Miércoles 11/diciembre
Is 40, 25-31. El Señor todopoderoso fortalece a quien está cansado.
Sal 102. R. Bendice, alma mía, al Señor.
Mt 11, 28-30. “Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré”.
Es lo que, en estos momentos, estoy queriendo hacer, venir a ti, Señor, y estar contigo escuchándote, callándome y abriendo mis oídos a tus palabras. Te aseguro, que es el momento de más paz en el día. Es el momento en que te pregunto ¿qué quieres hoy de mí?, y te escucho que me dices en mi interior que ponga mi día en ti, que te ofrezca todo mi día, y que lo ponga todo en tus manos. Y te respondo, “haz de mi lo quieras y que se cumpla tu voluntad en mi”, y, así, por mucho cansancio que tenga al final del día y agobios, tú, Señor, me aliviarás y, poniendo todo en ti, es como seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.
Santa Eulalia de Mérida.
Is 40, 1-11. Dios consuela a su pueblo.
Sal 95. Aquí está nuestro Dios, que llega con fuerza.
Mt 18, 12-14. “Un hombre
tiene cien ovejas: si una se le pierde, ¿no deja las noventa y nueve en los
montes y va en busca de la perdida?”
Cuanto te agradezco Dios Padre ese amor tan grande que me tienes, que aunque solo sea una de tus ovejas me quieres como si fuese único. Y es que el amor es lo único que se multiplica cuando se comparte, y me quieres como si solo me tuvieras a mí, así me lo dice, en esta parábola, tu Hijo amado, que sales, cual pastor solicito, en mi busca pues no quieres perder a ninguna de tus ovejas, aunque, a veces, yo sea más “cabra” que oveja, y cuando me encuentra haces fiesta por mí con tus amigos, ángeles y santos. Gracias, Señor, por tanto, amor como me tienes que me haces ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.
Is 35, 1-10. Dios viene en persona y os salvará.
Sal 84. He aquí nuestro Dios; viene en persona y nos salvará.
Lc 5, 17-26. “El asombro se apoderó de todos y daban gloria a Dios. Y, llenos de temor, decían: «Hoy hemos visto maravillas»”.
Todo este asombro y las maravillas vistas es porque tú, Señor, has curado a un paralítico. Pero, los que se asombran son la gente sencilla, los listillos, aquellos que saben tanto, te critican, y, todo, porque antes de la curación, has dicho que perdonas sus pecados, y dicen los listillos, aquellos que saben tanto, que blasfemas porque solo Dios los puede perdonar. Y ahí está su gran pecado, son incapaces de reconocerte, y es en ese diálogo que haces la curación, pero fijándote en la fe de aquellos amigos que llevan al paralítico a tu presencia. Señor, dame amigos como estos, y hazme a mi ser amigo como estos, para muchos, para que, llevándolos a ti, a tu presencia, sean curados tanto de sus males físicos como espirituales, esa ha de ser mi misión y, así, seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz.
La Inmaculada Concepción de la Virgen María, patrona de España.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 1.26‐38
En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María.
El ángel, entrando en su presencia, dijo:
«Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo».
Ella se turbó grandemente ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél. El ángel le dijo:
«No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin». Y María dijo al ángel:
«¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?».
El ángel le contestó:
«El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. También tu pariente Isabel ha concebido un hijo en su vejez, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, “porque para Dios nada hay imposible». María contestó:
«He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra».
Y el ángel se retiró.
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Lc 1,26-38: “Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo”.
Gracias, madre, por tu si, rompiendo así, definitivamente, el camino comenzado por Adán y Eva, recorriendo el camino inverso, pues ellos rechazaron cumplir la voluntad del Padre, tu, sin embargo, pronunciando tu “hágase en mi” no trajiste al Salvador, por eso dice esa hermosa canción que “todos los siglos están mirando hacia ti, todos escuchan tu voz temblando en un sí, cielo y tierra se dan en tu corazón con un abrazo de paz, ternura y perdón”, por eso eres la Agraciada, como nombre propio que, en el anuncio, Dios te dio, y es que, como dice el himno de laudes de esta mañana, “no caíste como los otros cayeron, que siempre la mano te dieron conque preservada fuiste”, por eso hoy, y siempre, :”os suplico que me deis la vuestra, y me levantéis porque no quede perdido”, porque solo contigo, madre, como camino más corto, llegaré a tu Hijo, y seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día de la Inmaculada Patrona de España.
El Párroco
I semana de Adviento.
Sábado 7/diciembre
Is 30, 19-21. 23-26. Se apiadará de ti al oír tu gemido.
Sal 146. Dichosos los que esperan en el Señor.
Mt 9, 35 — 10, 1. 5a. 6-8. ”La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos; rogad, pues, al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies”.
Haces la elección de tus apóstoles como remedio al cansancio, extenuación, de la gente y para evitar la sensación, a veces realidad, de abandono que tienen, pero, sobre todo, porque, y se ha dicho antes, sientes “compasión” de nosotros. Y, en esa cadena de elecciones, en esta época, me has elegido a mí, no por méritos propios, sino por pura gracia tuya, y me has elegido para que yo sea tus brazos y tus pies que abrace y vaya a tantos que te necesitan, para que no se extenúen y no se sientan abandonados, para que, como tú, Señor, sea buen samaritano y acoja, en salida, a todo hombre que sufre en el alma o en el cuerpo y cure y vende sus heridas y así, todos, seamos y vivamos mes felices. Feliz día de María, ella también es madre de todos.
Viernes 6/diciembre
Is 29, 17-24. Aquel día verán los ojos de los ciegos.
Sal 26. El Señor es mi luz y mi salvación.
Mt 9, 27-31. “Dos ciegos seguían a Jesús gritando: «Ten compasión de nosotros»”.
Además de darte un título mesiánico, a gritos te piden que tengas compasión de ellos. Y, tú, Señor, te acercas y, de tú a tú, dialogas con ellos, ¡cuánto he de aprender de ti!, y dialogar con quienes se me acerquen pidiéndome ayuda, una vez que yo he sido ayudado por ti, es lo que necesitan, ser escuchados. Yo, en este tiempo, he de ser, también, iglesia en salida y dialogante. Después, les haces una pregunta: «¿creéis que puedo hacerlo?» Si, Señor, tú puedes hacerlo, basta con mirarme a mí, mes has escuchado tantas veces y me has curado de tantas enfermedades, también de mis cegueras, de no querer verte en el otro, y, como dice san Juan, para amarte a ti, a quien no veo, he de amar al hermano a quien veo, todo lo demás es mentira. Y es dialogando, escuchando y amando como seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.
El Párroco
Jueves 5/diciembre
Is 26, 1-6. Que entre un pueblo justo, que observa la lealtad.
Sal 117. Bendito el que viene en nombre del Señor.
Mt 7, 21. 24-27. «No todo el que me dice “Señor, Señor” entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre…».
