu presencia hasta el final del mundo, y, además, me acompañarán tus signos, de los que no puedo dudar, y que me acompañarán para proclamar y curar, haciéndome ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día de María.

El Párroco

Fiesta de la conversión de san Pablo

El relato del encuentro de Saulo con Jesús en el camino a Damasco, es uno de los momentos más significativos y transformadores en la vida del Apóstol. Nos ofrece una poderosa lección sobre la gracia redentora de Dios y su capacidad para transformar incluso a los más enérgicos opositores en fieles seguidores. Ningún pecado es demasiado grande como para anular o detener la gracia de Dios. La historia de san Pablo en el camino a Damasco nos invita a considerar nuestra propia disposición para escuchar y responder a la llamada de Dios en nuestras vidas («Id por todo el mundo y anunciad la Buena Noticia»). Nos recuerda que la gracia de Dios es suficiente para trans­formar incluso las vidas más malgastadas y torcidas. Señor, ayúdanos para que podamos seguir el ejemplo de Saulo, sabiendo que siempre estás dispuesto a perdonar, sanar y restaurar nuestras vidas. Amén

 Padre Carlos Domínguez

Vicario Parroquial de San José, Mérida

Viernes, 24 de enero de 2025

Heb 8, 6-13. Mejor es la alianza de la que es mediador.

Sal 84. La misericordia y la fidelidad se encuentran.

Mc 3, 13-19. Llamó a los que quiso para que estuvieran con él.

    Gracias, Señor, porque tuya es la llamada, y no por mérito propio sino por amor tuyo. Gracias porque has querido de hombres para servir y ayudar a los hombres. Y, gracias, porque sigues llamando. Pero me llamas, antes, para estar contigo, ¿qué sería de mí sin estar contigo? Antes he de estar contigo, como ahora, para que, con paciencia, me instruyas y aprenda de ti, y, sin discontinuidad, para enviarme con esa doble misión, la que diste a los primeros y sigues dando ahora a los que sigues llamando: predicar y curar. Otra vez te doy gracias, y, te pido hoy en mi oración, que me hagas ser testigo valiente y alegre de tu evangelio, así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz viernes.

El Párroco

 

    Jesús escoge a doce discípulos para que lo acompañen y para enviarlos a anunciar su mensaje. No escoge a los más instruidos, poderosos o influyentes según los estándares del mundo. Más bien, elige a un grupo diverso, con diferentes trasfondos y habilidades. No se limita a ciertas élites o clases sociales. Además, les otorga una autoridad especial para llevar a cabo su misión. Esta autoridad no es meramente humana. Les da el poder de expulsar demonios, simbolizando la lucha espiritual. Señor Jesús, Te damos gracias porque no dejas de llamarnos y por el don de la vocación que nos has dado. Ayúdanos a responder con generosidad y valentía, dejando atrás todo lo que nos impide seguirte plenamente. Danos la gracia de reconocer la autoridad que nos has dado para ser tus testigos en el mundo, para proclamar tu mensaje de amor y redención. Que podamos ser instrumentos de tu paz y tu sanación, llevando tu luz a aquellos que están en la oscuridad. Amén.

 Padre Carlos Domínguez

Vicario Parroquial de San José, Mérida

 
 
 Jueves, 23 de enero de 2025

.Heb 7, 25 — 8, 6. Presentó sacrificios de una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo.

Sal 39. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.

Mc 3, 7-12. Los espíritus inmundos gritaban: «Tú eres el Hijo de Dios» ,pero él les prohibía que lo diesen a conocer.

Señor, tú ibas, de un lado a otro, recorriendo los caminos para predicar la buena nueva y curar a los enfermos, no te quedabas en el templo, sino que salías a los caminos para encontrarte con nosotros, y te acercabas a todos, especialmente, a los enfermos, pobres… a los más necesitados y, hasta, “se te echaban encima”. Yo, no me echo encima, sino aún más, te entro en mi interior cada día en la eucaristía, y yo, también, te grito y te digo que “eres el Hijo de Dios”, pero a mí no me digas que no te dé a conocer, sino, por el contrario, hazme ser testigo, valiente y alegre, de tu evangelio, así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz jueves eucarístico.

El Párroco

 

    Jesús comprueba la profunda necesidad humana de sanación y redención. Sin embargo, muestra humildad y prudencia en medio de esta situación. A pesar de la aclamación y el reconocimiento de su divinidad por parte de los espíritus impuros, Jesús les ordena enérgicamente que no revelen su identidad públicamente. Este acto de contención revela la sabiduría de Jesús y su voluntad de cumplir el plan de Dios sólo en el momento y la manera adecuados. Este pasaje nos invita a reflexionar sobre nuestra propia respuesta a Jesús. ¿Estamos dispuestos a acercarnos a Él con humildad y fe, buscando su sanación y redención en nuestras vidas? ¿Reconocemos la autoridad divina de Jesús, incluso cuando otros pueden no hacerlo? Señor, ayúdanos, que podamos seguir buscándote con fervor y humildad, confiando siempre en tu poder para transformar nuestras vidas y brindarnos la sanación y la esperanza que tanto necesitamos. Amén.

 Padre Carlos Domínguez

Vicario Parroquial de San José, Mérida

 
 
 Miércoles, 22 de enero de 2025

San Vicente mártir.

Heb 7, 1-3. 15-17. Tú eres sacerdote para siempre según el rito de Melquisedec.

Sal 109. Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.

Mc 3, 1-6. ¿Está permitido en sábado salvarle la vida a un hombre o dejarlo morir?

¡Cuántos quebraderos de cabeza te dio, Señor, la ley del sábado! Y ellos siguen sin entenderte y sin entender que todo hombre está por encima de toda ley, que, además, el amor lo puede todo, y que hay que salvar a este hombre que estaba muerto por el pecado, y tenía rotas todas las relaciones, también con los demás. Y, por eso, ante el silencio a tu pregunta, no me extrañas, Señor, que nos mires, me mires, con ira y dolor por la dureza de mi corazón. Gracias, Señor, por hacerme entender, y no te importe curarme todos los días, también en sábado, y quítame este corazón duro que tengo y que sea un corazón compasivo con todos, también en sábado, pues sólo así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.

El Párroco

 

Jesús desafía la hipocresía de los fariseos. Al preguntarles si está permitido hacer el bien o el mal en sábado, Jesús los confronta con la verdadera naturaleza de la ley divina: el amor y el cuidado por los demás siempre deben prevalecer. El silencio de los fariseos revela su dureza de corazón: están más preocupados por sus propias normas y tradiciones que por la vida y el bienestar de los demás. La sanación milagrosa es un recordatorio poderoso de la capacidad transformadora del amor de Dios. Jesús, con una simple palabra, restaura la salud y la integridad de este hombre. Es un acto de gracia que trasciende las limitaciones humanas y revela el poder divino de redención y restauración. Este pasaje nos invita a reflexionar. ¿Estamos más preocupados por seguir reglas y tradiciones religiosas, o estamos dispuestos a mostrar amor y compasión hacia aquellos que sufren a nuestro alrededor? ¿Estamos abiertos a la obra transformadora de Dios? Señor, enséñanos a vivir con compasión, amor y justicia, siguiendo el ejemplo de Jesús, que nos muestra el camino hacia una vida plena en la gracia y el amor. Amén.

  Padre Carlos Domínguez

Vicario Parroquial de San José, Mérida

 
 Martes, 21 de enero de 2025

Heb 6, 10-20. La esperanza que tenemos delante es para nosotros como ancla segura y firme.

Sal 110. El Señor recuerda siempre su alianza.

Mc 2, 23-28. El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado.   

    Si no son unos son los otros, hoy son los fariseos, los que te critican, siempre vigilándote para encontrar algo de que acusarte, y no se sorprenden, como la gente sencilla, de tus enseñanzas y de los signos de las acompañan. Ellos solo se fijan en si eso lo haces en sábado, día consagrado a Dios, por supuesto, pero día en que,  como los otros, he de alabarte, adorarte y amarte a ti y nunca dejar de hacer el bien a los demás, porque ese es tu único mandamiento que nos das: el AMOR. Y amar es todos los días y en todas las acciones. Señor, que yo, como la gente sencilla, me sorprenda ante tus enseñanzas y te alabe, porque es solo así, desde la sencillez, como seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz martes.

El Párroco

 

    Una llamada de atención les hace Jesús, para que recuerden hechos acaecidos en tiempos de David: comieron de los panes presentados, reservados exclusivamente para los sacerdotes. Con esa alusión los llama a reflexionar sobre los preceptos y cómo toda la ley está al servicio del ser humano, no al contrario. Necesitamos entender que todas las acciones de Dios buscan el bien y perfeccionamiento del ser humano y en ello se pone de manifiesto la gloria de Dios.

 
  Padre Carlos Domínguez

Vicario Parroquial de San José, Mérida

 

 
 Lunes, 20 de enero de 2025

Heb 5, 1-10. Siendo Hijo, aprendió, sufriendo, a obedecer

Sal 109. Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.

Mc 2, 18-22. ”No se echa vino nuevo en odres viejos; porque el vino revienta los odres… a vino nuevo, odres nuevos…”.                         

    Y tú, Señor, eres todo novedad, no me puedo contentar con la frase, que en boca del Papa, es la que mata a la Iglesia: “siempre se ha hecho así”, porque tú has traído todo novedad, has traído la buena nueva, la gran noticia, el vino nuevo de la gracia, la gran alegría de decirme que Dios es nuestro Padre y que, nosotros, somos hermanos, y que he de sorprenderme cada día, porque cada día es un regalo tuyo, y que tú no quieres sacrificios de carneros y toros cebados, sino mi corazón, “aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad”. ¡Sorpréndeme hoy! Haz de mi Señor que mi corazón no sea de piedra, sino como el tuyo, capaz de amar y perdonar, y así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.

El Párroco


    Pablo nos dice que los sumos sacerdotes son escogidos entre los hombres para representar al pueblo delante de Dios y ofrecer sacrificios por los pecados. Sin embargo, también están sujetos a las debilidades humanas y necesitan ofrecer sacrificios por sus propios pecados. Esta limitación humana destaca la necesidad de un sumo sacerdote que sea perfecto y sin pecado. La figura de Cristo como el sumo sacerdote supremo trasciende las limitaciones humanas. A diferencia de los sumos sacerdotes terrenales, Él es perfecto y sin pecado, un mediador eficaz y compasivo entre Dios y la humanidad. Su sacrificio en la cruz, ese momento en el que «se llevan al novio», es suficiente y definitivo para expiar los pecados de toda la humanidad y restaurar la relación del ser humano con Dios de una manera nueva. Que podamos acercarnos a Cristo con humildad y confianza, sabiendo que en Él encontramos perdón, gracia y misericordia.

 Padre Carlos Domínguez

Vicario Parroquial de San José, Mérida

 

 

Lectura del santo Evangelio según san Juan 2, 1-11

En aquel tiempo, había una boda en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí.

Jesús y sus discípulos estaban también invitados a la boda.

Faltó el vino, y la madre de Jesús le dijo:

- «No tienen vino».

Jesús le dice:

- «Mujer, ¿qué tengo yo que ver contigo?

Todavía no ha llegado mi hora».

Su madre dice a los sirvientes:

- «Haced lo que él diga».

Había allí colocadas seis tinajas de piedra, para las purificaciones de los judíos, de unos

cien litros cada una. Jesús les dijo:

- «Llenad las tinajas de agua».

Y las llenaron hasta arriba. Entonces les dice:

- «Sacad ahora y llevádselo al mayordomo».

Ellos se lo llevaron.

El mayordomo probó el agua convertida en vino sin saber de dónde venía (los sirvientes sí lo sabían, pues habían sacado el agua), y entonces llamó al esposo y le dice:

- «Todo el mundo pone primero el vino bueno y, cuando ya están bebidos, el peor; tú, en cambio, has guardado el vino bueno hasta ahora».

Este fue el primero de los signos que Jesús realizó en Caná de Galilea; así manifestó su gloria, y sus discípulos creyeron en él.

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Jn 2,1-11:”La madre de Jesús le dice:«No tienen vino». Jesús le dice:«Mujer, ¿qué tengo yo que ver contigo? Todavía no ha llegado mi hora». Su madre dice a los sirvientes:«Haced lo que él os diga»”.

    Señor, si me atengo solo a la letra, fuiste duro con tu madre. Pero me falta, lo que no sale en un escrito, la complicidad de vuestras miradas y el esbozo de vuestras sonrisas, y el que, a una madre, un buen hijo, no puede negársele nada. Tu madre solo quería ayudar y evitar el bochorno de unos novios que se querían, y aunque le dices que “no ha llegado tu hora”, ella te la hizo adelantar, para mostrarnos a tus seguidores que la quieres como medianera de todas las gracias, como corredentora, e hiciste que un agua se convirtiera en un excelente vino, y que, por este milagro, manifestases tu gloria y creyéramos en ti tus discípulo, y es que aunque solo a ti, eres Dios, se debe la adoración, a tu madre la veneramos con el culto de hiperdulia, es decir, por encima del de lo santos. Señor, te pido tener, cada día, mayor veneración y amor a tu madre, pues sé que de ella, siempre oiré lo que ya me dijo entonces: “Haz lo que mi Hijo te diga”, así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día del Señor.

El Párroco


    San Pablo nos habla de la diversidad de dones espirituales que el Espíritu Santo concede a los creyentes dentro de la comunidad cristiana. Esta diversidad refleja la riqueza y la creatividad del Espíritu Santo. Cada creyente es único y tiene un papel específico que desempeñar en la comunidad, pero todos están unidos por el mismo Espíritu que los capacita y guía. Los dones espirituales son capacidades sobrenaturales dadas por Dios para el servicio y la edificación de la comunidad de fe. En las bodas de Caná se revela el poder transformador de Jesús, así como la importancia de la fe y la obediencia en nuestra relación con Él. Nos desafía a confiar en su providencia y a seguir sus instrucciones, sabiendo que Él puede convertir incluso las situaciones más difíciles en momentos de gracia y bendición. Que pueda, Señor mío, ser un fiel administrador de los fines que me has dado, buscando siempre tu gloria y el bienestar de los demás. Amén.

Padre Carlos Domínguez

Vicario Parroquial de San José, Mérida

 

 
 COMIENZA EL TIEMPO ORDINARIO

I Semana del Tiempo Ordinario

Sábado, 18 de enero de 2025

Heb 4, 12-16. Comparezcamos confiados ante el trono de la gracia.

Sal 18. Tus palabras, Señor, son espíritu y vida.

Mc 2, 13-17. ”Vio a Levi… sentado al mostrador de los impuestos, y le dice: «.Sígueme». Se levantó y lo siguió”.

    Levi, recaudador de impuestos, por tanto, pecador a los ojos de los judíos, como yo. Pero, para ti, Dios mío, hijo amado en tu Hijo, por eso, como Levi, he sido llamado, y no te importa lo que digan de mí, y es que solo tú, Padre, me conoces, y solo tú eres quien sabes que no soy nada, basura. Pero oigo de los labios de tu Hijo, que responde a aquellos que murmuran, los que se creen justos y buenos, “que no necesitan de ti los justos, sino, nosotros los pecadores, y somos a los que nos has venido a llamar”, y, es que, como dice la carta a los Hebreos (4,12-16): “te compadeces de nuestras debilidades, porque has sido probado en todo, como nosotros, menos en el pecado”, lo que me hacer ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz sábado día de María. 

El Párroco

    Jesús no se deja llevar por prejuicios sociales o religiosos, sino que ve más allá de las etiquetas. Llama directamente a Mateo con una simple frase («Sígueme»), poderosa en su simplicidad y autoridad. No hay explicaciones detalladas ni condiciones previas; Jesús le invita a dejarlo todo y seguirlo. La respuesta es inmediata y radical; se levanta y sigue a Jesús, abandonando su trabajo y su vida anterior. Este pasaje nos desafía a reconsiderar nuestras propias actitudes. Nos recuerda la naturaleza inclusiva del Evangelio y la disposición de Jesús para acercarse a todos, independientemente de su pasado o condición social. Que podamos seguir el ejemplo de Jesús, acogiendo a todos con amor, y compartiendo el mensaje transformador del Evangelio con el mundo.

Padre Carlos Domínguez

Vicario Parroquial de San José, Mérida

Viernes, 17 de enero de 2025

Heb 4, 1-5. 11. Empeñémonos en entrar en aquel descanso.

Sal 77. ¡No olvidéis las acciones de Dios!

Mc 2, 1-12. El Hijo del hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados

    Hay tantas cosas en esta escena que se me puede pasar por alto lo más importante, tu autoridad que tienes, Señor, para perdonarme todos mis pecados y que, por tanto, tú eres Dios, lo que no supieron ver los escribas, y que, perdonar los pecados, es la mayor sanación que puedes hacerme. Hoy, además, lo avalas con la curación física de hacer andar al paralítico no por su fe, sino por la de los amigos que lo llevan a tu presencia superando toda clase de obstáculos, pues lo tuvieron que hacer abriendo un boquete en la techumbre. Señor que no me falten amigos como estos y yo lo sea para muchos otros. Los listillos, que se creían saber mucho, dicen que “blasfemas…”. Gracias, Señor, porque me amas y me perdonas, porque me sanas totalmente, cuerpo y alma, haciéndome ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.

El Párroco

 

    La fe de unos amigos lleva a la sanación y al perdón de un paralítico. Su determinación y creatividad para superar los obstáculos físicos reflejan la profundidad de su fe y su amor por su amigo. La respuesta de Jesús muestra la conexión entre el perdón de pecados y la sanación física. Para ello, Jesús realiza un milagro visible y tangible, sanando al paralítico y restaurándolo a la plenitud de la vida. El pasaje nos desafía a reflexionar sobre nuestra propia fe y confianza en Jesús como el único que puede perdonar pecados y traer sanidad y restauración a nuestras vidas. Nos anima a imitar la determinación y la fe de los amigos del paralítico. Acerquémonos a Jesús con confianza y esperanza, sabiendo que en él encontramos perdón, sanación y vida eterna.

Padre Carlos Domínguez

Vicario Parroquial de San José, Mérida

Jueves, 16 de enero de 2025

Heb 3, 7-14. Animaos los unos a los otros mientras dure este “hoy”.

Sal 94.  Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón».

Mc 1, 40-45. ”Se le acercó un leproso, suplicándole de rodillas: «si quieres, puedes limpiarme». Compadecido, extendió la mano y lo tocó diciendo: «Quiero, queda limpio»… Cuando se fue, empezó a pregonar bien alto y a divulgar el hecho…”.

¡Cómo no vas a querer, si, precisamente a esto has venido!, “a proclamar el evangelio del reino y a curar toda dolencia en el pueblo”. Y, claro que quieres porque nos quieres, y lo haces trasgrediendo toda norma humana, pues no se podía tocar a los leprosos sin quedar impuro el que lo tocaba, él se te acercó con humildad, de rodillas, pero nunca esperó la gran muestra de amor tuya, pues, antes de curarlo, lo “tocaste”, le muestras tu cercanía, como tantas veces  y en tantas ocasiones me la has mostrado a mí, por lo que no puedo hacer sino lo que este hombre hizo, que yo, Señor, también pregoné bien alto y divulgué a todos el bien que me haces cada día, como me tratas, me mimas y me quieres. Gracias por tanto amor y gracias porque tu cercanía a mí me hace ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz jueves eucarístico.

El Párroco

      Jesús vino a nosotros para sanar y restaurar a aquellos que sufren. El hombre enfermo de lepra se acerca a Jesús con humildad y fe. Su súplica refleja una profunda confianza en la capacidad de Jesús para transformar su situación, aunque también muestra la aceptación a su Voluntad («Si quieres, puedes limpiarme»). La respuesta de Jesús revela su compasión y su deseo de restaurar la dignidad y la salud de aquellos que sufren, pues no solo lo sana de su enfermedad física, sino que también lo restaura a la comunidad al tocarlo y declararlo limpio. Este pasaje nos invita a reflexionar sobre nuestra propia respuesta a las necesidades de aquellos que sufren a nuestro alrededor. Nos desafía a seguir el ejemplo de Jesús mostrando compasión y amor hacia los marginados y excluidos, y ofreciendo esperanza y sanación en medio del dolor y la aflicción.

Padre Carlos Domínguez

Vicario Parroquial de San José, Mérida

Miércoles, 15 de enero de 2025

Heb 2, 14-18. Tenía que parecerse en todo a sus hermanos para ser misericordioso.

Sal 104.. El Señor se acuerda de su alianza eternamente.

Mc 1, 29-39. ”Recorrió toda Galilea, predicando en sus sinagogas y expulsando los demonios”.

     Hoy se nos cuenta un día, intenso, tuyo. No parabas, pues, además de estar con la gente, donde ellos se reunían, en las sinagogas, enseñándoles, también iban a donde vivías, y curabas de toda dolencia a los que tenían fe y lo hacías porque te compadecías y te compadeces, también hoy, de nosotros, porque estamos y andamos como ovejas sin pastor. Pues, por si era poco todo ello, pues acudían y acudimos muchos a ti, por las noches, tampoco descansabas mucho, pues te levantabas de madrugada, “todavía estaba muy oscuro” para orar, “para hablar con quien sabes te quiere”, y hablarle de nosotros y coger fuerzas y hablarme, hablarnos, después de Él. Gracias, Señor, por darme ejemplo, y porque tu ejemplo me hace ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.

El Párroco

 

    Jesús se identifica plenamente con nuestra humanidad, compartiendo nues­tra experiencia en todas sus dimensiones (enfermedad, amistad, dolor, familia…), excepto el pecado. Esta conexión íntima con la humanidad es esencial para su obra redentora, abre el camino hacia la vida eterna para todos los que creen en Él. La liberación que Jesús ofrece no se limita solo a la esfera espiritual, sino que tiene implicaciones prácticas en la vida diaria de las personas («se le quitó la fiebre y se puso a atenderlos»). Aquellos que viven atormentados por el miedo a la muerte son comparados con esclavos. Jesús no solo nos libera del temor a la muerte física, sino que también nos libera de la esclavitud del pecado y de todas las fuerzas que nos mantienen alejados de Dios. Señor Jesús, que valoremos profundamente el regalo de la salvación y hecho de vivir cada día en la libertad y la esperanza que nos ofreces. Amén.

Padre Carlos Domínguez

Vicario Parroquial de San José, Mérida

Martes, 14 de enero de 2025

Heb 2, 5-12. Convenía perfeccionar mediante el sufrimiento al jefe que iba a guiarlos a la salvación.

Sal 8. Diste a tu Hijo el mando sobre las obras de tus manos.

Mc 1, 21b-28. ”Todos se preguntaron estupefactos: «¿Qué es esto? Una enseñanza nueva expuesta con autoridad…”».

    Todos, Señor, ante ti y tu forma de enseñar se quedan pasmados, boquiabiertos, porque enseñas no con vana palabrería, que era como lo hacían los escribas, mucho decir y poniendo cargar pesadas a los demás, pero ellos no estaban dispuestos ni a poner un dedo para ayudar. A veces, y te pido perdón, hago como ellos. Señor, ayúdame a saber enseñar como tú, con autoridad, viviendo lo que digo y no diciendo lo que no hago, siendo coherente entre mi fe y mi vida. Así no solo podré enseñar sino, sobre todo, amaré, dándome a los demás y siendo y viviendo feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.

El Párroco

 

    En la sinagoga, la gente se sorprende de la enseñanza de Jesús, que contrasta con la manera de los maestros de la ley: no solo transmite conocimiento, sino que lo hace con una autoridad que proviene de su identidad divina. Su enseñanza no se basa en la tradición humana, sino en la verdad revelada por Dios mismo. El encuentro con el hombre poseído por un espíritu impuro revela la realidad del conflicto espiritual en el mundo. La lucha entre el bien y el mal pertenece a este mundo; y la presencia activa de Jesús, como liberador y redentor, tiene poder para poner todo en paz. Con una simple orden, hace que el espíritu impuro salga del hombre, manifestando su autoridad sobre las fuerzas del mal. Esta es la liberación espiritual que Jesús ofrece a todos los que están oprimidos por el pecado y la oscuridad

Padre Carlos Domínguez

Vicario Parroquial de San José, Mérida

Lunes, 13 de enero de 2025

Heb 1, 1-6. Dios nos ha hablado por el Hijo.

Sal 96. R. Adorad a Dios todos sus ángeles.

Mc 1, 14-20. ”Se ha cumplido el tiempo y está cerca el reino de Dios. Convertíos y creed en el Evangelio”.  

Ya terminó tu infancia y adolescencia en tu pueblo y entre los tuyos, con tu familia, enseñándome que la santidad está en hacer bien las cosas pequeñas de cada día. Y comienzas ya tu vida pública para enseñarme, pues a eso has vendo, y mostrarme tu Evangelio, y me dices que he de convertirme, es decir, cambiar mi vida y orientarla a ti pues has venido como luz y no puedo seguir viviendo en tinieblas. Tú has de ser la luz que guíe mis pasos y para ello he de creer en la Buena Nueva que me has traído y desenredarme de las redes que me enredan y, porque cada día lo haces y llamas, seguir y aceptar tu invitación a ser pescador de hombres, pues tu amor me apremia, y formar con muchos otras la gran familia de los hijos de Dios en tu Iglesia. Sólo así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz lunes.

El Párroco

 

Este texto es rico en significado y nos invita a reflexionar sobre varios aspectos clave de la vida cristiana. En primer lugar, Jesús comienza su ministerio proclamando las «buenas noticias» de Dios. Es una invitación a una nueva forma de vida, a una transformación radical de la existencia humana. El reino de Dios se acerca, y con él, la oportunidad de experimentar la gracia, el perdón y la redención. La llamada a «volverse hacia Dios» implica un cambio de dirección en nuestras vidas, un arrepentimiento sincero y una confianza total en el mensaje de salvación que Jesús trae consigo. La respuesta inmediata y radical de los primeros discípulos: Simón, Andrés, Santiago y Juan, es un acto de abandono total y confianza en Jesús que nos desafía a considerar nuestra propia respuesta a su llamada.

Padre Carlos Domínguez

Vicario Parroquial de San José, Mérida

 

TIEMPO DE NAVIDAD

Lectura del santo Evangelio según san Lucas 3, 15-16. 21-22

En aquel tiempo, el pueblo estaba expectante, y todos se preguntaban en su interior sobre Juan si no sería el Mesías, Juan les respondió dirigiéndose a todos: “Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo, a quien no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego”.

Y sucedió que, cuando todo el pueblo era bautizado, también Jesús fue bautizado; y,mientras oraba, se abrieron los cielos, bajó el Espíritu Santo sobre él con apariencia corporal semejante a una paloma, y vino una voz del cielo:

“Tú eres mi Hijo, el amado; en ti me complazco”.

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Lc 3,15-16.21-22:”Tú eres mi Hijo, el amado; en ti me complazco”.   

Hoy no te manifiestas como un niño, ni lo haces a través de una estrella o de ángeles, hoy ya eres un hombre y te colocas de nuestro lado, como un pecador más que necesitase conversión, y es ahí, estando codo a codo con nosotros, que se abre el cielo y, hoy, es el mismo Padre quien te manifiesta diciéndome que eres su Hijo, el amado, que has asumido el mesianismo profetizado por Isaías, el del siervo de Yavé, sin imposición, ni griterío, sino desde el servicio, la entrega y el amor. Y, hoy, que también yo he sido bautizado en agua y Espíritu, tengo tu misma misión, pues en ti soy, también, su hijo amado, y he de anunciar a los hombres, sin acepción de personas, sin griterío ni imposición, la Buena Nueva que tú nos has traído, y que nos hace ser y vivir felices. X todos y x todo y x tanto. Feliz día del Señor.

El Párroco

 

 

Este domingo recordamos el compromiso del Mesías con la humanidad, manifestado en el acto mismo del bautismo de Jesús, el Siervo de Dios, ungido con el Espíritu Santo en el río Jordán. Lo que no solo marca el comienzo de su ministerio público, sino que también simboliza la inauguración de una nueva era de salvación para todos nosotros. Es un momento para reflexionar sobre nuestro propio bautismo y renovar nuestro compromiso con Cristo. También nosotros recibimos ese mismo Espíritu en nuestro bautismo, capacitándonos para vivir como hijos e hijas de Dios y para llevar a cabo su obra de amor y justicia en el mundo. Renovemos la llamada a seguir el ejemplo de Jesús, a vivir con valentía y compasión, y a ser portadores de esperanza y luz dondequiera que vayamos. Que podamos vivir de acuerdo con nuestra vocación como discípulos de Cristo. ¡Que Dios nos bendiga abundantemente en este día santo y en todos los días venideros!

Padre Carlos Domínguez

  Vicario Parroquial de San José, Mérida


Sábado, 11 de enero de 2025

1 Jn 5, 5-13. El Espíritu, el agua y la sangre.

Sal 147.  Glorifica al Señor, Jerusalén.

Lc 5, 12-16. ”«Señor, si quieres, puedes limpiarme». Y extendiendo la mano, lo tocó diciendo: «Quiero, queda limpio»”.

    Señor, si quieres, también a mi puedes limpiarme. Puedes limpiarme de todas y de tantas lepras como tengo en mi, de todos mis pecados, y es que, Señor, yo solo puedo querer, pero eres tú, y solo tú, quien,además de quererlo, puedes limpiarme con el agua limpia de tu gracia y tu Espíritu en mí. Dime hoy, como a aquel leproso entonces: “quiero”, pero que yo sea hoy como, entonces, fue él, humilde, pues dice Lucas que “cayendo sobre su rostro, te suplico”. Hoy, Señor, te suplico y te hago una de mis oraciones favoritas: “yo quiero, pero solo tú puedes”, límpiame y “aunque mis pecados sean rojos como la púrpura, blanquearan como la nieve” y seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día de María.

El Párroco

    Jesús muestra su capacidad para sanar enfermedades, incluso la lepra, que entonces era vista como una enfermedad incurable y altamente contagiosa. Este acto de sanación es un testimonio de su autoridad y compasión. El hombre con lepra muestra una gran fe en Jesús al dirigirse a Él con humildad y confianza, reconociendo su capacidad para sanarlo si así lo desea. Su fe es recompensada con la curación. Jesús le ordena que no revele lo que ha sucedido, sino que vaya directamente al sacerdote para cumplir con los rituales de purificación prescritos por la ley de Moisés. Esto muestra su preocupación por cumplir con la ley y su deseo de evitar la publicidad excesiva que podría interferir con su misión. Y, a pesar de la popularidad, Jesús busca momentos de soledad para orar, mostrando la importancia de su relación con el Padre. Nada puede fructificar sin esa oración…

Padre Carlos Domínguez

Vicario Parroquial de San José, Mérida

Viernes, 10 de enero de 2025

1 Jn 4, 19 — 5, 4. Quien ama a Dios, ame también a su hermano.

Sal 71. Se postrarán ante ti, Señor, todos los pueblos de la tierra.

Lc 4, 14-22a. ”El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado a evangelizar a los pobres,…”.

    Y esto, Señor, lo dijiste enseñando en la sinagoga del pueblo en que te criaste, Nazaret, tomando un pasaje del profeta Isaías, y dices que se cumple en ti esa palabra. Y es verdad, pues tú para eso viniste, para dar la buena nueva, para evangelizar y enseñarme que Dios es nuestro Padre y nosotros hermanos, y para mostrarme que no hay más mandamiento que el del amor (Ijn 4,19-5,4), y que muestro mi amor a Dios, amando a mi hermano. No hay otro camino, es más, tú, Señor, eres el camino, y has venido, también este año, “a proclamar un año de gracia”, el año jubilar de la esperanza. Gracias, Señor, por mostrarme que tú eres el camino, un camino que es de filiación hacia Dios, y de fraternidad con los demás, especialmente con los pobres, los cautivos, los enfermos y los oprimidos, es decir, tus preferidos que han de ser, también, los míos, el único camino que me hace ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.

El Párroco

 

    Dios nos amó primero, y por eso, nosotros, como hijos suyos, debemos esforzamos por amarnos mutuamente y obedecer sus mandamientos, sabiendo que nuestro amor por Él se refleja en cómo amamos a los demás y en nuestra capacidad para superar el mundo. El Espíritu de Dios también está sobre nosotros. Dios misericordioso y todo amor, Tú nos has amado primero, y en tu amor nos envías al Espíritu Santo, nuestra fuerza y nuestra guía. Ayúdanos a reflejar ese amor en nuestras vidas diarias, que nos amemos unos a otros como Tú nos has amado. Concédenos la gracia de obede­cer tus mandamientos, sabiendo que en la obediencia encontramos la verdadera libertad. Fortalécenos en nuestra fe en ti, para que podamos superar las pruebas y tentaciones del mundo. Que nuestra confianza en ti nos lleve a la victoria sobre el mal y nos permita vivir en comunión contigo y con nuestros hermanos y hermanas. Amén.

Padre Carlos Domínguez

Vicario Parroquial de San José, Mérida

Jueves, 9 de enero de 2025

1 Jn 4, 11-18. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros.

Sal 71. Se postrarán ante ti, Señor, todos los pueblos de la tierra.

Mc 6, 45-52. ”Después de despedirse de ellos, se retiró al monte a orar”. 

    Después de haber saciado a la gente con la gran comida, te retiras, a solas, como muchas otras veces, a orar, a hablar con tu Padre y el nuestro. Te pido me enseñes a estar con Él, me supongo que le hablabas de nosotros para, después, a nosotros, a mí, hablarnos de Él. Hablas con quien sabes te ama, es la definición de la oración de Santa Teresa. Yo, también sé que me amas, por eso estoy ahora aquí para hablar contigo y hablarte de tantos y de todas sus necesidades, del cursillo 284 que hay este fin de semana, de mis amigos, y de otros muchos, que están enfermos, de los difuntos familiares y de los que no rezan por ellos, por mi iglesia local, mi parroquia, mi Obispo, el presbiterio, por las vocaciones y la familia, por todos aquellos a los que tengo encomendados, por la Renovación Carismática… Señor te pido por todos y por todo, te los pongo en tus manos, también yo me pongo en tus manos, porque solo es así como seré y viviré feliz. X todos y por todo y x tanto. Feliz jueves eucarístico.