“Obras son amores, que decía la Santa de Ávila, y no buenas razones”, y son estas las que harán que mi vida se fortalezca, también en las adversidades, y que nadie, ni nada me pueda hundir porque estaré cimentado sobre ti, Señor, mi roca. Pero no basta, pues, con decir Señor, sino que he de cumplir la voluntad de nuestro Padre Dios, es lo que pido, Señor, en la oración que me enseñaste: “hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo…”, y es la respuesta que María dio durante toda su vida, por eso, con palabras de D. José en su carta de trabajo, te pido que seas mi intercesora: “Madre del evangelio viviente, que siempre camine en la fe y viva en la fe”, para ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz jueves eucarístico.
El Párroco
Miércoles 4/diciembre
Is 25, 6-10a. El Señor invita a su festín y enjuga las lágrimas de todos los rostros.
Sal 22. Habitaré en la casa del Señor por años sin término.
Mt 15, 29-37. ”Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: «Siento compasión de la gente, porque llevan ya tres días conmigo y no tienen qué comer»”.
Ese es, Señor, el motivo por el que haces las cosas, el amor a los demás. Nos dice el evangelio que “sentías compasión”, es decir sufrías “con” los que estaban allí, y ya llevaban tres días. Estaban entusiasmados escuchándote y, antes las curaciones que hacías, estaban admirados, y daban gloria a Dios. Señor, que no deje nunca de asombrarme ante tu grandeza, ante tu gran amor hacia mí. ¡Me has curado también de tantas cosas!. Hoy solo me queda asombrarme, amarte, y darte gracias. Y, como tú, también yo sienta “compasión” de mi gente, de mis ovejas y que, como tú, les dé de comer, además del pan material, el de tu palabra y el de tu eucaristía, y ser para ellos un reflejo, aunque pobre, de ti, así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.
El Párroco
Martes 3/diciembre
San Francisco Javier.
Is 11, 1-10. Sobre él se posará el espíritu del Señor.
Sal 71. En sus días florezca la justicia y la paz abunde eternamente.
Lc 10, 21-24. ”Jesús se llenó de alegría en el
Espíritu Santo y dijo:«Te doy gracias, Padre mío…»”.
Cuando uno está lleno del Espíritu Santo, como tú, Señor, no puede más que estar lleno de alegría, no hay lugar para la tristeza. Por eso, hoy, te pido que me envíes, Señor, tu Espíritu para que, como tú, contagie por todos lados ese mismo entusiasmo tuyo y tu misma alegría que, viniendo de ti, contagie a otros y, con nuestro Obispo Fray José, aludiendo a san Pablo, pueda decir:” Para mí la vida es Cristo”, si, mi vida eres tú, Señor. Y, como tú, Señor, daré gracias a nuestro Padre Dios, porque ha querido revelarme solo lo que revela a los pequeños y sencillos, haciéndome ver que es por ese camino, el de hacerse como un niño, por el que seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.
El Párroco
Lunes 2/ diciembre
Mt 8,1-11: ”Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo. Basta que lo digas de palabra y mi criado quedará limpio”.
Señor, dame la fe de este centurión. Ni siquiera pedía para él mismo, sino para un criado suyo al que ama mucho, y tú, Señor, alabas su fe, y te gusta tanto que hasta tu Iglesia la ha tomado como modelo para que la repitamos antes de recibirte en la comunión. Señor, dame su fe, y, como al criado del centurión, te pido me perdones y me limpies, sé que lo haces, de todas mis dolencias y pecados. Pero, ojalá, de mí, como de él, pudieras decir: ”no he encontrado a nadie con tanta fe” y, yo sea uno de esos “muchos que vendrán de oriente y occidente… y se sentarán en el reino de los cielos”. Gracias, Señor, porque esa sola promesa me hace ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.
El Párroco
Sábado
30/noviembre
San Andrés, Apóstol
Rom 10, 9-18. La fe nace del mensaje que se escucha, y la escucha viene a través de la palabra de Cristo.
Sal 18. A toda la tierra alcanza su pregón.
Mt 4, 18-22. ”Vio a dos hermanos, a Simón, llamado Pedro, y a Andrés, que estaban echando la red en el mar, pues eran pescadores. Les dijo: «Venid en pos de mí…»”.
Y ellos te siguieron, dejaron las redes y te siguieron, supieron desenredarse de las redes a las que estaban enredados y se fueron contigo y se hicieron pescadores de hombres. Señor, hoy, quiero ser yo el desenredado de todo lo que me enreda, caprichos, egoísmos… y hacerme testigo, valiente y alegre, de tu mensaje para que muchos otros, lo oigan, ya que “la fe nace del mensaje que se escucha, y la escucha viene de la palabra tuya que es proclamada”. Hazme apóstol, Señor, para ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día de San Andrés.
El Párroco
Viernes 29/noviembre
Ap 20, 1-4. 11 — 21, 2. Todos fueron juzgados según sus obras. Vi la
nueva Jerusalén que descendía del cielo.
Sal 83. He aquí la morada de Dios entre los hombres.
Lc 21, 29-33. ” El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán”.
Y está sola promesa me llena de esperanza, pues tus palabras, que eres tú, pues tú, Señor, eres la palabra hecha carne, no pasará, es la palabra que me habla de vida entera para los que ama Dios, a los que nos llama hijos y lo somos, pero que allá seremos, no hijos, sino semejantes a Él, porque le veré tal y cual es. Por eso, a pesar de las dificultades, que las habrá, nada me separa de tu amor, y, solo esa promesa, me hace ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz viernes.
El Párroco
Ap 18, 1-2. 21-23; 19, 1-3. 9a. Cayó la gran Babilonia.
Sal 99. Bienaventurados los invitados al banquete de bodas del Cordero.
Lc 21, 20-28. ”Alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación”.
¿Por qué me cuesta tanto reconocerte en las cosas pequeñas de cada día? Calamidades las hubo, las hay y las habrá, pero, al final, será tuya la victoria, y “te veré venir entre nubes”, sin tener que esperar hasta el final de los tiempos, pues, a cada uno, vendrás cuando Dios quiera, y, cuando vengas, será un día más, como lo fue ayer, porque “la salvación, la gloria y el poder son tuyos” y, para mí no serás más que un amigo, por eso, como ayer y como siempre, “levantaré mi cabeza, aclamándote y sirviéndote con alegría, porque se acerca mi liberación” y seré “invitado al banquete de tu boda”. Gracias, Señor, porque me hacer ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz jueves eucarístico.
El Párroco
Miércoles 27/noviembre
Ap 15, 1-4. Cantaban el cántico de Moisés y el cántico del Cordero.
Sal 97. Grandes y admirables son tus obras, Señor, Dios omnipotente.
Lc 21, 12-19. ”Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas”.