El Párroco

    El amor viene directamente de Dios y debe reflejarse en la vida de los creyentes. El apóstol Juan nos recuerda la centralidad del amor en la vida cristiana. Comienza enfatizando que Dios nos amó primero, al enviar a su Hijo como sacrificio por nuestros pecados. Este acto de amor sacrificial es el fundamento de nuestra capacidad para amar a los demás. Juan nos anima a amarnos unos a otros, porque el amor viene de Dios y todos los que aman han nacido de Dios y lo conocen. Y el evangelista advierte: aquellos que no aman no conocen a Dios. Los textos también nos recuerdan que el amor de Dios elimina el temor. Aquellos que conocen y experimentan el amor de Dios no temen a la tormenta ni al viento, porque el Señor sube a su barca y los llena de confianza.

Padre Carlos Domínguez

Vicario Parroquial de San José, Mérida

Miércoles, 8 de enero de 2025

1 Jn 4, 7-10. Dios es amor.

Sal 71. Se postrarán ante ti, Señor, todos los pueblos de la tierra.

Mc 6, 34-44. ”«Despídelos… para que se compren de comer». Él les replicó: “Dadles vosotros de comer»”.


   Y todo esto comienza porque sentiste lástima de nosotros, porque andábamos como ovejas sin pastor, y, les dice a tus discípulos que no hace falta que los manden a comprar, sino que sean ellos los que les den de comer, y, hoy, me lo pides a mi, y solo he de poner mi confianza en ti, tu bien sabes lo que has de hacer, al final, como siempre, me sorprenderás, y es que lo que me pides es, y no es más fácil que multiplicar panes y peces, que comparta y reparta, cada día, lo que tengo: tiempo, salud, en otras palabras, los talentos que me has dado, y así, contigo, tú harás el resto, el milagro no será un solo día, sino cada día, descubriendo sus necesidades, estando con ellos, “oliendo, dice el Papa Francisco, a ovejas”, solo así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.

El Párroco

 


   Todo amor proviene de Dios. Por eso, todo el que ama conoce a Dios y es hijo de Dios, aunque no lo sepa. Porque Dios es el que nos ama primero. Todo el amor que existe en la tierra es amor de Dios. El único camino para solucionar los problemas de la humanidad es el amor. Este también es el camino para llegar a Dios. Jesús se manifiesta como el Pastor compasivo que se parte y reparte por sus ovejas. Señor, concédenos el don de ser presencia tuya. Haz que transmitamos con nuestras obras el verdadero amor que viene de Ti. Amén.

Padre Carlos Domínguez

Vicario Parroquial de San José, Mérida

Martes, 7 de enero de 2025

1 Jn 3, 22 — 4, 6. Examinad si los espíritus vienen de Dios.

Sal 2. Te daré en herencia las naciones.

Mt 4, 12-17. 23-25. ”Y lo seguían multitudes venidas de Galilea, Decápolis, Jerusalén, Judea y Transjordania”.

    Hoy, te encuentro ya en tu vida pública, y me dice Mateo que comenzaste a predicar y a decirme que me “convierta”, es decir que me transforme, y ¿a qué he de transformarme? A ti, Señor, ya me has dado en estos día un claro ejemplo de en que transformarme, en un niño como tú, que a pesar de ser Dios, te hiciste esclavo, en poner toda mi confianza en el Padre. El motivo, es que tu reino ya está entre nosotros, ya está en mi, en medio de mi, tú eres mi reino. Y era tal tu forma de hablar y de decir que te seguían “multitudes”. Yo también quise estar entre ellos, pero no para ver de que acusarte, sino para conocerte y amarte, pues mi vida sin ti no tiene sentido ni sirve de nada y, sin embargo, contigo soy y vivo feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.

El Párroco

 

 


Hoy comienza tu tiempo. ¡Sí, hoy! Es la oportunidad que Dios nos da una vez más. Es su tiempo, para que lo santifiquemos, para que estemos cerca de Él y hagamos de nuestra vida un servicio a los hermanos. La feliz noticia de la encarnación del Verbo ha sembrado en nuestros corazones, de manera infalible, su gracia salvadora. Él nos encamina, nuevamente, hacia el reino del cielo. Es el reino de Dios que Cristo vino a inaugurar entre nosotros. Ahora es el tiempo favorable. No pensemos que Dios actuaba más antes que ahora, que era más fácil creer estando cerca de Jesús físicamente en su vida mortal. Los sacramentos de la Iglesia nos otorgan el perdón y la paz, la oportunidad de participar, nuevamente, en la obra de Dios en el mundo. ¡Que el Señor, fuente de todo don y de todo bien, nos ayude!

Padre Carlos Domínguez

Vicario Parroquial de San José, Mérida

Lunes, 6 de enero de 2025

Epifanía del Señor.

Is 60, 1-6. La gloria del Señor amanece sobre ti.

Sal 71. Se postrarán ante ti, Señor, todos los pueblos de la tierra.

Ef 3, 2-3a. 5-6. Ahora ha sido revelado que los gentiles son coherederos de la promesa. 

Mt 2, 1-12. ”Unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén preguntando: «¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Porque hemos visto salir su estrella y venimos a adorarlo»”.  

    Como dice un hermoso villancico, “no sabemos si eran reyes ni si eran tres, pero si sabemos que vinieron a Belén”, y en ellos, ya no son judíos, sino gentiles, te manifiestas a extranjeros, como dice Pablo: “en ellos se manifiesta que, los que no somos judíos, también somos coherederos, miembros del mismo cuerpo y partícipes de la misma promesa” (Ef 3,5-6). Hoy te manifiestas, en ellos, a mí, y no tengo más que adorarte y alabarte, y quiero, hoy y siempre, postrarme a tus pies y ofrecerte no tanto lo que tengo sino cuanto soy. Gracias, porque, con ellos, también estaba y estoy yo, frente a ti, haciéndome ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día de los niños y de los que queremos ser como ellos.

 El Párroco

 

 

    El maravilloso relato de los Magos nos llama a buscar a Dios. Nos enseña a levantar los ojos. Alzar la vista hacia la inmensidad del firmamento es reorientar el corazón. Porque hay una vista interior que está conectada con el corazón. Y «la ceguera del corazón» es dejar de mirar hacia lo alto. Esta es la invitación que nos hace hoy el texto evangélico. Para ver es necesario ponerse de camino. Belén no es punto de llegada, sino un lugar de paso. Nosotros no buscamos «aquel» niño de Belén en su imagen temporal de entonces. Buscamos a Jesús hoy en nuestros corazones, no como imagen terrena, sino como verdadero amor lleno de vida y luz. ¡Él vive para siempre!

Padre Carlos Domínguez

Vicario Parroquial de San José, Mérida

Lectura del santo Evangelio según san Juan 1, 1-18

En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba junto a Dios, y el Verbo era Dios.

Él estaba en el principio junto a Dios.

Por medio de él se hizo todo, y sin él no se hizo nada de cuanto se ha hecho.

En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.

La luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no la recibió.

Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él.

No era él la luz, sino el que daba testimonio de la luz.

El Verbo era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre, viniendo al mundo.

En el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de él, y el mundo no la conoció.

Vino a su casa, y los suyos no la recibieron.

Pero a cuantos la recibieron, les dio poder de ser hijos de Dios, a los que creen en su nombre.

Estos no han nacido de sangre, ni de deseo de carne, ni de deseo de varón, sino que han nacido de Dios.

Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria como del Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.

Juan da testimonio de él y grita diciendo: «Este es de quien dije: el que viene detrás de mí se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo».

Pues de su plenitud todos hemos recibido, gracia tras gracia.

Porque la ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad nos han llegado por medio de Jesucristo.

A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios unigénito, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer.

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Jn 1,1-18:”El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros”.  

Es esa sabiduría de los libros sapienciales que, poco a poco, se va personalizando, “la que habitó en el pueblo escogido” y que, en san Juan es ya “el verbo hecho carne”, tu, Señor, que habitaste entre nosotros, tomando nuestra propia naturaleza para hacernos partícipes de la tuya, y por eso, por ti, no dejo de dar gracias al Padre, porque “en ti, me ha destinado a ser su hijo”. Por eso, con la oración colecta te pido que: “llenes de tu gloria al mundo y que el resplandor de tu luz (tu Hijo, de quien recibo yo la luz) se manifieste, (a través de los cristianos) a todo el mundo”, y así, “a los que le recibamos, a cuantos creamos en ti, por su nombre, nos des el ser tus hijos”, y seamos y vivamos felices. X todos y x todo y x tanto. Feliz día del Señor.

El Párroco

 

    Ya en el Antiguo Testamento se habla de la Sabiduría de Dios. Él se acerca con afán de comunicarse y de enseñar a los hombres. La Navidad es Sabiduría divina volcada sobre el mundo, acontecimiento salvador, evocación de todo lo que Dios quería decirnos. Nadie puede quejarse de que Dios no hable; nadie puede reprocharle que esté ausente. Pero, entre tantos ruidos, hay que buscar su presencia silenciosa. Atiende a su voz misteriosa. Su Palabra encarnada no ha podido silenciarse desde que Jesús habló. Su mensaje no ha perdido vigencia. Es Luz que a diario lucha contra las tinieblas del mundo. Por eso, más que quejarnos, debemos preguntarnos si acogemos a Dios, si le dejamos hablar... Busca entre los signos de tu vida. No le des la espalda. Abre el oído a su Sabiduría misteriosa. Está mucho más cerca de ti de lo que puedas imaginar…

 Padre Carlos Domínguez

Vicario Parroquial de San José, Mérida

Sábado, 4 de enero de 2025

1 Jn 3, 7-10. No puede pecar, porque ha nacido de Dios.

Sal 97. Los confines de la tierra han contemplado la salvación de nuestro Dios.

Jn 1, 35-42. ”Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les pregunta: «¿Qué buscáis?».         

   A ti, Señor. Te busco a ti, pues sin ti no soy ni nadie ni nada. A ti te busco, Señor, y como ellos, como Andrés y Juan, quiero saber dónde vives y quedarme, una vez más, contigo. Y una vez que te conozco, cada día más, y que estoy contigo, quiero que otros muchos también lo hagan y, para ello, soy yo quien ha de decirles, como Andrés a Pedro, que te he encontrado, que eres el Mesías, y llevarles a ti para que, como yo, te conozcan y te sigan, y, mucho mejor que yo, te amen más, y juntos vivamos felices. X todos y x todo y x tanto. Feliz día de María.

El Párroco

    Aquellos que no practican el bien y continúan en el pecado no son hijos de Dios, independientemente de lo que puedan afirmar. El Evangelio nos llama a examinar nuestras vidas y a evaluar si nuestras acciones reflejan la naturaleza de Dios o la del diablo. ¡Qué necesario es vivir en la verdad y la honestidad espiritual! Señor, invítanos de nuevo: «venid a verlo», para saber vivir una vida de rectitud, verdad y santidad, conscientes de nuestra identidad como hijos de Dios y comprometidos con la obra redentora de Cristo en el mundo. Para que rechacemos activamente el mal y el pecado en nuestras vidas. Amén.

 Padre Carlos Domínguez

Vicario Parroquial de San José, Mérida

Viernes, 3 de enero de 2025

1 Jn 2, 29 — 3, 6. Todo el que permanece en él no peca.

Sal 97. Los confines de la tierra han contemplado la salvación de nuestro Dios.

Jn 1, 29-34. “Al ver Juan a Jesús que venía hacia él, exclamó: «Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo…»”

Y, dos de los discípulos que están con el Bautista, Andrés y Juan, el evangelista, te siguieron porque, en esas palabras, descubrieron que tú, Señor, eres el Mesías, el que tenías que venir al mundo, la víctima sin pecado alguno que, ofreciéndote de una vez para siempre, nos has traído la reconciliación con el Padre, perdonando todos nuestros pecados. Ya no nos hacen faltan ninguna víctima más, porque tú, Señor, has venido para hacer su voluntad, dócil y obediente, como dice Isaías, “no abriste la boca y que, con tu castigo nos has traído la paz”. Gracias, Señor, porque no es que me hayas traído la salvación, sino que eres mi salvación, haciéndome alcanzable todo lo que deseo, tu amor y la vida eterna, por eso eres mi esperanza y, por eso, soy y vivo feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz viernes.

El Párroco


Los que permanecen en Cristo no practican la maldad, porque han nacido de Dios. Esto no significa que sean perfectos, sino que su estilo de vida está caracterizado por la justicia y la obediencia a Dios. El Evangelio nos insta a vivir vidas justas y santas como hijos de Dios, conscientes del amor incomparable que Dios nos ha mostrado y anticipando el día en que estaremos completamente transformados a la semejanza de Cristo, el cordero de Dios que quita el pecado del mundo. La verdadera fe en Cristo se manifiesta en la práctica de la justicia y la obediencia a Dios; el pecado es incompatible con la vida en comunión con Él.

Padre Carlos Domínguez

Vicario Parroquial de San José, Mérida

Jueves, 2 de enero de 2025

1 Jn 2, 22-28. Lo que habéis oído desde el principio permanezca en vosotros.

Sal 97. Los confines de la tierra han contemplado la salvación de nuestro Dios.

Jn 1, 19-28. “En medio de vosotros hay uno que no conocéis, el que viene detrás de mí, y al que no soy digno de desatar la correa de la sandalia".    

    Trabajo de esclavo, de ahí el valor, Señor, de lo que hiciste tú a los tuyos en la última cena, y lo hiciste para darme ejemplo y aprendiera de ti. Pues hoy Juan, el Bautista, se reconoce, en su inmensa humildad, que ni siquiera es digno de hacerlo, pues te reconoce como quien eres, Dios, y él se reconoce lo que, nada o menos que nada, solo como la voz que allana el camino por el que tú, Señor, has de pasar, solo da testimonio de ti. Esa ha de ser, también, mi misión, testimoniar de ti, hablar de ti con mis acciones, y, si hace falta, con mis palabras, así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz jueves eucarístico.

El Párroco

Da gracias por haber recibido la verdad en Jesucristo, el Salvador. Y pide al Espíritu Santo permanecer arraigado en esta verdad, resistiendo cualquier engaño o falsa enseñanza que se nos presente. Señor, ¡escúchanos!, concédenos la gracia de mantenernos fieles a ti, fortalecidos por la unción del Espíritu Santo que nos guía hacia la vida eterna en comunión contigo. Que nuestra fe en Cristo nos dé confianza y esperanza mientras esperamos su venida gloriosa.

Padre Carlos Domínguez

Vicario Parroquial de San José, Mérida



Octava de Navidad

Miércoles, 1 de enero de 2025

Santa María, madre de Dios.

Num 6, 22-27. Invocarán mi nombre sobre los hijos de Israel y yo los bendeciré.

Sal 66. Que Dios tenga piedad y nos bendiga.

Gal 4, 4-7. Envió Dios a su Hijo, nacido de mujer.

Lc 2, 16-21. “Encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre”.

    Y aquella que por título no se dio otro que el de ser, Dios mío, “tu esclava”, se convierte, gracias a su fidelidad a ti, Padre, y a su “Si” sin fisuras en tu Madre, ella es esa mujer, nos dice san Pablo (Gal 4 4-7) por la que “al llegar la plenitud del tiempo, enviaste a tu hijo, nacido de ella”. Y hoy, la Iglesia, ha querido que al comenzar el año civil, poner esta fiesta, con el primer título que te dimos los hombres, el de “Madre de Dios”, para hacerme ver que no estoy solo, que tú estás ahí para tenderme la mano tantas veces me haga falta y para que escuche lo que, desde siempre, has dicho a los discípulos de tu hijo: “Haz lo que él te diga”. Gracias Padre, porque con ella no estoy solo en mi camino, y gracias, Padre porque “en tu Hijo me has mostrado tu rostro y me has concedido la paz” (Núm, 6,26) y así puedo ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. FELIZ AÑO NUEVO.

El Párroco

    Cristo se encarna y nace en este mundo. Celebramos el gran Jubileo: han pasado 2025 años desde que esa maravillosa noticia fue proclamada por voces de ángeles. Es el cumplimiento de las promesas divinas y el comienzo de la obra redentora de Dios en la tierra. Los sencillos responden con prontitud y corren hacia Belén para ver lo que les han anunciado. El nombre «Jesús» significa «Salvador», y señala el propósito y la misión del niño que ha nacido. Padre celestial, derrama sobre nosotros tu bendición en el nuevo año que hoy comienza. Que tu rostro resplandezca sobre nosotros, trayendo gracia y misericordia a nuestras vidas. Guárdanos y protégenos en todo momento, guiándonos con tu amor y sabiduría. Que podamos experimentar la paz que solo tú puedes dar en medio de los desafíos y esperanzas de nuestras vidas. Amén.

Padre Carlos Domínguez

Vicario Parroquial de San José, Mérida

Martes, 31 de diciembre de 2024

1 Jn 2, 18-21. Estáis ungidos por el Santo, y todos vosotros lo conocéis.

Sal 95. Alégrese el cielo, goce la tierra.

Jn 1, 1-18. ”Vino a su casa, y los suyos no lo recibieron”.

    Señor, ¿cómo podemos, como puedo ser tan duro, y que vengas a tu casa, pues el mundo fue hecho por ti, y sin ti, “no se hizo nada de cuanto se ha hecho” y no recibirte?, si todo, todo es tuyo y, este mundo es tu casa pues tú lo creaste. ¿Cómo no recibirte, cuando has venido como luz para alumbrar a todo hombre? ¿Cómo querer seguir viviendo en tinieblas cuando tú eres la Luz verdadera? ¿Quizás para que no se vean que mi obras son malas? Señor, que te reciba como quien eres, la luz que alumbra a todo hombre, y te abra las puertas de tu casa, también yo soy tuyo porque tú me has creado y te abra mi corazón, y, como dije en Navidad, sea el pesebre en el que hoy, y siempre, te quieras recostar, te lo limpiaré. Así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz salida de año.