No hay nada más hermoso que un matrimonio de personas mayores, o una consagrada, o un sacerdote, y es que, la perseverancia es camino de santidad. Y, aunque, como tú mismo me dices hoy, haya momentos difíciles, esos momentos, “son ocasión para dar testimonio”, y, además, no tendremos que preparar ninguna defensa por tú mismo, Señor, pondrás en mi boca “palabras y sabiduría” que nadie podrá hacerlas frente, y, me sigues diciendo “que ni un solo cabello de mi cabeza perecerá” si no lo permite nuestro Padre Dios. Son estas las promesas que me hacen ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz miércoles.
El Párroco
Martes 26/noviembre
Ap 14, 14-19. Ha llegado la hora de la siega, pues ya está seca la mies de la tierra.
Sal 95. Llega el Señor a regir la tierra.
Lc 21, 5-11. “No quedará piedra sobre piedra.”
Y, a pesar de las calamidades anunciadas, que muchas ya habían vivido los primeros cristianos cuando se escribe el evangelio de Lucas, ya se había destruido el Templo, la victoria final, Señor, es tuya. Y siempre habrá y ocurrirán calamidades, pero el final no será enseguida, ni me importa saberlo, sólo nuestro Padre Dios lo sabe, pero lo cierto es que a todos nos llegará, pero cuando tú, Padre, quieras, pero no me ha de preocupar, porque aquel día no dejará de ser como el de hoy, y, lo que debo hacer, hoy, es lo que haré entonces: servir, amar y cumplir tu voluntad que es lo que pido en la oración del Padre nuestro, así seré salvo, y, hasta ese día, seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.
El Párroco
Lunes 25/noviembre
Ap 14, 1-3. 4b-5. Llevaban grabados en la frente el nombre de Cristo y el de su Padre.
Sal 23. Esta es la generación que busca tu rostro, Señor.
Lc 21, 1-4. Vio
una viuda pobre que echaba dos monedillas.
Hoy la palabra, como muchas otras veces, resalta tu mirada, a veces de enojo, otras de alegría, o de tristeza, o de amor, y siempre de misericordia para darme la oportunidad de que cambie. Pero nunca te fijas solo en lo externo, sino que vas al interior, escudriñas el corazón de la persona, mi pobre corazón. Por eso, hoy, te das cuenta que la viuda pobre da más que todos los que echaban grandes billetes y que lo hacen con ostentación, es decir, para que se les vea, y echo más, porque esta viuda pobre no echo de lo que le sobraba, sino de lo que necesitaba, pero, solo tú, Señor, te fijas, se dio toda ella. Señor, que yo, como ella, me de del todo sin reservarme nada, solo así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.
El Párroco
Solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo
Lectura del santo Evangelio según san Juan 18, 33b-37
En aquel tiempo, Pilato dijo a Jesús:
«¿Eres tú el rey de los judíos?».
Jesús le contestó:
«¿Dices eso por tu cuenta o te lo han dicho otros de mí?».
Pilato replicó:
«¿Acaso soy yo judío? Tu gente y los sumos sacerdotes te han entregado a mí; ¿qué has hecho?».
Jesús le contestó:
«Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mi guardia habría luchado para que no cayera en manos de los judíos. Pero mi reino no es de aquí».
Pilato le dijo:
«Entonces, ¿tú eres rey?».
Jesús le contestó:
«Tú lo dices: soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo; para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz».
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Jn 18,33b-38:”Tú lo dices: soy rey”.
Es la contestación que le das a Pilato a la pregunta que te hace. Tú eres rey, pero no como los reyes de este mundo. Tú eres rey que quieres reinar desde el corazón de cada cristiano. Eres el rey que quieres reinar desde mi corazón poniéndote en el centro de él y que todos mis pensamientos, palabras y obras sean por ti y para ti, y aunque, tu reino no sea de este mundo está en el mundo porque está en cada uno de los que te llevamos dentro. Que todo lo mío sea tuyo, así, desde mí, serás rey y yo seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz domingo del Señor.
El Párroco
XXXIII semana del Tiempo Ordinario.
Sábado 23/noviembre
Ap 11, 4-12. Los dos profetas fueron un tormento para los habitantes de la tierra.
Sal 143. ¡Bendito el Señor, mi alcázar!
Lc 20, 27-40. ”No es Dios de muertos, sino de vivos; porque para él todos están vivos”.
Gracias, Señor, porque así es y así lo creo, y es que “la vida, dice un hermoso prefacio, no termina aquí, y al deshacerse nuestra morada terrenal (cuerpo), adquirimos una mansión eterna (nuevo cuerpo) contigo en el cielo”, y, dice el libro de Job: “seré yo y no otro, mis propios ojos lo verán”, y además, me dice san Juan es su primera carta: “ya no seré hijo sino semejante a él, porque lo veré tal y cual es”. En pocas palabras más se sintetiza mi fe en la Resurrección y es que como dice la hermosa canción, que conocemos como la de la legión, “no soy carne de un ciego destino”, sino creación de tu amor, mi Dios. Y, esta fe en la Resurrección, me hace trabajar, ya, aquí y ahora, para ganarme “una de las estancias que me tienes preparada”, y, al mismo tiempo, me hace ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día de María.
El Párroco
Viernes 22/noviembre
Santa Cecilia, virgen y mártir
Ap 10, 8-11. Tomé el librito y lo devoré.
Sal 118. ¡Qué dulce al paladar tu promesa, Señor!
Lc 19, 45-48. “Habéis hecho de la casa de Dios una “cueva de bandidos”.
Señor, eres el hombre pacífico por excelencia, pero hoy echas del Templo a los vendedores, y es que lo habían convertido, y lo dices fuertemente, en “cueva de bandidos”, además de dividir el templo en tantas estancias que no dejaban entrar, en muchas de ellas, a muchos, sobre todo, a los pobres ya que, además, al no tener dinero, no podían ofrecer sacrificios a Dios nuestro Padre. Tu evangelista Juan, por su lado, nos recuerda que los verdaderos templos somos nosotros, y que el sacrificio que Dios quiere es el de mi corazón contrito y humillado, mi propia vida, así que los dirigentes, que veían peligrar sus intereses económicos, te aborrecían y trataban de acabar contigo. Tú quieres mi corazón capaz de amar a todos y de ser misericordioso con todos, solo así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día
El Párroco
Jueves 21/noviembre
Presentación de María.
Ap 5, 1-10. El Cordero fue degollado, y con su sangre nos adquirió de toda nación.
Sal 149. Has hecho de nosotros para nuestro Dios un reino de sacerdotes.
Lc 19, 41-44. ”En aquel tiempo, al acercarse Jesús a Jerusalén y al ver la ciudad, lloró sobre ella…”.