El Párroco

    El último día del año es siempre un momento oportuno para hacer balance de lo vivido durante los últimos doce meses. El prólogo de Juan nos acompaña en esta mirada al 2024 que se llena de agradecimiento si nos fijamos en cómo Quien es "la luz verdadera" ha ido iluminando nuestra existencia de muy diversas maneras o en cómo su Palabra ha resonado en la cotidianeidad de nuestras jornadas. De la mano del Señor podemos bendecirle por el privilegio de haber recibido a Jesús en nuestra existencia, por el regalo inmerecido de ser hijos en el Hijo y por habernos tropezado este año con quienes, como Juan, nos han dado testimonio de Aquel que es amor sin medida.

 Padre Carlos Domínguez

Vicario Parroquial de San José, Mérida

Lunes, 30 de diciembre de 2024

1 Jn 2, 12-17. El que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.

Sal 95. Alégrese el cielo, goce la tierra.

Lc 2, 36-40. “En aquel tiempo, había una profetisa, Ana… presentándose en aquel momento (en el templo) alababa a Dios y hablaba del niño a todos…”.               

No tengo mejor misión en este mundo que la de Ana, hija de Fanuel, de alabarte, es la mejor oración que puedo hacer, con el corazón, con mi boca y mi cuerpo, y reconocer que tú eres quien eres, Dios, y yo soy lo que soy, criatura tuya, y a ti te pongo en tu lugar y yo en el mío, y reconocerte que sólo tú mereces la alabanza, el honor y la gloria por los siglos de los siglos. Y, junto a la alabanza, mi testimonio, y hablar con mi vida, también con mis palabras, de ti a todos los que me encuentre cada día en mis caminos. Solo así, alabándote y siendo tu testigo, es como seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz lunes.

El Párroco

Cuando estamos a punto de terminar el año, la liturgia nos invita a prestar atención a un personaje del que se dicen muchas cosas. El evangelista presenta sus ascendentes y parte de su biografía, poniendo el acento en los ochenta y cuatro años que llevaba viuda. Todos esos años de oración y soledad adquieren sentido cuando se encuentra con Jesús. En la fragilidad e insignificancia de un bebé entre otros, ella reconoce a quien es "la liberación de Jerusalén" y no puede guardarse esa alegría solo para sí. Cuando hagamos balance del año que termina, no olvidemos que, como Ana, hay momentos que valen por mucho tiempo de aparente "viudez".

Padre Carlos Domínguez

Vicario Parroquial de San José, Mérida





Lectura del santo Evangelio según san Lucas 2, 4152

    Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén por la fiesta de la Pascua.

    Cuando cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que se enteraran sus padres.

    Estos, creyendo que estaba en la caravana, anduvieron el camino de un día y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén buscándolo.

    Y sucedió que, a los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los  maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Todos los que le oían quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba.

    Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre:

    «Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Tu padre y yo te buscábamos angustiados».

    Él les contestó:

    «¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en las cosas de mi Padre?».

    Pero ellos no comprendieron lo que les dijo.

    Él bajó con ellos y fue a Nazaret y estaba sujeto a ellos.

    Su madre conservaba todas esto en su corazón.

    Y Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura, y en gracia ante Dios y ante los hombres.

....

Lu 2,41-52: “Por qué me buscabais?¿No sabíais que yo debía de estar en las cosas de mi Padre?”

    Aunque, José y María no comprendieron, tú, Señor, volviste con ellos a Nazaret, y crecías, pero no solo tú, también María y José, ellos no en estatura, pero los tres en “sabiduría”, es decir, en saborear las cosas que se referían a Dios, y en gracia ante Dios y los hombres. Por esto sois modelo para toda familia, cristiana o no, porque los tres no teníais otra finalidad que la de cumplir, en todo momento, la voluntad del Padre Dios, y hacer feliz a los otros miembros de la familia. Esto es lo que ha de hacer y ser toda familia, y aunque no comprendieron, respetaron, cuanto nos enseña esta familia, a su hijo, y es que los hijos, antes que de los padres son de Dios. Y porque somos de Dios, elegidos y amados de Él, nos recuerda san Pablo, hemos de ser santos, y hemos de revestirnos de lo que son las virtudes cristianas, hemos de ser, recordaba san Juan Pablo II, “iglesias domésticas”, y tener por ceñidor, para que no se nos caiga lo demás, el amor que es vínculo de la unidad perfecta, así seremos y viviremos felices. X todos x todo y x tanto. Feliz día de la familia.

El Párroco

Lectura: "Vivió obedeciéndolos en todo".

Meditación: Nunca tendremos claro del todo qué parte de nuestra personalidad es aprendida y qué resulta fruto de la genética, lo que sí está claro es que la familia en la que crecemos juega un papel esencial en ambas cuestiones. Jesucristo también experimentó esta influencia, pues asumió en toda nuestra condición humana. Como nosotros, también Él aprendió en el hogar familiar a relacionarse con los demás y qué significa querer y ser querido. Hoy es un buen día para contemplar a las familias (la de Jesús, la nuestra y las que nos rodean) y comprometernos en transformar a la humanidad en una gran familia donde aprendamos a cuidar y a dejarnos cuidar.

Oración: Que nuestras familias, Señor, sean foco de amor, comprensión, amistad y fortaleza. 

Acción: Celebra este día con una actividad familiar o comunitaria.

Padre Carlos Domínguez

Vicario Parroquial de San José, Mérida


 

COMIENZA EL TIEMPO DE NAVIDAD

Y LA OCTAVA DE LA NATIVIDAD DEL SEÑOR

Sábado, 28 de diciembre

Los Santos inocentes.

1 Jn 1, 5 - 2, 2. La sangre de Jesús nos limpia de todo pecado.

Sal 123. Hemos salvado la vida, como un pájaro de la trampa del cazador.

Mt 2, 13-18. “Levántate, toma al niño y a su madre y huye a Egipto… porque Herodes va a buscar al niño para  matarlo"                                                           


Y comenzaron las pateras y los sin papeles, no para quitar nada a nadie, sino para salvar la vida de los tantos tiranos que hay sueltos por el mundo. Querida Sagrada Familia, no solo tuvisteis que salir de vuestro pueblo, también de vuestro país, de vuestra familia, de vuestras costumbres, como muchos hoy, que bien que nos entiendes, pues eres, como nosotros “de carne y hueso, tangible, fraterno, humano”. Ya entonces, como hoy, hay muchos tiranos que gobiernan, muchas mafias que se aprovechan, y países que dicen que acogen sin hacerlo. ¡Cuántos niños más tienen que morir para que cambien nuestros corazones! Señor, cambia el mío, tú puedes y yo quiero. No vienen a quitarnos nuestros puestos sino a salvar sus vidas, no son mis enemigos sino mis hermanos. Los inocentes de Belén, sin saberlo, dieron su vida por ti, y ganaron la corona que no se marchita. Que cambie mi corazón así sabré acoger, y, solo así, seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.

El Párroco


Hemos identificado este día con aquel en el que hacemos bromas e identificamos la inocencia con la candidez ingenua. En cambio, el texto bíblico que enmarca esta fiesta es aterrador, porque ilustra lo que sucede cada día en cada rincón del mundo y preferimos no ver: el modo en que los inocentes sufren víctimas de la soberbia, la crueldad o la mera indolencia de quienes ostentan el poder. Hagamos nuestro el grito del profeta y los llantos de la matriarca Raquel, que llora sin consuelo ante el sufrimiento gratuito de tantas personas.

Padre Carlos Domínguez

Vicario Parroquial de San José, Mérida

Viernes  27/diciembre

San Juan, apóstol y evangelista.

Jn 20,1a.2-8. “Entro también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro, vio y creyó”.


¿Qué es lo que viste Juan para que te hiciera creer? Sudarios y mortaja y la tumba vacía y abandonada. Y diste fe a sus palabras, y lo que, hasta ahora, era solo presentimiento, se hizo realidad en ti; el Señor, tu Señor, al que tanto amabas y el que a ti tanto amaba tanto, el que te recostaste en la última cena sobre su regazo, ha resucitado, y, desde entonces, no has dejado de anunciarme todo lo visto y oído para que tu gozo fuera completo. Señor, ¡yo he visto y oído tanto! que no puedo más que anunciarlo a los demás, para que mi gozo sea también completo, para que “todos los pueblos contemplen tu gloria” y yo sea y viva feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz viernes.

El Párroco


    Poder ver es mucho más que una posibilidad física. Es posible mirar sin ver, sin captar la verdad de lo que sucede ante nuestros ojos. Desde esta clave hay que entender este pasaje evangélico. Hoy, que en medio de la Navidad recordamos al autor del cuarto evangelio, se nos recuerda que el modo de mirar de quien se sabe amado, como ese discípulo que acompaña a Pedro, es capaz de vislumbrar la resurrección del Señor viendo apenas una tumba vacía. Pidamos el regalo de esa manera de contemplar el misterio, no solo el de la resurrección, sino también el de la encarnación que celebramos estos días.

Padre Carlos Domínguez

Vicario Parroquial de San José, Mérida

Jueves 26/diciembre

 San Esteban, promártir.

 Hch 6, 8-10; 7, 54-59. Veo los cielos abiertos.

Sal 30. A tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.

Mt 10, 17-22. “No os preocupéis de lo que vais a decir o de cómo lo diréis… porque no seréis vosotros los que habléis; sino el Espíritu de vuestro Padre hablará por vosotros…”.

    Hoy celebramos a San Esteban, el primer mártir que, por amor a ti será el primero, formando una cadena de una serie interminable que llega hasta nuestros días. Y se cumple en él lo que acabas de decir, pues muchos “se pusieron a discutir con él, pero no lograban hacerle frente”, y es que Esteban, “estaba lleno de Espíritu Santo”. Señor, también yo te pido me llenes de tu Espíritu para ser tu testigo, para que seas tú quien hables por mi, aún más, seas quien actúe en mi, y así me hagas ser testigo valiente y alegre de tu evangelio, y, así, seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.

El Párroco

En medio de la celebración de la Navidad, cuando todo parece evocarnos la ternura de un recién nacido y el amor que nos despierta, la liturgia nos devuelve a la complejidad y ambigüedad de la vida. El martirio de san Esteban nos recuerda que ese bebé que nace en Belén desafía el status quo e incomoda a los poderosos hasta generar persecuciones. Aquel niño que adoramos en el pesebre es el mismo que hoy nos pone en alerta contra los riesgos de seguir sus huellas. Eso sí: no estamos solos. En medio de dificultades y peligros, la promesa de su Espíritu nos impulsa.

Padre Carlos Domínguez

Vicario Parroquial de San José, Mérida

        

SOLEMNIDAD DE LA NATIVIDAD DEL SEÑOR

 

Miércoles 25/diciembre

Is 52, 7-10. Verán los confines de la tierra la salvación de nuestro Dios.

Sal 97. R. Los confines de la tierra han contemplado la salvación de nuestro Dios.

Heb 1, 1-6. Dios nos ha hablado por el Hijo.

Jn 1, 1-18. El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros.

Gracias Padre. ¡Cómo no estar contento y feliz si tu Hijo ha acampado entre nosotros! Como me recuerda san Pablo, tú, Padre, “en muchas ocasiones y de muchas maneras me has hablado antiguamente por los profetas. Hoy lo has hecho por tu Hijo”, dándome tu Palabra definitiva. Y es que el Verbo, del que me habla Juan, el que se ha hecho carne, existía desde siempre, porque, desde siempre, contigo, es Dios. El último gran profeta por el que me has hablado era el Bautista, que, sin ser la luz, me dio testimonio de la luz que es tu Hijo, mi Señor Jesucristo. Señor, que te reciba, pues has venido a tu casa, este mundo es tuyo, tú lo creaste, y sin embargo muchos han preferido vivir en la oscuridad. Que hoy, y siempre, mi corazón sea ese pobre pesebre en el que tú quieres nacer. Gracias, Señor, porque hoy he contemplado tu salvación, y te aclamo como Rey y Señor, por lo que soy y vivo feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz Navidad.

El Párroco

 
 
 IV semana del Tiempo de Adviento.

Martes 24/diciembre

2 Sam 7, 1-5. 8b-12. 14a. 16. El reino de David se mantendrá siempre firme ante el Señor.

Sal 88. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor. 

Lc 1, 67-79. “Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto”.


  Gracias Padre Dios por esa tan entrañable, cariñosa, misericordia como nos, me, tienes. Ya estás cercano tú, el “En-manuel”, el Dios conmigo, ya te presiento, estás por nacer. Tú, Señor, el Sol del que me habla Zacarias en su “Benedictus”, por lo que ya no podré estar a oscuras, si soy de los que te recibo, porque contigo todo será claridad; ya no tendré tristeza jamás, porque tú, mi Señor, eres mi alegría. Por eso, con la oración colecta, hoy, te pido: “apresúrate y no tardes, para que tu venida me consuele y me fortalezca, ya que todo lo espero de tu amor”, y, así, seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz Nochebuena.

El Párroco


Lc 1, 67-79.


El cántico de Zacarías es el fruto maduro, como decíamos ayer, de esos meses en los que, acallado, ha permitido que la Palabra de Dios deje poso en su corazón. Por eso, lo primero que brota de sus labios después de poner nombre a su hijo es bendecir al Señor por cumplir su promesa, por tener misericordia de la humanidad y enviarnos al Hijo para iluminar los rincones más oscuros y recónditos de la historia. Es lo que celebraremos, un año más, esta noche. Durante este día repitamos en nuestro corazón las palabras de este anciano: ¡Bendito sea el Señor!

Padre Carlos Domínguez

Vicario Parroquial de San José, Mérida


 
Lunes 23/ diciembre

Mal 3, 1-4. 23-24. Os envío al profeta Elías, antes de que venga el Día del Señor.

Sal 24. Levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación.

 Lc 1, 57-66. “A Isabel se le cumplió el tiempo del parto y dio a luz un hijo… a los ocho días vinieron a circuncidar al niño…«…se va a llamar Juan»”.                                

El fiel a ti, Señor. En tu pueblo, el poner el nombre tiene gran importancia, lo pone el padre de familia, por eso le preguntan a Zacarías, mudo hasta entonces, y, este, lo escribe en una tablilla: Juan es su nombre. No es como actualmente entre nosotros, solo por el simple hecho de que me gusta, hasta el punto de que quitamos hasta al santo para poner abreviaturas, o por algún personaje conocido, y, desgraciadamente, no suele destacar por sus grandes virtudes religiosas o humanas, sino simplemente por su fama humana. No ocurre así entre tu pueblo, Señor, allí buscan un significado y es lo que quieren que sea y viva esa criatura, no solo es un nombre es, también, conocer a la persona, y Zacarías e Isabel quieren que sea “fiel a ti”, y así lo llaman: “Juan”. Ya solo falta tu llegada Señor, pues ya ha nacido tu precursor y será fiel a ti, incluso desde antes de su nacimiento. Gracias Señor, yo, también, y a pesar de mí, quiero serte fiel, te pido apartes de mí todo lo que me pueda apartar de ti, así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.

El Párroco

 
 

Lc 1, 57-66. Nacimiento de Juan Bautista.


No todos reaccionamos a la misma velocidad y Dios respeta nuestros ritmos. Zacarías necesitó nueve meses de silencio para rumiar y captar lo que había vivido en el santuario. La mudez del anciano, más que un escarmiento por su falta de fe, resulta ser el tiempo necesario para dejar que madure en su interior el anuncio del ángel. El poso de este tiempo es secundar los planes de Dios y reconocer que ese hijo es don, como expresa la etimología hebrea de "Juan". ¿Con qué regalos divinos he necesitado tiempo para reconocerlos como tales? Le pido al Señor que me enseñe a respetar mis ritmos y los de los demás como Él lo hace.

Padre Carlos Domínguez

Vicario Parroquial de San José, Mérida


 

Lectura del santo Evangelio según san Lucas 1, 3945

En aquellos días, María se levantó y se puso en camino de prisa hacia la montaña, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.

Aconteció que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y levantando la voz, exclamo:

«¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? Pues, en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Bienaventurada la que ha creído, porque lo que le ha dicho el Señor se cumplirá».

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Lc 1,39-45: “¿Quien soy yo para que me visite la madre de mi Señor?” 

 


    Es el mismo evangelio de ayer, eres tú, como “arca” de la nueva alianza, la que me traes al niño, y como Isabel, “ya lo presiento”, que venga pues, mientras “en triste exilio vivo ahora”. Y si tu prima dijo lo que dijo, cuanto más he de decirlo yo, ¿quién soy para que me visites, madre de mi Señor y el mismo Señor? Y hoy, y siempre, me muestras, madre, el camino que he de seguir, el que tú “de prisa” hiciste, el de servir.

Ven madre y tráeme “a tu hijo que es la luz, con quien me llegará la alegría”. Gracias, Señor, por tanto, amor.

 El Párroco


Miq 5,1-4a /Sal 23. Va a entrar el Señor, él es el Rey de la gloria./Hb 10,5-10/Lc 1,39-45

Lectura: "¡Dichosa tú por haber creído!".


  Meditación:
Que la liturgia insista dos días seguidos en proclamar el mismo texto del evangelio puede ser una mera casualidad, pero a nosotros nos ayuda a entender que el misterio requiere ser ahondado una y otra vez, porque nos supera. En esta segunda inmersión antes de Navidad os invito a fijarnos en la alegría que atraviesa estos versículos. No solo es la alegría la que mueve al Bautista en el seno de su madre, sino que Isabel muestra estar llena de ella y, además, reconoce a su prima como "dichosa". El gozo que provoca el Espíritu no siempre es grito, risas o jolgorio, pero acompaña "de fondo" incluso aunque estemos tristes. Entremos en esta escena y dejémonos contagiar de esta dicha. Oración: Ayúdame, Señor, a confiar en tu Palabra y en tus promesas, como hizo María. Acción: Acércate hoy con cariño a auxiliar a quien sepas que necesita ayuda.

Padre Carlos Domínguez

Vicario Parroquial de San José, Mérida

 
 III semana del Tiempo de Adviento.
 Sábado 21/diciembre

Cant 2, 8-14. He aquí mi amado, llega saltando por los montes.

o bien: Sof 3, 14-18a. El rey de Israel, el Señor, está en medio de ti.

Sal 32. R. Aclamad, justos, al Señor; cantadle un cántico nuevo.

Lc 1, 39-45. ”María se levantó y se puso en camino de prisa hacia la montaña… en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo, y… exclamó: «¡Bendita… »”.

 

Y es que, como nos recuerda el Cantar, “mi amado llega”, ya está, llega contigo María, pues tú eres su portadora, por eso Isabel se llenó del Espíritu, y yo, contigo madre, también me lleno de él, y a voz en grito exclamó: ¡Bendita por tu “si”, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá! Y hoy, como siempre, me enseñas que amar a Dios es amarlo ayudando y sirviendo al hermano, no hay otro camino, tú, te pusiste en él de prisa , y es que el amor no anda, vuela, y te pusiste en camino para ayudar y servir a la anciana Isabel que esperaba a su hijo, y tu presencia la hace llenarse del Espíritu, yo también, contigo, me lleno de Dios, por eso, tu amor de madre me hacer ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día de María.

El Párroco

 
 

 

A quien se deja impulsar por el Espíritu Santo, se le regala esa intuición profunda que es capaz de ver más allá de lo evidente. Eso es lo que experimenta Isabel cuando, donde cualquier otro solo hubiera visto a una joven familiar que se acerca a visitarla, ella reconoce el cumplimiento de la promesa y la bendición que trae María en su seno. Pidamos este regalo divino en nuestro día a día, para ser capaces de descubrir la hondura de la realidad e intuir la presencia de Jesús ahí donde no resulta evidente. Así también nuestra existencia será un grito de alabanza como el de Isabel.

Padre Carlos Domínguez

Vicario Parroquial de San José, Mérida


 Viernes 20/diciembre

Is 7, 10-14. Mirad: la virgen está encinta.

Sal 23. Va a entrar el Señor; él es el Rey de la gloria.

Lc 1, 26-38. ” Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo".                                   

 


Por fin, gracias a tu “si”, madre, el En-manuel ya está con nosotros, gracias, madre del adviento y de la espera. Gracias por decir tu “si”, gracias por no dudar, la Agraciada, nombre propio que te dio el Ángel de parte de Dios, gracias porque en tu libertad dijiste “si”, no dudaste solo preguntaste que debías hacer para que en ti se cumpliese su palabra, y todos los hombres, pendientes de tu “si”, respiramos, llenos de alegría, tranquilidad, y por tu “si”, por el camino inverso al de Eva, tú cumpliendo, lo que ella no quiso, la voluntad del Padre, “el Verbo se hizo carne y habito entre nosotros”, haciéndonos a todos los hombres felices. Que yo, madre, como tú, también diga siempre a Dios Padre: “aquí está tu esclavo, hágase en mi tu palabra”, para que, así, llegue a ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.

El Párroco

 

    Después de que Gabriel anunciara a Zacarías el nacimiento de su hijo Juan, Lucas nos presenta esta otra anunciación. María, que también recibe un anuncio desconcertante y que desborda con mucho sus expectativas y posibilidades, reacciona de un modo distinto que el anciano sacerdote. Ella pregunta, pide respuestas, pero no exige seguridades. Creer en la promesa no nos incapacita para cuestionar, pero sí nos lanza a confiar más allá de lo comprensible y lo lógico. Ahora, que preparamos el corazón para acoger el nacimiento de Jesús, apoyémonos en la fe de María para acoger con Ella las promesas que más nos desconciertan.

Padre Carlos Domínguez

Vicario Parroquial de San José, Mérida

 
 
 Jueves 19/diciembre

Jer 23, 5-8. Daré a David un vástago legítimo.

Sal 71. En sus días florezca la justicia y la paz abunde eternamente.

 Mt 1, 18-24. Zacarías… tu ruego ha sido escuchado: tu mujer Isabel te dará un hijo, y le pondrás por nombre  Juan”.                                                

Hoy sale otro miembro más de tu familia, este santo, y con nacimiento extraordinario, pues su madre Isabel, además de mayor, es estéril, pero es que para “Dios nada hay imposible”, quien será tu precursor, tu profeta, quien te allanará el camino, y “convertirá muchos corazones, y a los desobedientes los conducirá a la sensatez”. Ya estás, Señor, para nacer, y yo, he de ser, para muchos, otro Juan, y prepararlos para que te conozcan y vayan a ti. He de hacer de mi vida y con mi vida “un testigo valiente y alegre de tu Evangelio” como decía el Papa Francisco en su Evangelii Gaudiun, y anunciarte, y si hace falta con mis palabras también. Y así te conozcan y conociéndote, te sigan, y siguiéndote, te amen y seas para toda buena noticia y vivan una feliz Navidad, y, dándote a conocer, yo sea y viva feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz jueves eucarístico.

El Párroco

 

Jue 13,2-7.24-25a /Sal 70. Que mi boca esté llena de tu alabanza y cante tu gloria./Lc 1,5-25

    Este pasaje del evangelio no puede comprenderse separado del que leeremos mañana. Como si se tratara de un díptico, Lucas nos ofrece dos relatos paralelos, pero con una reacción muy diversa entre sí. El anuncio de un hijo en la ancianidad, en vez de llenar a Zacarías de alegría, le hace pedir seguridades y pruebas. La confianza se mueve en el ámbito de las certezas, en la convicción de que Dios puede superar nuestras impotencias y límites, aunque no entendamos cómo. Durante esta jornada, renovemos la confianza en que el Señor es capaz de engendrar vida incluso en medio de lo más estéril e infecundo de nosotros. Dios te bendiga aprende a confiar en el Señor.

 Padre Carlos Domínguez

Vicario Parroquial de San José, Mérida

 
 
 Miércoles 18/diciembre

Jer 23, 5-8. Daré a David un vástago legítimo.

Sal 71. En sus días florezca la justicia y la paz abunde eternamente.

Mt 1, 18-24. ”María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo”.    

  

    Si ayer se nos hablaba de tu familia, una más, como la nuestra, llena de santos y pecadores, hoy se nos habla de quien va a ser tu padre en la tierra, dándote su apellido y haciéndote descendiente de David, quien asume el papel de padre y patriarca, por tanto, quien te pondrá el nombre de Jesús, nos habla de José, quien, sin se serlo carnalmente, lo es espiritualmente. Pues padre no solo es el que engendra, y eso nos lo deja bien claro el evangelista, que “fue por obra del Espíritu Santo”, sino el que cuida, protege, sirve y ama, y eso como tú, Señor San José, nadie lo ha hecho mejor, ayúdame a querer tanto a Jesús como tú lo hiciste. Gracias San José por cuidarme a quien va a ser mi tesoro encontrado, mi perla preciosa, a Jesús, quien me hace ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.

El Párroco

 

 
 
 Martes 17/diciembre

Gen 49, 1-2. 8-10. No se apartará de Judá el cetro.

Sal 71. En sus días florezca la justicia y la paz abunde eternamente.

Mt 1, 1-17. Libro del origen de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham…”.

 

Comienza hoy la preparación inmediata a tu nacimiento, 8 días faltan, comienzo la cuenta atrás. Y, hoy, el evangelio recoge tu genealogía, dándome a entender que es real tu carnalidad histórica, que «te despojaste de tu condición divina» (Flp 2,7), que te hiciste uno de los míos, el «Enmanuel», y por ello te doy gracias, por hacerme, como tú, «hombre y, no desnuda inmaterialidad de pensamiento… ¡y el que puso esta ley en nuestra nada, hizo carne su verbo! ¡Así tangible, humano, fraterno!… sufriente, corporal, amigo, ¡cómo te entiendo!¡Dulce locura de misericordia: los dos de carne y hueso! Gracias, Señor, por venir a mí como yo soy, por hacerte de carne y hueso, pues es así como te necesito y es así como me has hecho ser y vivir feliz x todos y x todo y x tanto. Feliz día.

El Párroco

 
 
 Lunes 16/ diciembre

Num 24, 2-7. 15-17a. Avanza una estrella de Jacob.

Sal 24. Señor, instrúyeme en tus sendas.

Mt 21, 23-27. ”¿Con qué autoridad haces esto?¿Quien te ha dado semejante autoridad?”


    Y juegas con los que te preguntan, sacerdotes y ancianos, contestándoles con otra pregunta. Que torpes son, ¿pues no ven con qué autoridad haces las cosas? Con la autoridad de la coherencia, con la autoridad de que todo lo que dices te lo avalan tus propias obras, tu vida, es decir, lo que dices, antes, lo vives, porque no son sólo palabras, sino palabras vividas. Gracias, Señor, por enseñarme que solo la coherencia es lo que atrae de ti, y hazme ser, como tú, coherente, pues es siéndolo como seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz lunes.

 El Párroco

 
 

Lectura del santo Evangelio según san Lucas 3, 1018

En aquel tiempo, la gente preguntaba a Juan:

«¿Entonces, ¿qué debemos hacer?». Él contestaba:

«El que tenga dos túnicas, que comparta con el que no tiene; y el que tenga comida, haga lo mismo». Vinieron también a bautizarse unos publicanos y le preguntaron:

«Maestro, ¿qué debemos hacer nosotros?». Él les contestó:

«No exijáis más de lo establecido».

Unos soldados igualmente le preguntaban:

«Y nosotros ¿qué debemos hacer?». Él les contestó:

«No hagáis extorsión ni os aprovechéis de nadie con falsas denuncias, sino contentos con la paga».

Como el pueblo estaba expectante, y todos se preguntaban en su interior sobre Juan si no sería el Mesías, Juan les respondió dirigiéndose a todos:

«Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo, a quien no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego; en su mano tiene el bieldo para aventar su parva, reunir su trigo en el granero y quemar la paja en una hoguera que no se apaga». Con estas y otras muchas exhortaciones, anunciaba al pueblo el Evangelio.

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 Lc 3,10-18:”En aquel tiempo, la gente preguntaba a Juan: «Entonces, ¿qué debemos hacer?».”

   

     Es el llamado Domingo de la alegría, “gaudete”, porque tú, Señor, ya estás para nacer, estás próximo, y, tanto las oraciones de la eucaristía como las lecturas nos dan esta idea repitiendo tanto la palabra como sus sinónimos. Así, la oración colecta nos predispone a ello, diciéndome que: “espere, con fidelidad, la fiesta y permíteme, es lo que pido, llegar a la alegría de tan gran acontecimiento, y celébralo con júbilo desbordante…”. Y ya, las lecturas, me recalcan esta idea, así el profeta Sofonias me pide que “me alegre, que grité con gozo, que me regocije y disfrute…”, contestando con el Salmo a la palabra de Dios diciendo: “grita jubiloso… porque en medio de ti está el Santo de Israel”, y san Pablo me recuerda que “he de estar siempre alegre en el Señor, y me lo repite, siempre alegre”. Y para ello, ¿qué he de hacer, el Bautista, en el Evangelio, me lo recuerda hacer buenas obras, servir, ayudar, compartir, amar a todos, pues no puedo ser feliz, si alguien a mi lado no puede serlo, pero sobre todo: “compartirte a ti”, darte a conocer, así tú, Señor, nacerás donde quieres hacerlo, en mí y por mí en mis ambientes y, así, seré y viviré alegre y feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día del Señor.

 El Párroco

 
 
 II semana de Adviento.

Viernes 13/diciembre

Is 48, 17-19. Si hubieras atendido a mis mandatos.

Sal 1. El que te sigue, Señor, tendrá la luz de la vida. 

Mt 11, 16-19. “¿A quién compararé esta generación?       

    Y los comparas a unos niños, pero en esta ocasión con niños caprichosos y mal educados, no nos diferenciamos mucho de ellos, que les haces regalos por sus santos o cumpleaños y, en poco tiempo, los abandonan porque tienen tantos que se aburren de ellos y los aborrecen. Señor, que yo sepa reconocer tu venida y al profeta que te anunció, a Juan el Bautista, y que, como él, yo también anuncié tu llegada, en mis ambientes, cargados, me decías al comenzar el adviento, de buenas obras para salir a tu encuentro preparado, y, así, te reciba donde tú quieres serlo, en mi propia vida, para ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.

El Párroco

Jueves 12/diciembre

Is 41, 13-20. Yo soy tu libertador, el Santo de Israel.

Sal 144. El Señor es clemente y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad.

Mt 11, 11-15. ”El más pequeño en el reino de los cielos es más grande que él”.

Esto, Señor, lo dices después de hacer un gran elogio sobre Juan el Bautista, del que has dicho que es “el más grande nacido de mujer”, y, después, de decir esto, dices que ha terminado una etapa, y que, contigo, comienza algo nuevo, tu reino, y que tu más pequeño seguidor, es decir, el que crea en ti y siga tu camino, tú eres el camino, a quien Juan el Bautista señalaba, de la sencillez y de hacerse como un niño, es más grande que él. Señor, enséñame a seguirte, tú eres el camino, que yo ande siempre por ti, que me haga como un niño pues de los que son como ellos es tu reino, solo así seré grande, y sólo así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz jueves eucarístico.

El Párroco


Miércoles 11/diciembre

Is 40, 25-31. El Señor todopoderoso fortalece a quien está cansado.

Sal 102. R. Bendice, alma mía, al Señor. 

Mt 11, 28-30. Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré”.

Es lo que, en estos momentos, estoy queriendo hacer, venir a ti, Señor, y estar contigo escuchándote, callándome y abriendo mis oídos a tus palabras. Te aseguro, que es el momento de más paz en el día. Es el momento en que te pregunto ¿qué quieres hoy de mí?, y te escucho que me dices en mi interior que ponga mi día en ti, que te ofrezca todo mi día, y que lo ponga todo en tus manos. Y te respondo, “haz de mi lo quieras y que se cumpla tu voluntad en mi”, y, así, por mucho cansancio que tenga al final del día y agobios, tú, Señor, me aliviarás y, poniendo todo en ti, es como seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.

El Párroco 


 
 
 
 Martes 10/diciembre

Santa Eulalia de Mérida.

Is 40, 1-11. Dios consuela a su pueblo.

Sal 95. Aquí está nuestro Dios, que llega con fuerza. 

Mt 18, 12-14. “Un hombre tiene cien ovejas: si una se le pierde, ¿no deja las noventa y nueve en los montes y va en busca de la  perdida?”

 

    Cuanto te agradezco Dios Padre ese amor tan grande que me tienes, que aunque solo sea una de tus ovejas me quieres como si fuese único. Y es que el amor es lo único que se multiplica cuando se comparte, y me quieres como si solo me tuvieras a mí, así me lo dice, en esta parábola, tu Hijo amado, que sales, cual pastor solicito, en mi busca pues no quieres perder a ninguna de tus ovejas, aunque, a veces, yo sea más “cabra” que oveja, y cuando me encuentra haces fiesta por mí con tus amigos, ángeles y santos. Gracias, Señor, por tanto, amor como me tienes que me haces ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.

El Párroco

 Lunes 9/ diciembre

Is 35, 1-10. Dios viene en persona y os salvará.

Sal 84. He aquí nuestro Dios; viene en persona y nos salvará.

Lc 5, 17-26. El asombro se apoderó de todos y daban gloria a Dios. Y, llenos de temor, decían: «Hoy hemos visto maravillas»”.


        Todo este asombro y las maravillas vistas es porque tú, Señor, has curado a un paralítico. Pero, los que se asombran son la gente sencilla, los listillos, aquellos que saben tanto, te critican, y, todo, porque antes de la curación, has dicho que perdonas sus pecados, y dicen los listillos, aquellos que saben tanto, que blasfemas porque solo Dios los puede perdonar. Y ahí está su gran pecado, son incapaces de reconocerte, y es en ese diálogo que haces la curación, pero fijándote en la fe de aquellos amigos que llevan al paralítico a tu presencia. Señor, dame amigos como estos, y hazme a mi ser amigo como estos, para muchos, para que, llevándolos a ti, a tu presencia, sean curados tanto de sus males físicos como espirituales, esa ha de ser mi misión y, así, seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz.

El Párroco[Fn1] 

 
 

La Inmaculada Concepción de la Virgen María, patrona de España.

 Lectura del santo Evangelio según san Lucas 1.2638

En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María.

El ángel, entrando en su presencia, dijo:

«Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo».

Ella se turbó grandemente ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél. El ángel le dijo:

«No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin». Y María dijo al ángel:

«¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?».