Lloraste porque veías lo que te iba a pasar, pero lloraste, sobre todo, por sus habitantes que no supieron reconocerte, no ya como Dios, sino, ni siquiera, como un hombre bueno que anunciabas y traías la paz. Señor, yo si he visto en ti, gracias a tantos testigos que me han precedido, que eres mi Dios, pero, muchas veces, actuó como si yo tampoco te reconociera. Gracias, Señor, porque son muchos los signos que me ayudan a reconocerte y, como Pedro, hoy te digo:” a quien voy a ir si sólo tú tienes palabras de vida eterna, y he creído que tú eres el Hijo de Dios” y, solo tú, me haces ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz jueves eucarístico.
El Párroco
Miércoles 20/noviembre
Ap 4, 1-11. Santo es el Señor Dios, el todopoderoso; el que era y es y
ha de venir.
Sal 150. Santo, Santo, Santo es el Señor Dios, el todopoderoso.
Lc 19, 11-28. ”¿Por qué no pusiste mi dinero en el banco? Al volver yo, lo hubiera cobrado con mis intereses”.
En esta parábola, das a todos la misma cantidad, una mina por cabeza. Algunos la trabajan y producen cantidades distintas, según capacidad, habilidad, o talentos que tenga cada uno. Y eso es lo que tú, Señor, quieres, que los talentos que me has dado los trabaje y produzcan frutos, da igual la cantidad, pero que los produzcan y que no haga como el que guardó su mina en el pañuelo por miedo a ti porque, según él, eres exigente, cuando no pides nunca más de que que das, por eso sus palabras lo condenan, pues, como tú mismo dices, debería haber guardado su mina en el banco y habría dado sus intereses. Señor, esto es lo que tú quieres de mí, y es lo que te pido, que no malgaste mi vida, que trabaje la mina que me diste al nacer para que produzca fruto, no te importa la cantidad, sólo que no desperdicie mi tiempo, es tuyo, y te dé a conocer, así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz miércoles.
El Párroco
Martes 19/noviembre
Ap 3, 1-6. 14-22. Si alguien escucha la puerta, entraré en su casa y cenaré con él.
Sal 14. Al vencedor le concederé sentarse conmigo en mi trono.
Lc 19, 1-10. ” Corriendo más adelante, se subió a un sicomoro para verlo porque tenía que pasar por allí. Jesús al llegar a aquel sitio, levantó los ojos…”.
Lo que tuvo que hacer, Zaqueo, para verte, y todo porque era bajo de estatura, se adelantó corriendo para subirse al sicomoro por donde ibas a pasar. No le importó hacer el ridículo y que se burlaran de él. Al final, fuiste tú, Señor, quien lo viste, pues fuiste tú quien levantaste los ojos, Zaqueo solo tuvo que dejarse ver, y demostró que, aunque bajo de estatura fue alto y grande de corazón. Y le dijiste que se dejara de estar por las ramas, que bajara, y te fuiste con él a su casa, y como tú mismo dices, Señor, llegó la salvación a su casa. Gracias, Señor, porque has venido a por mí, y a los que son como yo, porque te necesito, los buenos y santurrones no necesitan de ti. Y gracias, Señor, porque al buscarme y dejarme mirar por ti, me haces ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.
El Párroco
Lunes 18/noviembre
Ap 1, 1-4; 2, 1-5a. Acuérdate de dónde has caído, y conviértete.
Sal 1. Al vencedor le daré a comer del árbol de la vida.
Lc 18, 35-43. ”¡Jesús hijo de David, ten compasión de mi!”
Se trata del grito de angustia y de esperanza que un ciego que está al borde del camino, Bartimeo, aunque Lucas no dice su nombre, quizás para que podamos ser cualquiera, llamando tu atención, como yo que, tantas veces, también llamo tu atención y, como a él, también a mí, tantas veces, me curas de mis tantas cegueras. Y, ahora, que pasas a mi lado te vuelvo a gritar como él: “¡hijo de David, ten compasión de mí!”. Gracias, Señor, porque no solo recobro la vista, sino que, además, me das tu mirada de fe para poder ver este mundo con tus ojos de amor y misericordia, con los que poder curar, gracias a ti, a muchos otros y, así, volver todos juntos, sinodalmente, al camino y juntos alabarte y glorificarte y ser y vivir felices. X todos y x todo y x tanto. Feliz lunes.
El Párroco
2 Jn 4-9. Quien permanece en la doctrina, este posee al Padre y al Hijo.
Sal 118. Dichoso el que camina en la ley del Señor.
Lc 17, 26-37. ”Así será el día en que se revele el Hijo del hombre”.
Que no será distinto a cualquier otro día, y el premio o castigo será fruto de las opciones que haya tomado en mi vida, por lo que, entonces, no he de preocuparme porque tú, Señor, has vencido al mundo y si mis opciones han sido vivir en coherencia entre lo que digo creer y vivir, si siempre he optado por ti, a pesar de mi pobreza y pequeñez, y he pretendido amarte siempre y te he pedido perdón siempre que te he ofendido, aunque haya siete veces al día, si he sabido recomenzar siempre que he caído, el día en que te reveles será como el día de hoy, y tú, para mí, no serás más que el amigo que vendrás a decirme: “has sido un siervo bueno y fiel, que has hecho lo que tenías que hacer”, y, esa hermosa esperanza, me hace ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.
El Párroco
Santos Paulo, Fidel, Massona, Inocente y Renovato,
Obispos Emeritenses.
Flm 7-20. Recóbralo, no como esclavo, sino como un hermano querido.
Sal 145. Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob.
Lc 17, 20-25. “ Mirad, el reino de Dios está en medio de vosotros”.
Señor, que yo entienda tus palabras y no busque un reino terrenal, con ejército y poder porque el reino de nuestro Padre no es así, ellos, tus apóstoles, no lo entendieron, tampoco, muchas veces, por eso buscaban los mejores sitios (los mejores ministerios). No entienden que tú mismo eres el Reino, y que, cuando te tengo en mi interior, está en mí el reino, y que he te descubrirte en mi oración y que en mi interior está el Espíritu Santo, y que es así, haciendo bien, sin ostentación, las cosas ordinarias de cada día, dándote a conocer, como se irá extendiendo tu reino, desde el servicio y con amor, y es desde ahí, desde la alegría de tenerte en mi interior, en mi corazón, es como seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz jueves eucarístico.
El Párroco
Tit 3, 1-7. Andábamos por el camino equivocado, pero según su propia misericordia nos salvó.
Sal 22. El Señor es mi pastor, nada me falta.
Lc 17, 11-19. “Vinieron a su encuentro diez hombres leprosos… les dijo: «Id a presentaros a los sacerdotes»… quedaron limpios. Uno… se volvió alabando a Dios a grades gritos y se postró a los pies de Jesús… «No ha habido quien volviera a dar gloria a Dios más que este extranjero»”.