El ángel le contestó:

«El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. También tu pariente Isabel ha concebido un hijo en su vejez, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, “porque para Dios nada hay imposible». María contestó:

«He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra».

Y el ángel se retiró.

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Lc 1,26-38: “Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo”.

 

Gracias, madre, por tu si, rompiendo así, definitivamente, el camino comenzado por Adán y Eva, recorriendo el camino inverso, pues ellos rechazaron cumplir la voluntad del Padre, tu, sin embargo, pronunciando tu “hágase en mi” no trajiste al Salvador, por eso dice esa hermosa canción que “todos los siglos están mirando hacia ti, todos escuchan tu voz temblando en un sí, cielo y tierra se dan en tu corazón con un abrazo de paz, ternura y perdón”, por eso eres la Agraciada, como nombre propio que, en el anuncio, Dios te dio, y es que, como dice el himno de laudes de esta mañana, “no caíste como los otros cayeron, que siempre la mano te dieron conque preservada fuiste”, por eso hoy, y siempre, :”os suplico que me deis la vuestra, y me levantéis porque no quede perdido”, porque solo contigo, madre, como camino más corto, llegaré a tu Hijo, y seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día de la Inmaculada Patrona de España.

El Párroco

I semana de Adviento.

Sábado 7/diciembre

Is 30, 19-21. 23-26. Se apiadará de ti al oír tu gemido.

Sal 146.  Dichosos los que esperan en el Señor.

Mt 9, 35 — 10, 1. 5a. 6-8. ”La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos; rogad, pues, al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies”.

    Haces la elección de tus apóstoles como remedio al cansancio, extenuación, de la gente y para evitar la sensación, a veces realidad, de abandono que tienen, pero, sobre todo, porque, y se ha dicho antes, sientes “compasión” de nosotros. Y, en esa cadena de elecciones, en esta época, me has elegido a mí, no por méritos propios, sino por pura gracia tuya, y me has elegido para que yo sea tus brazos y tus pies que abrace y vaya a tantos que te necesitan, para que no se extenúen y no se sientan abandonados, para que, como tú, Señor, sea buen samaritano y acoja, en salida, a todo hombre que sufre en el alma o en el cuerpo y cure y vende sus heridas y así, todos, seamos y vivamos mes felices. Feliz día de María, ella también es madre de todos.

El Párroco

Viernes 6/diciembre

Is 29, 17-24. Aquel día verán los ojos de los ciegos.

Sal 26.  El Señor es mi luz y mi salvación.

Mt 9, 27-31. “Dos ciegos seguían a Jesús gritando: «Ten compasión de nosotros»”.

    Además de darte un título mesiánico, a gritos te piden que tengas compasión de ellos. Y, tú, Señor, te acercas y, de tú a tú, dialogas con ellos, ¡cuánto he de aprender de ti!, y dialogar con quienes se me acerquen pidiéndome ayuda, una vez que yo he sido ayudado por ti, es lo que necesitan, ser escuchados. Yo, en este tiempo, he de ser, también, iglesia en salida y dialogante. Después, les haces una pregunta: «¿creéis que puedo hacerlo?» Si, Señor, tú puedes hacerlo, basta con mirarme a mí, mes has escuchado tantas veces y me has curado de tantas enfermedades, también de mis cegueras, de no querer verte en el otro, y, como dice san Juan, para amarte a ti, a quien no veo, he de amar al hermano a quien veo, todo lo demás es mentira. Y es dialogando, escuchando y amando como seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.

El Párroco

Jueves 5/diciembre

Is 26, 1-6. Que entre un pueblo justo, que observa la lealtad.

Sal 117. Bendito el que viene en nombre del Señor.

Mt 7, 21. 24-27. «No todo el que me dice “Señor, Señor” entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre…».

    “Obras son amores, que decía la Santa de Ávila, y no buenas razones”, y son estas las que harán que mi vida se fortalezca, también en las adversidades, y que nadie, ni nada me pueda hundir porque estaré cimentado sobre ti, Señor, mi roca. Pero no basta, pues, con decir Señor, sino que he de cumplir la voluntad de nuestro Padre Dios, es lo que pido, Señor, en la oración que me enseñaste: “hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo…”, y es la respuesta que María dio durante toda su vida, por eso, con palabras de D. José en su carta de trabajo, te pido que seas mi intercesora: “Madre del evangelio viviente, que siempre camine en la fe y viva en la fe”, para ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz jueves eucarístico.

El Párroco

Miércoles 4/diciembre

Is 25, 6-10a. El Señor invita a su festín y enjuga las lágrimas de todos los rostros.

Sal 22. Habitaré en la casa del Señor por años sin término.

Mt 15, 29-37. ”Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: «Siento compasión de la gente, porque llevan ya tres días conmigo y no tienen qué comer»”.

    Ese es, Señor, el motivo por el que haces las cosas, el amor a los demás. Nos dice el evangelio que “sentías compasión”, es decir sufrías “con” los que estaban allí, y ya llevaban tres días. Estaban entusiasmados escuchándote y, antes las curaciones que hacías, estaban admirados, y daban gloria a Dios. Señor, que no deje nunca de asombrarme ante tu grandeza, ante tu gran amor hacia mí. ¡Me has curado también de tantas cosas!. Hoy solo me queda asombrarme, amarte, y darte gracias. Y, como tú, también yo sienta “compasión” de mi gente, de mis ovejas y que, como tú, les dé de comer, además del pan material, el de tu palabra y el de tu eucaristía, y ser para ellos un reflejo, aunque pobre, de ti, así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día. 

El Párroco

 

Martes 3/diciembre

 San Francisco Javier.

Is 11, 1-10. Sobre él se posará el espíritu del Señor.

Sal 71. En sus días florezca la justicia y la paz abunde eternamente.

Lc 10, 21-24. ”Jesús se llenó de alegría en el Espíritu Santo y dijo:«Te doy gracias, Padre mío…»”.                             


Cuando uno está lleno del Espíritu Santo, como tú, Señor, no puede más que estar lleno de alegría, no hay lugar para la tristeza. Por eso, hoy, te pido que me envíes, Señor, tu Espíritu para que, como tú, contagie por todos lados ese mismo entusiasmo tuyo y tu misma alegría que, viniendo de ti, contagie a otros y, con nuestro Obispo Fray José, aludiendo a san Pablo, pueda decir:” Para mí la vida es Cristo”, si, mi vida eres tú, Señor. Y, como tú, Señor, daré gracias a nuestro Padre Dios, porque ha querido revelarme solo lo que revela a los pequeños y sencillos, haciéndome ver que es por ese camino, el de hacerse como un niño, por el que seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.

El Párroco



 

Lunes 2/ diciembre

Mt 8,1-11: ”Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo. Basta que lo digas de palabra y mi criado quedará limpio”.

    Señor, dame la fe de este centurión. Ni siquiera pedía para él mismo, sino para un criado suyo al que ama mucho, y tú, Señor, alabas su fe, y te gusta tanto que hasta tu Iglesia la ha tomado como modelo para que la repitamos antes de recibirte en la comunión. Señor, dame su fe, y, como al criado del centurión, te pido me perdones y me limpies, sé que lo haces, de todas mis dolencias y pecados. Pero, ojalá, de mí, como de él, pudieras decir: ”no he encontrado a nadie con tanta fe” y, yo sea uno de esos “muchos que vendrán de oriente y occidente… y se sentarán en el reino de los cielos”. Gracias, Señor, porque esa sola promesa me hace ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.

El Párroco

 
 

XXXIV semana del Tiempo Ordinario.

 

Sábado 30/noviembre

San Andrés, Apóstol

Rom 10, 9-18. La fe nace del mensaje que se escucha, y la escucha viene a través de la palabra de Cristo.

Sal 18. A toda la tierra alcanza su pregón.

Mt 4, 18-22. ”Vio a dos hermanos, a Simón, llamado Pedro, y a Andrés, que estaban echando la red en el mar, pues eran pescadores. Les dijo: «Venid en pos de mí…»”.      

       

    Y ellos te siguieron, dejaron las redes y te siguieron, supieron desenredarse de las redes a las que estaban enredados y se fueron contigo y se hicieron pescadores de hombres. Señor, hoy, quiero ser yo el desenredado de todo lo que me enreda, caprichos, egoísmos… y hacerme testigo, valiente y alegre, de tu mensaje para que muchos otros, lo oigan, ya que “la fe nace del mensaje que se escucha, y la escucha viene de la palabra tuya que es proclamada”. Hazme apóstol, Señor, para ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día de San Andrés.

 El Párroco

Viernes 29/noviembre

Ap 20, 1-4. 11 — 21, 2. Todos fueron juzgados según sus obras. Vi la

nueva Jerusalén que descendía del cielo.

Sal 83. He aquí la morada de Dios entre los hombres.

Lc 21, 29-33. ” El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán”.

    Y está sola promesa me llena de esperanza, pues tus palabras, que eres tú, pues tú, Señor, eres la palabra hecha carne, no pasará, es la palabra que me habla de vida entera para los que ama Dios, a los que nos llama hijos y lo somos, pero que allá seremos, no hijos, sino semejantes a Él, porque le veré tal y cual es. Por eso, a pesar de las dificultades, que las habrá, nada me separa de tu amor, y, solo esa promesa, me hace ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz viernes.

El Párroco

 

 
 
 Jueves 28/noviembre

Ap 18, 1-2. 21-23; 19, 1-3. 9a. Cayó la gran Babilonia.

Sal 99. Bienaventurados los invitados al banquete de bodas del Cordero.

Lc 21, 20-28. ”Alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación”.

    ¿Por qué me cuesta tanto reconocerte en las cosas pequeñas de cada día? Calamidades las hubo, las hay y las habrá, pero, al final, será tuya la victoria, y “te veré venir entre nubes”, sin tener que esperar hasta el final de los tiempos, pues, a cada uno, vendrás cuando Dios quiera, y, cuando vengas, será un día más, como lo fue ayer, porque “la salvación, la gloria y el poder son tuyos” y, para mí no serás más que un amigo, por eso, como ayer y como siempre, “levantaré mi cabeza, aclamándote y sirviéndote con alegría, porque se acerca mi liberación” y seré “invitado al banquete de tu boda”. Gracias, Señor, porque me hacer ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz jueves eucarístico.

El Párroco

 

 

Miércoles 27/noviembre

Ap 15, 1-4. Cantaban el cántico de Moisés y el cántico del Cordero.

Sal 97. Grandes y admirables son tus obras, Señor, Dios omnipotente.

Lc 21, 12-19. ”Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas”.

    No hay nada más hermoso que un matrimonio de personas mayores, o una consagrada, o un sacerdote, y es que, la perseverancia es camino de santidad. Y, aunque, como tú mismo me dices hoy, haya momentos difíciles, esos momentos, “son ocasión para dar testimonio”, y, además, no tendremos que preparar ninguna defensa por tú mismo, Señor, pondrás en mi boca “palabras y sabiduría” que nadie podrá hacerlas frente, y, me sigues diciendo “que ni un solo cabello de mi cabeza perecerá” si no lo permite nuestro Padre Dios. Son estas las promesas que me hacen ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz miércoles.

El Párroco

Martes 26/noviembre

Ap 14, 14-19. Ha llegado la hora de la siega, pues ya está seca la mies de la tierra.

Sal 95.  Llega el Señor a regir la tierra. 

Lc 21, 5-11. “No quedará piedra sobre piedra.”

 

    Y, a pesar de las calamidades anunciadas, que muchas ya habían vivido los primeros cristianos cuando se escribe el evangelio de Lucas, ya se había destruido el Templo, la victoria final, Señor, es tuya. Y siempre habrá y ocurrirán calamidades, pero el final no será enseguida, ni me importa saberlo, sólo nuestro Padre Dios lo sabe, pero lo cierto es que a todos nos llegará, pero cuando tú, Padre, quieras, pero no me ha de preocupar, porque aquel día no dejará de ser como el de hoy, y, lo que debo hacer, hoy, es lo que haré entonces: servir, amar y cumplir tu voluntad que es lo que pido en la oración del Padre nuestro, así seré salvo, y, hasta ese día, seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.

El Párroco


Lunes 25/noviembre

Ap 14, 1-3. 4b-5. Llevaban grabados en la frente el nombre de Cristo y el de su Padre.

Sal 23. Esta es la generación que busca tu rostro, Señor.

Lc 21, 1-4. Vio una viuda pobre que echaba dos monedillas.

Hoy la palabra, como muchas otras veces, resalta tu mirada, a veces de enojo, otras de alegría, o de tristeza, o de amor, y siempre de misericordia para darme la oportunidad de que cambie. Pero nunca te fijas solo en lo externo, sino que vas al interior, escudriñas el corazón de la persona, mi pobre corazón. Por eso, hoy, te das cuenta que la viuda pobre da más que todos los que echaban grandes billetes y que lo hacen con ostentación, es decir, para que se les vea, y echo más, porque esta viuda pobre no echo de lo que le sobraba, sino de lo que necesitaba, pero, solo tú, Señor, te fijas, se dio toda ella. Señor, que yo, como ella, me de del todo sin reservarme nada, solo así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.

El Párroco


 

Solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo

Lectura del santo Evangelio según san Juan 18, 33b-37

En aquel tiempo, Pilato dijo a Jesús:

    «¿Eres tú el rey de los judíos?».

Jesús le contestó:

    «¿Dices eso por tu cuenta o te lo han dicho otros de mí?».

Pilato replicó:

    «¿Acaso soy yo judío? Tu gente y los sumos sacerdotes te han entregado a mí; ¿qué has hecho?».

Jesús le contestó:

    «Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mi guardia habría luchado para que no cayera en manos de los judíos. Pero mi reino no es de aquí».

Pilato le dijo:

    «Entonces, ¿tú eres rey?».

Jesús le contestó:

    «Tú lo dices: soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo; para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz».

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Jn 18,33b-38:”Tú lo dices: soy rey”.   

Es la contestación que le das a Pilato a la pregunta que te hace. Tú eres rey, pero no como los reyes de este mundo. Tú eres rey que quieres reinar desde el corazón de cada cristiano. Eres el rey que quieres reinar desde mi corazón poniéndote en el centro de él y que todos mis pensamientos, palabras y obras sean por ti y para ti, y aunque, tu reino no sea de este mundo está en el mundo porque está en cada uno de los que te llevamos dentro. Que todo lo mío sea tuyo, así, desde mí, serás rey y yo seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz domingo del Señor.

El Párroco


XXXIII semana del Tiempo Ordinario.

Sábado 23/noviembre

Ap 11, 4-12. Los dos profetas fueron un tormento para los habitantes de la tierra.

Sal 143. ¡Bendito el Señor, mi alcázar!

Lc 20, 27-40. ”No es Dios de muertos, sino de vivos; porque para él todos están vivos”.

Gracias, Señor, porque así es y así lo creo, y es que “la vida, dice un hermoso prefacio, no termina aquí, y al deshacerse nuestra morada terrenal (cuerpo), adquirimos una mansión eterna (nuevo cuerpo) contigo en el cielo”, y, dice el libro de Job: “seré yo y no otro, mis propios ojos lo verán”, y además, me dice san Juan es su primera carta: “ya no seré hijo sino semejante a él, porque lo veré tal y cual es”. En pocas palabras más se sintetiza mi fe en la Resurrección y es que como dice la hermosa canción, que conocemos como la de la legión, “no soy carne de un ciego destino”, sino creación de tu amor, mi Dios. Y, esta fe en la Resurrección, me hace trabajar, ya, aquí y ahora, para ganarme “una de las estancias que me tienes preparada”, y, al mismo tiempo, me hace ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día de María.

El Párroco

Viernes 22/noviembre

Santa Cecilia, virgen y mártir

 Ap 10, 8-11. Tomé el librito y lo devoré.

Sal 118. ¡Qué dulce al paladar tu promesa, Señor!

Lc 19, 45-48. “Habéis hecho de la casa de Dios una “cueva de bandidos”.

Señor, eres el hombre pacífico por excelencia, pero hoy echas del Templo a los vendedores, y es que lo habían convertido, y lo dices fuertemente, en “cueva de bandidos”, además de dividir el templo en tantas estancias que no dejaban entrar, en muchas de ellas, a muchos, sobre todo, a los pobres ya que, además, al no tener dinero, no podían ofrecer sacrificios a Dios nuestro Padre. Tu evangelista Juan, por su lado, nos recuerda que los verdaderos templos somos nosotros, y que el sacrificio que Dios quiere es el de mi corazón contrito y humillado, mi propia vida, así que los dirigentes, que veían peligrar sus intereses económicos, te aborrecían y trataban de acabar contigo. Tú quieres mi corazón capaz de amar a todos y de ser misericordioso con todos, solo así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día

El Párroco

Jueves 21/noviembre

Presentación de María.

Ap 5, 1-10. El Cordero fue degollado, y con su sangre nos adquirió de toda nación.

Sal 149. Has hecho de nosotros para nuestro Dios un reino de sacerdotes.

Lc 19, 41-44. ”En aquel tiempo, al acercarse Jesús a  Jerusalén y al ver la ciudad, lloró sobre ella…”.

         Lloraste porque veías lo que te iba a pasar, pero lloraste, sobre todo, por sus habitantes que no supieron reconocerte, no ya como Dios, sino, ni siquiera, como un hombre bueno que anunciabas y traías la paz. Señor, yo si he visto en ti, gracias a tantos testigos que me han precedido, que eres mi Dios, pero, muchas veces, actuó como si yo tampoco te reconociera. Gracias, Señor, porque son muchos los signos que me ayudan a reconocerte y, como Pedro, hoy te digo:” a quien voy a ir si sólo tú tienes palabras de vida eterna, y he creído que tú eres el Hijo de Dios” y, solo tú, me haces ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz jueves eucarístico.

El Párroco

Miércoles 20/noviembre

Ap 4, 1-11. Santo es el Señor Dios, el todopoderoso; el que era y es y

ha de venir.

Sal 150. Santo, Santo, Santo es el Señor Dios, el todopoderoso.

 Lc 19, 11-28. ”¿Por qué no pusiste mi dinero en el banco? Al volver yo, lo hubiera cobrado con mis intereses”.

En esta parábola, das a todos la misma cantidad, una mina por cabeza. Algunos la trabajan y producen cantidades distintas, según capacidad, habilidad, o talentos que tenga cada uno. Y eso es lo que tú, Señor, quieres, que los talentos que me has dado los trabaje y produzcan frutos, da igual la cantidad, pero que los produzcan y que no haga como el que guardó su mina en el pañuelo por miedo a ti porque, según él, eres exigente, cuando no pides nunca más de que que das, por eso sus palabras lo condenan, pues, como tú mismo dices, debería haber guardado su mina en el banco y habría dado sus intereses. Señor, esto es lo que tú quieres de mí, y es lo que te pido, que no malgaste mi vida, que trabaje la mina que me diste al nacer para que produzca fruto, no te importa la cantidad, sólo que no desperdicie mi tiempo, es tuyo, y te dé a conocer, así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz miércoles. 

El Párroco

Martes 19/noviembre

Ap 3, 1-6. 14-22. Si alguien escucha la puerta, entraré en su casa y cenaré con él.

Sal 14. Al vencedor le concederé sentarse conmigo en mi trono.

Lc 19, 1-10. ” Corriendo más adelante, se subió a un sicomoro para verlo porque tenía que pasar por allí. Jesús al llegar a aquel sitio, levantó los ojos…”.

 

Lo que tuvo que hacer, Zaqueo, para verte, y todo porque era bajo de estatura, se adelantó corriendo para subirse al sicomoro por donde ibas a pasar. No le importó hacer el ridículo y que se burlaran de él. Al final, fuiste tú, Señor, quien lo viste, pues fuiste tú quien levantaste los ojos, Zaqueo solo tuvo que dejarse ver, y demostró que, aunque bajo de estatura fue alto y grande de corazón. Y le dijiste que se dejara de estar por las ramas, que bajara, y te fuiste con él a su casa, y como tú mismo dices, Señor, llegó la salvación a su casa. Gracias, Señor, porque has venido a por mí, y a los que son como yo, porque te necesito, los buenos y santurrones no necesitan de ti. Y gracias, Señor, porque al buscarme y dejarme mirar por ti, me haces ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.

El Párroco

Lunes 18/noviembre

Ap 1, 1-4; 2, 1-5a. Acuérdate de dónde has caído, y conviértete.

Sal 1. Al vencedor le daré a comer del árbol de la vida.

Lc 18, 35-43. ”¡Jesús hijo de David, ten compasión de mi!”

 

Se trata del grito de angustia y de esperanza que un ciego que está al borde del camino, Bartimeo, aunque Lucas no dice su nombre, quizás para que podamos ser cualquiera, llamando tu atención, como yo que, tantas veces, también llamo tu atención y, como a él, también a mí, tantas veces, me curas de mis tantas cegueras. Y, ahora, que pasas a mi lado te vuelvo a gritar como él: “¡hijo de David, ten compasión de mí!”. Gracias, Señor, porque no solo recobro la vista, sino que, además, me das tu mirada de fe para poder ver este mundo con tus ojos de amor y misericordia, con los que poder curar, gracias a ti, a muchos otros y, así, volver todos juntos, sinodalmente, al camino y juntos alabarte y glorificarte y ser y vivir felices. X todos y x todo y x tanto. Feliz lunes.                                              

El Párroco

 
 
 
 XXXII semana del Tiempo Ordinario.
 
 Viernes 15/noviembre

2 Jn 4-9. Quien permanece en la doctrina, este posee al Padre y al Hijo.

Sal 118.  Dichoso el que camina en la ley del Señor.

 Lc 17, 26-37. ”Así será el día en que se revele el Hijo del hombre”.  


Que no será distinto a cualquier otro día, y el premio o castigo será fruto de las opciones que haya tomado en mi vida, por lo que, entonces, no he de preocuparme porque tú, Señor, has vencido al mundo y si mis opciones han sido vivir en coherencia entre lo que digo creer y vivir, si siempre he optado por ti, a pesar de mi pobreza y pequeñez, y he pretendido amarte siempre y te he pedido perdón siempre que te he ofendido, aunque haya siete veces al día, si he sabido recomenzar siempre que he caído, el día en que te reveles será como el día de hoy, y tú, para mí, no serás más que el amigo que vendrás a decirme: “has sido un siervo bueno y fiel, que has hecho lo que tenías que hacer”, y, esa hermosa esperanza, me hace ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.

El Párroco

 
 

 
 
 
 Jueves 14/noviembre

Santos Paulo, Fidel, Massona, Inocente y Renovato,

Obispos Emeritenses.

Flm 7-20. Recóbralo, no como esclavo, sino como un hermano querido.

Sal 145.  Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob.

Lc 17, 20-25. “ Mirad, el reino de Dios está en medio de vosotros”.

 

    Señor, que yo entienda tus palabras y no busque un reino terrenal, con ejército y poder porque el reino de nuestro Padre no es así, ellos, tus apóstoles, no lo entendieron, tampoco, muchas veces, por eso buscaban los mejores sitios (los mejores ministerios). No entienden que tú mismo eres el Reino, y que, cuando te tengo en mi interior, está en mí el reino, y que he te descubrirte en mi oración y que en mi interior está el Espíritu Santo, y que es así, haciendo bien, sin ostentación, las cosas ordinarias de cada día, dándote a conocer, como se irá extendiendo tu reino, desde el servicio y con amor, y es desde ahí, desde la alegría de tenerte en mi interior, en mi corazón, es como seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz jueves eucarístico.

El Párroco

 

 
 
 
 Miércoles 13/noviembre

Tit 3, 1-7. Andábamos por el camino equivocado, pero según su propia misericordia nos salvó.

Sal 22.  El Señor es mi pastor, nada me falta.

Lc 17, 11-19. “Vinieron a su encuentro diez hombres leprosos… les dijo: «Id a presentaros a los sacerdotes»… quedaron limpios. Uno… se volvió alabando a Dios a grades gritos y se postró a los pies de Jesús… «No ha habido quien volviera a dar gloria a Dios más que este extranjero»”.

 

Gracias, Señor, yo, también, quiero ser ese extranjero y a gritos, para que me oigan todos, darte gracias, y glorificarte, por las veces y la cantidad de lepras, de pecados, que me has quitado, y las que tendrás que hacerlo, a lo largo de mi vida, soy tan pecador. Pero, haces dos días, oía de tus labios que decías que: “si siete veces te digo lo siento, siete, siempre, me vas a perdonar”, no quiero que eso sirva de excusa, pero sí que es el gran motivo para que sea y viva feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.

El Párroco

 

Martes 12/noviembre

Tit 2, 1-8. 11-14. Llevemos una vida piadosa, aguardando la dicha que

esperamos y la manifestación del Dios y Salvador nuestro, Jesucristo.

Sal 36. El Señor es quien salva a los justos.

Lc 17, 7-10. ”Cuando hayáis hecho todo lo que se os ha mandado, decís: “somos siervos inútiles, hemos hecho lo que teníamos que hacer»”.

 

Y, muchas veces, actúo como si fuese el dueño del “chiringuito”, de la parroquia, y no, no soy el amo de nada, es más, ni los talentos, ni mi propia vida es mía, todo, todo, Señor, es tuyo y yo solo soy tu siervo, tu esclavo, fue la respuesta de tu madre a la pregunta del ángel Gabriel, soy tu siervo, y, como tú mismo dices, no muy útil, y solo hago y, a veces mal, lo que tengo que hacer. Y lo que tengo que hacer es estar contigo, que para eso me has llamado, y proclamar tu reino. Y solo “haciendo lo que tengo que hacer”, al final de la jornada descansaré en paz y es como seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz martes. 

El Párroco

 
 
  Lunes 11/noviembre

Tit 1, 1-9. Constituye presbíteros siguiendo las instrucciones que te di.

Sal 23. Esta es la generación que busca tu rostro, Señor.

Lc 17, 1-6. Si siete veces en un día vuelve a decirte: «Me arrepiento», lo perdonarás”.

    Es el “hasta setenta veces siete” que le respondes a la pregunta que te hace Pedro de cuantas veces tiene que perdonar al hermano y que recoge el evangelista Mateo. Siempre, y siempre es siempre, he de perdonar, porque siempre he de amar como tú me amas a mí, por eso me perdonas setenta veces siete porque esas mismas son las veces que me amas. Y es que el amor es la otra cara de la misma moneda del perdón, en otras palabras, el amor sin perdón no es amor, y al perdón, para ser completo, le hace falta el amor. Gracias, Señor, por amarme y perdonarme ya que, esa actitud tuya, me hace ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz lunes

El Párroco

 
 


Lectura del santo Evangelio según san Marcos 12, 38-44

En aquel tiempo, entre lo que enseñaba Jesús a la gente, dijo:

«¡Cuidado con los escribas! Les encanta pasearse con amplio ropaje y que les hagan reverencias en las plazas, buscan los asientos de honor en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; y devoran los bienes de las viudas, y aparentan hacer largas oraciones. Éstos recibirán una condenación más rigurosa».

Estando Jesús sentado enfrente del tesoro del templo, observaba a la gente que iba echando dinero: muchos ricos echaban mucho; se acercó una viuda pobre y echó dos monedillas, es decir, un cuadrante.

Llamando a sus discípulos, les dijo:

«En verdad os digo que esta viuda pobre ha echado en el arca de las ofrendas más que nadie. Porque los demás han echado de lo que les sobra, pero esta, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir».

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  Mc 12,38-44: “Observaba a la gente que iba echando dinero…:«Esta viuda pobre ha echado más que nadie…»”.                                             

Señor, cuanto me gustaría tener tu misma mirada para no juzgar a nadie por las apariencias sino por lo que lleva en su corazón, por lo que es y, todavía más, cuanto me gustaría actuar por amor y desde dentro, con sinceridad y no por aparentar y recibir el aplauso de la gente, porque el único aplauso que merece la pena recibir es el tuyo. Y es que, como decía san Juan Pablo II, en muchas ocasiones, solo es a ti, “a quien no he de tener miedo y abrirte de par en par las puertas de mi corazón, pues solo eres tú quien lo conoces”, y no ser “como los escribas que les encanta aparentar” (Mc 12,38). Solo actuando con sinceridad y amor es como seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día del Señor. 

El Párroco

 

 
 XXXI semana del Tiempo Ordinario.

Sábado 9/noviembre

Dedicación Basílica de Letrán (Catedral del Papa).

 Ez 47, 1-2. 8-9. 12. Vi agua que manaba del templo, y habrá vida allí donde llegue el torrente (Ant. Vidi Aquam).

o bien: 1 Cor 3, 9c-11. 16-17. Sois templo de Dios.

Sal 45. Un río y sus canales alegran la ciudad de Dios, el Altísimo

consagra su morada.

Jn 2, 13-22. ”Destruid este templo, y en tres días lo levantaré”.


    Señor, que pocas veces te veo enfadado como hoy, acabas echando a los cambistas y mercaderes que habían convertido el templo en mercado, y lo haces con azotes de cordeles. El templo que ha de ser lugar de encuentro entre nosotros, tus hijos, y lugar de oración. Todo ello te da pie para hablar del verdadero templo que quiere tu Padre, nuestro Padre Dios, que somos nosotros, que soy yo, como dice san Pablo: “El templo de Dios es santo: y ese templo sois vosotros” (1 Cor 3,17)., y no puedo dar mi cuerpo, su templo, como mercancía, porque es sagrado ya que es suyo, soy y debo ser suyo y solo suyo. También, esa situación te sirvió para hablar de tu muerte y Resurrección: “en tres días lo levantaré, y dice Juan, hablaba del templo de su cuerpo”. Señor que toda mi vida sea tuya y para ti, así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día de María.

El Párroco

Viernes 8/noviembre

Flp 3, 17 — 4, 1. Aguardamos un Salvador; él transformará nuestro cuerpo humilde, según el modelo de su cuerpo glorioso.

Sal 121. Vamos alegres a la casa del Señor.

Lc 16, 1-8. Los hijos de este mundo son más astutos con su propia gente que los hijos de la luz.

Y me dice, el evangelista, que tú, Señor, alabaste la conducta del administrador injusto por su astucia, porque usó los bienes de su amo como si fuesen suyos y en su provecho, para tener un puesto de trabajo cuando su amo lo echase de la administración de sus bienes. Señor, que yo sea astuto, pero con tus bienes, para darte a conocer, soy hijo de la luz, tú me iluminas y tengo, y perdóname la expresión, que “venderte” bien y “vender” bien la buena noticia que me traes, y hacerlo no a la fuerza sino de buena ganas porque eres la mejor “mercancía” que todo hombre puede tener y que pueda ofrecer, porque tú, Señor, eres el tesoro encontrado que puedes, como lo has hecho conmigo, hacerlos ser y vivir felices. X todos y x todo y x tanto. Feliz viernes.

El Párroco


Jueves 7/noviembre

Flp 3, 3-8a. Todo eso que para mí era ganancia, lo consideré pérdida a causa de Cristo.

Sal 104. Que se alegren los que buscan al Señor.

Lc 15, 1-10. ”¡Alegraos conmigo!, he encontrado la oveja que se me había perdido”.                                               

¡Que hermosa lectura me presenta hoy el evangelio! Es parte del capítulo de la misericordia, y no puedo más que darte gracias, Señor, pues soy importante para ti, y, cuando me desvío del camino, sales a mi encuentro, o mejor dicho sales a por mí, ya que yo sigo huyendo, estoy perdido y no paras hasta encontrarme, y, después, no me jaleas a los perros, sino que te acercas con ternura, me tomas sobre tus hombros y me devuelves a casa y, por si fuera poco, me haces una fiesta porque eso es lo que soy para ti, una fiesta. Gracias, Señor, por tanto, amor como me tienes, ¡cómo no volverme loco de alegría! Y ese amor tuyo hacia mí, me hace ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz jueves eucarístico.

El Párroco


Miércoles 6/noviembre

Flp 2, 12-18. Trabajad por vuestra salvación, porque es Dios quien activa

el querer y el obrar.

Sal 26.  El Señor es mi luz y mi salvación.

Lc 14, 25-33. ”Quién no carga con su cruz y viene en pos d1e mí, no puede ser discípulo mío”.

 

    Y vas y lo dices a las claras, después, Señor, no te podrá sorprender que Santa Teresa de Jesús te diga que “no le extrañe que tengas tan pocos amigos”. Pero es tu mesianismo es así, no es el del poder y la gloria, sino el del servicio y la entrega para llegar a la gloria, no es el del poder sino el del siervo de Yahveh, el de la aceptación de la Cruz, el de ser grano de trigo que ha de enterrarse y pudrirse para poder dar fruto. Señor, que tome mi cruz, no será tan pesada como la tuya, pues tú mismo serás mi cirineo, y te siga para dar fruto y ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz miércoles.

El Párroco

 

 
 
 Martes 5/noviembre

Flp 2, 5-11. Se humilló a sí mismo, por eso Dios lo exaltó sobre todo.

Sal 21. El Señor es mi alabanza en la gran asamblea.

Lc 14, 15-24. “Sal por los caminos y senderos, e insísteles hasta que entren y se llene mi casa.”


El verbo que usa tu evangelista me muestra cuál es el deseo de Dios Padre, es la voluntad universal de salvación, quiere, Padre, que nos salvemos todos, pues ese “insísteles” que les dice a los criados, es casi que me obliguen, que persistan en la decisión y que me hagan entrar en tu casa, hasta que se llene, que no ponga excusas, pues hay muchas estancias en tu casa, una para cada uno, yo también tengo la mía. Gracias, Señor, pues hay muchas formas de contar las cosas, y hoy me dices que nuestro padre no deja de insistir. Ayúdame, sé que tu gracia no me falta, y ¡ojalá yo también insista para que otros muchos te conozcan y vivamos, mientras, el banquete de la eucaristía! así, todos, seremos y viviremos felices. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.

El Párroco

 

Lunes 4/noviembre

Flp 2, 1-4. Dadme esta gran alegría: manteneos unánimes.

Sal 130. Guarda mi alma en la paz, junto a ti, Señor.

Lc 14, 12-14. ”Cuando des un banquete, invita a pobres, lisiados… y serás bienaventurado…”.

Dice un refrán, “haz en bien y no mires a quien”, o como me dice san Pablo, hoy, en la carta a los Filipense, 2,2: “buscando no el propio interés, sino el de los demás”. En otras palabras, he de practicar las obras de misericordia, dar de comer, de beber, vestir, visitar, etc., pero a los que lo necesitan, los pobres, que son los que no tienen ni para comprarlo, y menos para devolverme nada, y, sobre todo, necesitan de mí, de mi tiempo, de mis dones, de mi darme a ellos, que son tus preferidos, así es como seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Por todos damnificados. Feliz lunes.