Gracias, Señor, yo, también, quiero ser ese extranjero y a gritos, para que me oigan todos, darte gracias, y glorificarte, por las veces y la cantidad de lepras, de pecados, que me has quitado, y las que tendrás que hacerlo, a lo largo de mi vida, soy tan pecador. Pero, haces dos días, oía de tus labios que decías que: “si siete veces te digo lo siento, siete, siempre, me vas a perdonar”, no quiero que eso sirva de excusa, pero sí que es el gran motivo para que sea y viva feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.
El Párroco
Martes 12/noviembre
Tit 2, 1-8. 11-14. Llevemos una vida piadosa, aguardando la dicha que
esperamos y la manifestación del Dios y Salvador nuestro, Jesucristo.
Sal 36. El Señor es quien salva a los justos.
Lc 17, 7-10. ”Cuando hayáis hecho todo lo que se os ha mandado, decís: “somos siervos inútiles, hemos hecho lo que teníamos que hacer»”.
Y, muchas veces, actúo como si fuese el dueño del “chiringuito”, de la parroquia, y no, no soy el amo de nada, es más, ni los talentos, ni mi propia vida es mía, todo, todo, Señor, es tuyo y yo solo soy tu siervo, tu esclavo, fue la respuesta de tu madre a la pregunta del ángel Gabriel, soy tu siervo, y, como tú mismo dices, no muy útil, y solo hago y, a veces mal, lo que tengo que hacer. Y lo que tengo que hacer es estar contigo, que para eso me has llamado, y proclamar tu reino. Y solo “haciendo lo que tengo que hacer”, al final de la jornada descansaré en paz y es como seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz martes.
El Párroco
Tit 1, 1-9. Constituye presbíteros siguiendo las instrucciones que te di.
Sal 23. Esta es la generación que busca tu rostro, Señor.
Lc 17, 1-6. “Si siete veces en un día vuelve a decirte: «Me arrepiento», lo perdonarás”.
Es el “hasta setenta veces siete” que le respondes a la pregunta que te hace Pedro de cuantas veces tiene que perdonar al hermano y que recoge el evangelista Mateo. Siempre, y siempre es siempre, he de perdonar, porque siempre he de amar como tú me amas a mí, por eso me perdonas setenta veces siete porque esas mismas son las veces que me amas. Y es que el amor es la otra cara de la misma moneda del perdón, en otras palabras, el amor sin perdón no es amor, y al perdón, para ser completo, le hace falta el amor. Gracias, Señor, por amarme y perdonarme ya que, esa actitud tuya, me hace ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz lunes
El Párroco
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 12, 38-44
En aquel tiempo, entre lo que enseñaba Jesús a la gente, dijo:
«¡Cuidado con los escribas! Les encanta pasearse con amplio ropaje y que les hagan reverencias en las plazas, buscan los asientos de honor en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; y devoran los bienes de las viudas, y aparentan hacer largas oraciones. Éstos recibirán una condenación más rigurosa».
Estando Jesús sentado enfrente del tesoro del templo, observaba a la gente que iba echando dinero: muchos ricos echaban mucho; se acercó una viuda pobre y echó dos monedillas, es decir, un cuadrante.
Llamando a sus discípulos, les dijo:
«En verdad os digo que esta viuda pobre ha echado en el arca de las ofrendas más que nadie. Porque los demás han echado de lo que les sobra, pero esta, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir».
Señor, cuanto me gustaría tener tu misma mirada para no juzgar a nadie por las apariencias sino por lo que lleva en su corazón, por lo que es y, todavía más, cuanto me gustaría actuar por amor y desde dentro, con sinceridad y no por aparentar y recibir el aplauso de la gente, porque el único aplauso que merece la pena recibir es el tuyo. Y es que, como decía san Juan Pablo II, en muchas ocasiones, solo es a ti, “a quien no he de tener miedo y abrirte de par en par las puertas de mi corazón, pues solo eres tú quien lo conoces”, y no ser “como los escribas que les encanta aparentar” (Mc 12,38). Solo actuando con sinceridad y amor es como seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día del Señor.
El Párroco
Sábado
9/noviembre
Dedicación Basílica de Letrán (Catedral del Papa).
Ez 47, 1-2. 8-9. 12. Vi agua que manaba del templo, y habrá vida allí donde llegue el torrente (Ant. Vidi Aquam).
o bien: 1 Cor 3, 9c-11. 16-17. Sois templo de Dios.
Sal 45. Un río y sus canales alegran la ciudad de Dios, el Altísimo
consagra su morada.
Jn 2, 13-22. ”Destruid este templo, y en tres días lo levantaré”.
Señor, que pocas veces te veo enfadado como hoy, acabas echando a los cambistas y mercaderes que habían convertido el templo en mercado, y lo haces con azotes de cordeles. El templo que ha de ser lugar de encuentro entre nosotros, tus hijos, y lugar de oración. Todo ello te da pie para hablar del verdadero templo que quiere tu Padre, nuestro Padre Dios, que somos nosotros, que soy yo, como dice san Pablo: “El templo de Dios es santo: y ese templo sois vosotros” (1 Cor 3,17)., y no puedo dar mi cuerpo, su templo, como mercancía, porque es sagrado ya que es suyo, soy y debo ser suyo y solo suyo. También, esa situación te sirvió para hablar de tu muerte y Resurrección: “en tres días lo levantaré, y dice Juan, hablaba del templo de su cuerpo”. Señor que toda mi vida sea tuya y para ti, así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día de María.
El Párroco
Viernes 8/noviembre
Flp 3, 17 — 4, 1. Aguardamos un Salvador; él transformará nuestro cuerpo humilde, según el modelo de su cuerpo glorioso.
Sal 121. Vamos alegres a la casa del Señor.
Lc 16, 1-8. Los
hijos de este mundo son más astutos con su propia gente que los hijos de la luz.
Y me dice, el evangelista, que tú, Señor, alabaste la conducta del administrador injusto por su astucia, porque usó los bienes de su amo como si fuesen suyos y en su provecho, para tener un puesto de trabajo cuando su amo lo echase de la administración de sus bienes. Señor, que yo sea astuto, pero con tus bienes, para darte a conocer, soy hijo de la luz, tú me iluminas y tengo, y perdóname la expresión, que “venderte” bien y “vender” bien la buena noticia que me traes, y hacerlo no a la fuerza sino de buena ganas porque eres la mejor “mercancía” que todo hombre puede tener y que pueda ofrecer, porque tú, Señor, eres el tesoro encontrado que puedes, como lo has hecho conmigo, hacerlos ser y vivir felices. X todos y x todo y x tanto. Feliz viernes.
El Párroco
Jueves 7/noviembre
Flp 3, 3-8a. Todo eso que para mí era ganancia, lo consideré pérdida a causa de Cristo.
Sal 104. Que se alegren los que buscan al Señor.
Lc 15, 1-10. ”¡Alegraos conmigo!, he encontrado la oveja que se me había perdido”.