El Párroco

 
 

Lectura del santo Evangelio según san Marcos 12, 28b-34

 

En aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó:

    «¿Qué mandamiento es el primero de  todos?».

Respondió Jesús:

    «El primero es: “Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser. “El segundo es este: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo.” No hay mandamiento mayor que estos». El escriba replicó:

    «Muy bien, Maestro, sin duda tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios». Jesús, viendo que había respondido sensatamente, le dijo:

«No estás lejos del reino de Dios».

 

Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.
 
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Mt 12,28b-34: ”¿Qué mandamiento es el primero de todos. Amarás al Señor tu Dios… Amarás al prójimo.. No hay mandamiento mayor…». 

 

Decía san Agustín: “Ama, y haz lo que quieras”, pero ama de verdad, con obras y no de palabras, porque obras son amores. Y, amar, es entregarme a mis hermanos, olvidándome de mí mismo, es buscar lo que al otro pueda hacerle feliz… es lo que tú, Señor, toda tu vida hiciste, darte, darnos hasta la última gota de tu sangre, es guardar tu palabra y hacerla vida en[Fn1]  mí, así ser y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día del Señor.

El Párroco 

 

 
 
  XXX semana del Tiempo Ordinario.

Sábado 2/noviembre

 Conmemoración de los fieles difuntos.

 Jn 14,1-6:”En la casa de mi Padre hay muchas moradas”. 

    

 

    Una para cada uno, y las llaves ya la tiene el recepcionista, tú, preparadas, para que me acompañen uno de los botones, los ángeles, a la mía. Y dicen algunos que “todo tiene solución menos la muerte” y se quedan tan campantes, será que no te han oído o no quieren oírte. Si es lo segundo allá ellos, si es por lo primero me toca a mí ser testigo como también por si no te han querido oír, y decirles que no es verdad lo que dicen, como tampoco es verdad lo de que “nadie ha venido para contárnoslo” porque tú, Señor, si has venido, y me has dicho que “no se turbe mi corazón”, que tu Padre, del que me has hecho, por tu venida, también hijo a mí, me está esperando para darme el gran abrazo. Y esa esperanza de saber que, al final, “seré semejante a Él porque lo veré tal y cual es” me hace ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. X los damnificados de la Dana. Feliz día y recemos por los nuestros.

El Párroco

Viernes 1/noviembre

 Festividad de todos los Santos.

Ap 7, 2-4. 9-14. Vi una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar,

de todas las naciones, razas, pueblos y lenguas.

Sal 23. Esta es la generación que busca tu rostro, Señor.

1 Jn 3, 1-3. Veremos a Dios tal cual es.

Mt 5, 1-12a. ”Jesús…abriendo su boca, les enseñaba diciendo: «Bienaventurados…».

 

    Hoy celebramos la fiesta de la humanidad, porque hoy recordamos a todos esos hombres y mujeres que ya han llegado a la meta, santos desconocidos, los de las puertas de al lado, les gusta llamar al Papa Francisco, meta a la que yo quiero llegar, también, que no es otra que, “verte tal y cual eres” (1Jn 3,3), quiero formar parte de “esa inmensa muchedumbre, que nadie podía contar” (Ap 7,9). Y es que, Señor, la santidad a la que Dios Padre me llama no es para unos cuantos, sino para todos, y no haciendo cosas grandes sino con amor las cosas pequeñas de cada día, en mi trabajo, con mis vecinos, con todos. Ellos, a los que celebramos hoy, así lo hicieron, vuelvo a repetir, son los santos de la puerta de al lado, que supieron amar a Dios y al prójimo, imbuidos por el espíritu de las bienaventuranzas, que no son otra cosa, Señor, que el reflejo de tu corazón, tu propia vivencia. Ayúdame, Señor, a vivir como tú, tendré fallos, pero la santidad no consiste en llegar a ti por mi propio esfuerzo, sino en dejarme amar por ti, y tú me ayudarás con tu gracia y, así, seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día de la humanidad.

El Párroco

Jueves 31/octubre

Ef 6, 10-20. Tomad las armas de Dios para poder manteneros firmes

después de haber superado todas las pruebas.

Sal 143. ¡Bendito el Señor, mi alcázar!

Lc 13, 31-35. ” Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como la gallina reúne a sus polluelos bajo las alas, y no habéis querido”.

 

Hoy, yendo a Jerusalén, me muestras que eres tú quien te entregas, que vas a vivir tu pasión libremente, por amor. Y me cuentas esta hermosa imagen de la gallina que reúne a sus polluelos bajo sus alas, yo si quiero estar ahí, como el discípulo a quien amas, en tu corazón recostado, y sentir tu calor y tu protección, tu presencia y tu seguridad, tu amor. Gracias, Señor, porque siempre a estás ahí, siempre estás cuando te necesito, dándome tu amor y tu protección, que me deje amar por ti para ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz jueves eucarístico.

El Párroco

 
 Miércoles 30/octubre

Ef 6, 1-9. No como quien sirve a los hombres, sino como esclavos de Cristo.

Sal 144. El Señor es fiel a sus palabras.

Lc 13, 22-30.  ”Vendrán de oriente y occidente, del norte y del sur, y se sentaran a la mesa en el reino de Dios… hay últimos que serán primeros…”.

    Muchas veces pienso, Señor, que me has dado tantos dones que cuanta y grande responsabilidad es la mía, y no tengo más remedio que hacerlos fructificar. Si hombres y mujeres, de países que llamamos del tercer mundo, hubieran tenido la mitad que yo ¡cuanto más lo hubieran sabido aprovechado!, y yo, como la higuera, ocupando un lugar de balde. Señor, ayúdame, con tu gracia, a entrar por la puerta estrecha, pues, aunque para mí sea imposible, Dios Padre lo puede todo, y la hará un poco más ancha, y lo hará si yo doy fruto, pues obras son amores y, así, seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.

El Párroco

 
  Martes 29/octubre

Ef 5, 21-33. Es este un gran misterio: y yo lo refiero a Cristo y a la Iglesia.

Sal 127. Dichosos los que temen al Señor.

Lc 13, 18-21. ”El reino de Dios… es semejante a un grano de mostaza que un hombre toma y siembra… se hizo árbol y los pájaros del cielo anidaron en sus ramas”.

 

A pesar de los pequeños que son los granos de mostaza, como, perdona Señor la comparación, “cagaditas” de pulgas, se hacen árboles donde pueden anidar los pájaros. Señor, que yo me haga árbol, no por méritos propios, sino porque tú me das la gracia para que yo pueda crecer, y los que vengan a mí, cansados, tristes, o alegres, puedan sentirse cobijados del frío y de la lluvia, o del calor del bochorno, pueda darles confianza en las alegrías o en las tristezas, y así, gracias a ti, Señor, pueda hacer que sean y vivan felices. X todos y x todo y x tanto. Feliz martes.

El Párroco

 
  Lunes 28/octubre

Santos Simón y Judas, Apóstoles.

Ef 2, 19-22. Estáis edificados sobre el cimiento de los apóstoles.

Sal 18.  A toda la tierra alcanza su pregón.

Lc 6, 12-19. “Escogió de entre ellos a doce, a los que también nombró apóstoles.

Los nombraste propagadores de tu importante doctrina, de tu evangelio de amor a todo el mundo, y gracias a ellos hemos podido conocerte, Señor. Estamos edificados sobre el cimiento de ellos, pero solo eres tú, ni Pedro, ni Judas, sino tú, mi Cristo y Señor, eres la piedra angular, el centro de mi vida, quien me da luz para que ilumine, el que me has prometido tu presencia hasta el fin, y me envías a que yo sea luz y sal que haga más felices a los demás, solo así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.

El Párroco

 

 

Lectura del santo Evangelio según san Marcos 10, 46-52

    En aquel tiempo, al salir Jesús de Jericó con sus discípulos y bastante gente, un mendigo ciego, Bartimeo (el hijo de Timeo), estaba sentado al borde del camino, pidiendo limosna. Al oír que era Jesús Nazareno, empezó a gritar:

    «Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí.»

    Muchos lo increpaban para que se callara. Pero él gritaba más:

    «Hijo de David, ten compasión de mí». Jesús se detuvo y dijo:

     «Llamadlo».

Llamaron al ciego, diciéndole:

    «Ánimo, levántate, que te llama».

Soltó el manto, dio un salto y se acercó a Jesús.

Jesús le dijo:

    «¿Qué quieres que te haga?». El ciego le contestó:

    «Rabbuni, que recobre la vista». Jesús le dijo:

    «Anda, tu fe te ha salvado».

    Y al momento recobró la vista y lo seguía por el camino.

.........
         Mc 13,46-51:”«Rabbuni», haz que recobre la vista”.
 

     
Es el ciego Bartimeo, somos tantos los bartimeos que vamos por el mundo, que al enterarse que pasas tú, Señor, comienza a gritarte, a pesar de que muchos quieren hacerlo callar, pidiendo su curación. Al final, consigue lo pedido, pero, antes, ha de soltar el manto para poder saltar y llegar a ti. Señor, que yo, también, suelte los mantos que me aprisionan y me impiden llegar a ti para ser curado y, así, deje de estar sentado al borde del camino y poder seguirte una vez recobrada mi vista y así, curado yo, pueda curar a otros, y, juntos, hagamos la iglesia (parroquia) sinodal que nos pide nuestro Obispo D. Jose: una Iglesia (parroquia) arriesgada, esperanzada, audaz, y alegre, servicial, sencilla y comunitaria, en fin, una Iglesia (parroquia) misionera y evangelizadora, para que, todos, podamos ser y vivir felices. X todos y x todo y x tanto. Feliz día del Señor.

El Párroco

 


 XXIX semana del Tiempo Ordinario.

Sábado 26/octubre

Ef 4, 7-16. Cristo es la cabeza, del cual todo el cuerpo se procura el crecimiento.

Sal 121. Vamos alegres a la casa del Señor.

Lc 13, 1-9. ”Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró… córtala… Pero el viñador respondió: «Señor, déjala todavía este año… cavaré y echaré estiércol…»”.

 

Sé, Señor, que tú también estás esperando a que yo dé fruto, sino ¿a qué ocupar un lugar que le puede ser mucho más útil a otro? ¡Qué responsabilidad tan grande la mía!, si otros hubieran tenido la mitad de dones que yo ¿cuánto fruto hubieran dado? Y, eso, a pesar que mí me has mimado tanto, me has cavado con tu palabra y me has estercolado con tus sacramentos, sobre todo, con la penitencia y la eucaristía, y, todavía, no doy el fruto esperado por ti. Ten paciencia. Espera un año más, Señor, prometo amarte más cada día, con obras que son amores, y dar fruto, unido a ti, así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz sábado, día de María.

El Párroco

Viernes 25/octubre

Ef 4, 1-6. Un solo cuerpo, un Señor, una fe, un bautismo.

Sal 23. Esta es la generación que busca tu rostro, Señor.

Lc 12, 54-59. “¿Cómo no sabéis interpretar el tiempo presente? 

 

    Cuántas veces interpretamos los tiempos pasados con criterios y baremos del presente, pero cerramos los ojos o no queremos interpretar lo que ocurre hoy y a nuestro alrededor, y, muchas veces, somos peores que nuestros hermanos de antaño pues, hoy, no tenemos excusas para hacer lo mismo que ellos hacían de mal, pues tenemos las experiencias de ellos y, además, nuevas tecnologías y más conocimientos, y, Señor, no estamos haciendo el mundo que tú querías: guerras, violaciones sexuales y de otros derechos, esclavos nuevos, manadas, destrozos de la naturaleza y del medio ambiente, muertes de inocentes, sueldos indignos, abusos de la propiedad… y nos callamos y, también yo que soy cristiano. Señor, que sepa no solo interpretar sino juzgar lo que está bien o mal, lo que es tu voluntad y seguirla, pues, el cumplirla, es lo único que me puede hacer ser y vivir feliz. X todos y x todo y por tanto. Feliz día.

El Párroco

Jueves 24/octubre

Ef 3, 14-21. Que el amor sea vuestra raíz y vuestro cimiento; así llegaréis a vuestra plenitud, según la plenitud total de Dios.

Sal 32. La misericordia del Señor llena la tierra.

Lc 12, 49-53. No he venido a traer paz, sino división.

Eres, Señor, el pirómano del amor, porque el fuego que traes a la tierra es el de tu corazón que arde de amor y quieres prender al mío, y al de muchos otros, para que, como el tuyo, prendamos a otros muchos corazones haciendo la revolución del amor, más lenta que otras revoluciones, pero, a la postre, la única veraz y, a la larga, la única capaz de cambiar este mundo con esa interminable cadena de favores que comenzaron, después de ti, los Doce hasta llegar a mí. Señor, haz que arda mi corazón para, contigo, cambiar este mundo y ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz jueves eucarístico.

El Párroco

Miércoles 23/octubre

Santos Serván y Germán.

Ef 3, 2-12. El misterio de Cristo ha sido revelado ahora: también los gentiles son coherederos de la misma promesa.

Salmo: Is 12, 2-6. Sacaréis aguas con gozo de las fuentes del Salvador.  

 Mt 10,34-39:”El que encuentre su vida la perderá, y que pierde su vida por mí, la encontrará”. 

Es la vida que encontraron todos los mártires, también los que hoy celebramos, los hermanos emeritenses, antepusieron su amor a ti por encima del amor a cualquier criatura, incluso a los de su propia familia. Señor, que te ame con todo el corazón, tuyo quiero que sea y no mío, porque tú eres mi tesoro encontrado, mi perla hallada, eres quien me hace ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.

El Párroco

Martes 22/octubre

Ef 2, 12-22. Él es nuestra paz: el que de los dos pueblos ha hecho uno.

Sal 84. El Señor anuncia la paz a su pueblo.

Lc 12, 35-38. Bienaventurados los criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela.

Señor, quiero ser bienaventurado, y, para eso, estar en vela, con el regalo de que serás tú mismo quien te ciñas y quien me sirvas, solo esa promesa es para volverme loco de atar. Y, sin embargo, yo sólo hago lo que debo hacer en cada momento y que, por hacer lo que he hacer, no me has de agradecer nada, y se, también, que no es que sea un criado, sino que soy mucho más, pues en ti, Señor, soy miembro de tu familia, soy hijo del Padre, y coheredero contigo de tu mismo reino, y, por eso, soy y vivo feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.

El Párroco

 
 
 
  Lunes 21/octubre

Ef 2, 1-10. Nos ha hecho revivir con Cristo y nos ha sentado en el cielo.

Sal 99. El Señor nos hizo y somos suyos.

Lc 12, 13-21. ”Aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes”.


Y ¿qué verdad es esta, Señor? Dice el Papa Francisco, con su habitual gracejo, que “nunca ha visto, en su larga vida, que tras un coche fúnebre, con los restos de un difunto, a otro coche llevando sus bienes”, estos se quedan aquí. Y, cuántas veces, nuestra vida es una lucha en guardar y acumular bienes para aquí, en lugar, me dices hoy en el evangelio, de “ser rico para Dios”, y solo para Él. Señor, que todo lo que haga y tenga sea para ti y para tu gloria, “dándote gracias y bendiciendo tu nombre”, pues “soy obra tuya y me has creado para que me dedique a las buenas obras” (Ef 2,10a), sólo así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz lunes.

El Párroco

 
 

Lectura del santo evangelio según san Marcos 10, 35-45

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, y le dijeron:

«Maestro, queremos que hagas lo que te vamos a pedir». Les preguntó:

«¿Qué queréis que haga por vosotros?». Contestaron:

«Concédenos sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda». Jesús replicó:

«No sabéis lo que pedís, ¿podéis beber el cáliz que yo he de beber, o bautizaros con el bautismo con que yo me voy a bautizar?». Contestaron:

«Podemos». Jesús les dijo:

«El cáliz que yo voy a beber lo beberéis, y seréis bautizados con el bautismo con que yo me voy a bautizar, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo, sino que es para quienes está reservado».

Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra Santiago y Juan.

    Jesús, llamándolos, les dijo:

«Sabéis que los que son reconocidos como jefes de los pueblos los tiranizan, y que los grandes los oprimen.

No será así entre vosotros: el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos. Porque el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y dar su vida en rescate por muchos».

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 Mc 10,35-45: ”El Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y dar su vida…”.

    Hoy, como Iglesia, celebramos el DOMUND, pedimos por todos esos hermanos que han dejado sus casas, familias, y se han ido a tierras lejanas a servir a los hombres, aún a costa de poder perder sus vidas. El lema de este año va en consonancia con lo que, desde el comienzo de su pontificado, nos está pidiendo el Papa Francisco, ser Iglesia en salida: “Id e invitad a todos al banquete” (Mt 22,9), y es que todos estamos invitados a comer en la misma mesa y de la misma comida, no pueden unos pasar hambre mientras los otros engordamos de tanto comer. El banquete es de nuestro Padre Dios, también la mesa. Hemos de salir a los cruces de los caminos e invitar a todos, también aquí, en nuestros ambientes, pues muchos, todavía, no te conocen, Señor. Y he de hacerlo desde el servicio, como tú, Señor, que no has venido a ser servido sino a servir y dar tu vida, solo así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día del Señor.

El Párroco

 


 

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