¡Que hermosa lectura me presenta hoy el evangelio! Es parte del capítulo de la misericordia, y no puedo más que darte gracias, Señor, pues soy importante para ti, y, cuando me desvío del camino, sales a mi encuentro, o mejor dicho sales a por mí, ya que yo sigo huyendo, estoy perdido y no paras hasta encontrarme, y, después, no me jaleas a los perros, sino que te acercas con ternura, me tomas sobre tus hombros y me devuelves a casa y, por si fuera poco, me haces una fiesta porque eso es lo que soy para ti, una fiesta. Gracias, Señor, por tanto, amor como me tienes, ¡cómo no volverme loco de alegría! Y ese amor tuyo hacia mí, me hace ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz jueves eucarístico.
El Párroco
Miércoles 6/noviembre
Flp 2, 12-18. Trabajad por vuestra salvación, porque es Dios quien activa
el querer y el obrar.
Sal 26. El Señor es mi luz y mi salvación.
Lc 14, 25-33. ”Quién no carga con su cruz y viene en pos d1e mí, no puede ser discípulo mío”.
Y vas y lo dices a las claras, después, Señor, no te podrá sorprender que Santa Teresa de Jesús te diga que “no le extrañe que tengas tan pocos amigos”. Pero es tu mesianismo es así, no es el del poder y la gloria, sino el del servicio y la entrega para llegar a la gloria, no es el del poder sino el del siervo de Yahveh, el de la aceptación de la Cruz, el de ser grano de trigo que ha de enterrarse y pudrirse para poder dar fruto. Señor, que tome mi cruz, no será tan pesada como la tuya, pues tú mismo serás mi cirineo, y te siga para dar fruto y ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz miércoles.
El Párroco
Flp 2, 5-11. Se humilló a sí mismo, por eso Dios lo exaltó sobre todo.
Sal 21. El Señor es mi alabanza en la gran asamblea.
Lc 14, 15-24. “Sal por los caminos y senderos, e insísteles hasta que entren y se llene mi casa.”
El verbo que usa tu evangelista me muestra cuál es el deseo de Dios Padre, es la voluntad universal de salvación, quiere, Padre, que nos salvemos todos, pues ese “insísteles” que les dice a los criados, es casi que me obliguen, que persistan en la decisión y que me hagan entrar en tu casa, hasta que se llene, que no ponga excusas, pues hay muchas estancias en tu casa, una para cada uno, yo también tengo la mía. Gracias, Señor, pues hay muchas formas de contar las cosas, y hoy me dices que nuestro padre no deja de insistir. Ayúdame, sé que tu gracia no me falta, y ¡ojalá yo también insista para que otros muchos te conozcan y vivamos, mientras, el banquete de la eucaristía! así, todos, seremos y viviremos felices. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.
El Párroco
Lunes 4/noviembre
Flp 2, 1-4. Dadme esta gran alegría: manteneos unánimes.
Sal 130. Guarda mi alma en la paz, junto a ti, Señor.
Lc
14, 12-14. ”Cuando des un banquete,
invita a pobres, lisiados… y serás bienaventurado…”.
Dice un refrán, “haz en bien y no mires a quien”, o como me dice san Pablo, hoy, en la carta a los Filipense, 2,2: “buscando no el propio interés, sino el de los demás”. En otras palabras, he de practicar las obras de misericordia, dar de comer, de beber, vestir, visitar, etc., pero a los que lo necesitan, los pobres, que son los que no tienen ni para comprarlo, y menos para devolverme nada, y, sobre todo, necesitan de mí, de mi tiempo, de mis dones, de mi darme a ellos, que son tus preferidos, así es como seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Por todos damnificados. Feliz lunes.
El Párroco
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 12, 28b-34
En aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó:
«¿Qué mandamiento es el primero de todos?».
Respondió Jesús:
«El primero es: “Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser. “El segundo es este: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo.” No hay mandamiento mayor que estos». El escriba replicó:
«Muy bien, Maestro, sin duda tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios». Jesús, viendo que había respondido sensatamente, le dijo:
«No estás lejos del reino de Dios».
Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.
Mt 12,28b-34: ”¿Qué mandamiento es el primero de todos. Amarás al Señor tu Dios… Amarás al prójimo.. No hay mandamiento mayor…».
Decía san Agustín: “Ama, y haz lo que quieras”, pero ama de verdad, con obras y no de palabras, porque obras son amores. Y, amar, es entregarme a mis hermanos, olvidándome de mí mismo, es buscar lo que al otro pueda hacerle feliz… es lo que tú, Señor, toda tu vida hiciste, darte, darnos hasta la última gota de tu sangre, es guardar tu palabra y hacerla vida en[Fn1] mí, así ser y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día del Señor.
El Párroco
Sábado 2/noviembre
Conmemoración de los fieles difuntos.
Jn 14,1-6:”En la casa de mi Padre hay muchas moradas”.
Una para cada uno, y las llaves ya la tiene el recepcionista, tú, preparadas, para que me acompañen uno de los botones, los ángeles, a la mía. Y dicen algunos que “todo tiene solución menos la muerte” y se quedan tan campantes, será que no te han oído o no quieren oírte. Si es lo segundo allá ellos, si es por lo primero me toca a mí ser testigo como también por si no te han querido oír, y decirles que no es verdad lo que dicen, como tampoco es verdad lo de que “nadie ha venido para contárnoslo” porque tú, Señor, si has venido, y me has dicho que “no se turbe mi corazón”, que tu Padre, del que me has hecho, por tu venida, también hijo a mí, me está esperando para darme el gran abrazo. Y esa esperanza de saber que, al final, “seré semejante a Él porque lo veré tal y cual es” me hace ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. X los damnificados de la Dana. Feliz día y recemos por los nuestros.
El Párroco
Viernes 1/noviembre
Festividad de todos los Santos.
Ap 7, 2-4. 9-14. Vi una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar,
de todas las naciones, razas, pueblos y lenguas.
Sal 23. Esta es la generación que busca tu rostro, Señor.
1 Jn 3, 1-3. Veremos a Dios tal cual es.
Mt 5, 1-12a. ”Jesús…abriendo su boca, les enseñaba diciendo: «Bienaventurados…».
Hoy celebramos la fiesta de la humanidad, porque hoy recordamos a todos esos hombres y mujeres que ya han llegado a la meta, santos desconocidos, los de las puertas de al lado, les gusta llamar al Papa Francisco, meta a la que yo quiero llegar, también, que no es otra que, “verte tal y cual eres” (1Jn 3,3), quiero formar parte de “esa inmensa muchedumbre, que nadie podía contar” (Ap 7,9). Y es que, Señor, la santidad a la que Dios Padre me llama no es para unos cuantos, sino para todos, y no haciendo cosas grandes sino con amor las cosas pequeñas de cada día, en mi trabajo, con mis vecinos, con todos. Ellos, a los que celebramos hoy, así lo hicieron, vuelvo a repetir, son los santos de la puerta de al lado, que supieron amar a Dios y al prójimo, imbuidos por el espíritu de las bienaventuranzas, que no son otra cosa, Señor, que el reflejo de tu corazón, tu propia vivencia. Ayúdame, Señor, a vivir como tú, tendré fallos, pero la santidad no consiste en llegar a ti por mi propio esfuerzo, sino en dejarme amar por ti, y tú me ayudarás con tu gracia y, así, seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día de la humanidad.
El Párroco
Jueves 31/octubre
Ef 6, 10-20. Tomad las armas de Dios para poder manteneros firmes
después de haber superado todas las pruebas.
Sal 143. ¡Bendito el Señor, mi alcázar!
Lc 13, 31-35. ” Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como la gallina reúne a sus polluelos bajo las alas, y no habéis querido”.
Hoy, yendo a Jerusalén, me muestras que eres tú quien te entregas, que vas a vivir tu pasión libremente, por amor. Y me cuentas esta hermosa imagen de la gallina que reúne a sus polluelos bajo sus alas, yo si quiero estar ahí, como el discípulo a quien amas, en tu corazón recostado, y sentir tu calor y tu protección, tu presencia y tu seguridad, tu amor. Gracias, Señor, porque siempre a estás ahí, siempre estás cuando te necesito, dándome tu amor y tu protección, que me deje amar por ti para ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz jueves eucarístico.
El Párroco
Ef 6, 1-9. No como quien sirve a los hombres, sino como esclavos de Cristo.
Sal 144. El Señor es fiel a sus palabras.
Lc 13, 22-30. ”Vendrán de oriente y occidente, del norte y del sur, y se sentaran a la mesa en el reino de Dios… hay últimos que serán primeros…”.
Muchas veces pienso, Señor, que me has dado tantos dones que cuanta y grande responsabilidad es la mía, y no tengo más remedio que hacerlos fructificar. Si hombres y mujeres, de países que llamamos del tercer mundo, hubieran tenido la mitad que yo ¡cuanto más lo hubieran sabido aprovechado!, y yo, como la higuera, ocupando un lugar de balde. Señor, ayúdame, con tu gracia, a entrar por la puerta estrecha, pues, aunque para mí sea imposible, Dios Padre lo puede todo, y la hará un poco más ancha, y lo hará si yo doy fruto, pues obras son amores y, así, seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.
El Párroco
Ef 5, 21-33. Es este un gran misterio: y yo lo refiero a Cristo y a la Iglesia.
Sal 127. Dichosos los que temen al Señor.
Lc 13, 18-21. ”El reino de Dios… es semejante a un grano de mostaza que un hombre toma y siembra… se hizo árbol y los pájaros del cielo anidaron en sus ramas”.
A pesar de los pequeños que son los granos de mostaza, como, perdona Señor la comparación, “cagaditas” de pulgas, se hacen árboles donde pueden anidar los pájaros. Señor, que yo me haga árbol, no por méritos propios, sino porque tú me das la gracia para que yo pueda crecer, y los que vengan a mí, cansados, tristes, o alegres, puedan sentirse cobijados del frío y de la lluvia, o del calor del bochorno, pueda darles confianza en las alegrías o en las tristezas, y así, gracias a ti, Señor, pueda hacer que sean y vivan felices. X todos y x todo y x tanto. Feliz martes.
El Párroco
Santos Simón y Judas, Apóstoles.
Ef 2, 19-22. Estáis edificados sobre el cimiento de los apóstoles.
Sal 18. A toda la tierra alcanza su pregón.
Lc 6, 12-19. “Escogió de entre ellos a doce, a los que también nombró apóstoles.”
Los nombraste propagadores de tu importante doctrina, de tu evangelio de amor a todo el mundo, y gracias a ellos hemos podido conocerte, Señor. Estamos edificados sobre el cimiento de ellos, pero solo eres tú, ni Pedro, ni Judas, sino tú, mi Cristo y Señor, eres la piedra angular, el centro de mi vida, quien me da luz para que ilumine, el que me has prometido tu presencia hasta el fin, y me envías a que yo sea luz y sal que haga más felices a los demás, solo así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.
El Párroco
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 10, 46-52
En aquel tiempo, al salir Jesús de Jericó con sus discípulos y bastante gente, un mendigo ciego, Bartimeo (el hijo de Timeo), estaba sentado al borde del camino, pidiendo limosna. Al oír que era Jesús Nazareno, empezó a gritar:
«Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí.»
Muchos lo increpaban para que se callara. Pero él gritaba más:
«Hijo de David, ten compasión de mí». Jesús se detuvo y dijo:
«Llamadlo».
Llamaron al ciego, diciéndole:
«Ánimo, levántate, que te llama».
Soltó el manto, dio un salto y se acercó a Jesús.
Jesús le dijo:
«¿Qué quieres que te haga?». El ciego le contestó:
«Rabbuni, que recobre la vista». Jesús le dijo:
«Anda, tu fe te ha salvado».
Y al momento recobró la vista y lo seguía por el camino.
Es el ciego Bartimeo, somos tantos los bartimeos que vamos por el mundo, que al enterarse que pasas tú, Señor, comienza a gritarte, a pesar de que muchos quieren hacerlo callar, pidiendo su curación. Al final, consigue lo pedido, pero, antes, ha de soltar el manto para poder saltar y llegar a ti. Señor, que yo, también, suelte los mantos que me aprisionan y me impiden llegar a ti para ser curado y, así, deje de estar sentado al borde del camino y poder seguirte una vez recobrada mi vista y así, curado yo, pueda curar a otros, y, juntos, hagamos la iglesia (parroquia) sinodal que nos pide nuestro Obispo D. Jose: una Iglesia (parroquia) arriesgada, esperanzada, audaz, y alegre, servicial, sencilla y comunitaria, en fin, una Iglesia (parroquia) misionera y evangelizadora, para que, todos, podamos ser y vivir felices. X todos y x todo y x tanto. Feliz día del Señor.
El Párroco
Sábado 26/octubre
Ef 4, 7-16. Cristo es la cabeza, del cual todo el cuerpo se procura el crecimiento.
Sal 121. Vamos alegres a la casa del Señor.
Lc 13, 1-9. ”Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró… córtala… Pero el viñador respondió: «Señor, déjala todavía este año… cavaré y echaré estiércol…»”.
Sé, Señor, que tú también estás esperando a que yo dé fruto, sino ¿a qué ocupar un lugar que le puede ser mucho más útil a otro? ¡Qué responsabilidad tan grande la mía!, si otros hubieran tenido la mitad de dones que yo ¿cuánto fruto hubieran dado? Y, eso, a pesar que mí me has mimado tanto, me has cavado con tu palabra y me has estercolado con tus sacramentos, sobre todo, con la penitencia y la eucaristía, y, todavía, no doy el fruto esperado por ti. Ten paciencia. Espera un año más, Señor, prometo amarte más cada día, con obras que son amores, y dar fruto, unido a ti, así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz sábado, día de María.
El Párroco
Viernes 25/octubre
Ef 4, 1-6. Un solo cuerpo, un Señor, una fe, un bautismo.
Sal 23. Esta es la generación que busca tu rostro, Señor.
Lc 12, 54-59. “¿Cómo no sabéis interpretar el tiempo presente?
Cuántas veces interpretamos los tiempos pasados con criterios y baremos del presente, pero cerramos los ojos o no queremos interpretar lo que ocurre hoy y a nuestro alrededor, y, muchas veces, somos peores que nuestros hermanos de antaño pues, hoy, no tenemos excusas para hacer lo mismo que ellos hacían de mal, pues tenemos las experiencias de ellos y, además, nuevas tecnologías y más conocimientos, y, Señor, no estamos haciendo el mundo que tú querías: guerras, violaciones sexuales y de otros derechos, esclavos nuevos, manadas, destrozos de la naturaleza y del medio ambiente, muertes de inocentes, sueldos indignos, abusos de la propiedad… y nos callamos y, también yo que soy cristiano. Señor, que sepa no solo interpretar sino juzgar lo que está bien o mal, lo que es tu voluntad y seguirla, pues, el cumplirla, es lo único que me puede hacer ser y vivir feliz. X todos y x todo y por tanto. Feliz día.
El Párroco
Jueves 24/octubre
Ef 3, 14-21. Que el amor sea vuestra raíz y vuestro cimiento; así llegaréis a vuestra plenitud, según la plenitud total de Dios.
Sal 32. La misericordia del Señor llena la tierra.
Lc 12, 49-53. No he venido a traer paz, sino división.
Eres, Señor, el pirómano del amor, porque el fuego que traes a la tierra es el de tu corazón que arde de amor y quieres prender al mío, y al de muchos otros, para que, como el tuyo, prendamos a otros muchos corazones haciendo la revolución del amor, más lenta que otras revoluciones, pero, a la postre, la única veraz y, a la larga, la única capaz de cambiar este mundo con esa interminable cadena de favores que comenzaron, después de ti, los Doce hasta llegar a mí. Señor, haz que arda mi corazón para, contigo, cambiar este mundo y ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz jueves eucarístico.
El Párroco
Miércoles 23/octubre
Santos Serván y Germán.
Ef 3, 2-12. El misterio de Cristo ha sido revelado ahora: también los gentiles son coherederos de la misma promesa.
Salmo: Is 12, 2-6. Sacaréis aguas con gozo de las fuentes del Salvador.
Mt 10,34-39:”El que encuentre su vida la perderá, y que pierde su vida por mí, la encontrará”.
Es la vida que encontraron todos los mártires, también los que hoy celebramos, los hermanos emeritenses, antepusieron su amor a ti por encima del amor a cualquier criatura, incluso a los de su propia familia. Señor, que te ame con todo el corazón, tuyo quiero que sea y no mío, porque tú eres mi tesoro encontrado, mi perla hallada, eres quien me hace ser y vivir feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.
El Párroco
Martes 22/octubre
Ef 2, 12-22. Él es nuestra paz: el que de los dos pueblos ha hecho uno.
Sal 84. El Señor anuncia la paz a su pueblo.
Lc 12, 35-38. Bienaventurados los criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela.
Señor, quiero ser bienaventurado, y, para eso, estar en vela, con el regalo de que serás tú mismo quien te ciñas y quien me sirvas, solo esa promesa es para volverme loco de atar. Y, sin embargo, yo sólo hago lo que debo hacer en cada momento y que, por hacer lo que he hacer, no me has de agradecer nada, y se, también, que no es que sea un criado, sino que soy mucho más, pues en ti, Señor, soy miembro de tu familia, soy hijo del Padre, y coheredero contigo de tu mismo reino, y, por eso, soy y vivo feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día.
El Párroco
Ef 2, 1-10. Nos ha hecho revivir con Cristo y nos ha sentado en el cielo.
Sal 99. El Señor nos hizo y somos suyos.
Lc 12, 13-21. ”Aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes”.
Y ¿qué verdad es esta, Señor? Dice el Papa Francisco, con su habitual gracejo, que “nunca ha visto, en su larga vida, que tras un coche fúnebre, con los restos de un difunto, a otro coche llevando sus bienes”, estos se quedan aquí. Y, cuántas veces, nuestra vida es una lucha en guardar y acumular bienes para aquí, en lugar, me dices hoy en el evangelio, de “ser rico para Dios”, y solo para Él. Señor, que todo lo que haga y tenga sea para ti y para tu gloria, “dándote gracias y bendiciendo tu nombre”, pues “soy obra tuya y me has creado para que me dedique a las buenas obras” (Ef 2,10a), sólo así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz lunes.
El Párroco
Lectura del santo evangelio según san Marcos 10, 35-45
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, y le dijeron:
«Maestro, queremos que hagas lo que te vamos a pedir». Les preguntó:
«¿Qué queréis que haga por vosotros?». Contestaron:
«Concédenos sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda». Jesús replicó:
«No sabéis lo que pedís, ¿podéis beber el cáliz que yo he de beber, o bautizaros con el bautismo con que yo me voy a bautizar?». Contestaron:
«Podemos». Jesús les dijo:
«El cáliz que yo voy a beber lo beberéis, y seréis bautizados con el bautismo con que yo me voy a bautizar, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo, sino que es para quienes está reservado».
Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra Santiago y Juan.
Jesús, llamándolos, les dijo:
«Sabéis que los que son reconocidos como jefes de los pueblos los tiranizan, y que los grandes los oprimen.
No será así entre vosotros: el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos. Porque el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y dar su vida en rescate por muchos».
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Hoy, como Iglesia, celebramos el DOMUND, pedimos por todos esos hermanos que han dejado sus casas, familias, y se han ido a tierras lejanas a servir a los hombres, aún a costa de poder perder sus vidas. El lema de este año va en consonancia con lo que, desde el comienzo de su pontificado, nos está pidiendo el Papa Francisco, ser Iglesia en salida: “Id e invitad a todos al banquete” (Mt 22,9), y es que todos estamos invitados a comer en la misma mesa y de la misma comida, no pueden unos pasar hambre mientras los otros engordamos de tanto comer. El banquete es de nuestro Padre Dios, también la mesa. Hemos de salir a los cruces de los caminos e invitar a todos, también aquí, en nuestros ambientes, pues muchos, todavía, no te conocen, Señor. Y he de hacerlo desde el servicio, como tú, Señor, que no has venido a ser servido sino a servir y dar tu vida, solo así seré y viviré feliz. X todos y x todo y x tanto. Feliz día del Señor.
El Párroco